Cuestiones Españolas (Reportaje)
Publicado en Aug 01, 2016
Según lo que estamos viendo, viviendo y padeciendo, quienes formamos parte de la población española por culpa de la inmensa mayoría de políticos ineptos e inútiles de nuestra actualidad política, es necesario ser contundentemente claros para que todos podamos saber, de una vez por todas, qué es lo que se intenta fraguar a espaldas del pueblo español. Así que, digamos, para empezar, que la Política no es ni sucia ni limpia. Los que son sucios o limpios son los políticos. Esto hay que tener muy bien entendido para seguir hablando. Yo me pregunto, en estos momentos de incertidumbre, incredulidad y hasta estupidez de la mayor parte de nuestros políticos actuales, cuál es la razón por la que digan que hay que cambiar la actual Constitución (Monarquía Constitucional) que fue puesta a votación de toda la población española para que la aceptasen o la rechazasen antes de ponerse en práctica. La actual Constitución Española se llevó a cabo en 1978, cuando yo tenía la edad de 29 años de edad, y recuerdo con total claridad cómo sucedieron los hechos para que se llegara a ella y fuera puesta en marcha después de ser aceptada, en las urnas, por una inmensa mayoría de votos de la población española. Así fue como sucedió todo aquello y que recoge, fidedignamente, Wikipedia. La Constitución española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico español, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde el 29 de diciembre de 1978. La Constitución fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, siendo posteriormente sancionada por el rey Juan Carlos I el 27 de diciembre y publicada en el "Boletín Oficial del Estado" el 29 de diciembre del mismo año. La promulgación de la Constitución implicó la culminación de la llamada transición a la democracia, que tuvo lugar como consecuencia de la muerte, el 20 de noviembre de 1975, del anterior jefe de Estado, el general Franco, precipitando una serie de acontecimientos políticos e históricos que transformaron el anterior régimen dictatorial en un «Estado social y democrático de derecho que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político», tal y como proclama el artículo primero de la Constitución. En él también se afianza el principio de soberanía nacional, que reside en el pueblo, y se establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. La Constitución establece una organización territorial basada en la autonomía de municipios, provincias y comunidades autónomas, rigiendo entre ellos el principio de solidaridad. Tras el proceso de formación del Estado de las Autonomías, las comunidades autónomas gozan de una autonomía de naturaleza política que configura a España como un Estado autonómico. Las entidades locales, como los municipios y las provincias, gozan de una autonomía de naturaleza administrativa, cuyas instituciones actúan en conformidad con criterios de oportunidad dentro del marco legal fijado por el Estado y las comunidades autónomas. El rey es el jefe del Estado, figura que desempeña funciones de naturaleza eminentemente simbólica y que carece de poder efectivo de decisión. Sus actos tienen una naturaleza reglada, cuya validez depende del refrendo de la autoridad competente que, según el caso, es el presidente del Gobierno, el presidente del Congreso de los Diputados, o un ministro. La división de poderes, idea fundamental en el pensamiento liberal, es establecida implícitamente por el texto constitucional. En la base, la soberanía nacional permite la elección, por sufragio universal (varones y mujeres, mayores de 18 años), de los representantes del pueblo soberano en las Cortes Generales, configuradas a modo de un bicameralismo atenuado, integrado por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas cámaras comparten el poder legislativo, si bien existe una preponderancia del Congreso de los Diputados, que además es el responsable exclusivo de la investidura del presidente del Gobierno, y su eventual cese por moción de censura o cuestión de confianza. No obstante, tanto el Congreso como el Senado ejercen una tarea de control político sobre el Gobierno mediante las preguntas e interpelaciones parlamentarias. El Gobierno, cuyo presidente es investido por el Congreso de los Diputados, dirige el poder ejecutivo, incluyendo la administración pública. Los miembros del Gobierno son designados por el presidente, y junto a él, componen el Consejo de Ministros, órgano colegiado que ocupa la cúspide del poder ejecutivo. El Gobierno responde solidariamente de su actuación política ante el Congreso de los Diputados, que, dado el caso, puede destituirlo en bloque mediante una moción de censura, que necesariamente debe incluir un candidato alternativo que será inmediatamente investido presidente del Gobierno. El poder judicial recae en los jueces y tribunales de justicia, siendo el Consejo General del Poder Judicial su máximo órgano de gobierno. El Tribunal Constitucional controla que las leyes y las actuaciones de la administración pública se ajusten a la norma suprema. ¿Han leído bien, todos ustedes, lo que es y lo que significa la actual Constitución española que sólo se puso en marcha, y esto es importantísimo de entender, cuando el pueblo español votó a favor de ella por amplísima mayoria en un referendum nacional celebrado el 6 de diciembre de 1078? Sí. Fue el pueblo español, directamente y a través de las urnas, el que dijo sí a una Constitución que vino a ser el colofón de una Transición a la Democracia en España que llegó a ser considerada como modelo ejemplar para el resto del mundo; incluyendo por lo tanto a dicha Constitución que es la que actualmente impera en España. ¿Cómo es posible que ahora haya tantos "espantajos" de políticos y políticas a los que se les llena la boca diciendo que "hay que cambiar la Constitución"? ¿Por qué pregonan eso los interesados personajillos y personajillas que ni tienen talla de políticos ni dan la talla de inteligentes? ¿Cuál es la causa final que se esconde astuta y ladinamente detrás de esa petición de que se cambie la actual Constitución Española? Vamos a descubrir el "compadreo" que se traen todos estos inútiles políticos y políticas que, bajo la apariencia de demócratas al servicio del pueblo español, sólo esconden