Tercero es el ecuador de la carrera. Estoy aprendiendo a situarme en las últimas filas del aula para observar mejor todo el ambiente de los alrededores. Y allí está ella; la chavalilla del espejo diciendo que acaba de romper las relaciones con su novio y que está libre y sin compromiso. La observo durante los primeros meses de tercero, el ecuador de la carrera, y siento que el peso de las tardes me empieza a agobiar a causa del esfuerzo para poder olvidar. La chavalilla del espejo se aisla del resto de los "habitantes" de la clase y allí, en el límite establecido entre los "habitantes" y "la selva" tengo que decidir. Me interno en "la selva" donde los "animales" son más voraces o quizás porque me atraen la atención los misterios de la "lozana andaluza". Todo aquellos misterios de la Venecia de 1528, el clérigo español Francisco Delicado que se escapa de Roma para ser un rebelde con causa y esto de tener que ser el representante de todos mis compañeros y mis compañeras mientras una sombra de mujer me oculta a la chavalilla del espejo que no sé bien si podrá terminar o acabará abandonando la batalla. Después, ya pasada la desolación de las derrotas, regreso al aula para poder unir el sueño con la realidad pero ya no están ni ella ni su espejo en donde poder mirarme por ver si ya se han curado todas mis heridas. Si. No quedan ni tan siquiera las cicatrices que otros deberían estar pensando que tendría pero la chavalilla se fue... y no sé en qué edad quedaron suspendidas o aprobadas todas sus esperanzas de salvación para seguir adelante... mientras yo sólo recuerdo un bonito rostro de chavalilla de la última fila que el destino sustituirá en la próxima temporada por un bonito rostro de mujer de primera. Y es que hay derrotas que siempre terminan en brillante victoria a pesar de todos estos fascistas que han desfilado por el carnaval de los miserables disfrazados de "programadores" de las imágenes de cualquier canal (ya que todos los canales les sirven para promocionar sus impotencias) porque no saben distinguir entre lo que vale y lo que sólo es basura.