Literatura Deportiva (Ensayo) - Capítulo 2: Los epinicios.
Publicado en Sep 21, 2016
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Consultada la Wikipedia resulta que dentro de la poesía lírica, el epinicio constituye una clase de textos del subgénero literario de la oda o himno, compuesto para glorificar al atleta o auriga acreedor de un triunfo en los juegos olímpicos. Es un género propio de la Grecia clásica y sus mejores cultivadores fueron Píndaro y Baquílides. El epinicio consta de tres partes: la primera es la exposición del tema. El poeta nombra al héroe y cuenta su historia si la tiene, o la de sus antepasados. La segunda es el desarrollo. El poeta acumula el mayor número posible de alusiones mitológicas, tenga o no relación directa con los temas bosquejados en la primera parte. De ese modo el autor muestra su erudición, inventiva y habilidad. Y la tercera es la conclusión. Consejos morales de moderación en el triunfo, generosidad con los vencidos, benevolencia con los súbditos y elogios si el héroe era un príncipe. La oda o epinicio se componía por encargo y solían usarse los mismos tópicos y fórmulas. Aunque no se descarta la posibilidad de que los mismos autores enviaran sus trabajos para ganarse los favores de sus "huéspedes" -así llamados los héroes festejados en sus obras-. Píndaro acuñó algunas fórmulas memorables, como que "el hombre es el sueño de una sombra" y Baquílides escribió también aquello tan famoso de que "más le valiera al hombre no haber nacido". Una helenista hispanohablante que tradujo epinicios de Píndaro fue la cubana Laura Mestre Hevia.
 
Añadamos lo siguiente: al lado de los rapsodas nos encontramos con otros llamados poetas líricos, que son los cantores de gestas del presente, gestas que cantan para salvarlas del olvido. Entre los grandes temas de poetas líricos está el cantar las victorias conseguidas en los grandes juegos. Los poetas lírico escriben epinicios y los más conocidos son Baquílides y Píndaro. Los epinicios son cantos de victoria que eran entonados por un coro en la conmemoración festiva del triunfo logrado en algunas de las grandes competiciones. Se cantaban en el mismo lugar de la victoria, pero también y con más frecuencia en la patria del vencedor. El epinicio es una poesía de ocasión, es un himno triunfal, se mezclan distintos elementos: alusiones a mitos, sentencias épicas, elogios al vencedor, a su patria, a su familia y algunos datos sobre la victoria. El poeta lírico no relata ni describe el certamen ni las circunstancias del mismo, ni siquiera retrata al protagonista, sino que exalta y evoca de un modo impresionante los halos de gloria. De esta manera los atletas gozaron de gran prestigio.
 
Volvemos a Wikipedia: La obra de Píndaro que se conoce se ha conservado en papiros de entre el siglo II antes de Jesucristo hasta el II después de Jesucristo y en algunos manuscritos medievales que proceden de una selección efectuada en el siglo III. En total, han llegado hasta nosotros cuatro libros de epinicios que suman 45 odas y algunos fragmentos sueltos. Los epinicios (epinikoi) son cantos corales compuestos en honor de los vencedores en alguno de los cuatro certámenes deportivos de los Juegos Panhelénicos que se cantaban al paso de los campeones. Las composiciones de Píndaro suelen utilizar la victoria deportiva como simple punto de partida para loar el valor personal del atleta: su triunfo refleja la victoria de lo Bello y lo Bueno sobre la mediocridad. Además de epinicios, Píndaro compuso himnos, peanes, partenios, cantos al vino, trenos, etcétera.
 
El estilo de Píndaro es peculiar y difícil. Se caracteriza por proceder con la materia poética a saltos, estableciendo asociaciones bruscas e imprevistas entre diferentes elementos. El lenguaje, muy elevado, procede de una mezcla artificiosa de diferentes dialectos y se satura de elementos retóricos, en especial de imágenes. La dificultad de la obra pindárica es paradigmática. Si resultaba ya oscura para sus coetáneos, con posterioridad autores que van de Heródoto a Voltaire hablan de lo ininteligible de su poesía. Sin embargo, Goethe o Hölderlin lo erigieron en símbolo de la libertad del genio creador.
 
