El sobretodo del Doctor Alsina (Mini Novela) -Captulo 4-
Publicado en Aug 12, 2016
"El viernes por la tarde Claude sabía ya cómo lo haría" (Patricia Higsmith)
------- El siguiente viernes, por la tarde, el psiquiatra Esteban Alsina Amores, recibió una inesperada llamada telefónica en el local donde atendía sus consultas. - ¿Se puede saber quién me llama ahora? Ya he terminado mi jornada laboral. - ¡Le juro que no voy a terminar jamás de perseguirle hasta verle encerrado entre rejas! - ¿Otra vez usted, loca de nacimiento? - ¿Cómo ha osado llamarme ahora? - ¡Loca de nacimiento! ¿Se puede saber cuándo va a terminar de perseguirme si ya le he dado a entender de mil formas distintas que usted no va a ligar conmigo jamás? - Como se nota que se apellida Amores... - De segundo. De segundo apellido soy Amores. - ¡Machista! ¡Sinvergüenza! - Pero si sólo es el primer apellido de mi madre... - Ahora no van por ahí los tiros... - ¿Puedo saber por dónde me va a disparar ahora? - ¡A quemarropa! ¡Va a ser a quemarropa para que no se me vuelva usted a escapar! - ¿Y no le parece que eso es estar loca de nacimiento? - Si quiere saberlo acuda a la cita. - ¿A qué cita? En mi agenda yo no tengo apuntada ninguna cita para hoy. - Lo que le estoy diciendo es que le obligo a que acepte otra cita conmigo para que se entere de una vez por todas. - Pero señora... ¿de qué me tengo que enterar ahora?... - ¡Me he enterado de que le gustan mucho los cafés con leche! - Sí. Lo confieso. Me encantan los cafés con leche. Y, si es posible, servidos en vaso de caña y con dos sobres de azúcar. Pero no sé cuándo me podré tomar el próximo. - ¡Hoy mismo, a las 7 de esta tarde, en "Ítaca"! - Lo siento, señora... pero a las 7 de la tarde siempre sago a dar una vuelta por el barrio con mi perrita "Chispa". - ¡Como no esté usted esta tarde, a las 7, en "Ítaca", y ya que está hablando de su barrio, le juro que va a tener que cambiarse a un barrio nuevo, Doctor Barrionuevo... digo... Doctor Alsina... para que yo no le encuentre! - ¿Y no podría ser mejor a las 8 de la noche? - ¡Está bien! ¡No sé cómo lo consigue pero siempre se sale con la suya! ¡A las 8 de esta misma noche en "Ítaca"! - Yo iría con sumo gusto y sumo placer... pero hay un problema... - ¿Qué problema puede ser ese? - Que el presupuesto que tengo para hoy se me ha acabado y no tengo para tomar nada más. ¿Podría usted misma invitarme al café con leche a pesar de lo mucho que me odia? - ¡Con sumo gusto y con sumo placer le invito yo, caradura! ¡Pero lo hago sólo para ver cómo le atrapo y derrumbo toda esa fama que tiene usted delante de todo el público! - ¿Qué clase de fama tengo yo? - ¡La de donjuan sin límites! - ¡Arrea! Pues no me he enterado todavía. - ¿No quiere usted confesar que conquista a las mujeres? - ¡Le he repetido ya cien mil veces seguidas, y parece que usted o es sorda o se hace la sorda aunque lo sea... digo... aunque no lo sea... que a la única mujer que yo he conquistado en mi vida ha sido a mi esposa! Por lo menos que yo sepa. - ¡Siga! ¡Siga usted haciéndose el gracioso conmigo hasta que se le acabe la cuerda! - Pero de qué cuerda me está usted hablando ahora, señora bruja... esto... señora hechicera.. digo señora nada más... - ¡Le estoy hablando de la cuerda de la cual le van a ahorcar en cuanto se sepa toda la verdad! ¡¡Estafador!! - ¿Yo estafador? ¿Puedo saber por qué me llama ahora estafador? - ¡Esta noche, a las 8 en punto, en "Ítaca" y delante de todo el público, se va usted a enterar por qué le llamo estafador! ¡Me voy a morir de risa! Sofía Obregón soltó una horrenda carcajada antes de colgar el teléfono. - ¡¡¡Jajajajajá!!! Esteban Alsina Amores tembló ligeramente pero pudo mantener la calma. Se sirvió un brandy, se acercó hasta la ventana y miró al cielo. Las nubes se estaban acumulando y amenazaban tormenta. Comenzó a reflexionar para sí mismo. - Empiezo a estar un poco cansado de todo esto. Quizás la lluvia me venga bien a partir de las 5. ¿Por qué no? Está visto que no se puede confiar en nadie. ¿Qué misterio estaba intentando ocultar el doctor Alsina al afirmar que no se podía confiar en nadie? Tomó un libro y, hasta que sonara en el reloj de pared la hora de bajar con "Chispa" a la calle, siguió apurando su brandy, sentado en el butacón, mientras leía en voz alta. - "Ahora yo también tenía un hogar