Califa y la Centramina (Diario)
Publicado en Jul 26, 2016
Fue una noche, cerca de comenzar la madrugada, en el hogar familiar de la calle madrileña de Pizarra, número 3. Gimi ya había dejado los estudios sin haber terminado el Bachillerato Superior. Yo seguía adelante curso tras curso. Pero... ¿qué sucedía con Califa y Fantini?... Era tremendamente incomprensible, para mí, que Califa y Fantini no estuviesen rindiendo los mismos resultados positivos que estaba logrando yo en los estudios de Bachillerato y, una vez superado el Bachillerato Elemental, comenzaron a fracasar antes de alcanzar el Bachillerato Superior. ¿Cuál era la causa o cuáles eran las causas de dicho fracaso? Había un asunto curioso de analizar: durante toda nuestra infancia y durante toda nuestra adolescencia Califa y Fantini habían estado estrechamente unidos a mí y desarrollamos unas vivencias comunes entre los tres. Sin embargo, Gimi se desentendió siempre de Califa y de Fantini aunque él era el mayor de los cuatro. Otro asunto curioso es que cuando Gimi fracasó como estudiante en el tramo existente entre Bachillerato Elemental y Bachillerato Superior, Califa y Fantini comenzaron a cambiar radicalmente sus resultados. Ya no eran tan brillantes estudiantes como lo habían estado siendo hasta alcanzar el Bachillerato Elemental. Y había otra cuestión también muy curiosa: Gimi había dejado de rendir en los estudios porque, a raíz de ciertos esfuerzos efectuados hasta llegar a Segundo o Tercero de Bachillerato (antes incluso de alcanzar el Bachillerato Elemental) se estaba dedicando mucho más a jugar al billar y al futbolín y, de repente, Califa y Fantini (que siempre habían sido dos buenos chicos y de actitud positiva en los estudios mientras estuvieron muy unidos a mí) comenzaron a acudir, de manera cada vez más progresiva, a los juegos del billar y el futbolín y a olvidarse de los libros. Yo no creo en las casualidades así que empiezo a razonar.
Vuelvo a recordar la noche citada al principio de esta página de mi Diario. Ya el reloj había superado las 12 de la noche y Califa estaba todavía estudiando porque al día siguiente tenía un examen final. Algo raro sucedía porque yo les había enseñado, tanto a él como a Fantini, que lo mejor para aprobar exámenes de cualquier asignatura no era intentar aprenderlo todo de memoria, y peor todavía el último día antes del examen, sino que se debía hacer analizando, argumentando, razonando, explicando las respuestas de las preguntas de los exámenes sin tener que acudir solamente a la memoria y repetir lo mismo que venía escrito en los libros de texto. Yo nunca hice un solo examen "de memoria" y sacaba adelante asignaturas muy difíciles para mí porque yo había nacido para las Letras y me habían obligado a estudiar las Ciencias. Sin embargo jamás me metí para el cerebro los temas aprendidos "de memoria" sino que los analizaba, argumentaba, razonaba y explicaba de tal manera que me bastaban para no tener nunca que repetir ni un sólo año de mi carrera hacia el Bachillerato Superior. ¿Por qué Califa y Fantini no estaban siguiendo mi forma y manera de actuar si tan buenos resultados me estaban dando a mí y siempre habíamos sido tres hermanos muy unidos? Además de dedicarse a comenzar a faltar a clases para jugar al billar y al futbolín no estaban aplicando mi táctica de estudiante sin problema alguno. Aquello era muy raro porque seguían estando la mayor parte de su tiempo vital a mi lado mientras Gimi jamás estaba con nosotros salvo para jugar a las chapas (sabiendo que hacía trampas y todos dejábamos que las hiciese). Sigo investigando. ¿Quién había fracasado totalmente en los estudios de Bachillerato Superior después de haber obtenido solamente el Bachiller Elemental? La respuesta es bien sencilla. Había fracasado Gimi porque estaba acostumbrado a brillar en los exámenes que sólo tenía que aplicar "la memoria" pero estaba fallando a la hora de analizar, argumentar, razonar y explicar las respuestas que, por cierto, ya era muy necesario saber hacerlo precisamente si se quería obtener el Bachillerato Superior con intenciones de dedicarse a estudiar alguna carrera universitaria. A Gimi se le unían sus vicios (jugar al billar y al futbolín en los ambientes contaminados de los pandilleros pero no jugar al sano y deportivo fútbol al aire libre como yo les estaba enseñando a Califa y Fantini) a su carencia mental al tener que aprender todo "de memoria" pero no ejercitando suficiente imaginación para lograr resultados mucho más positivos. ¿Y no era siempre Gimi, desde