Algunas traducciones antiguas son: "Oda I de las Olimpiadas de Píndaro", traducción en verso de Fray Luis de León, en el "Parnaso español" de López de Sedano, y también en el titulo IV. pág. 274 de sus "Obras" (Madrid, Ibarra, 1816); "Ovbras de Píndaro, traducidas del griego en verso castellana" por José Canga Argüelles y Bautista Canga Arguelles(Madrid: Sancha, I708); "Obras poéticas de Píndaro en metro castellano, con el texto griego y notas críticas" por Don Francisco Patricio de Berguizas. Madrid (prenta Real, 1798): y "Odas de Píndaro", traducción inédita de Cándido María Trigueros. Laura Mestre Hevia ha traducido epinicios de Píndaro al español.
 
Hace más de dos mil años el poeta Píndaro (518-438 antes de Jesucristo) unía de forma irrepetible la poesía con el deporte en sus Epinicios, realizados por encargo de los vencedores en los grandes juegos atléticos de Grecia (Olímpicos, Píticos, Ístmicos y Nemeos). Su inmensa calidad literaria (comparable a la de Homero, para la épica) permanece inalterable con el transcurso de los años. Sus arriesgadas metáforas, sus sugerentes mitos, narrados como paradigma de las diversas situaciones de la acción humana, su ideario aristocrático en un momento en la cultura griega sufría transformaciones profundas, el sentido religioso que impregna toda la composición prestan a la obra pindárica un inmenso atractivo.
 
En cuanto a Baquílides esto es lo que dice Wikipedia: Baquñilides de Ceos (isla de Ceos hacia 565-430 antes de Jesucristo, fue un poeta lírico griego. No se conoce mucho sobre la vida de Baquílides. Era sobrino y discípulo del poeta Simónides de Ceos, a quien siguió a la corte de Hierón I de Siracusa. Viajó después por Tesalia y Macedonia. Además de epinicios (odas a los vencedores de los Juegos Olímpicos), compuso himnos a los dioses y soberanos, como Alejandro I de Macedonia, hijo de Amintas I. Pasó largo tiempo en Atenas, donde participó en numerosos concursos. Tal vez retornó a Ceos, donde cantó al atleta Lacón en las odas sexta y séptima. Según ciertos autores, se exilió refugiándose en Esparta, si no marra su interpretación de la oda novena y del ditirambo "Idas" en que se funda esta conjetura.
No pertenecía al clan de las doscientas familias y, como Píndaro, se dedicaba a elaborar epinicios, una especie de odas triunfales destinadas a cantar las victorias de los atletas y aurigas en los Juegos Olímpicos. Una vez le arrebató un encargo al famoso Píndaro de manos nada menos que de Hierón de Siracusa, lo que el poeta, adversario suyo y de su tío Simónides, no le perdonó jamás.
 
La tradición atribuye a Baquílides seis libros de himnos a los dioses, tres libros de elogios y uno de epinicios. Todo esto se había perdido por completo y sólo quedaban fragmentos conservados a través de citas de eruditos alejandrinos y bizantinos hasta fines del siglo XIX, pero en 1897 se encontraron en Egipto dos rollos de papiro del siglo I o II que contenían veinte de sus poemas, un total de 1.070 líneas, aunque con muchas lagunas, que fueron comprados por el Museo Británico. En ellos se echa de ver que, a manera de un futuro Tibulo, ansiaba la paz y detestaba la guerra, pese a que vivió en la gran edad de oro imperialista de Atenas; en esos papiros se encuentran además los únicos ejemplos conocidos de la composición lírica predramática en honor de Dioniso denominada ditirambo. Baquílides fue además quien formuló aquella memorable sentencia según la cual «más valiera a los hombres no haber nacido». En uno de sus ditirambos introduce por vez primera en la poesía griega un diálogo en el que el director del coro se transforma en personaje, lo que se considera un antecedente remoto de la primitiva tragedia ática. El arte de Baquílides es de más fácil acceso que el de Píndaro, lo que explica la gran popularidad que disfrutó en su época, si bien a ojos de la posteridad fue eclipsado por su rival. El estilo de Baquílides es claro y sincero, detallista, elegante y con habilidad para evocar los motivos mitológicos.
 
