Yo no sé cuántas medallas (ni diplomas de honor) conseguiremos alcanzar los españoles en Río de Janeiro. Es del todo imposible saberlo hasta que los jueces den su veredicto final que no es lo mismo que su veredicto parcial y eso debemos saberlo todos. Pero de lo que estoy seguro es de que España va a entrar en el Libro Guinness de los Récords porque ya se está viendo que de las terceras elecciones generales no nos vamos a librar ni aunque comamos cerillas. Las casas de apuestas están haciendo su agosto aunque, todavía, estemos solamente en julio. Por lo que se ve Podemos está haciendo todo lo que puede para alcanzar la décima elección general; lo cual sería causa de envidia para todos los italianos nostálgicos de sus famosos tiempos de Sandro Pertini. Y en toda Europa surge un clamor: ¡España! ¡España! ¡España! ¡Vamos España que lo consigues! Ante los atónitos ojos de los hijos de los hombres de Vanuatu estamos en el camino más apropiado para alcanzar tan grande hazaña. ¿Llegaremos a la décima? Si Podemos está haciendo lo que puede resulta que puede ser que sí o puede ser que no, pero si Podemos podemos es que podemos Podemos. He aquí un trabalenguas que pasará a la Historia de todos los colegios españoles para recordar tan gran evento histórico-social-cultural-político-económico y otros etcéteras más.
 
¡Dime que sí sí sí vamos a bailar El Vals de las Mariposas! Samaniego decia que Iriarte no llevaba razón e Iriarte decía que quien no llevaba razón era Samaniego. Los dos escribían lo mismo, pero es que en España somos así y vamos de fábula en fábula aunque siempre sea la misma canción de siempre. ¿Galgos o podencos? ¿Quién conseguirá la gobernatura de la cuadratura del círculo de los diputados en España? Mientras tanto los conejos son felices y también las perdices. Vamos a ver si se ríen de verdad cuando, al fin, se levante la veda y consigamos llegar o no llegar a la décima o, quién sabe, igualar o batir el récord del Real Madrid; o sea, la undécima o la duodécima ya que ya (y valga lo de ya aunque esté repetido) de todo puede pasar en nuestro suelo patrio. España está enladrillada ¿Quién la desenladrillará? El político que la desenladrille buen peón de albañil será. Lo más difícil de todo es saber cómo y dónde vamos a colocar a los azulejos.
 
En España, cuando una mujer dice que sí es que sí y cuando una mujer dice que no es que no; pero cuando un político dice que sí pero no y que no pero sí nadie sabemos lo que quiere decir. Menos mal que ya nos estamos acostumbrando. Para algo debe servir esto de la Democracia. Estamos todos metidos en un ascensor que ni sube ni baja sino todo lo contrario. ¿Y el voto femenino para qué sirve entonces? Se lo preguntaremos al Pepe a ver si él lo sabe ahora que se le ha olvidado el fútbol. ¡¡¡Marianoooooooo!!! Sólo responde el silencio. Cae la noche en Gandía y se cierra la sesión por falta de "quórum" mientras en las escaleras del hotel alguien se parte de risa.