Tote Coza y Tito Rallo (Entrevista)
Publicado en Jul 24, 2016
Me encuentro en lo más alto del MOnte Perdido, exactamente a 3.355 metros de altura, en la provincia aragonesa de Huesca. Me acompañan dos expertísimos excursionistas y excelentes montañeros conocidos, en el mundo de los deportes al aire libre, como Tote Coza y Tito Rallo. Así que, aprovechando su compañía, me propongo aprovechar que hemos llegado a la parte más elevada del pico para hacerles una entrevista.
Diesel.- Ya que estamos tan elevados sería bueno haceros unas cuántas preguntas que no las voy a considerar tan interesantes como vuestras respuestas que estoy seguro de que van a ser extraordinarias porque vosotros dos sois dos enormes oradores, grandiosos con la palabra y persuasivos a través del uso de vuestras argumentaciones. ¿No creéis lo mismo que yo? Tote y Tito.- ? Diesel.- Me estaba refiriendo, ahora que estamos tan cerca del cielo, a Jesucristo. Tote y Tito.- ? Diesel.- Bien. Veo que vuestra gran cualidad es la prdencia. En base a esa prudencia que es digna de dos grandes sabios como vosotros dos, ¿creéis que desde un punto de vista puramente cristiano, y nada más que cristiano, es moralmente correcto usar a un ser humano, en este caso digamos que a un hombre, como simple conejillo de indias para ver cómo reacciona ante ciertos estímulos? ¿Lo creéis moral o inmoral desde vuestro amplio, maravilloso y sapìentísimo conocimiento de la Teología? Tote y Tito.- ? Diesel.- Bien. Mientras pensáis en las preguntas que os he hecho pero que no habéis contestado y en las que me faltan por haceros pero que estoy seguro de que tampoco me las vais a contestar, ¿podemos sacar los bocadillos para saciar el apetito? Ya veo yo que mientras mi bocata es de un simple chorizo los vuestros son de dos ricos percebes. Así que comamos porque nos amamos. ¿O no? Tote y Tito.- ? Comemos los bocadillos (yo el de chorizo y ellos los de los percebes) en completo silencio, y una vez terminados los bocatas, dándose ellos un buen trago de vino riojano y conformándome yo solamente con un vaso de agua porque no me han invitado a participar del vino (ni del pan por supuesto), pienso en esto de amarnos como buenos cristianos y pregunto. Diesel.- ¿Qué es más para Jesucristo, dar de comer al hambriento y de beber al sediento o condernarle por un mezquino y repulsivo puñado de monedas baratas? Tote y Tito.- ? Diesel.- Ya. Ya sé que no contestáis porque es cuestión de conciencia pero como sois los dos tan grnadiosos teólogos y lo sabéis todo de Jesucristo yo creía que... pero no... ya veo que no... y entonces voy a preguntaros algo también muy interesante creo yo y vaya que creo aunque ustedes dos me guarden silencio como condenándome a la soledad. ¿Es de hermanos cristianos acosar a uno de esos hermanos, hacerle vivir en un pequeño rincón mientras gozamos de casas amplias, no dirigirle ni la palabra salvo para molestarle, insultarle gravmente a él e incluso a su madre y tenerle completamente en estado de soledad? ¿Me gustaría que a esto por lo menos si me contestaráis con un simple Si o con un simple Np porque como sois dos ministros de Dios y sabéis tanto de Teología pues decir Si o decir No no os será tan trabajoso? ¿O es que de verdad os cuesta trabajo responder con claridad cristiana? Tote y Tito.- ? Vaya. Me estoy dando cuenta de que me encuentro ante dos tan grandiosos, magníficos y superlativos conocedores de la Naturaleza de Dios que no saben qué responderme. Aquí, en esta altura del Monte Perdido uno se siente de verdad pequeño y yo, por supuesto, me siento muchísimo más pequeños que esos dos grandes pesos "pesados" de la Cristiandad que se sabe la Biblia de memooria y yo sólo la aprendo sobre la marcha pero para ir tirando me sirve. Diesel.- Bueno, bueno, bueno... señores ministros de Dios... me parece que les ha comido las lenguas algún gato... así... que como vamos de teólogos por la vida... ¿pueden decirme y explicarme cuál es la esencia de Dios y cómo es la esencia de Dios? Tote y Tito.- ? Diesel.- ¡Ay va, perdonénme grandes ministros de Dios porque a lo mejor les he preguntado algo muy difícil de responder sin yo darme cuenta. ¿Ustedes creen que yo no me doy cuenta o creen que yo sí me doy cuenta. Tote y Tito.- ? Diesel.- Bueno, como veo que como pareja ustedes no dan ni una porque no tienen talla suficiente ya que no llegan al 1,75 por ciento de la inteligencia que yo les suponía pregutándoles a los dos al mismo tiempo; hagamoslo por separado? ¿De acuerdo un par de preguntas por separado para ver si dan pie con bola? Tote y Tito.- ? Diesel.- ¡Pero hombre, grandiosos ministros de Dios! ¡No se me acongojonen tanto, por favor! Tote y Tito.- ? Diesel.