¡Ojo con el esmirriado flacuchento! (Diario)
Publicado en Jul 29, 2016
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Merodea por Molina de Segura (de Murcia, España) desde hace algún tiempo un pajarraco esmirriado y flacuchento que resulta ser muy sospechoso en su proceder. Hoy me ha tocado a mí encontrármelo en Bombay (la cafetería donde casi todos los días desayuno mi café con leche sin meterme absolutamente contra nadie). Pues bien, hoy, día 29 de julio del año 2016 después de Jesucristo, a este tiparraco (o pajarraco) de mucho cuidado, se le ha ocurrido acercarse a mí para molestarme durante el tiempo que él creyera necesario. Pero se ha caído con todo su equipo.
 
Resulta que, sin yo haberle saludado tan siquiera, este esmirriado flacuchento, se acerca a mí y, bastante bebido de alcohol por cierto, empieza a chapurrear un lenguaje extraño, algo así como una mezcla de italiano con palabras árabes de vaya Dios a saber qué idioma. Se fija en mi barba y yo le miro haciéndole saber que si me la toca se gana la hostia del siglo. Se asusta. Me pide perdón y me da por primera vez la mano. Pero el escuchimizado personaje no se aparta ni me deja en paz. Me pregunta quién soy y le mando a la mierda con la mirada. Así que recoge velas y comienza a decir que él es un fanático seguidor del Corán. Ya estamos. Ya he cazado la verdad de este tipejo pero, de momento, le dejo continuar para que se confíe demasiado. Como está beodo del todo, este musulmán sigue hablando de una forma que no entiende ni el arzobispo de Canterbury. Así que me pide un cigarrillo y le digo que no tengo nada más que el que está encendido en mi mano izquierda. Decido salir a la puerta de la calle para no aguantarle más y, dicho sea de paso, no tener que darle un guantazo monumental.
 
Pero el muy cretino ha hecho como que no entiende que no deseo seguir hablando con él y mucho menos seguir escuchando su perorata que ni Dios la entiende. Me vuelve a insistir que es musulmán y su Libro es el Corán. Así que, como me da risa en lugar de miedo, le hago saber que mi Libro es la Biblia, que soy un Soldado de Cristo, y que paso absolutamente del Corán y de todos los musulmanes porque sólo creo en Dios Padre, Dios Hijo Nuestro Señor Jesucristo y Dios Espíritu Santo. Pero o es bobo del todo o ya pasa a ser un verdadero gilipollas porque sigue insistiendo en hablarme de su religión. Hay un cliente en la puerta que tiene un paquete de cigarrillos. Le indico al cretino musulmán que le pida uno, que se lo fume tranquilamente y que me deje en paz. El cliente le constesta que no, que a un pajarraco como él no le da ni los buenos dias. Así que como quiere volver a pegar hebra conmigo me introduzco de nuevo en el Bombay.
 
Parece que se da cuenta de que no tiene nada que hacer conmigo y se marcha a la barra a seguir bebiendo alcohol. Como era de esperar, vuelve a insistir conmigo para ver si me convence de que yo me convierta al Islam. ¡No sabe el ignorante con quién está hablando! Y como parece que me quiere contar algún suceso de la Historia le hago saber que no quiero saber ni de Historia ni de No Historia pero que, da la casualidad, de que yo sé un millón de veces más y mejor que él todo lo relacionado con la Historia de la Humanidad. Que cuando él había nacido yo ya me sabía toda la Historia Universal desde que comenzó la vida en la Tierra hasta nuestros días y hasta algo del futuro que nos va a tocar vivir. Se queda totalmente descolocado y quiere probar mis agallas intentando quitarme el bolígrafo que tengo sobre la mesa. Me lo quedo mirando fijamente, bien claro y bien alto, haciéndole entender que no haga ninguna clase de tontería o le voy a tener que dar esas dos hostias que se merece y que si se las doy le voy a poner directamente en la órbita del astro Plutón. Me da la mano (ya es la tercera vez que lo hace) para intentar volver a hablarme del Islam y los musulmanes.
 
Como ya me tiene hasta las narices, vuelvo a mirarle de frente para ver que no le tengo ninguna clase de miedo ni de pavor ni de terror ni de nada porque me parece solamente un payaso además de un cretino, y le digo (por segunda o tercera vez) que yo soy Cristiano y que nunca he matado a ningún ser humano y mucho menos a inocentes como sí están haciendo ellos. El esmirriado flacuchento, medio italiano medio no sé qué, se queda más blanco que la cal de una casa andaluza y me pide perdón. No sabe que yo no tengo por qué perdonarle nada y que vaya a pedir perdón a Dios por los crímenes y asesinatos que cometen todos los que son de su ralea.  
 
Una vez ya definitivamente asustado y convencido de que ni le tengo miedo ni quiero escuchar nada del Corán ni nada parecido al Corán se marcha definitivamente a la barra y termina por esconderse en el water. ¿Qué se puede deducir de toda esta aventura? Que se trata de un musulmán (italiano o no italiano) que está buscando a ingenuos e ingenuas para contarles el rollo de la "religión del amor" (entiéndase la de Mahoma) para captar adeptos al Islam y convertirlos en yihadistas musulmanes. ¿Puede ser que, entre los musulmanes de Molina de Segura, haya algún que otro yihadista intentando perpretar algún futuro acto de terrorismo en nuestra ciudad? Puede ser que sí y puede ser que este esmirriado y flacuchento pajarraco tenga mucho que ver con eso. ¡Ojo con el esmiririado flacuchento! No le pierdan de vista porque quizás sea un pájaro de cuenta de esos que resultan peligrosos aunque no tengan ni media hostia. Quizás dándole unas cuántas de ellas aprenda a saber dónde está y con quiénes está hablando.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Páginas de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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