Sobre la naturaleza humana y el origen divino de la creación humana nos planteamos una cuestión controvertida cien por cien. ¿Hemos cambiado a través de los siglos o permanecemos tal como éramos en la época cavernícola? Observando el proceder de muchos hombres la pregunta es obvia: siguen siendo tan cavernícolas como cuando se usaban los mazos para aplastar cráneos como con las bombas actuales aplastan ciudades completas. En este sentido ¿ha sido un error la creación humana por parte de Dios o ha sido un aciertono dejar que los hobmres conozcan otras culturas planetarias? Dios es sumamente inteligente así que la respuesta es inequívoca. Estamos solos en el Universo porque nos merecemos estar solos. No hay duda alguna de que Dios no se equivocóal crear la naturaleza humana sino que nos impidió descubrir civilizaciones de otras galaxias por no tener que hacer el ridículo a niveles universales. Bastante ridículo es ya ver cómo los hombres más primarios dirigen la vida de los más humildes pero mucho más educados que todos ellos juntos. Si esto no es tener inteligencia es lo más parecido a tenerla porque, si fuese al revés y los más humildes pero mucho más cultos gobernaran a los más primarios no habría posibilidad alguna de destruirnos los unos a los otros.
 
El materialismo, a priori, nos viene bien para poder compararnos con quienes no tienen más cerebro que los mosquitos; puesto que el cerebro es pura materia pero blanda. Así que, partiendo de la elasticidad de nuestros cerebros, podemos ser tan flexibles para elevarnos al más alto grado de personificación y eso sólo se logra comparándonos los unos con los otros. Los de incrédulos dirigen los hilos de la humanidad; pero los creyentes sabemos estar allí donde nos incrédulos nunca nos alcanzan: el sentimiento puro. ¿Pudo Dios crear la diversidad para que quienes estamos en la labor de la defensa del Bien venzamos definitivamente a quienes están en la labor de la defensa del Mal? Por supuesto que sí.
 
Es esta una demostración palpable de que algunos cambiamos mientras otros no cambian jamás. La materia prima es la misma, pero el refinamiento de la materia prima es diferente. Si los primarios siguen siendo primarios siempre,loas secundario podemos dejar de serlo porque al creer en Dios nos colocamos en una situación de cambio continuo para ajustsr nuestras ideas al ritmo de los siglos. Medimos el tiempo según pensamos que se debe medir el tiempo, lo cual los simpelmente materialista y, por eso mismo ateos, no lo consiguen entender. Al abrir las nueces podemos encontrarnos con una que esté sana o una que esté podrida; y es por eso por lo que Dios permite que seamos diferentes. Las nueces son pocas pero los ruidos son muchos; lo cual quiere decir que cuanto menos cerebro tienen algunos se dedican, por complejo de inferioridad, a hablar dando gritos, He aquí lo que diferencia a las personas de las simplemente gentes.
 
A priori siempre protestamos demasiado cuando vemos que los ateos crecen como la espuma de las cervezas pero, al final, la espuma siempre termina por desaparecer para quedarse en el vaso o la jarra únicamente el fresco y sabroso líquido que a todos nos satisface. Si la espuma (lo ateos) tienen que desaperecer el líquido fresco y saludable (los creyentes) siempre seguimos estando presentes para alimentar a los más necesitados. ¿Qué hacemos entonces cuando la espuma se erige en portavoz de la humanidad? Esperar a que se disuelva en su propia impotencia y quede solamente el líquido alimenticio de la fresca cerveza para darnos cuenta de que sin la espuma (los ateos) sabe mcuhísimo mejor.
 
Cuando no se quiere admitir que Dios crea la oportunidad de que necesitamos cambiar a favor del Bien es que no se quiere admitir la verdad (cierta y comprobada siempre) de que la espuma nada más que es una apariencia externa que no alimenta nada mientras el líquido limpio y fresco (los creyentes) permanecemos en el interior del vaso o de la jarra. Asi somos los seres humanos: un grupo de creyentes cristianos despejando el panorama para dar mejor sabor a la vida y otro grupo de incrédulos ateos que hacen mucho ruido pero ni apenas tienen nueces o, mejor dicho, tienen siempre el sabor amargo que, al final, a nadie le gusta salvo a los que no tienen buen gusto y les da lo mismo beber amarguras que beber frescor. 
 
