Una vez que liberé a Boni y a Maxi de la férrea dictadura de Emilín, por fin pudimos mejorar con mucho la emocíón del ciclismo con chapas. Ya no era la absurda Regla de que sólo puntuaban (de 10 a 1) los primeros 10 ciclistas que llegaran a la meta de cada etapa y los demás se quedaban como si no hubieran participado en la misma. Aquello era totalmente injusto y había que ponerle remedio. Así que nos inventamos lo de contar las "tiradas" que íbamos utilizando y se clasificaban todos, absolutamente todos los participantes de cada etapa, según el número de "tiradas" que cada uno había tenido que utilizar. ¡Eso sí que era emocionante, justo y hasta racional de cara a conseguir el maillot amarillo de vencedor de la Vuelta que sería para el que menos "tiradas" hubiese utilizado en toda ella! Pero es que, además, el maillot verde también fue mucho más justo y hasta racional porque consistía en puntuar según el orden de llegada de todos (absolutamente todos) y no los 8 primeros por poner un ejemplo. Al maillot amarillo y al maillot verde le sumamos el maillot rojo de la montaña. Y no todas las montañas valían los mismos puntajes (tal como sucedía en la época de Emilín) sino que dividíamos las montañas en 3 categorías (como sucede en la realidad): montaña de primera categoría (sumaban puntos los 10 primeros en pasar por ella, desde 10 hasta 1); montaña de segunda categoría (sumaban puntos los 8 primeros en pasar por ella, desde 8 hasta 1): y montaña de tercera categoría (sumaban puntos los 5 primeros en pasar por ella, desde 5 hasta 1). ¡También era mucho más emocionante, justo y hasta racional! Pero no paró ahí la revolución sino que inventamos el maillot azul de las metas volantes (algo que no existía bajo la tiranía de Emilín), con tres metas volantes en cada etapa (y puntuaban los 3 primeros en pasar por cada una de ellas con 3 puntos para el primero, 2 puntos para el segundo y 1 punto para el tercero); a todo ello yo me preparaba para idear el maillot blanco para la combatividad (que resultaba ser la suma de los puntos de los ciclistas que iban en cabeza por cada "tirada" que utilizábamos con un punto por cada vez que fuera en cabeza) y, para dar mayor realismo al ciclismo de las chapas, inventamos las etapas contrareloj que se jugaban también por el número de tiradas que utilizaba cada ciclista pero de manera individual. Estuvimos a punto de inventar también las etapas de contrareloj por equipos (algo que ya tenía yo pensado adaptar en el futuro) y, además, yo también estaba pensando en animar los finales de cada etapa poniendo a consideración la Regla del Sprint Final que hubiese sido ya el colmo de la emoción a tope. Y, dicho sea de paso, también habíamos inventado ya, y puesto en práctica en una carrera que gané yo con Fausto Iza (y no lo digo de manera presuntuosa sino que fue la verdad), nada más y nada menos que el ciclocross. ¡A todo ello había que sumar la enorme revolución creativa que yo estaba ideando para las múltiples especialidades de ciclismo en pista (sobre la mesa del comedor) que estaba yo creando con mi imaginación (en lugar de la única y aburrida que existía en tiempos de la dictadura de Emilín)! ¡Lástima que se acabó aquel juego tan divertido, emocinante y totalmente creativo, pero las chavalas de buen ver ya estaban a la vista y yo llevaba, por aquel entonces, ya varios años ligando con ellas!. Así que eran 5 los maillots por los que competíamos en igualdad de condiciones siempre. Algunos espectadores callejeros lo pudieron ver y fueron testigos presenciales; mientras yo repartía mi ocio entre aquellos juegos recreativos, más otros muchos más y muy variados con las chapas (algunos ya inventados y puestos en práctica más otros por inventar pero ya creados en mi mente), diversos y variados juegos de mesa (algunos ya existentes y otros de creación propia y original), el deporte en vivo propiamente dicho (varios deportes y no sólo el fútbol) e ir en busca de chavalas que me gustaran mucho para sentirme completamente realizado, además de trabajar en Banca, acudir al cine, al teatro, ser actor teatral, cantar en público, convertirme en cantautor y cuentacuentos, ir a las excursiones, a los viajes, a acudir a fiestas de ciudades, pueblos y aldeas, a pasar el tiempo en las playas o las montañas, a los guateques, a las reuniones con amigos y amigas, a los bailes y las discotecas, salir de copas, ir a los cafés literarios o no literarios, acudir a los clubes nocturnos si era necesario, encender cigarrillos, pipas y cigarros puros sin fumar, ir a los toros, correr delante de los toros bravos, faenar en el campo al igual que los campesinos de antaño, cocinar huevos fritos, cumplir con el Servicio Militar, ir a las bibliotecas, a las hemerotecas, a los debates, tertulias, conferencias y otros actos culturales, a visitar toda clase de exposiciones, a hacer senderismo, a