¡Y eso que es Cardenal! (Diario)
Publicado en Aug 25, 2016
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O precisamente porque es Cardenal, el tal Ernesto se arrodilló ante el Papa Juan Pablo II pidiendo perdón por sus pecados en el mismo Aeropuerto "José Martí" de La Habana, en Cuba para ser más exactos, mientras el "fabuloso" Fidel Castro agachó las orejas y tuvo que abrir las iglesias para todos los creyentes que eran ya demasiados para su "cuerpo" verde oliva. Sucedió lo siguiente estando yo en Quito viendo la tele. 
 
El 21 de enero de 1998, el Papa Juan Pablo II  inicia una visita de cinco días a Cuba, durante los cuales celebró misas en cuatro provincias, entre ellas Villa Clara; también visitó el monumento donde reposan los restos del Padre Félix Varela en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Durante su estancia en la Antilla mayor, Su Santidad se pronunció por la "globalización de la solidaridad" y en contra del bloqueo económico a nuestro país. El Papa fue recibido y despedido por el Comandante en Jefe Fidel Castro en el Aeropuerto Internacional "José Martí" y dijo: "Con la confianza puesta en el Señor y sintiéndome muy unido a los amados hijos e hijas de Cuba, agradezco de corazón ésta calurosa acogida con la que se inicia mi Visita pastoral, que encomiendo a la maternal protección de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre. Bendigo de corazón a todos, y de modo particular a los pobres, los enfermos, los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu". ¿Qué podemos ofrecerle en Cuba? Un pueblo con menos desigualdades, menos ciudadanos sin amparo alguno, menos niños sin escuelas, menos enfermos sin hospitales, más maestros y más médicos por habitantes que cualquier otro país del mundo que su Santidad haya visitado", respondió el taimado, falso e hipócrita Fidel Castro. Pero dejemos a Fidel Castro con su locura demencial.
 
¿Era una casualidad eso de que Cardenal se llamara Ernesto al igual que Guevara? Recordaba yo, viendo las imágenes de un Cardenal arrodillado ante Juan Pablo II y a punto de lamerle las botas, que "La importancia de llamarse Ernesto", cuyo título original en inglés es "The Importance of Being Earnest", es una obra de Oscar Wilde escrita en 1895. Una comedia que trata sobre las costumbres y la seriedad de la sociedad. Está dividida en tres o cuatro actos (dependiendo de la edición) e inspirada en el libro "Engaged" de William Scwenck Gilbert. Ubicada en la Inglaterra de la época victoriana, la trama se desarrolla alrededor del protagonista John (o Jack) y Ernest, su hermano ficticio. Pero ¿qué podía saber de todo esto el tal Cardenal metido a redentor del mundo mientras aleccionaba a los guerrilleros de Latinoamérica a matar sin miramiento alguno, con sus soflamas poéticas que, más que poesía, parecían petardos lanzados contra todo ser viviente que no fuera marxista? Vean el siguiente ejemplo de poesía cerril y reaccionaria. Se titula, ¡y tomen buena cuenta de este título porque demuestra como era el tal Cardenal!, "Esta será mi venganza"".
 
Dice así: "Esta será mi venganza: que un día llegue a tus manos el libro de un poeta
famoso y leas estas líneas que el autor escribió para ti y tú no lo sepas". En cuanto a mí se refiere ni he leído los poemas de ese tal Ernesto ni los pienso leer jamás; porque un ser humano que se autoproclama ser un genial poeta (de poeta tiene poco y de genial mucho menos todavía) alentando a la venganza lo rechazo totalmente. Así que si el citado Cardenal se creía "el amo de todo el mundo poético" resultaba ser, realmente, patético. Sus seguidores (completamente ciegos de tanta idolatría por el "héroe" de las venganzas) dicen de este "politicastro" sandinista metido a redentor de las almas perdidas lo siguiente.
 
"Ernesto Cardenal Martínez (Granada, Nicaragua, 20 de enero de 1925) es un poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y político nicaragüense de fama mundial, ante todo, por su obra poética, que le ha merecido varios premios internacionales. Es reconocido como uno de los más destacados defensores de la teología de la liberación en América Latina". Sólo les falta añadir que ha sido siempre un defensor de los asesinos en nombre de una ideología marxista mal llamada "teoría de la liberación". Pero esto bien que se lo callan sus adoradores. ¿Qué hace un cura tan "carca" defendiendo a los asesinos? ¿Intereses ocultos? ¿Deseos de alcanzar la fama poniendo a Jesucristo a la baja altura de Guevara para compararlos? ¿De dónde saca el señor Cardenal que Jesucristo proclamara alguna vez el canto a favor de los guerrilleros que matan la vida humana si no se está de acuerdo con ellos? Ayer me enteré que, por fin, se ha acabado el odio que tanto proclamaba Ernesto Cardenal (a pesar de lo muy sacerdote que fuera) después de 52 años de venganzas, miedos, terror, sangre, sudor, lágrimas y más de 200.000 muertos, pueblos quemados por completo y hasta 7 millones de personas desplazadas de sus lugares nativos sólo por el capricho enloquecedor de los guerrrilleros colombianos de las FARC que se han rendido definitivamente y ahora comienza un período de paz para el país cafetero.
 
¿Qué opinará ahora el "grandísimo poeta" nicaragüense Ernesto que de poesía sabe menos que Benito el de la boina? ¿Se cree superior al genial Rubén Darío este tal Cardenal salido de las "cloacas" literarias por no decir de la "forja" de Vulcano, herrero de los infiernos según la antigüedad de Roma? Así que, desde Roma, llegó Juan Pablo II y Cardenal, habiendo visto "las orejas al lobo" pues tiene ya 91 tacos de edad y, por si las moscas, decidió aquel 21 de enero de 1998 confesar sus pecados por si acaso se perdía la eternidad de los creyentes que somos cristianos verdaderos y nunca jamás se nos ha ocurrido la salvajada de alentar, con nuestros poemas, la cruel acción de enfrentar a hermanos contra hermanos, latinoamericanos contra latinoamericanos con las armas para producir miles y hasta millones de muertos y de víctimas que siguen viviendo en lo más hondo y marginado de la sociedad por culpa de "poetacastros" similares a este Cardenal. Quizás hasta la curia romana ya sienten cual es la Verdad llamada Jesucristo. Ernesto Cardenal Martínez (además de pésimo poeta) es, solamente, una mota de polvo ante los ojos de Dios por muchos premios literarios que le hayan concedido los lamebotas del izquierdismo ideológico.
 
Terminemos de una vez por todas con esta pesadilla histórica haciéndonos la pregunta del millón de muertos o algunos más: "¿Qué clase de "Teoría de la Liberación" predicaba Ernesto Cardenal con tanta locura marxista? Preguntemos a los amigos y familiares de tantos millones de latinoamericanos y latinoamericanas muertos por culpa de tal demencial teoría y obtendremos la verdadera respuesta. ¡Y eso que es Cardenal!



 
 
 

 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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