aviesas intenciones de separatismo. Los llamados independentistas en varias zonas geográficas de la única España que existe lo que quieren es aparentar que son fiables y confiables para cambiar una Constitución que no les interesa a sus intenciones de separatismo para poner en su lugar una Federación de Estados independientes que, según ellos, estarían unidos por una causa común? ¿Se puede saber por qué esa unidad española ha estado siempre funcionando bien bajo el marco de la España de las Comunidades y ahora, de repente y sin motivo alguno, se nos venga a decir que es necesaria una Federación de Estados independientes unidos? ¿Quién se puede tragar y creer tal absurdo, tal trampa y tal engaño de cara al único pueblo español que existe? ¿Nos pueden demostrar, esos bocazas de turno y de mal pelaje, cuándo España ha sido un conjunto de Estados independientes si resulta que todos sabemos muy bien la Historia de España y la unidad de España se formó con la fusión de todos los Reinos que existían en nuestra patria para formar un solo Estado español en forma de Reino único? Lo han leído bien. Nunca hubo varios estados españoles sino varios reinos que formaron un solo Reino único que pasó a ser el Estado español. Entonces nos podemos preguntar que cuál es la razón por la que ahora, de repente, a los bocazas de turno y de mal pelaje, les entra la manía de pedir que los españoles y las españolas aceptemos una Federación de Estados independientes. El asunto está bien claro. A toda esta caterva insufrible de politicastros y politicastras que tan interesado están, de repente, en formar una Federación de Estados (cuando no han existido los estados en plural en España sino solamente uno en forma singular) les interesa sacar tajada en beneficio de sus ocultas intenciones; porque si aceptamos un mogollón de Estados independientes unidos en una Federación lo que estamos aceptando es que cada uno de dichos Estados tenga la capacidad legal de separarse, cuando les de la gana a su dirigentes, sin tener en cuenta, para nada, la opinión del resto de Estados de la Federación. Esa clase de maniobra es la que se quiere proponer para descomponer la unidad de España y hacer que en nuestro suelo patrio surja un separatismo de tal calibre que la unidad salte en mil pedazos y aparezcan, de repente, mil estados independientes sin que tengan ninguna unión entre ellos a través de referéndums de carácter regional y no de carácter nacional. ¿Ven cuál es la realidad que están ocultando estos miserables? Pasemos ahora a tratar el asunto del Ejército Español. ¿Cuáles son las dos principales funciones, entre otras muchas más secundarias, del Ejército Español dentro del marco de la actual Constitución española? Es muy fácil de saber: defender la unidad de España ante el ataque que nos pueda llegar desde el exterior de nuestras fronteras y defender la unidad de España ante el ataque que nos pueda llegar desde el interior de nuestras fronteras. Esto es tan elemental que lo saben y lo conocen hasta los alumnos y las alumnas de la primaria en todos los colegios de España. El Ejército Español tiene no solamente el derecho sino la obligación de defender la unidad de la única España que existe. ¿Y saben ustedes quién es el Jefe Superior de todo el Ejército Español? Es el Jefe de Gobierno y el Jefe de Gobierno es el rey. Luego el rey es el Jefe Superior de todo el Ejército Español. Llegados a este punto de las presentes cuestiones españolas, voy a volver a escribir todo el texto de mi artículo publicado el pasado 26 de julio con el título de "No sólo soy demócrata" porque no solo no me retracto de nada de lo escrito sino que me reafirmo en lo que escribí y no me da ninguna clase de miedo volver a repetirlo cuántas veces sean necesarias hacerlo poque no me arrepiento de nada de lo que en él he expresado. Fue lo siguiente. "No sólo soy demócrata sino que tengo dignidad. En su momento histórico necesario yo fui uno de los que luchamos en las calles por una España mejor. ¿Hemos conseguido, a la hora de la verdad, una España mejor? No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que el sistema electoral que nos han impuesto desde arriba (¿les suena a algo esto de desde arriba?) no es lo que podemos llamar el sueño español que teníamos quienes luchamos, en su momento histórico necesario, por una España que se nos ha venido abajo. La cerrazón y la cazurrería de los políticos (¿les suena a algo esto de partidos?) ha llevado a nuestro país al mayor de nuestros ridículos históricos. Siempre he predicado (y lo sigo haciendo) que la existencia de partidos políticos en la Era de la Globalización no tiene sentido alguno; que lo que tiene razón de ser, en pleno Siglo XXI después de Jesucristo, no son los partidos políticos sino las personas. ¡Qué diferente situación política tendríamos ahora, en España, si en lugar de haber votado, por dos veces consecutivas para mayro vergüenza, a las listas cerradas lo hubiésemos hecho a personas a través de listas abiertas! Tendríamos, al menos, un gobierno mucho más decente que este absurdo laberinto en el que nos han metido unos pérfidos políticos que se llaman demócratas pero nos están imponiendo la dictadura de sus caprichos. Y el pueblo español está ya harto de tanta estupidez y de tanto ridículo en general. Podemos pero no debemos ir a unas terceras elecciones generales cuando ya los españoles de a pie estamos hartos de tanto pitorreo. Que me perdonen los débiles de carácter (no es culpa de ellos sino de sus naturalezas), pero tal como están las cosas y para conseguir, por fin, una España mejor, la propuesta ideal es que para evitar ya tanto bochorno a nivel nacional e internacional, lo mejor sería (y repito que no sólo soy demócrata sino que tengo dignidad) que el Ejército Español no permita ya ni un solo capricho más a estos políticos que parecen cualquier cosa menos políticos. Así que, aunque les duelan las prendas a algunos que se disfrazan de demócratas para hacer lo que les da la gana, la solución es un golpe de estado militar totalmente pacífico pero contundente para que, por fin, haya un gobierno que dirija esta nave que ya está totalmente a la deriva. Al menos los militares son personas serias y no esta caterva de desdichados e infelices politicastros que estamos teniendo que sufrir. ¿Terceras elecciones