Oda 1: para Archeios de Ceos, vencedor en la lucha los Juegos Ístmicos, fecha desconocida.
Oda 2: para el mismo, vencedor en la lucha de los Juegos Ístmicos.
Oda 3: para Hierón I de Siracusa, vencedor en la carrera de carros de los Juegos Olímpicos de 468 antes de Jesucristo.
Oda 4: para el mismo, vencedor en la carrera de carros de los Juegos Píticos del 470 antes de Jesucristo.
Oda 5: para el mismo, vencedor en la carrera hípica de los Juegos Olímpicos de 476 antes de Jesucristo.
Oda 6: para Lacón de Ceos, vencedor en la carrera pedestre de los Juegos Olímpicos de 452 antes de Jesucristo
Oda 7: para el mismo, vencedor en la carrera pedestre de los Juegos Olímpicos de 452 antes de Jesucristo.
Oda 8: para Liparión de Ceos.
Oda 9: en honor de Automedes de Fliunte, vencedor de pentatlón en los juegos Nemeos.
Oda 10: para Pasias de Atenas, vencedor en la carrera pedestre de los Juegos Ístmicos, fecha desconocida.
Oda 11: para Alexidame de Metaponto, vencedor en lucha de los juegos Píticos, fecha desconocida.
Oda 12: para Tisias de Egina, vencedor de lucha de los Juegos Nemeos, fecha desconocida.
Oda 13: para Piteas de Egina, vencedor de pancracio en los juegos de Nemea, 483 antes de Jesucristo.
Oda 14: para Cleoptólemo de Tesalia, vencedor en carrera de carros de los juegos petrenos, fecha desconocida.
Oda 14b: para Aristóteles de Larisa, vencedor en una carrera hípica.
Oda 15 (Ditirambo 1): Los hijos de Antenor, o Helena recobrada.
Oda 16 (Ditirambo 2): Hércules (o Deyanira), para los délficos.
Oda 17 (Ditirambo 3): Teseo.
Oda 18 (Ditirambo 4): Teseo.
Oda 19 (Ditirambo 5): Io, para los atenienses;
Oda 20 (Ditirambo 6): Idas, para los espartanos.
 
Francisco V. Salvador escribe lo siguiente: El epinicio u oda es un poema coral compuesto para celebrar una victoria deportiva, encargado a un poeta profesional por el vencedor o su familia. Solía representarse en una fiesta religiosa, que agradecía a la divinidad por el triunfo. El género, poco después de alcanzar su máximo desarrollo con Píndaro y Baquílides, entró en rápida decadencia, como resultado del declive de la ideología aristocrática ante el empuje que la democracia había recibido tras las guerras persas. De Baquílides conservamos catorce odas en diferente estado de fragmentación. Los epinicios 3 y 5, ambos dedicados a Hierón de Siracusa, son las grandes obras del poeta. De los restantes, tres de ellos (2, 4 y 6) son composiciones breves destinadas a ser cantadas en el mismo lugar de la victoria; otros dos (8 y 14) estaban dedicados a victorias en jugos locales; dos más (7 y 12) quizá fueran poemas mayores, pero su conservación es malísima, y parecido sucede con el epinicio 1. El resto son más habituales, en la línea de Píndaro. Todos ellos fueron escritos en la última etapa de la vida del poeta. He aquí 6 de ellos como ejemplos de todos los demás:
 
Epinicio 1: "A Argeo de Ceos, vencedor en el pugilato intantil en los Jugos Ístmicos".- Fue cantada al parecer en la propia isla de Ceos, tras el regreso del vencedor a la patria. No se sabe en qué prueba venció el joven: los adjetivos laudatorios son típicos tanto del pancracio como del pugilato, pero se cree que fue en esta última disciplina porque los ciudadanos de Ceos sobresalían en ella. Este epinicio debió ser uno de los más largos (ocho tríadas), pero ha llegado a nosotros muy mutilado (sólo las dos últimas tríadas están más o menos completas) y sólo podemos saber que en su última parte realiza alabanzas del vencedor y de su padre. 
 