la infancia, un niño, un adolescente y un joven envidioso y rencoroso contra quien destacara más que él? Así que Gimi les estaba "destruyendo" a Califa y a Fantini (una vez que se dio cuenta de que no podía conmigo) para que no destacaran en los estudios o en el deporte sano. Tenía que aceptar, aun en contra de su voluntad, que yo le estuviese venciendo pero no podría soportar ser derrotado, además, por Califa y Fantini. La demostración la obtuve aquella citada noche. Resulta que yo noté un silencio muy extraño en la habitación donde Califa estaba intentando aprenderse, la última noche antes de aquel difícil examen, todo un libro entero de memoria. Así que decidí acudir para ver qué estaba sucediendo. Lo que estaba a punto de suceder era una verdadera tragedia si alguien no lo evitaba. Califa estaba psíquicamente agotado del todo, presentaba un cuadro de estrés nervioso descontrolado y estaba acercando una cuchilla de afeitar que tenía en su mano derecha hacia las venas de su muñeza izquierda. Rápidamente intervine antes de que fuera demasiado tarde. Le ordené que soltara la cuchilla de afeitar y que se fuera a la cama a dormir. Que era mucho mejor quedar suspendido en un examen que perder la vida por algo tan poco importante. Que había tiempo para superar la asignatura pero nunca estando muerto. Le convencí y se fue a dormir. Entonces supe que había tomado algo para intentar no dormirse y aprenderse todo el libro de memoria. Ese algo lo descubrí rápìdamente: era la Centramina, unas anfetaminas que Califa estaba tomando, quizás desde hacía ya tiempo, cuando tenía que acudir a algún examen de Bachillerato después de haber superado el Bachillerato Elemental. Y si Califa estaba haciendo todo aquello es que alguien le había contado que la Centramina era un doping excelente para los estudiantes de niveles de bachillerato e incluso universitarios que tenían la costumbre de aprenderse todos los libros de memoria. Me detengo un momento en la Centramina para explicar lo que significaba esta sustancia para los estudiantes y los deportistas de los años 60 y 70. Nombre genérico: Anfetamina. Nombres comerciales: Centramina, Bencedrina, Simpatina y Profamina. Las anfetaminas constituyen un grupo de substancias semejantes estructuralmente a la adrenalina y a la efedrina. La molécula representativa del grupo es la anfetamina. Es una amina simpaticomimética indirecta, que además de ejercer efectos sobre los receptores noradrenérgicos a y b periféricos tiene claros efectos sobre el sistema nervioso central: estimula el centro respiratorio bulbar, actúa sobre la corteza cerebral y parece también estimular el sistema activador de la formación reticular. También disminuye el efecto depresivo de otras drogas sobre el sistema nervioso central. Efectos secundarios (y atención a esto que es muy importante para quienes están estudiando): el aumento de la actividad psíquica se manifiesta por un aumento de la capacidad de concentrarse en tareas concretas. La realización de test a estudiantes nos indica cómo, bajo el efecto de anfetaminas, se aumenta la capacidad de respuesta, sin embargo aunque contestan mayor número de respuestas también cometen un mayor numero de errores. Euforia: se produce un aumento de la atención, mayor capacidad de comunicación, aumento de actividad. Disminución de la sensación de fatiga: la fatiga es un mecanismo regulador del organismo mediante el cual se frena la actividad. El hecho de que la sensación de fatiga este disminuida no significa que ésta no se presente, con el consiguiente riesgo para la persona que no sabe dosificar su esfuerzo y puede terminar en un agotamiento agudo con serias consecuencias para su salud. Insomnio: la anfetamina retrasa la aparición de sueño, pero no de manera indefinida, por lo que al suspender la administración de las anfetaminas aparece como fenómeno de rebote un sueño mas profundo y una necesidad imperiosa de dormir. El patrón del sueño se altera y puede tardar varios meses en volver a la normalidad. Disminución del apetito. Debido a esta acción en ocasiones se utilizan en el tratamiento de la obesidad, aunque esta acción es muy discutible. Aparece rápidamente tolerancia, siendo necesario aumentar la dosis para obtener el mismo efecto. Esto hace que con frecuencia las personas se hagan dependientes a las anfetaminas. Aparición de conductas estereotipadas, caracterizadas por la aparición en la persona que consume las anfetaminas de movimientos repetitivos. Al mismo tiempo pueden producirse sudoraciones, aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la