propio mientras permanecía soportando en aquel laberinto los ataques de algunos y algunas y la defensa de otros y otras. Pero aquello, repito, ya no era mi guerra y no me importaba nada en absoluto ninguna de aquellas batallas ajenas. Mi cuerpo estaba allí pero mi mente estaba en otro lugar. ¡No me importan vuestros insultos ni vuestras burlas! ¡Tenéis la lengua demasiado larga y demasiado sucia!. Ya no gritaré más veces ¡¡¡LIBERTAD!!! por vosotros ¡Ahora me llamaréis egoísta porque seguís siendo tan falsos como siempre! Ahora sólo gritaré ¡¡¡LIBERTAD!!! por mí mismo y por mi familia! Y les dije también: ¡Sabéis todo lo que he luchado por vosotros y por vosotras pero ya no volveré a levantar mi voz por vosotros aunque os sigo sin odiar! ¡Me podéis llamar egoísta todo cuánto querráis pero yo sólo gritaré ¡¡¡LIBERTAD!!! para salir de este laberinto infernal!" Esteban Alsina Amores interrumpió bruscamente su lectura porque escuchó unos ruidos sospechosos. Se quedó totalmente callado mientras observaba que el pomo de la puerta comenzaba a girar como si alquien quisiera entrar en la sala sin que él se diera cuenta; así que tomó el badil de la chimenea, que ya estaba encendida del todo y crepitaba incesantemente, y acercándose a la puerta la abrió intempestivamente mientras iba a lanzar el golpe mortal. - ¡¡Te voy a aplastar el cráneo, miserable!! Un sexto sentido le hizo detener el golpe cuando descubrió que era "Chispa" intentando abrir la puerta para hacerle compañía. Tiró el badil al suelo, cogió en brazos a la perrita y se puso a jugar con ella en el sofá hasta que, ya calmado del todo, dejó que ella se entretuviera jugando con las cortinas, se volvió a sentar en su cómodo butacón para continuar con la lectura porque pensó que era muy interesante. - "En aquel laberinto infernal las personas se convertían en personajes. Pero eran personajes completamente contradictorios. A veces parecían buenas personas, otras veces parecían personajes maléficos. Todo era producto de los hilos que manejaba mi enemigo a su antojo. Entonces volví a echarle aún más coraje al asunto y les expliqué a todos lo que es la LIBERTAD verdadera. Que todos estamos atados a varios hilos y que depende de qué hilos elijas para ser libre o ser esclavo. Aquello descomponía aún más a los enemigos que, sin saber otra cosa que hacer, decidieron esconderse para darme una emboscada espiritual. Seguían sin im portarme para nada sus trampas. Veía sus trucos de "magia negra" pero, al final, salía de esas emboscadas para volver con más fuerza a quedarme a solas con Dios. Esas formas de reaccionar producían un desconcierto total a todos, a mis enemigos y a mis verdaderos amigos, pero eran necesarias. Yo seguía diciendo NO a las tentaciones diabólicas. Y así fueron pasando mis últimos meses en aquel laberinto. Cerró el libro. Era muy curioso el título de "Llámalo como quieras". Y mucho más curioso resultaba ser que el autor era Josué Otero De Juan. Así que otra vez la idea de la existencia de Dios volvía a penetrar dentro del alma del psiquiatra. Decidió que, para pasar el tiempo hasta que fuesen las 7 de la tarde, lo mejor era ir a visitar a su amiga Dorotea que no era atea a pesar de llamarse Dorotea. Le gustó ese juego de palabras y sonrió por las escaleras mientras llegaba al primer piso. Abrió Dorotea. - ¿Qué te ocurre, Esteban? ¿Te hace mucha gracia verme así? Dorotea lo decía porque estaba vestida con un mono de electricista. - No. Que vayas vestida con un mono de electricista no es para tomárselo a risa. - Entonces... ¿por qué sonríes?... - Felicidad consiste en estar siempre con la voz humana convertida en sonrisa. - ¿Cómo has dicho? - Que mi forma de pensar está cambiando rápidamente... - ¿Y recurres a mí para darme el tostón porque no está tu esposa en casa? - No. Recurro a ti porque quiero saber algo muy importante. - ¿Cómo y cuánto de importante? - Creer o no creer. - ¿Estás intentando decirme que te acercas a nosotros? - Eso es lo que quiero averiguar. - ¿Me prometes que después de charlar un poco me ayudarás a colocar estas bombillas? - Te lo prometo. - Sé que nunca te ha importado el qué dirán de los demás y eso es el primer paso a dar para ser como nosotros. - Entonces enséñame cuál es el segundo paso. - Pasemos a la sala del televisor. - ¿Vas a encender la tele? - No. ¿Para