Jugando con Asuncin (Diario)
Publicado en Aug 24, 2016
La Transición vivió el único precedetne copero entre Málaga y Getafe. Según un artículo futbolístico firmado por Juan Jósé Lahuerta (de la Agencia Efe), corría el año 1976, en plena Transición hacia la democracia en España, cuando el Getafe y el Málaga se enfrentaron en la tercera ronda de la Copa del Rey. Ésa ha sido la única vez que ambos clubes se han visto las caras en esa competición y fue el equipo andaluz el que se llevó el gato al agua tras conseguir pasar la eliminatoria. Treinta y tres años después el azar ha querido que las dos instituciones vuelvan a emparejarse para revivir un duelo marcado por aquel único precedente.
Era otra época para los dos equipos. El Getafe se llamaba Getafe Deportivo. Tendrían que pasar siete años, hasta 1983, para obtener la denominación actual. Por aquel entonces, jugaba en Tercera División y no existía el Coliseum Alfonso Pérez. Los partidos se jugaban en el antiguo campo de Las Margaritas. En el otro lado estaba el Club Deportivo Málaga. Con ese nombre aguantó hasta 1992, cuando pasó a llamarse Málaga Club de Fútbol. En la temporada 1975/1976 acababa de bajar a Segunda División tras ocho campañas consecutivas en la máxima categoría del fútbol español. Su estadio, eso sí, se llamaba igual que actualmente: La Rosaleda. Allí se jugó el partido de ida de la tercera ronda de la Copa del Rey entre los dos protagonistas. Casi se acababa de inaugurar el año, era día 14 de enero, y la Copa todavía llevaba el nombre dedicado a Francisco Franco, fallecido meses antes. Fue la última vez que se jugó la Copa del Generalísimo. La siguiente temporada pasó a llamarse Copa del Rey, como se la conoce en la actualidad. Los veteranos del Getafe, que rozan en la actualidad los sesenta años, guardan escasos recuerdos de aquel primer partido que perdieron 1-0 en La Rosaleda. Uno de ellos es José Javier Asunción "Alfonso", que todavía retiene en su memoria a uno de sus rivales: "Fue un partido fortísimo, durísimo. Yo jugaba en el centro del campo, de medio centro, y me las tuve que ver con un tío que me las hizo pasar canutas. Él tenía 33 años, era un veterano y ahora no me acuerdo de su nombre. Yo tenía 25, y aún así, lo pasé fatal. Fue un encuentro duro de verdad", dijo a la agncia Efe. Aquel día, como tantos otros, al acabar el encuentro, el equipo agarraba el autobús y regresaba hacia casa sin descanso. Eran viajes eternos, y nada más llegar a Getafe, a las seis de la mañana, muchos iban directamente a trabajar. Una década antes, aproximadamente por el año 1966, yo era un extraordinario mediocampista jugando en los terrenos baldíos de la zona de Campamento, en Madrid. Formando línea conmigo, para llevar a cabo sensacionales victorias contra nuestros equipos rivales, jugaba un chaval al que llamaban Alfonso. Su nombre y sus apellidos eran los de José Javier Asunción Alfonso, nacido el día 5 de abril en Bilbao pero residente en Madrid. Estaba estudiando en el Instituto Cardenal Cisneros junto a mi hermano Bonifacio. Yo ya había pasado la época de ser el sensacional líder del Esparta de San Isidro. Alfonso y yo coincidimos en aquellos partidos celebrados en Campamento (entre Batán y Aluche) y, desde el principio, conseguimos acoplar nuestro juego de tal manera que nos erigimos en los directores de nuestro equipo; yo como primer lider (tenía 16-17 años de edad) y él como segundo de a bordo (tenía 15-16 años de edad). Nuestra compenetración dentro del tereno de juego era absoluta. Quienes observaban aquellos partidos de aficionados sabían que, en el momento en que Alfonso y yo comenzábamos a jugar como mediocampistas completos, ocupando toda la extensíón de la cancha gracias a nuestra proverbial manera de concebir el juego del fútbol, la victoria era inapelable. Tardes tras tardes y triunfos tras triunfos. Y fue después del último partido que jugamos juntos cuando Alfonso se dirigió a mí. - ¡Qué diferente eres de tus hermanos! ¡Contigo sí se puede hablar y mantener una conversación positiva! Me he enterado que el Real Madrid está celebrando pruebas para fichar a jugadores aficionados que demuestren saber jugar a esto del fútbol de tal manera que no haya duda alguna sobre lo que vales. Yo me voy a probar. ¿Y tú? ¿Decides también probar fortuna en el Real Madrid? En muchos aspectos eres incluso superior a mí. Sonreí por uno segundos antes de guardar silencio y nos pusimos a hablar de chavalas o de algún otro tema; porque Alfonso no sabía que yo había decidido una vez terminado mi Bachillerato Superior, estudiar el Curso Preuniversitario en el Instituto San Isidro de Madrid y llegar algún día a ser periodista profesional con título universitario. Así que lo primero que tenía que pensar era trabajar para poder pagarme dichos estudios en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Pero siempre he recordado aquellos exrtraordinarios partidos donde Alfonso y yo dábamos tales lecciones de fútbol que se veía con completa claridad y sin duda alguna que éramos aptos para jugar en la Primera División de la Liga de España. Alfonso estuvo en el Real Madrid juvenil y en el Real Madrid aficionados pero nunca llegó a ser de la plantilla de los profesionales del equipo merengue. Algunos otros equipos de la Primera División de España quisieron ficharle pero el Real Madrid se negó en rotundo y lo cedió al Getafe de de la Segunda División donde se hizo profesional y jugó con el Getafe desde la temporada 1976-1977 hasta la temporada 1980-1981. Después supe que fue uno de los líderes de la AFE (Asociación de Futbolistas de España). Se había retirado del fútbol activo sin ganar las millonadas que hubiese ganado de haber jugado en el Real Madrid profesional y tuvo algunas necesidades económicas que, gracias a Dios, pudo superar. Mientras esto ocurría con Alfonso, yo ya estaba ligando con chavalas guapas, sexys, interesantes e inteligentes, en el Banco Hispano Americano de Madrid (Oficina Principal) después de haber hecho lo mismo en la Academia Cima y en la Central de Ahorro Popular. José Javier Asunción Alfonso, conocido futbolísticamente como Alfonso para no llamarle Asunción (por lo de no confundir a los aficionados) llegó a ser capitan del Getafe; pero no se le debe confundir con el otro Alfonso que fue, después de él, también capitán de dicho equipo de la provincia de Madrid y llamado Alfonso Pérez Muñoz; en cuyo honor el estadio actual del Getafe ya no se llama Las Margaritas sino Alfonso Pérez que no hay que confundirle con Alfonso Pérez Ginés que siempre fue un don nadie y que de fútbol tenía menos idea que de chavalas guapas, sexys, interesantes e inteligentes porque le faltaba presencia física, estilo y clase, para poder ligar con tan sólo una de ellas. En fin. Que sí. Que yo jugué algunos partidos con José Javier Asunción Alfonso y que incluso era algo superior a él (en algunos aspectos y detalles que me convertían en líder natural mientras él sólo era capitán) pero no intenté jamás probarme como futbolista en el Real Madrid lo mismo que un par de años antes tampoco había intentado probarme como futbolista en el Atlético de Madrid. Y esa es la verdadera historia. Yo jugué con Asunción y el fútbol ha sido siempre, para mí, una manera de mantenerme en forma haciendo deporte como un asiduo aficionado pero nunca jamás pensé en hacerme profesional porque mi destino era otro.
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