presión arterial, sequedad de boca, vértigo, temblores. Generalmente estos efectos desaparecen al cabo de 3 ó 4 horas, apareciendo cansancio y en ocasiones la persona se siente deprimida e incapaz de concentrarse. No sé todavía lo que estaba sucediendo con Fantini (porque Fantini siempre ha sido mucho más flojo para los estudios) pero Califa se dopaba con anfetaminas (Centramina) a la hora de querer aprobar las asignaturas sin darse ni cuenta de los terribles efectos secundarios que produce. Yo jamás he tomado sustancia alguna (doping) ni en mis estudios ni a la hora de practicar cualquier clase de deporte. Había escuchado, desde niño, lo que sucedía con quienes se dopaban con las anfetaminas y ni tan siquiera se me ocurrió, ni se me pasó por la mente en ningún momento, consumir anfetaminas. Pero alguien le estaba incitando a Califa para que las consumiera. Si yo no era el que le estaba incitando tenía que ser alguien muy cercano a él y que estaba interesado en que no progresara en sus estudios. Es fácil deducir que, como Fantini no tenía interés alguno en que Califa fracasara como estudiante, no podía ser otra persona más que Gimi. Si Califa tomaba Centramina en los estudios (lo cual le hizo fracasar y no poder terminar el Bachillerato Superior tal como había sucedido con Gimi y también sucedió con Fantini) puede deducirse que, tal vez, también la tomaba para su rendimiento como deportista; porque ahora recuerdo que Califa era el único que podía aguantar mis esfuerzos físicos de atleta de fondo (tanto en fútbol como en pruebas más o menos maratonianas) y ponerse casi a mi altura; pero había algo que no resultaba ser lo mismo: mientras yo no tenía que hacer ninguna clase de esfuerzo extra (porque resultaba producto solamente natural) él tenía siempre que esforzarse al máximo para mantener ese ritmo; lo cual, a veces, le hacía sufrir graves desfondamientos, mareos, vértigos y hasta vomitaciones que nunca me ocurrían a mí. ¿Tomaba sustancias dopantes Califa y por eso se mostraba siempre tan nervioso cuando no le salían las cosas como él deseaba al practicar los deportes y después de haberlas probado cuando era estudiante? ¿Era por eso que, nada más terminar de aprender natación, en la Escuela Atenas de Madrid, se pasara tardes enteras ejercitando los cuatro estilos en las piscinas municipales ante el asombro de quienes le veían? ¿Era por eso que, después de sus grandes esfuerzos forzados hasta el límite de sus posibilidades, terminaba completamente rendido en su casa y durmiendo profundamente para poder reponerse mientras yo terminaba tan fresco que no sólo no me quedaba en mi casa sino que salía a divertirme con mis amigas y mis amigos? Estoy pensando que existen muchas posibilidades de que era eso lo que estaba sucediendo con Califa y que ha debido ser algo de eso lo que hiciera que muriese antes de los 65 años de edad. Y esto me guía a una última deducción. ¿Por qué Califa y Fantini, después de haber estado siempre a mi lado durante toda la infancia y durante toda la adolescencia, al llegar el momento de la juventud, y a pesar de que habíamos tenido siempre total confianza para hablar de cualquier tema entre nosotros tres -ya se sabe que Gimi no quería saber nada de ellos- dejaron de ser sinceros conmigo y se encerraron en un profundo y oscuro silencio en lugar de pedirme, con toda libertad, que les presentara a mis amigas y mis amigos para que tuviesen una amplia vida social madrileña junto conmigo? ¿Por qué no hicieron caso a la recomendación de Gallardo cuando se dirigió a ellos en la Ciudad Universitaria pidiéndoles que no rompiesen nunca nuestra unidad (la de los tres más pequeños) ya que él sabía lo que era la soledad por haber sido un hijo único y no haber tenido hermanos como yo, ya que me estimaba mucho el tal Gallardo? ¿Y por qué Gimi se negó en rotundo en cuanto a lo de ayudarles a que tuviesen una gran vida social madrileña cuando mi madre se lo pidió viendo que yo ya no lo necesitaba porque me defendía perfectamente bien? Sólo cabe pensar que Gimi tenía envidia de nosotros tres y que, aunque no tuvo más remedio que aceptar mi liberación y mi propia manera de hacer las cosas, les comió el coco a Califa y Fantini para que no saliesen más veces conmigo y mis amigas y amigos con tal que ellos tampoco le superasen en el éxito con las chavalas de buen ver, sexys, atractivas, naturales, interesantes e inteligentes. Y mi abuela materna lo sabía. Amén. CONTINUARÁ...
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