generales? ¡Jamás debemos cosentir tanto ridículo! Yo, desde luego, no pienso volver a ir a las urnas porque soy demócrata pero tengo dignidad. Y algo muy importante que se llama decencia". Lo he trascrito textualmente sin añadir ni quitar ni una sola coma y ni una sola letra proque me siento sanamente orgulloso de haberlo escrito y, repito, que no sólo no me retracto de lo escrito por mí en ese texto de Opinión porque para eso soy ciudadano español y, además, periodista profesional, y tengo y defiendo mi libertad de expresión porque estoy diciendo verdades dentro del contexto general de la actual Constitución española que me cobija y me resguarda dicho derecho. Volvemos al tema. Hace unos años, un miserable extranjero (y yo respeto a todos los extranjeros y a todas las extranjeras e incluso he dado cobijo en mi propio hogar a muchos de ellos y a muchas de ellas), refugiado en España porque se cagó a la pata abajo cuando el general Pinochet dio un golpe de estado cruento en su país. Se trata de un chileno que, con todo el respeto que me merecen los chilenos y las guapísimas chilenas como Caty Contreras por ejemplo, sólo era un miserable que se introdujo en Cataluña y, siendo chileno y no español, comenzó a publicar en la página de Tustextos.com poesías y texttos en catalán donde animaba a los catalanes y catalanas y a los vascos y a las vascas a que se rebelasen contra la España Democrática y se hicieran separatistas proclamando su independencia. Este miserable y cobarde chileno, que estaba cagado de miedo por el golpe de estado del general Augusto Pinochet, se apellidaba Muñoz Tigre y cuando me enfrenté dialécticamente contra borró rápìdamente todos sus textos y, demostrando lo cobarde y lo poco hombre que era -quizás hasta fuese maricón y esto no lo puedo afirmar pero lo dejo como una duda razonable y una posibilidad de que lo fuese- dijo de mí que yo era "un persona de mierda" y desapareció de la página cuando yo le contesté que al menos yo era una persona pero que él sólo era gentuza, una escoria que venía a crear problemas políticos a un país extranjero donde le habíamos abierto las puertas de nuestra generosidad para que se escondiera como una cucaracha porque estaba cagado de miedo tras el golpe de estado militar de Pinochet que debió vivirlo metido debajo de la cama de su mamá en vez de haber salido a luchar en las calle con la posibilidad de haber muerto como otros muchos miles de valientes chilenos y chilenas murieron por defender la Democracia contra la Dictadura. Dejando ya a este miserable Muñoz Tigre en el olvido -quizás esté dándose ahora por el trasero con algún "querido" cosa que no afirmo sino que planteo como duda razonable y una posibilidad nada más- sigamos con nuestra labor. Yo no he dicho ni escrito jamás que prefiero un golpe de estado militar antes que una deomocracia sino todo lo contrario. Soy demócrata y lo he demostrado millones de veces; pero lo que estoy haciendo saber es que la Guerra Civil Española fue la más sangrante de toda nuestra Historia, la más brutal, la más horrenda de todas nuestras guerras. ¿Qué pasa con las absurdas acciones de nuestros politicastros y paliticastras actuales? ¿Están buscando que en vez de ponerse a gobernar ya de una puñetera vez por todas tengamos que volver a enfrentarno españoles contra españoles en otra sangrante, brutal, horrenda y cruel guerra con derramamiento de sangre de millones de seres inocentes? ¿Prefieren eso estos repelentes politicastros y politicastras en lugar de gobernar como personas decentes e inteligentes? Yo jamás apoyaría un golpe de estado militar pero puestas las cosas tal como se han puesto, yo lo apoyaría si no nos queda otra salida porque estos inútiles e ineptos políticos no nos dejan otra salida, ya que prefiero un millón de veces más un golpe de estado militar, que sea contundente pero plena y totalmente pacífico, hasta que estos inútiles e ineptos políticos (y los llamo así cuantas veces sean necesarias hasta que me demuestren lo contrario) se pongan ya de acuerdo y comiencen a gobernar (pues esa es su obligación) respetando, por encima de todas las cosas y de sus intereses partidistas, la Constitución española en todos su artículos aprobados por la inmensa mayoría del pueblo español (hombres y mujeres) en 1978 a través de referéndum nacional, antes que una nueva cruenta, brutal y horrenda sangría que sería una segunda guerra civil en nuestra patria y que quiera Dios que jamás se produzca. Hablemos de nuestra patria llamada España. ¿Cuál es el territorio que le pertenece a España? Pues, entre otros que quizás no recuerde ahora, se encuentra toda la Península Ibérica excepto Portugal y Gibraltar (aunque no debemos olvidar que las reclamaciones de soberanía de España sobre Gibraltar, que nunca hemos renunciado a reclamarla como parte de España, fueron admitidas y falladas a nuestro favor en la mísmísa ONU aunque Gran Bretaña nunca ha querido aceptar lo que la ONU dictó que era parte de nuestro territorio para que luego vayan diciendo por ahi que la ONU sirve para algo y que la Gran Bretaña hace lo que le da la gana sin tener en cuenta lo que dice la ONU), todas las islas y territorios declarados y aceptados mundialmente como partes de España aunque no estén dentro de la Península Ibérica, todas las Delegaciones, Embajadas y Consulados de España que se encuentren en territorios extranjeros porque son partes de España, todos los barcos y naves marítimas que trabajen bajo el pabellón de la bandera española y otras entidades políticas, sociales y culturales que ahora no tengo tiempo de citar textualmente pero que también forman parte del territorio jurisdiccional de España. ¿Y quién es la Autoridad Suprema de todo ese territorio español citado? Ya lo he dicho antes pero lo vuelvo a repetir. Es el rey de España. Los presidentes de España y los políticos que gobiernan en España, desde la muerte del general Francisco Franco Bahamonde, pueden ser cambiados y de hecho se están continuamente cambiando según los deseos del pueblo español a través de las votaciones democráticas en las urnas para elegirlos en Europa, en España y en todas las regiones y pueblos que pertencen a España; pero el rey es inamovible y sólo puede ser sustituido por otro rey si dicho rey abdica en su sucesor. Por eso el rey inamovible de