qué necesito yo la tele? Explicarte el segundo paso es muy fácil. Esteban Alsina Amores se sentó cómodamente en una silla mientras Dorotea fue a la cocina y volvió con dos platos llenos de sopa. - Seguro que no has comido todavía... - Pues no. Hay cierto problema en mi vida... Dorotea dejó los dos platos de sopa sobre la mesa y también se sentó frente a Esteban. - ¿Estás engañando a Iliana? - ¡Jamás! ¡Si hiciera eso dejaría de ser un hombre para convertirme en un maricón! - ¿Tanta fidelidad le tienes? - ¡Prefiero mil veces la muerte antes que traicionarla! - Pues ese es el segundo paso que hay que dar para ser como nosotros. - ¿Ese es el segundo paso para ser cristiano de verdad? - Eso es lo que te estoy diciendo y eso es lo que estás entendiendo. - Me parece que empiezo a comprender... - ¿Algo relacionado con tu problema? - No. Algo relacionado con un tal Josué. - ¿Algún conocido tuyo? - Sí. Un conocido mío que es más amigo de lo que parece. - ¿Por qué dices esa contradicción? - No es una contradicción. Recuerdo que un día, hablando con él, aprendí lo siguiente: "La fidelidad es cualidad de fiel, de leal, de persona cuyo comportamiento corresponde a la confianza puesta en ella o a lo que exige del ella el amor y la amistad". - ¡Ostras! ¡Pues sí que debe ser más amigo de lo que parece! - Queda algo más, Dorotea. - Cuenta. - Añadió lo siguiente: "Ser fiel a un proyecto es ser fiel a nuestros sueños y es por eso que ser fiel es una cualidad doblemente agradable: amor a un proyecto y amistad hacia un sueño. Ni por todas las lentejas del mundo, aunque sean de oro o vengan envueltas en talegos llenos de miles de euros o de cualquier otra moneda, traicionaré o cambiaré mi amor por ningún otro proyecto. Pertenecer a uno mismo es a algo muy hondo, muy profundo, muy especial... algo similar a pertenecer a Jesucristo. Confieso que me siento orgulloso de ser uno más, simplemente uno más, de los fieles escritores y lectores cristianos porque estoy enamorado de las musas con la especial música de lo humilde y lo sincero, donde la fluidez del verbo humano se sacraliza en su sencillez y donde la meditación del alma se une al pensamiento para recrear la creación del acontecer diario. ¡Sigue adelante amigo y compañero!" - ¡Ostras! ¡Eso sí que es fuerte! - Vamos con las bombillas, Dorotea. - ¿Y qué hacemos con las sopas? - A "Chispa" le van a encantar. - ¡Jajajajajá! ¡Vamos con las bombillas! No sólo fue colocar las bombillas sino que a Esteban Alsina Amores le tocó la ardua tarea de revisar todo el sistema eléctrico de la casa de Dorotea García Fernandez, castiza madrileña por los cuatro costados, soltera de 25 años de edad, y tan escultural como una modelo de El Corte Inglés quien, como agradecimiento al simpático psiquiatra, le regaló los dos platos de sopas que vació en una gran ensaladera metálica y que fue, aquella misma tarde, un verdadero manjar para "Chispa". - Y pensar que no engorda... Se quedó pensando el doctor Alsina cuando "Chispa" terminó de darse el inesperado banquete. Y así estuvo, medio adormilado por aquella extraña sensación que había entrado ya a formar parte de su personalidad, hasta que el reloj de pared hizo sonar las campanadas de las 7 de la tarde. - ¡Vamos, "Chispa", que tenemos que caminar un poco... Como "Chispa" estaba más contenta que nunca, el doctor Alsina pasó una media hora de diversión con ella. "Chispa" era feliz y Esteban lo intentaba pero sólo pensaba en Iliana. - Vamos, "Chispa", a casa que va a haber tormenta esta noche. Cuando faltaba un cuarto de hora para sonar las 8 de la noche, comenzó a caer la tormenta sobre la ciudad de Murcia. ¿Ir o no ir a la cita? ¿Enfrentarse directamente antes de que aquella bruja contara todo lo que sabía o dejar que su hombría quedase por los suelos? ¿Acabar ya con las amenazas de aquella víbora o quedarse para siempre pasivo porque la tal Sofía Obregón estaba empeñada en acabar hasta con toda su clientela? ¿Y qué pensaría Iliana de todo aquello? ¿Cómo iba a seguirla manteniendo si perdía todo su negocio por culpa de lo que contara Sofía? ¿Cuál era el secreto que rodeaba a Esteban Alsina dejándole entre la espada y la pared? ¿Atacar o no atacar? Decidió que lo mejor era afrontar todo lo que llegase y que Dios resolviera el asunto.
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