¿Qué fue de aquellos verdes que nos estafaron con la revista madrileña "El Ecologista" y nunca nos devolvieron nuestro capital invertido como accionistas? Un año casi entero. 11 indigeribles tochos para cualquier lector o lectora de mediana inteligencia. ¡Negocio redondo! ¡Una comuna entera, para todos mezclados con todas y para todas mezcladas con todos, más hermoso huerto incluído para alimentarse como "buches" mientras nosotros pedíamos una respuesta a nuestras reclamaciones! El timo de la estampita en forma de revista. O, mejor dicho, cómo engañar con una zanahoria a los inocentes. Carmen, Carlos y yo vamos de inocentes junto con un nutrido grupo de chavales y chavalas que cayeron en la misma trampa. Ni el famoso Daniel Boone las preparaba mejor. Mucha lucha pacifista pero muy poco vergüenza. Tan poca que es mejor decir que no tuvieron vergüenza alguna. Y una canción al viento: ¡¡¡Todos queremos más todos queremos más todos queremos más y más y más y mucho más. El pobre quiere más el rico mucho más y nadie con su suerte se quiere conformar. El que tiene un duro quiere tener dos, el que tiene cinco quiere tener diez, el que tiene veinte busca los cuarenta, y el de los cincuenta quiere tener cien. La vida es interés el mundo es ambición pero no hay que olvidar que uno tiene corazón!!!
 
Así que el asunto está muy claro. Anoten en sus agendas diarias: mucho cultivo de marihuanas en medio de los tomates, los pepinos, los melones y hasta los ajos arrieros. Yo pensaba para mis adentros: "Arrieros somos y en el camino nos hemos de encontrar". ¿Y los puerros? ¿Qué se hizo de tantos puerros en forma de porros? ¡Menuda cantidad de "fumatas" celebrando la estafa del siglo! ¿Qué fue de aquellos verdes? Que se pusieron morados de tanto comer verdura a costa de quienes creíamos que eran verdes de verdad pero... como decía siempre mi abuelita materna... verdes las han segado nieto mío. Si, abuela, si. Verdes las han segado pero estos no han segado nunca jamás en sus vidas. Y, por supuesto, que ahora se habrán transformado en sesudos varones y sesudas varonas hablando en los cenáculos políticos de mucha macroeconomía y mucho billete verde mientras en nosotros se quedó siempre aquel recuerdo inolvidable de las falsas sonrisas.
 
Surgida en 1979 a partir de 34 colectivos y organizaciones ecologistas, junto a muchos miembros individuales sin ideología de ninguna clase, el consejo de redacción lo constituían activistas de los movimientos sociales muy permeables a diferentes sensibilidades, donde el ecologismo se imbricaba con tendencias libertarias, marxistas, feministas, etcétera. El enfoque no fue conservacionista, sino que su óptica fue más urbana y contracultural. Sus temas principales, expuestos en artículos que destilaban ironía, fueron el reciclaje, la movilidad, la contaminación, el antimilitarismo o la ciudad, así como una crítica radical al capitalismo y proponiendo alternativos. En uno de sus primeros números exponían tesis tan avanzadas como los límites del crecimiento, que remite directamente al Decrecimiento. Sin embargo esta publicación no duró más allá de 11 números. Yo estuve allí, junto con Carmen y Carlos, siendo víctimas de aquel timo. 11 indigeribles tochos de artículos más enrevesados que la propia conciencia de todos aquellos y aquellas que formaban el consejo de redacción y que se largaron hacia el campo (a fundar comuna con huerto inclusive) porque se habían "forrado" con el dinero de trabajadores honrados y trabajadoras que también creyeron que era de verdad. Ver para creer. Pero yo estuve allí. Seguro que ahora visten lujosos trajes de chaqué, con pajarita incluída, para cenar con comida vegetariana; después de haber comido durante el día, por supuesto, grandes lonchas de jamones de cerdos. Valga la metáfora para calificarlos un poco mejor. Verduras a granel y cerdos alimentándose de los bolsillos ajenos.