España, y único Jefe de Estado que tenemos, es Felipe VI tras abdicar su padre Juan Carlos I. Yo no me defino ni como monárquico ni como republicano porque paso olímpicamente de toda clase de ideologías habidas y por haber. Yo sólo soy un cristiano verdadero que no pertenece a ninguna religión de este mundo ni de otro mundo que pueda existir, pero cumplo con la Plabra de Dios (la Biblia) que me ordena a que, si soy buen cristiano, le dé al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Y también me ordena que respete sin ninguna clase de juicio crítico ni queja a la máxima autoridad de mi patria (que resulta que es Felipe VI, rey actual de España), que le honre, que nunca le traicione y que esté siempre orando (no rezando sino orando porque son dos cosas distintas ya que rezar pertenece a una religión y orar pertenece solamente a una forma de vida cristiana no religiosa) para que gobierne bien y siempre acierte en las decisiones que tome; y por eso digo lo mismo que dijo Du Guesclin cuando, estando presente en la lucha a muerte que mantenían Pedro el Cruel y Enrique de Trastámara, Pedro el Cruel consiguió situarse sobre Enrique y se disponía a apuñalarlo cuando Du Guesclin intervino sujetando al rey por la pierna y haciéndolo girar, momento que aprovechó el bastardo para asestarle una estocada mortal. Tras la lucha, el caballero francés se justificó con una frase que ha hecho historia a nivel mundial: "Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor". Y con estas palabras introdujo a la casa de Trastámara en la Historia. Era el 23 de marzo de 1369. Yo, de la misma manera que Du Guesclin, pero jamás utilizando violencia alguna ni de ningún tipo porque soy pacífico por naturaleza y por ser cristiano verdadero, también digo que ni pongo ni quito rey pero sirvo a mi señor. Observen que no he dicho que ayudo a mi señor (porque no entro en ninguna clase de luchas ni peleas por el poder) sino que sirvo a mi señor (que es cosa muy diferente). Y ahora que hablamos de monárquicos y republicanos, para que sigamos todos aprendiendo un poco más de Historia de España y de Politica Española (con todos sus "tejes y manejes" de intereses ocultos) se me ocurre preguntar lo siguente: ¿fueron la Primera República Española y la Segunda República Española elegidas por el pueblo español a través de las urnas democráticas como muchos dicen debido a sus ignorancias (incluidos intelectuales, artistas de todo género y hasta escritores) o fueron en, realidad y en primer lugar, dos golpes de estado que dieron los diputados y congresistas contra los monarcas españoles sin que el pueblo español hubiese votado a través de las urnas si preferían a la Monarquía o preferían a la República? ¿Verdad que es una curiosa pregunta sobre todo cuando hay tantos sabios e intelectuales que se las dan de conocedores de todo aunque saben más bien muy poco, incluídos algunos artistas, escritores y poetas de gran nombradía universal? Pues veamos cúales son las dos respuestas consultadas las fuentes históricas (y desterrando ya tantos mitos prefabricados en los que nos han querido hacer creer a fuerza de marketing politico y de publicidad basada en hechos falsos y héroes que no lo fueron en la medida en que nos han hecho creer). La Primera República Española fue el régimen político vigente en España desde su proclamación por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez-Campos dio comienzo a la Restauración borbónica en España. El primer intento republicano en la historia de España fue una experiencia corta, caracterizada por la inestabilidad política. En sus primeros once meses se sucedieron cuatro presidentes del Poder Ejecutivo, todos ellos del Partido Republicano Federal, hasta que el golpe de Estado del general Pavía del 3 de enero de 1874 puso fin a la República Federal proclamada en junio de 1873 y dio paso a la instauración de una República Unitaria bajo la dictadura del general Serrano, líder del conservador partido constitucional. El período estuvo marcado por tres conflictos armados simultáneos: la tercera guerra carlista, la sublevación cantonal y la Guerra de los Diez Años en Cuba. La Primera República se enmarca dentro del Sexenio Democrático, que comienza con la Revolución de 1868 que dio paso al reinado de Amadeo I, al que siguió la República, y termina con el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos en Sagunto que puso fin a la República e inició la Restauración borbónica en España. Paremos un momento para reflexionar antes de meternos a analizar la creación de la Segunda República Española. Si leemos con atención cómo se instauró la Primera República en nuestra patria vemos que, en ningún momento interviene la voluntad del pueblo español votando a través de las urnas democráticas. La Primera República Española se fraguó, como vemos al leer el texto, dentro de las Cortes. Fueron los diputados y congresistas los que dieron un golpe de Estado y forzaron a todo el pueblo español (lo aceptaran o no lo aceptaran) a vivir bajo una república. Lo que opinara el pueblo español no contó para nada en sus instauración. Nunca hubo un referéndum para que los españoles y las españolas votaran democráticamente si querían la República o querían que permaneciese la Monarquía pero gobernando de otra manera. Hablaremos de esto después de ver cómo se instauró la Segunda República Española en nuestra patria. Pero el caos de la Primera República fue tal que los dirigentes de la misma (siempre peleándose y machacándose los unos contra los otros) tuvieron la peregrina idea de dividir al Reino de España en todos estos Estados que pasaron a tener tantas libertades que muy pronto, de seguir el caos en que estaba sumida nuestra patria, estaba previsto que pronunciarían su total independencia: Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas y, para colmo de los colmos, los Estados podrían conservar las actuales provincias o modificarlas, según sus necesidades territoriales. De la misma forma y manera se fraguó y se impuso al pueblo español la Segunda República: tras la dimisión del general Miguel Primo de Rivera en enero de 1930, Alfonso XIII intentó devolver al debilitado régimen monárquico a la senda constitucional y parlamentaria, a pesar de la debilidad de los partidos dinásticos. Para ello, nombró presidente