pasear tranquilamente sin pensar en nada o pensando en todo lo que me dé la gana, a dedicarme a ser colecccionista de cualquier cosa que me llamara poderosamente la atención, a ser participante activo de los talleres creativos (incluídas las Bellas Artes y la papiroflexia), ser maestro de primaria y de secundaria, trabajar en Periodismo Escrito y Periodismo Radiofónico, ser Relaciones Públicas, ser presentador de espectáculos musicales, acudir a recitales de poesía (y participar alguna vez de forma activa) así como a recitales de música, tocar el piano y la guitarra, tener solamente una novia para no perder el tiempo con las demás, tener dos hijas dentro de mi único matrimonio con mi mujer y nunca con las de los demás, jugar con mis dos hijas y educarlas como Dios manda, jugar con mis dos nietos y mi nieta y educarlos como Dios manda, visitar a los enfermos, usar disfraces chistosos, inventar y contar chistes más o menos buenos o más o menos malos, acudir a mítines de partidos políticos, participar de forma activa en manifestaciones políticas, sociales y culturales, idear, planificar, elaborar y desarrollar Talleres de Literatura Creativa, ser enlace sindical de los trabajadores de Banca y representante estudiantil en la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, trabajar con el cargo de Director Técnico y con el de Jefe de Redacción en medios de comunicación de masas, ser partipante activo de una ONG, bailar en público (a veces solo, a veces con una pareja femenina o a veces con un grupo mixto pero nunca jamás con una pareja masculina por si acaso), leer mogollones de tebeos, terminar la carrera y obterne el título de Licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, ser un excepcional prefesional en la elaboración de ensayos e investigaciones de muy alto nivel intelectual, viajar continuamente, ser guionista de radio, televisión, cine y cómics, hacer fotografías, ser entrenador de fútbol, ir a los cultos dominicales de iglesias cristianas, asistir a campamentos cristianos, acudir como alumno a Talleres de Cristianismo para aprender la Palabra de Dios, predicar el Cristianismo sin tener miedo ni a los brujos ni a las brujas porque Jesucristo es el Camino, Jesucristo es la Verdad y Jesucristo es la Vida, dedicarme a la muchísima lectura y a la escritura sin parar de ejercitar toda clase de géneros (incluso inventándome alguno que no existía antes) y otros etcéteras más como salir de vacaciones o tumbarme a la bartola. Para que luego vayan diciendo muchos de esos aburridos que sólo piensan nada más que en "mojar el churro" porque no tienen nada más en sus cabezas huecas -por ejemplo el Benitín de turno dejándose toda "la pasta" con las varillas y haciendo el canelo- que no hay tiempo para todo. Mi propia vida demuestra lo contrario a lo que ellos dicen. Se puede pero se debe sólo cuando llega la verdadera ocasión de "mojarlo" si eres cristiano de verdad. Jejeje. Ya no puedo reírme más a gusto cuando pienso en todo ello. ¡Jajaja!. Y mañana saldrá de nuevo el sol. Y seguiré inventando, estoy seguro, nuevas formas y maneras de aprovechar el tiempo. Acabo esta página de mi Diario recordando lo de "mente sana en cuerpo sano", que es una cita latina que proviene de las "Sátiras" de Juvenal; sabiendo, porque el conocimiento cultural es muy importante para tener una completa realización personal y humana, que Décimo Junio Juvenal (Aquino, 60-Roma, 128) fue un poeta latino, activo a finales del siglo I y comienzos del siglo II que, como habrán podido descubrir, si es que son finos observadores -algo muy primordial para ser inteligentes en esta vida- nació en la misma ciudad donde nacería Santo Tomás en el año 1224 según algunos historiadores o en 1225 según otros y, ¡asómbrense lo que se puede saber en sólo unos breves minutos!, en esta misma ciudad italiana nació, entre los años 123 y 140, Cayo Pescenio Níger, quien fue pretendiente al trono del Imperio romano desde mediados de abril de 193 hasta finales de marzo del año 194. Para quienes no lo sepan todavía y tengan curiosidad por saberlo, Aquino es hoy en día una ciudad y comuna de la provincia de Frosinone, situada en la región del Lacio, en Italia, a 12 kilómetros al noroeste de Cassino. Quien lea este texto y tenga la curiosidad de saber si hay un Casino (oficialmente nominado como Casino para juegos de azar) en Cassino, pues no os molestéis en buscarlo porque Casinos propiamente dichos sólo hay 4 en toda Italia: los de Campione, Venecia, San Remo y La Vallee. Todo esto es y sirve (perdonen mi genial audacia pero sólo lo hago de manera altruísta nada más), para demostrar que existe mucho por aprender en esta vida y no sólo lo del pensar únicamente en el "churro" ("les monsieurs Louis et Charles par exemple") porque para eso están las churrerías y el chocolate. Digo yo. Cierro mi Diario esta vez con una bohemia sonrisa.