¿Dónde vas con el cabás? (Diario)
Publicado en Aug 16, 2016
Años de Primera Infancia. ¡Felices Años de Primera Infancia! Estoy en segundo año escolar con Don Miguel Monge y Bonifacio está en primer año escolar con Don Vicente Ibáñez en el Colegio Lope de Rueda. A Máximo tengo que ir a recogerle, día tras día, al preescolar de Nuestra Señora de la Almudena.
- ¿Dónde vas con el cabás, Boni? - A dónde vayas tú allí he de ir yo. - Tiempo al tiempo, Boni. Tiempo al tiempo a ver si es verdad todo cuanto dices. En el patio se me queda mirando el chulo de siempre. Boni se esconde tras de mí y yo le enfrento cara a cara al chulo de siempre. - ¡Qué miras, chavea, que el culo te huele a brea! El chulo de siempre se queda tan cortado que baja la cabeza y se marcha contando los pies que hay de distancia entre él y yo. Así que sigo haciendo saber que no me va a achantar ni una pizca si es que lo quiere intentar. - ¿Quién te corta el pelo? Se revuelve contra mí. - ¡A mí el peluquero! Y me deja "a huevo" el remate final. - ¡Pues a mí Pirulo que mientras a mí me lo corta a ti te da por culo! Es verdad que somos niños pero si no cortamos de raíz a los chulos de la infancia no podemos ser como queremos ser. Tengo que terminar de rematarle y lo hago a gusto. - ¡Chaval, toma Vitacal, aprieta el culo y dale al pedal! Y el chulo de siempre, que se ha dado cuenta de que paso olímpicamente de él, se va gimoteando a su casa para decirselo a su mamá. Y claro está llega la queja. - Don Miguel... Don Miguel... que al chulo de mi niño hay alguien que no sólo no le tiene miedo sino que se lo pasa por los cataplines... - ¿Puedo saber qué niño es el que hace eso? Me levanto sin miedo. - Yo. Don Miguel Monge se dirige a la mamita del chulo de siempre. - Lo siento pero no hay nada qué hacer. Su niño de mierda se ha encontrado con lo que estaba buscando. Seguimos todo el curso con el cabás. - ¿Dónde vas con el cabás, Boni? - A donde vayas tú allí he de ir yo. - Tiempo al tiempo, Boni. Tiempo al tiempo a ver si es verdad lo que dices. ¿El tiempo me dará la razón o no me dará la razón? Asi que entono una canción. - Como olvidarme de aquel dia. Quedaste en silencio, quedaste sin vida. - ¡Te juro que jamás te traicionaré! - Escucha, Boni. Pedro negó tres veces a Jesucristo antes de que cante el gallo y tú me traicionarás tres veces antes de que llegue el alba. - ¿Cuándo será eso? - Cuando tengas que elegir entre La Familia o "Gimi". Y entonces recordarás lo que un día yo escribí pensando en ti, pensando en ti, como ahora pienso. El cabás es una especie de cartera en forma de caja o pequeño baúl, con asa, usada para llevar al colegio libros y material escolar. En ninguna parte de esta perfecta definición de la Real Academia de la Lengua de España, se dice que sea solamente para niñas sino que es, de manera imparcial, tanto para niñas como para niños. Pero los chulos de siempre se creen más listos que mi inteligencia. - Mamá: al año que viene yo iré a tercero con Don Virgilio del Dedo, Boni irá a segundo con Don Miguel Monge y Maxi irá a primero con Don Vicente Ibáñez. Quiero que para el año que viene nos compres tres carteras para dejar a los cabases solamente como recuerdos de cuando yo no hacía ni puñetero caso al chulo de siempre. Y como yo era el líder, mientras Emilín seguía sin importarle lo que sucediera con los dos más pequeños, mi madre me hizo caso. Así fue cómo, por petición mía, los tres fuimos al Colegio Lope de Rueda, un año después de haberle yo dejado cortado del todo al chulo de siempre, con carteras dejando los cabases para el feliz recuerdo. Fue cuando comencé a cantar otra canción fuera del presente. - Qué te pasa chiquillo que te pasa me dicen en la escuela y me preguntan en mi casa y hasta ahora lo supe de repente cuando oí pasar la lista y ella no estuvo presente. La de la mochila azul, la de ojitos dormilones, me dejó gran inquietud y bajas calificaciones. Ni al recreo quiero salir no me divierto con nada no puedo leer no escribir, me hace falta su mirada. De recuerdo me quedan sus colores las hojas del cuaderno dice amores de borrones yo quisiera mirarla en su pupitre porque si ella ya no vuelve mi salón será muy triste. La de la mochila azul, la de ojitos dormilones, me dejó gran inquietud y bajas calificaciones. Ni al recreo quiero salir no me divierto con nada no puedo leer no escribir, me hace falta su mirada. Una vez más me había anticipado al futuro y comencé a ser futbolista.
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