del gobierno al general Dámaso Berenguer pero éste fracasó en su intento de volver a la "normalidad constitucional". En febrero de 1931 el rey Alfonso XIII ponía fin a la "Dictablanda" del general Berenguer y nombraba nuevo presidente al almirante Juan Bautista Aznar, en cuyo gobierno de "concentración monárquica" entraron viejos líderes de los partidos dinásticos liberal y conservador, como el conde de Romanones, Manuel García Prieto, Gabriel Maura Gamazo, hijo de Antonio Maura, y Gabino Bugallal. El gobierno propuso un nuevo calendario electoral: se celebrarían primero elecciones municipales el 12 de abril, y después elecciones a Cortes que tendrían "el carácter de Constituyentes", por lo que podrían proceder a la "revisión de las facultades de los Poderes del estado y la precisa delimitación del área de cada uno (es decir, reducir las prerrogativas de la Corona) y a "una adecuada solución al problema de Cataluña" Las elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931 (habiendo sido ya despojado de sus poderes el rey por parte de los diputados y congresistas de las Cortes y pongan total atención a esto de despojado ya el rey de todos sus poderes sin haberlo decidido el pueblo español a través de las urnas porque ahí está la trampa) arrojaron, en el momento de la proclamación del nuevo régimen, unos resultados parciales de 22.150 concejales monárquicos -de los partidos tradicionales- y apenas 5.875 concejales para las diferentes iniciativas republicanas, quedando 52.000 puestos aún sin determinar. Pese al mayor número de concejales monárquicos, las elecciones suponían a la Corona una amplia derrota en los núcleos urbanos: la corriente republicana había triunfado en 41 capitales de provincia. En Madrid, los concejales republicanos triplicaban a los monárquicos, y en Barcelona los cuadruplicaban. Si las elecciones se habían convocado como una prueba para sopesar el apoyo a la monarquía y las posibilidades de modificar la ley electoral antes de la convocatoria de elecciones generales, los partidarios de la República consideraron tales resultados como un plebiscito a favor de su instauración inmediata. El marqués de Hoyos llegaría a decir que "las noticias de los pueblos importantes eran, como las de las capitales de provincia, desastrosas". Dependiendo de los autores, hay distintas interpretaciones de los resultados. La razón por la cual los resultados de los principales centros urbanos representaban la derrota de la monarquía, es posible hallarla en que en esos núcleos el voto estaba menos adulterado, pues la presencia de caciques, partidarios en su inmensa mayoría de la monarquía, era menor. Esto daba constancia de que la corona estaba completamente desacreditada, puesto que se había arrimado demasiado al régimen de Primo de Rivera. ¿Quienes fomentaban y apoyaban la Segunda República Española dejando de lado a la inmensa cantidad de millones de españoles y españolas que eran casi analfabetos y muchos de ellos analfabetos del todo y por lo tanto fáciles presas para la demagogia ya que no tenían ninguna clase de formación política?Vamos a analizar esto con mucha calma. ¿Antes de organizar tal caótico referendum popular se le llamó al pueblo español a votar en las urnas democráticas si querían al monarca o rechazaban al monarca? No. No hubo ninguna consulta previa sino que, de nuevo los diputados y congresistas decidieron crear la República sin contar con la decisión de los españoles y las españolas antes de hacer tal cosa. Si el pueblo participó en las votaciones posteriores fue después de haberse creado la II República Española debido a otro golpe de Estado contra el rey por parte de quienes formaban la opinión política del país basándose en sus intereses partidistas (ya estamos otra vez con las nefastas ideologías) y, una vez que se logró inculcar e introducir sibilinamente y psicológicamente de forma inconsciente dentro del pensamiento de los españoles y las españolas (que en aquella época eran, en su inmensa mayoría, muy ignorantes en temas de Política ya que sólo unos poquísimos sabían lo que era) sometiéndoles a la creencia de que resultaba ser preferible la República (que favorecía las ambiciones políticas de todos los Partidos) antes que la Monarquía (que no favorecía a ninguna). O sea, que tampoco se llamó al pueblo español a acudir a las urnas para elegir entre Monarquía y República antes de maniobrar de manera tan astuta. La política llevada a cabo durante la Segunda República Española (esa que tantos y tantas van diciendo que fue votada por el pueblo español a través de las urnas y que es totalmente falso) fue mucho más caótica que la llevada a cabo durante la Primera República Española. Lean lo siguiente porque no tiene desperdicio alguno y nos daremos cuenta de lo que estaba sucediendo. Entre la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931 y el fin de la Guerra Civil, el 1 de abril de 1939, se sucedieron un total de 26 gobiernos. Alejandro Lerroux García (Partido Republicano Radical) presidió en seis ocasiones el Consejo de Ministros, Manuel Azaña Díaz (Acción Republicana e Izquierda Republicana) en cinco. Por otra parte Diego Martínez Barrio (Partido Republicano Radical y Unión Republicana), Joaquín Chapaprieta Torregrosa (Partido Centrista e independiente), Manuel Portela Valladares (independiente), Francisco Largo Caballero (PSOE) y Juan Negrín López (PSOE) lo hicieron en dos. En una ocasión Niceto Alcalá-Zamora y Torres (Partido Republicano Conservador), Ricardo Samper Ibáñez (Partido Republicano Radical), Augusto Barcia Trelles (Izquierda Republicana), Santiago Casares Quiroga (Izquierda Republicana) y José Giral Pereira (Izquierda Republicana). ¡26 gobiernos en tan solo 8 años de duración! Nada menos que 3,25 gobiernos cada año y discutiendo continuamente sin dar solución alguna a todos los males que aquejaban a la sociedad española. Récord mundial de gobiernos por cada año y continuas luchas de todos contras todos. ¿Qué pasaba mientras tanto en España? Que la sociedad entera iba de crisis en crisis y se hundía cada vez más hasta llegar al fondo. Y del fondo sólo se podía salir ya, inevitablemente, con la intervención del Ejército Español (algo casi igual a lo que está sucediento en la actualidad con los politicastros y politicastras peleándose entre ellos