Epinicio 2: Al mismo.-  La representación debió tener lugar en el propio sitio del triunfo, poco después de éste. Es breve y de estructura sencilla: invocación a Fama, mención de la victoria y del vencedor; recuerdo de otros triunfos de gente de Ceos en los Ístmicos; nueva referencia a la celebración actual. Por tanto, el pasado glorioso de los compatriotas ocupa el lugar que tendría el mito. Cada parte se contiene rigurosamente en la estructura de la tríadas (estrofa, antistrofa, épodo).
 
Epinicio 3: "A Hierón de Siracusa, vencedor en la carrera de cuadrigas en los Juegos Olímpicos".-  Celebra la victoria del tirano en la prueba más importante dentro de la competición más prestigiosa, lo que provocó que se colocara antes de la 4 y la 5 (que son cronológicamente posteriores). Es significativo que el propio tirano prefiriera a Baquílides antes que a Píndaro (que había cantado sus triunfos precedentes). Seguramente fue representado en Siracusa durante la fiesta de celebración de la victoria. Incluye una advocación inicial a la Musa Clío, la mención del lugar de la victoria y la alabanza del vencedor mediante la exposición de dos temas: el poder, relacionado con Zeus, y la liberalidad, que tiene que ver con Apolo. De la misma forma que se salvó Creso, por su extraordinaria generosidad hacia el templo de Delfos, así se salvará Hierón (ya muy enfermo por entonces). El profundo éter es inmaculado, y el agua del mar no se pudre; y una alegría es el oro, pero al hombre no le es lícito abandonar la cana vejez, y de nuevo recobrar la florida juventud.
 
Epinicio 4: "Al mismo, vencedor (en la carrera de cuádrigas) en los Juegos Píticos".- Cronológicamente, va después de la número 5, y coincide con la Pítica 1 de Píndaro. Parece claro que fue representada en el lugar del triunfo. De composición cuidada, consta sólo de un par de estrofas: mención de la patria, del dios de los juegos y del vencedor; así como del lugar de la victoria y la prueba en que se consiguió; alusión a una victoria anterior cantada por el poeta y breve catálogo de otros triunfos. Se trataría del epinicio sin mito más antiguo de Baquílides.
 
Epinicio 5: "Al mismo, vencedor en la carrera de caballos en los Juegos Olímpicos".- Compuesto para celebrar el primer triunfo de Hierón en Olimpia, coincidiendo con la Olímpica 1 de Píndaro. Algunos consideran que fue el propio Baquílides quien envió la oda sin ser encargada, e incluso llegan tan lejos como para negar que sea un epinicio (por ejemplo, la invocación inicial es al vencedor, y no a una divinidad). La sección central del epinicio (tras la exposición de las circunstancias de la victoria) es un larguísimo relato mítico que retrata el encuentro en el Hades de Heracles y Meleagro (que poseen, con la oscura descripción de su muerte, una función de contraste). La última parte recoge los mismos temas iniciales, aunque con menos detalles. Dichoso aquel a quien la divinidad ha procurado una parte de bienes y con envidiable fortuna llevar una vida opulenta; pues ningún hombre ha nacido, en verdad, feliz en todo.
 
Epinicio 6: "A Lacón de Ceos, vencedor en la carrera del estadio infantil en los Juegos Olímpicos". Oda muy breve, la última de las datables de Baquílides (452 antes de Jesucristo). Tiene una estructura muy sencilla: mención de la victoria actual, recuerdo de anteriores éxitos de ciudadanos de Ceos y alusión a la fiesta de celebración. Como en el epinicio 2, el recuerdo de glorias pasados cumple el papel de mito central.
 
 
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