"Serás escritor" (Diario)
Publicado en Jul 27, 2016
Y llegó la despedida de mis estudios en el Colegio Lope de Rueda de Madrid. Yo tenía solamente 11 años de edad y había tenido que pasar las de Caín y aguantar carros y carretas por no repartir unas cuantas hostias a tipos como "Somier", "Garci", "Satur" y otros muchos de la misma mala ralea. Pero estuve siempre firme, dispuesto a seguir hasta que Don Florencio dijera que ya era suficiente mi instrucción intelectual. Así que llegó la hora de la despedida y sólo lo sentí precisamente por él, por aquel Gran Maestro que había sido represaliado por las huestes falangistas y fascistas tras el final de la Guerra Civil Española, rebajándole de Profesor de Universidad a simple maestro de escuela. Era justo hacer justicia y jamás he dejado de agradecer a Don Florencio Lucas Rojo el gran esfuerzo que tuvo que hacer para forjarme de cara a mi futuro. Llegó la hora de la despedida y me hizo levantar de mi asiento para, una vez puesto yo en pie, y para que lo supieran todos los que allí se encontraban, declarar bien alto: "Serás escritor; a pesar de todos estos miserables que tanto abundan entres tus compañeros de aula, tú serás escritor". Los miserables eran los del "bullyng". Lo de ser escritor es una realidad más grande que un templo. Y lo que yo admiraba a Don Florencio era el más enorme ejemplo de respeto que un alumno le debe a quien ha sido el mejor maestro de su vida. "Serás escritor". Me lo había dicho, nada más y nada menos, que el ilustre autor de obras como "Desde Herodoto al diluvio. Leyenda. arqueología, historia" y "El Instituto y la Escuela Primaria. Desarticulación pedagógica entre el uno y la otra"; fallecido en la ciudad de Madrid, el día 21 de diciembre del año 2000, a los 93 años de edad, después de que yo le enviara una carta de saludo y agradecimiento por lo que él había pronosticado sobre mis dones de escritor y recordándole aquellos tiempos en que lo tuve como maestro y forjador de mi personalidad. Y también después de que él me hubiera contestado: "Ya no me llames maestro, llámame compañero".
Primera Nota: La carta se la envié, a su domicilio de la calle madrileña de Fernán González, en el año de 1994 cuando, en compañía de mi Princesa y mis dos Princesitas, no me quedó otro remedio que emigrar hasta la República de Ecuador para que allí, en tierras americanas, se cumpliera lo que él había profetizado sobre mi futuro. Así fue. Allí tuve la oportunidad de ser escritor gracias a la ayuda desinteresada de mi Princesa. Y es que la envidia (y en España abunda mucho la envidia) hace que sea verdad el dicho de "nunca serás profeta en tu tierra" y por eso muchos y muchas tenemos que irnos a países muy lejanos para poder triunfar. Segunda Nota: Para que se enteren los soplagaitas de aquellos miserables compañeros de escuela y tipos como Benito el de la boina y otros que siempre dudaron de mis dones otorgados por Dios mismo y moldeados y educados por Don Florencio Lucas Rojo que sé que estará en el Cielo. l
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