mismos y ellas mismas y sin acordarse para nada de un pueblo español que está ya necesitando urgentemente que se abandone el caos y que haya un Gobierno que comience a gobernar). ¿Es o no es una solución dar un golpe de estado militar que les ponga a todos a trabajar en lugar de seguir abusando y tomando el pelo a todos los españoles y españolas? Mediten la respuesta por favor y sepan de qué estoy, en realidad, hablando cuando nos acechan los musulmanes por el exterior y los separatistas en nuestro interior. El pifostio que se armó tanto durante la Primera República Española como durante la Segunda República Española, y por culpa de las ambiciones políticas de todos los que ansiaban obtener poderes sin tener en cuenta, para nada, lo que necesitaba el pueblo español, fue de tal calibre que ya sabemos todos cómo terminaron esas dos imposicionres republicanas a unos españoles y españolas que, en su inmensa mayoría, eran casi completamente "analfabetos" en cuanto a las cuestiones políticas se tratase y que no podía ver la cantidad de "tejes y manejes" ocultos tras la apariencia de democracia pero que, como no podía ser de otra manera, salió a la luz pública toda la "porquería" que estaba escondida bajo el nombre de República. ¿No hubiese sido verdaderamente democrático que, antes de armar aquellos dos pifostios en los que el pueblo no entendía nada de nada, se le hubiese planteado a ese mismo pueblo si querían al rey o no querían al rey? Muchos están casi seguros (o seguros del todo) que la mayoría del pueblo español hubiese votado por no querer al rey. ¿Es eso verdadero? Yo creo que no lo es. ¿Saben ustedes lo que es la demagogia? Muy sencillo de aprender. La demagogia es una práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular y, por lo tanto, podemos también decir que la demagogia es la degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. ¿Es la demagogia de los partidos políticos la que hizo que se proclamaran la Primera República Española y la Segunda República Española que terminaron, precisamente, porque se produjeron a través de dos golpes de Estado contra la Monarquía, convirtiéndose al final en un caos tan grande que, ya sabemos todos, finalizaron con dos dictaduras? Sí lo sabemos. La de Miguel Primero de Rivera y la de Francisco Franco Bahamonde. Las ambiciones de los partidos políticos, sin consultar para nada con la voluntad del pueblo a través de las urnas antes de que ellos decidieran crear las Repúblicas que les convenían a sus intereses partidistas y separatistas, nos guiaron a tales páginas indeseables de nuestra historia del Siglo XX que era mejor que España no hubiese existido durante todo ese siglo. Es muy conocida la frase que dice: "los errores del pasado sirven para no cometer errores en el presente". Sabia conclusión que, sin embargo, al parecer no aprenden la mayoría de los españoles porque... ¿no es cierto que lo que se está buscando por parte de los actuales separatistas es desacreditar al rey Felipe VI para sacar la tajada que están buscando y que no es otras sino destruir a la España de la Monarquía constitucional y dividir la Península Ibérica en, digamos por ejemplo, una decena de Estados independientes acabando así con la existencia de España y su muy digna historia?... yo, particularmente yo, creo que esa clase de tipejos es lo que están buscando. Desprestigiar al rey de España para hacer que el pueblo español le rechace del todo. Desprestigiar al rey de España burlándose de él, mofándose de él, silbándole y abucheándole continuamente, contar chistes cotra la inteligencia del rey de España, etcétera. Sucias maniobras de los republicanos para hacer que los españoles crean que tienen un rey tonto. ¿No es eso lo que estuvieron haciendo continuamente los etarras vascos, los separatistas catalanes y toda esa purrela de antimonarcas extendidos por algunas tierras españolas? Sí. Eso es lo que se estaba buscando para acabar con la Monarquía constitucional diciendo que ya no servía para nada. Pero el rey Juan Carlos I resultó ser mucho más inteligente que todos ellos juntos y abdicó en su hijo Felipe VI en el momento más oportuno. Todos los etarras se vinieron abajo, todos los separatistas catalanes se vinieron abajo y todos los de las purrelas antimonárquicas de algunas partes de España se vinieron abajo. Felipe VI es otra cosa. Hablando de manera completamente desinteresada e imparcial, estoy seguro de que si se hubiese celebrado un referéndum para implantar tanto la I República Española como la II República Española, muchos españoles hubiesen dicho sí a las Repúblicas por su propìa volundad y no forzados por los golpes de Estado contra los monarcas que ya habían llevado a cabo los diputados y congresistas de las Cortes; pero conociendo bien al pueblo español, y que conste que conozco muy bien a mi pueblo, estoy todavía más seguro que muchísimos más españoles que los que hubiesen dicho sí a las Repúblicas hubiesen dicho sí a la Monarquía pero gobernando de otra manera diferente. ¿No es eso lo que existe hoy en España bajo el nombre de Monarquía constitucional y está funcionando perfectamente bien? Si se hubiese hecho así antes de fomentar unas Repúblicas que sólo buscaban los intereses de los partidos politicos que luchaban, hasta matando a sus rivales si era necesario, por cuotas de poder, no hubiésemos tenido que vivir tantas desgracias históricas y políticas en el Siglo XX. ¿Qué les importaba a los lideres republicanos el pueblo español y su desarrollo? Absolutamente nada que fuera diferente a lo que planteaban las teorías de sus bases fundamentales partidistas. El partido era lo prioritario. El pueblo era secundario o no tenía ninguna importancia salvo llegada la hora de coger las armas no para defender a España sino a las ideologías de los partidos (sean cuales fuesen dichas ideologías y yo no pertenezco a ninguna de ellas) a través del derramamiento de sangre en batallas crueles y horrendas de españoles contra españoles, de compatriotas contra compatriotas y hasta de hermanos contra hermanos. Eso es lo que fueron las dos Repúblicas Española y eso es lo que están buscando los republicanos separatistas de la actualidad que no hacen más que sacar sus banderitas tricolores (rojo, amarillo y lila) haciendo el lila en cualquier manifestacíón pública, en cualquier