- ¡Vamos a ver, Tote! ¡Hijo de Dios! ¿Qué se siente dentro del alma cuando se va a producir un terremoto en una ciudad y se va a destruir toda ella y se coge a todos los familiares y se huye hacia el monte más lejano pero se le abandona impunemente a uno de los hermanos esperando a que se pudra dentro de la tierra cuando la tierra le engulla a çel y a un humilde y modesto perro de compañía que sí le es fiel hasta el final? Tote.- ? Diesel.- Bueno, Tote. ¡Hijo de Dios! ¿Hablamos de ladrones que roban un mezquino y repugnante puñado de monedas que se les ponen como trampas para ver si caen en ella como inocentes conejos y luego se les pone verdes delante de los demás seres humanos como ejemplos de condenados mientras los más poderosos se descojonan de risa? Tote.- ? Diesel.- ¡Tote! ¡Hombre de Dios! No te calles tanto. ¿Es verdad que mola mucho estar divirtiéndose de lo lindo mientras se le ve y se le oye a un verdadero hombre llorar? Tote.- ? Diesel.- Partece que no te gusta ya hablar con lo que siempre te ha gustado hablar a ti hasta por los codos, hombre de Dios. ¿Puedes contestarme cómo supiste lo del camión, cómo exclamaste ¡lo que hace al amor! y porqué echaste la bronca a tu mujer diciendo ¡qué hace este hombre en mi casa! ¿Puedes explicarme todo eso y otras muchas cosas más que podemos hablar cuando vayamos de excursión, por ejemplo al Mar Muerto que está en tierras por donde predicó el amor cristiano un tal Jesucristo? Tote.- ? Como me parece que a Tote no le gustan mucho mis chistes, que no son chistes precisamente pero que él se cree que son chistes, cambio de tercio y pregunto a Tito. Diesel.- ¡Hola, Tito! ¡Hombre de Dios! ¿Ya sabe usted por qué se producían aquellos golpes de judoka por las noches? Tito.- ? Diesel.- Vaya, Tito. ¡Hombre de Dios! ¿Me vas a decir ahora que tú no sabes nada de artes marciales? Por cierto... un tal Diego... lo supo o no lo supo una noche en que estuvo a punto de palmarla precisamente por eso... ¿y, en otro orden de cosas, como vamos con eso de las palabrotas que quiere decir malas palabras dirigidas contra un hermano cristiano? ¿O es que los grandes oradores, predicadores y teólogos más ministros de Dios tienen licencia para decirlas sin que por eso sea pecado alguno debido a que ustedes son dos grandes entres los grandes pesos "pesados" del Cristianismo? Tito.- ? Diesel.- ¡Veo que no se arranca, Tito! ¡Hombre de Dios! ¿Qué es acosar a un hermano cristiano sin ninguna clase de piedad? ¿Sabe usted definirme, oh gran teólogo y anciano ministro de Dios, lo que es la piedad cristiana? Tito.- ? He comprobado que uno a uno, por separado, responden todavía menos que los dos juntos así que voy a terminar ya la entrevista porque tengo ganas de bajar ya que estoy harto de que los dos estén a mi lado. Diesel.- ¿Saben ustedes dos mucho de mí, poco de mí o nada de mí? Tote y Tito.- ? Diesel.- ¿Les digo yo a ustedes dos de dónde han venido y de dónde he venido yo para comprobar ciertas diferencias en nuestros orígenes y vivencias o no es necesario? ¿Hablamos y desmenuzamos el asunto de los amores libres o han dejado ya ustedes dos ser dos expertos de esa clase de amores? Parece que no les ha hecho gracia alguna esta última pregunta y antes de que se me pongan nerviosos del todo prefiero dejarles en todas sus alturas y yo me vuelvo otra vez para abajo. Diesel.- ¡Adiós, Tote y Tito! ¡Adiós, hombres de Dios! ¡Tengan mucho cuidado con el mal de las alturas que en el Monte Perdido como se pierdan de verdad por tener el mal de altura, ya saben, lo de la vanidad, la soberbia, la prepotencia y otras cosas del mismo estilo, no les encuentran ni los "Ángeles de Charlie" acompañados de perros de San Beranardo. ¡Que tengan ustedes muy lindos y hermosos sermones y que sigan siempre viajando por todo el mundo entero, que me parece que ya han estado ustedes por lo menos en el noventa por ciento de la Tierra! ¡No se preocupen por mí, por favor, igual que nunca se han preocupado hasta ahora, que yo ya, ya yo, yo ya. Y me bajé del Monte Perdido sabiendo que no me interesaban ninguna de sus respuestas porque las únicas respuestas que me interesan de verdad son la de ustedes, mis estimados lectores y lectoras. Los ministros de Dios son como los demás ministros. Cuanto más hablan menos se les entienden. Así que me alegro que no hayan respondido a esta entrevista porque sólo la he hecho no pensando en ellos sino en mis dos superguapas hijas para que sepan que a su papá (que soy yo) no le dan miedo ninguna clase de respuestas. Así que si alguien quiere responder tiene su pleno derecho por mucho que se enfaden Tote y Tito con quienes no deseo vovler a hablar hasta el Cuarto Milenio después de Jesucristo.
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