Ramón Ramiro Ramírez Ramos (Diario)
Publicado en Aug 08, 2016
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Los psicólogos y los psiquatras vienen siempre informando, como resultado de sus estudios académicos y profesionales, que hay personas muy raras porque tienen doble personalidad como sucede, por ejemplo, en "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" (en inglés "Strange Case of Dr Jekyll an Mr Hyde"), a veces titulado simplemente "El doctor Jekyll y el señor Hyde", que es una novela escrita por Robert Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886, que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde.
 
Pero sucede que en el Banco Hispano Americano de Madrid hay un caso tan extraordinario que no tiene solamente dos personalidades distintas sino cuatro personalidades diferentes. Se llama Ramón Ramiro Ramírez Ramos. Algunas veces es un vulgar ordenanza haciéndose el tonto para dar lástima, otras veces es un delegado de club de pesca haciéndose el espabilado diciendo que se las sabe todas, en otras ocasiones es un alto cargo directivo que cuando nos ve no nos saluda porque sabe que somos mejores que él incluso desde cuando estudiábamos juntos en la misma academia para aprender las asignaturas bancarias, y por último hay momentos en que le da por ser un delegado de deportes que roba metiéndose, con el cómplice silencio de todos los de la UGT, en sus bolsillos más del sesenta por ciento del presupuesto que concede el Banco Hispano Americano para actividades deportivas y recreativas de sus empleados y empleadas. Lo veo. Pienso. Razono. Y por las noches lo descubro. La Luna tiene 4 caras: la visible, la oculta, la que soñamos y la que nunca sabemos cómo es. Vaya mundo. Ordenanzas creyéndose guaperas cuando sólo son vulgares y más feos que el trasero de una mona de Gibraltar; pescadores que no pescan nada más que constipados, gripes y cogorzas; altos directivos que no saben ni que ahora no se escribe Méjico con jota sino que se escribe México con equis; y delegados de deportes que tiran la piedra y esconden la mano cuando sus bolsillos están ya repletos de calderilla.
 
El caso es que los ópticos están amasando verdaderas fortunas porque desde hace unos pocos años hasta la actualidad y, al parecer, hasta un futuro muy lejano, entre los jóvenes "pardillos" y los menos jóvenes "verderones", se han puesto de moda las gafas de sol, oscuras con grandes cristales de color verde opaco al estilo "paco el del camino" con las que no se ve nada o casi nada pero que dicen que sirven para ligar a chicas de buen ver (y vaya paradoja esa de buen ver si se las mira a través de cristales tan opacos que casi no se las ve o se las ve como si fueran radiografías en lugar de chicas guapas) y, además, a los más intelectuales (los autoproclamados "progres" de trenkas otoñales) les ha dado por usar y poner de moda, entre todos ellos, los lentes quevedescos con patillas de alambre y lentes redondas de culo de botellas de Anís del Mono de John Lennon hasta que Lennon se fue a criar malvas. ¿Será por todas estas causas por las que "Johny cogió su fusil" para protestar por todo lo habido y por todo lo haber?
 
Yo sé que algún día de estos tendré que elegir entre ser rebelde con causa o ser rebelde nada más y sin causa alguna. No lo dudé ni un instante y llegado el día que yo estaba pensando desde hacía bastante tiempo, al presentarme como candidato demócrata y sin llevar a cabo ninguna campaña electoral, elegí ser rebelde nada más y sin causa alguna puesto que ya sabía yo, desde mis primeros años con las chavalas de muy buen ver, que las causas siempre traen consecuencias (sean políticamente correctas, políticamente incorrectas o de esas que es mejor no hablar para que no se enfaden los abortistas por ejemplo y me llamen carca, antiguo, obsoleto y todo lo que quieran cuando soy más contemporáneo y moderno que todos ellos juntos). Yo no estaba dispuesto ni entonces, ni nunca ni jamás, en cargar sobre mis "costillas" las consecuencias ajenas en las que yo no había participado nunca ni estaba participando (ya mis lectores y lectoras más perspicaces saben de qué causas estoy hablando) pues eso es tan evidente que no lo voy a describir más porque está más claro que el hache dos ó (que significa agua pero a lo moderno como ellos van proclamando). Sigo.
 
Así que aquel año de 1976 después de Jesucristo (puesto que resulta que soy un cristiano verdadero y no hago ni puñetero caso al calendario chino ni a cualquier otro calendario tan absurdo como el calendario chino sino al que divide a nuestra Historia Humana en "antes de Jesucristo" y "después de Jesucristo" para que se enteren bien enterados todos los de las religiones que hay en la Tierra y a las cuales no pertenezo porque sólo soy cristiano nada más) me planteé el dilema. ¿Ser o no ser un verdadero luchador de reivindicaciones obreras y laborales a favor de estos tipos como Ramón Ramiro Ramírez Ramos (y otros miles y miles más) de los que sé que ni me lo van a agradecer nunca ni tan siquiera me van a dar las gracias por jugarme el puesto de trabajo e incluso la vida defendiendo dichas reivindiaciones de las cuáles ellos van a ser los más beneficiado sin haber luchado nunca jamás para conseguirlas? Antes de saltar al ruedo, como sensacional torero que soy, hablo con Jesucristo para que me vaya bien en las elecciones pero tengo dudas razonables y se las expongo.
 
Señor, ¿es justo yo que tenga que sacrificarme mi carrera dentro del Banco por defender a esta clase de gentes que ni tan siquiera quieren saber, aunque sea de manera teórica, lo que son las luchas obreras y además que sé que nunca me van a dar las gracias y ni tan siquiera me van a saludar cuando les vea pasar a mi lado porque soy sano y justo y ellos solamente unos hipócritas? Jesucristo me respondió que sí era justo. Otra noche volví a exponerle otra de mis dudas razonables. Señor, ¿es razonable que tenga que ser yo y no otro? Jesucristo me respondió que sí era razonable. Sólo me quedó tiempo para, la última de las tras noches, preguntarle. Señor, ¿por qué yo tengo que ser el sacrificado? Y Jesucristo me contestó finalmente que era su elegido como líder desde que yo había nacido y que había llegado la hora de demostrar a todos y a todas, amigos o enemigos, seguidoras o rivales, que sí lo era. Sólo me quedó una cuarta pregunta abusando un poco de nuestra mutua amistad. Señor, es que son esquiroles. Y él antes de tocarme con su mano en la cabeza y me pusiera a dormir profundo, contestó con una voz suave y amorosa. Lo sé, "Diesel", lo sé y por eso serás tú quien luche por todos ellos y conseguirás la victoria para todos ellos aunque todos ellos se aparten de tu camino y tú tengas que irte muy lejos para que se den cuenta de su tremendo error y las injusticias cometidas contra el único líder que luchaba por todos y por todas sin pedir nada a cambio que era lo que sí hacían los sindicalistas. El tiempo le dio la razón, como siempre, a Jesucristo. 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Páginas de Diairo personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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