evento sea cual sea la naturaleza del mismo y en cualquier acto al cual ni tan siquiera se les ha invitado para que acudan. Pero no. Ellos siempre aparecen con su obsoleta, antigua y ya totalmente pasada de moda y olvidada por muchos, banderita republicana. Como diciendo que van a volver a machacar a la Democracia por la que tantísimos españoles y españolas estuvimos luchando. Hablemos de la bandera legítima y legal de España. Mi amigo Luis, en un café-tertulia, dijo que él nunca sentiría nada por una bandera que representaba los símbolos dictatoriales de la época franquista. Estaba cometiendo un error garrafal y se lo hice saber. Le dije, cara a cara porque para eso somos amigos, que la bandera española actual no tiene nada que ver con la bandera española de la época de Franco. Rápidamente se dio cuenta de su error y pidió disculpas. Y hablando de las banderas de España he investigado lo suficiente para encontrar este texto que transcribo fielmente. ¿La bandera republicana y la bandera del águila son ilegales e inconstitucionales? El uso de esas banderas por algunos militantes del PSOE -en el caso de la primera- y algunos del PP -en el caso de la segunda- llevó ayer al portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, a rechazar el uso de ambas y reclamar al PSOE que expulse a sus afiliados si exhiben la tricolor, pues ésta "no es constitucional y no respeta la legalidad". Además, Hernando dijo que la tricolor es un símbolo tan "inconstitucional" como la bandera del águila de San Juan. Hernando también dijo que desde 1978 la bandera de España es "otra", y en su Twitter afirmó: "la única bandera legal de España es la constitucional. Otras ofenden los sentimientos de muchos españoles y además no son legales". Con sus declaraciones Hernando manifiesta una tremenda confusión entre lo oficial y lo legal, igual que les ocurre a algunos con el tema de las lenguas. La bandera actual, ciertamente, está marcada por ley -lo veremos más abajo- como la bandera oficial de España. Por supuesto, uno puede usar libremente la bandera del aspa de Borgoña, la rojigualda con el águila o la tricolor republicana si así lo desea, minetras no las ice en un organismo oficial (en estos organismos el uso de las banderas está regulado por la Ley 39/1981, también conocida como Ley de Banderas). El uso de las otras banderas al margen del ámbito oficial es perfectamente legal. El señor Hernando debería saberlo, que para eso es legislador. Por otra parte, Hernando también demuestra una enorme ignorancia sobre lo que dice la Constitución. Le bastaría con leerse su Artículo 4: "La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas". Dicho artículp no cambió el diselo de la bandera de España adoptada por el Real Decreto de 28 de mayo de 1785, que implantó la rojigualda como bandera naval española, salvo lo que señalaba dicha norma en lo referido al escudo. A propósito del emblema heráldico de nuestro país hay que señalar, además, que en los 169 artículos y 15 disposiciones que forman nuestra Constitución no hay ni una sola mención al escudo de España. Dicho escudo quedó definido por la Ley 33/1981, casi tres años después de ser aprobada la Constitución. Como se puede comprobar leyendo la disposición transitoria primera de esa ley, el uso del escudo nacional obliga a los organismos públicos, no a los particulares. Es decir, que si en vez del escudo de España quieres poner el toro de Osborne, el águila de San Juan, el emblema de tu equipo de fútbol favorito, tu blasón familiar, el Sagrado Corazón de Jesús o la cruz de Santiago, puedes hacerlo mientras no ices esa bandera en un organismo oficial ni utilices un símbolo que constituya un ultraje u ofensa a la bandera. Las críticas de Hernando a la bandera con el escudo del águila de San Juan son aún más equivocadas si tenemos en cuenta que ése era el escudo que figuraba en los primeros ejemplares de la Constitución, y siguió siendo el escudo en vigor durante los tres primeros años de vigencia de nuestra actual Carta Magna. Por todo ello resulta cómico que algunos consideren que la bandera con ese escudo es "anticonstitucional" o "preconstitucional". Por otra parte, hay que recordar que la rojigualda es una bandera que tiene un notorio arraigo en España. En 1808 la enarbolaron muchos españoles como expresión de su patriotismo en la Guerra de la Independencia, a pesar de que entonces dicha bandera sólo era el pabellón naval, pero no la bandera nacional con carácter oficial (empezó a serlo en 1843 durante el reinado de Isabel II). Tal era el aprecio popular por esa enseña que en contra de lo que creen algunos, la Primera República de 1873 conservó la bandera roja y gualda, limitándose a suprimir la corona real y el emblema de los Borbones en el escudo. El diseño básico de la bandera, con las franjas rojas de un cuarto de grosor cada una y la franja amarilla tan ancha como las otras dos juntas, se conservó hasta 1931, al instaurarse la Segunda República. Además de igualar las tres franjas, el segundo régimen republicano cambió el rojo de la tercera franja por el morado por confusión entre ambos colores, al considerar que el morado era el color del pendón de Castilla, enarbolado por los comuneros. Sin embargo, y como revelan la mayor parte de las representaciones heráldicas del escudo de Castilla llegadas hasta nuestros días, las armas castellanas tenían un fondo de rojo carmesí, no morado. Si se interpretó como tal fue por la degradación del color en las banderas más viejas de las conservadas hasta entonces. Tema aparte es el curioso hecho de que los secesionistas de hoy prefieran ña tricolor a la rojigualda, cuando la tricolor se diseñó por la inspiración castellanista de los republicanos de la época. Lo que hace la ignorancia... Y ya que hablamos de ignorancia y de la bandera tricolor, volvamos a las declaraciones de Hernando. El portavoz adjutno del PP se equivoca también al calificar de "inconstitucional" esta bandera, si por al entendemos que sus uso no está permitido en nuestro actual régimen constitucional. Sí que lo está, obviamente, igual que lo está el de la bandera del águila de San Juan. Lo que sí es la bandera tricolor es preconstitucional, si con este adjetivo nos remitimos a la Carta Magna de 1978, claro. Es un adjetivo, por cierto, que se suele aplicar en