Entre más piensas, menos entiendes.
Publicado en Sep 24, 2016
Tu cabello cae delicadamente sobre tus hombros y algunos mechones rebeldes se posan en tu rostro, acariciándolos. Acarician tu tersa piel, bailan alrededor de ella, haciéndole un ritual de adoración a tu delicadeza. Pero a ti te resulta molesto, y los alejas.
La brisa del mar intenta encontrar tu espíritu y combinarse con él, se conjuga con el viento y juntos intentan llegar hasta ti; están desesperados por conocer tu esencia. Pero a ti te resulta insignificante, y te alejas. La noche te vigila constantemente, tu misterio la atrae como Ícaro al Sol, y envía a la obscuridad a cuidarte, a acompañarte en tus momentos de soledad. Pero a ti te resulta aburrida, y la alejas. Las estrellas se esfuerzan en brillar lo más que pueden con tal de que las notes; quieren obtener el privilegio de que les brindes tu atención. Pero a ti te resultan demasiado comunes, y las alejas. El Sol traspasa a través de las cortinas de tu ventana buscando tus coloridos luceros, trata de llegar a ellos y ruega porque aprecies su luz. Pero a ti te resulta irritante, y lo alejas. Cada partícula está a la espera de toparse contigo, a la espera de poder incluirse en tu ser, sin importar cómo, ni cuándo, ni por cuánto tiempo; solo están allí, esperando la oportunidad de que las notes, de que les des importancia, de que les sonrías, de que las ilumines con tu luz interior… Pero tú no te das cuenta, y te alejas de todo, te ahogas en el exilio y te hundes en la depresión; la única compañía de la que no te alejas.
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Buen trabajo
Felicitaciones