El sobretodo del Doctor Alsina (Mini Novela) -Captulo 1-
Publicado en Aug 10, 2016
"El incidente en el garaje fue el tercer suceso con tintes de catástrofe en casa de los Amory, y clavó un terrible pensamiento en la cabeza de Loren Amory: su querida esposa Olivia intentaba matarse" (Patricia Higshmith).
------- Sofía Obregón comenzó a hacer bolas con todas las hojas que ya tenía escritas y las fue arrojando, cada vez con más rabia, al cesto de los papeles. Intentaba escribir una nota que fuese totalmente creíble para que sirviera de pista, al doctor Esteban Alsina, con motivo de que descubriera algo sobre su estado de ánimo. Esta forma de actuar era una de las muchas rarezas de Sofía Obregón. Ahora se había empeñado en hacer la vida imposible a Esteban Alsina para que se ocupara solamente de ella y le diagnosticara, con total exactitud, qué es lo que estaba pasando por su cabeza y qué pensaba ella de la vida misma. En un ángulo oscuro de la sala habia una vieja arpa, abandonada y llena de polvo. Antes ella solía tocarla durante un par de horas cada día a partir de las 5 de la tarde. Ahora ya estaba olvidada por completo. Así que con el corazón latiendo como una máquina de cortar el césped dejó de intentar seguir escribiendo algo que resultara interesante y decolgó el teléfono. - ¿Qué terrible enfermedad te ataca ahora, Sofía? - Un montón de cosas, doctor Alsina. - Llámame Esteban como siempre, por favor. - ¡No! En este asunto prefiero llamarle doctor Alsina por si alguien anda escuchando algo. - ¿Has estado pensándolo últimamente? - No. No he pensado nada todavía. ¿Por qué? Esto no se lo eperaba el doctor. - Porque... bueno... todo se puede llegar a saber... - ¿Me está usted culpando a mí? - Sólo te digo que eres muy descuidada. - ¿Y usted no es también culpable? - No sigamos hablando por teléfono, Sofía. Es mejor hacerlo de manera personal. - ¡Entonces quiero verle inmediatamente! - ¿Crees necesaria tanta precipitación? - Es mi vida y supongo que, a pesar de todo, merece la pena seguir viviendo... - ¿Todavía sigues pensando en el suicidio? - Usted me hizo prometer que no lo intentara nunca más... - Pero lo has intentado... Ella no quiso decir nada más sobre el asunto. - ¿Dónde nos podemos citar, doctor Alsina? - Creo que lo mejor, para pasar desapercibidos, es vernos en la Biblioteca. - ¿En la Biblioteca de Molina de Segura? - ¿Tú estás loca? ¡Cómo vas a pensar que yo cometa tan grave error! - ¿Se refiere entonces a la Biblioteca Regional de Murcia capital? - Sí. ¿Sabes dónde está? - No soy ninguna analfabeta. - No te estoy insultando, Sofía. - Está bien. Acepto su disculpa. - No me estoy disculpando de nada sino que solamente te digo que no estoy insultándote. - No quiero discutir tonterías con usted. Está en la Avenida Juan Carlos I, número 17. - Si tuvieras tan buena memoria siempre ahora no te encontrarías tal como estás. - ¡Deje de decir sandeces, doctor Alsina! - No te ofendas otra vez, Sofía. Nos vemos a las diez de la mañana. - ¿En qué rincón exactamente? - En la planta primera. En la Sección de Literatura. - Pero yo no puedo estar alli tan pronto. Necesito una hora más de tiempo. - No te preocupes por eso, Sofía. Yo te estaré esperando una hora pero quiero que seas puntual. Me pone mal de los nervios eso de que cuando cito a una mujer ésta llegue más de una hora tarde. - Ya se nota que es usted un verdadero machista. - Pero por lo menos soy más sincero que tú. Por eso te cuento que me viene bien que llegues a las once porque así me da tiempo para seguir escribiendo comentarios sobre "Los poemas de Mar Menor". - ¿Se puede saber qué hace un psiquatra leyendo poemas de Carmen Conde? - Tengo tres motivos para hacerlo; en primer lugar porque Carmen Conde nació en Caertagena lo mismo que yo; en segundo lugar es que el Sindicato UGT me ha pedido escribir un comentario sobre este libro para nuestra Revista Trimestral "Locos pero contentos"; y en tercer lugar es porque estoy locamente enamorado. - Y necesita aprenderse de memoria algún poema más o menos amoroso para conquistarla aunque ella no le esté haciendo ni puñetero caso. - ¡Eso es! A veces pienso que la psiquiatra eres tú y yo soy el loco. - ¿Me está tildando de loca, viejo verde verdulero? - ¡¡No desatemos la Tercera Guerra Mundial, Sofía!! - A partir de ahora haga usted el favor de no llamarme nunca más Sofía y cuando se dirija a mí limitese a decir señora Obregón. Nacida en Molina de Segura para ser más exactos y para que vea que yo también me siento muy orgullosa de mi lugar de nacimiento. - No va usted a comparar a Molina de Segura con Cartagena... - ¡Estoy hasta el moño de mi abuela, que en paz descanse, de tanta hostilidad regionalista! Yo me considero una ciudadana universal. - Dejemos ya de hablar pendejadas, señora Obregón, y vayamos al asunto. La espero mañana a las 11 del día en la Sección de Literatura de la primera planta de la Biblioteca Regional de Murcia capital. Si tanto le interesa lo que voy a hacer entre las 10 y las 11 de la mañana ya se lo he contado. Investigo el contenido del poema "Luna en el Mar Menor" para escribir un comentario en "Locos pero contentos" - No me extraña nada. Ya sabemos todos los vecinos y vecinas de Molina de Segura que usted es un lunático. - ¿Quién está insultando ahora? - Decir la verdad no es insultar. - Pues a mí no me ha dado nunca por intentar suicidarme y usted ya lleva tres intentos fallidos. Esperemos que a la cuarta sea la vencida. - ¡¡Grosero!! ¡¡Ya verá cómo respondo yo a esas calumnias, vejestorio!! Sofía Obregón colgó el teléfono y, cogiendo el minicomponente Sony que le había costado algo más de 550 euros, se tumbó en el sofá y encendió el aparato. - ¡Recuerdo aquella vez en que yo te conoci.. recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cómo ni cuando yo te vi... pero si que te diré que de ti me enamoré.. de esos tus hermosos ojos y tus labios rojos que nunca olvidaré... oye esta canción que lleva alma, corazón y vida y nada más... esas tres cositas nada más te doy. Cómo no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y vida y nada más. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazon para quererte y vida para vivirla junto a ti... Recuerdo aquella vez en que yo te conoci... recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cómo ni cuando yo te vi... pero si que te diré que de ti me enamoré... de esos tus hermosos ojos y tus labios rojos que nunca olvidaré... Oye esta canción que lleva alma, corazon y vida y nada más... esas tres cositas nada más te doy. Cómo no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y vida y nada más. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Y vida para vivirla junto a ti. Y vida para vivirla junto a ti. Rápidamente apagó el minicomponente. - En verdad que no sé para qué quiero seguir viviendo...
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