los medios -erróneamente- a la bandera del águila, pero no a la tricolor. Pero que ésta sea preconstitucional sólo identifica su situación en la historia, no la legalidad de su uso. Otro debate es el relativo a los sentimientos. Ciertamente, tanto la bandera del águila como la tricolor ofenden los sentimientos de muchos por razones diversas. La primera se asocia con una dictadura que llegó al poder mediante una rebelión militar y se asentó mediante una feroz represión. La tricolor identifica a una república que convirtió a buena parte de España en una dictadura de tipo soviético que -como bien señalaba ayer Luis del Pino- asesinó en un solo mes (noviembre de 1936) y en una sola provincia (Madrid) a más gente -unas 5.000 personas, incluyendo hombres, mujeres y niños- que la Inquisición española en toda su historia (1.500-2.000 personas ejecutadas en tres siglos), pese a lo cual esa república aún tiene defensores entusiastas entre muchos que se dicen demócratas. Personalmente no me identifico con ninguna de las dos, aunque entiendo que otros sí sientan algo hacia ellas, aunque sea porque también fueron anarboladas por compatriotas nuestros en actos de gran valor: desde los republicanos que lucharon en la liberación de París contra los nazis, hasta los "guripas" que combatieron en la Batalla de Krasni Bor contra los soviéticos, por poner un par de ejemplos. Eso me parece digno de respeto, y lo digo teniendo en cuenta las críticas que conlleva -en una España corroída por el sectarismo político- reconocer y honrar el sacrificio de quienes murieron luchando con valor y con honor, bajo una bandera o bajo la otra. Obvia decir que la bandera de España con el actual escudo también ofende a muchos españoles, empezando por todos aquellos que parecen no tener más premisa ideológica que el odio a todo lo que se relacione con España, hasta llegar a los que consideran que sentir amor por España y usar la bandera rojigualda es de "fachas", y que lo "democrático" es usar la bandera de un régimen que terminó sus días convertido en una dictadura bolchevique. No es mi caso, por supuesto. Yo no soy monárquico, pero soy español y esa bandera es la que cuelga en mi cuarto, porque es la bandera de España, la que aceptaron aceptaron y votaron los españoles de forma abrumadora y en libertad en 1978, cuando nuestros abuelos y nuestros padres fueron capaces de traer a España la democracia superando el odio incubado durante años de guerra y dictaduras. Eso lo consiguieron a base de grandes dosis de piedad, perdón y afán de reconciliación, una receta que les vendría muy bien a muchos que a estas alturas, y en su mayoría sin haber vivido ni la contienda ni sus consecuencias, parecen buscar una bandera que les identifique con un banod de una guerra de hace más de 75 años, y no la bandera que aquí y ahora, de cara al mundo, rerpesenta a la Patria común de todos los españoles". No sólo estoy totalmente de acuerdo con todo lo que ha escrito este autor sino que le aplaudo sinceramente por tener las ideas tan elaboradas y, sobre todo, por la conclusión final que da a su texto dejando las cosas totalmente claras. Yo, aún reconociendo lo que supusieron la bandera del águila de San Juan ("azules" de la Guerra Civil) y la bandera tricolor ("rojos" de la Guerra Civil), me aparto totalmente de todas ellas (y otras muchas más que han estado apareciendo desde que llegó la última época del franquismo, la transición y los primeros años de la democracia en España), porque pienso, razono, medito, escucho, digo, escribo y proclamo por cualquier medio de comunicación a mi alcance que mi única bandera y la única por la que lucharía, si llegara el caso de dar la cara por ella, es la bandera bicolor actual que lleva impreso el escudo real que se refiere al rey Felipe VI. Y prefiero servir a un rey que tiene personalidad y carisma que no a cualquier grupo de políticos interesados apoyándose en turbas de masas de enajenados y fanáticos mentales que les siguen porque están completamente alienados. Coherencia. Terminemos el presente reportaje hablando de coherencia que es lo mínimo que se le puede pedir a las personas (hombres y mujeres) que sean inteligentes o, por lo menos, que sepan bien lo que desean. Yo no tengo ninguna clase de ideología de ningún tipo. Sólo soy un cristiano verdadero sin ninguna clase de religión. Al no tener ninguna clase de ideología ni de religión, la lógica dice que puedo vivir en cualquier lugar de esta Tierra sea cual sea. ¿Sucede lo mismo con los republicanos de España? Yo no entiendo por qué tienen que ser tan masoquistas que viven frustrados en nuestro país. Yo afirmo que si fuese un republicano democrático español, y viendo que España es una Monarquía constitucional, dejaría de sufrir tanto (porque afirmo que ser masoquistas es propio de seres tontos) y me marcharía a vivir feliz a algún país que se denomine republicano y demócrata. Allí sería completamente feliz porque viviría en completa coherencia con mi ideología. Así que me he tomado la molestia de investigar cuáles son esos países que se denominan Repúblicas Demócratas para ver si todos lo respublicanos se animan y se van a vivir a ellos. Tienen hasta 10 opciones para poder elegir a gusto del consumidor. Son los siguientes países: República Argelina Democrática y Popular, República Democrática del Congo (antes Congo Francés), República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), República Democrática Federal de Etiopía, República Democrática Popular Lao (Laos), República Federal Democrática de Nepal, República Árabe Saharaui Democrática, República Democrática de Santo Tomé y Príncipe, República Democrática Socialista de Sri Lanka y República Democrática de Timor Oriental. Tienen 10 "preciosos" destinos donde irse a vivir para ser totalmente coherentes con sus formas de pensar y nos harían inmensamente felices a los demás porque al marcharse ya de España dejarían muchos puestos de trabajo libres que, al ser ocupados por otras personas no republicanas, daría el resultado de poder eliminar por completo el paro en España. Ellos serían muy felices viviendo en esos países republicanos y demócratas y los demás seríamos también muy felices viviendo en la Monarquía constitucional de España.
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José Orero De Julián