El escritor murciano, de Yecla, José Luis Castillo-Puche y Moreno escribió algo sobre el sabor amargo de la retama. Y es cierto. Ese es el inamovible y estático sabor amargo que produce la existencia entre los ateos incrédulos; mientras que quienes creemos indudablemente en la existencia de Dios vamos desde el sabor de la menta hasta el sabor del anís para terminar en el sabor de la fresa. porque sin cambiar de creencia nunca siempre estamos ofreciendo sabores dulces para las vidas humanas a través de cambios inalterable de la Verdad de Dios que es única pero posee la virutd de irnos transformando a medida que seguimos creyendo cada vez más en Él. Los inalterables ateos se pierden en la permanente bruma y negrura de su escasa visión vital. Los continuos creyentes fluimos continuamente bajo la luz y la brillantez del Espíritu Santo que a cada uno de nosotros nos regla una gracia particular dentor de la Gracia general que emana.
 
¿Meree la pena ser siempre un ateo amargo cuando tenemos la posibilidad de cambiar nuestras existencias y la de quienes nos rodean en el día a día para sentir la alegría del cambio cristiano? Si ser ateo significa ser siempre agrio (y lo es sin duda alguna) la mejor coyuntura humana es alejarse del opio marxista autoritario y despótico y apostar por al apio de las ensaladas cristianas y demócratas. Hablando de lo democrático ya el griego Demócrito decía que somos átomos en continuo movimiento y es cierto que a fuerza de cambiar hacia un mundo más feliz convertimos la Tierra en la "casa humana" que ideó Dios. En lo que falló Demócrtio (o no tuvo tiempo de experimentar) es no descubrir que la ionización divina de nuestras metopas espirituales crean esos espacios donde cambiamos el nurso de nuestras existencias cuando sabemos que cambiar significa acercarse cada vez más a Dios. Si la ionización divia de nuestro particular sentido intelectivo nos hace alejarnos de los ateismos y los paganismos inicuos es que sabemos que hay un Creador y ese Creador es Dios. De lo contrario daría lo mismo ser persona que ser cualquier otro animal, vegetal o mineralsi es que al final de este mundo no existiera otro de carácter eterno. Cambiamos precisamente para, sin alterar su Palabra para nada, acercarnos más a él a través de ñas acciones del Bien que, como sabemos de la existencia de la eternidad producimos para hallar un lugar en dicha esternidad. Los ateos, paganos e incrédulos, no tienen ningún motivo superior para experimentar esta vida y es de ahí su inmovilismo espiritual que les hace ser solamente materia sin ninguna frescura comunicativa hacia los demás y terminan por hacer el Mal hastiados de su amargura al creer que todo acaba en esta vida.
 
En otro orden de cosas, hay quienes defienden el materialismo ateo a golpes de la fuerza bruta con los puñetazos o incluso armas como los tanques, lo cual demuestra que sólo son brutos nada más y carentes de verdadero amor hacia las personas humanas porque anteponen el interés de sus ideologías a la felicidad de sus gobernados. Para ellos la Causa es su dios y ese Causa carece de sentimientos sensibles porque sólo es materia y sólo se basa en la dialéctica de la amteria. ¿No es eso propio de irracionales? Los humanos tenemos algo que se llama razón y que debe ser, por diseño de Dios, lo que despierta nuestros sentimientos de sensibildiad hacia la felicidad humana en esta Tierra.Lo que hacen los materialistas marxistas y otros seguidores de ideologías dictatoriales ¿es un cambio o es quedarse atrapados en la enajenación de la materia ausente de cambio racional? La respuesta nos la hadado siempre la Historia. Todo materialismo de izqueirda, derecha o centro es siempre una inmovilidad y un estatus quo del autoritarismo que hace infeliz al pueblo que lo sufre. Así que todo cambio pasa por plantearnos un Bien como cosnecuencia directa de dicho cambio generador de ideas creadoras a imagen y semejanza de Dios. Crear es sinónimo de cambiar para transformarnos en seres felices a través de nuestra evolución mental que nos libera de axiomas que constriñen la felicidad que buscamos. El Cristianismo es esa evolución y cambio que necesitamos porque emana del Espíritu de Dios. ¿Somos monos o no somos monos? Los cristianos y las cristianas nos hemos sido nunca monos ni seremos monos jamás porque nunca nos comportamos como animales materialistas sino como seres humanos que, sin rechazar la omateria que nos ofrece una personalidad individual a cada uno y a cada una si hemos encontrado la espiritualidad comunitaris de todos nosotros y nosotras a niveles mundiales. La teoría de los ateos sólo son "mónadas" sin vida superior porque no va más allá del límite que les impone la ceguera de sus ideologías y nunca ofrecen ideas de singular felicidad al saber que más allá de cualquier frontera temporal se encuentra el tiempo eterno. Todo es un continuo cambiar hacia la unidad con Dios y no una lucha vana y absurda hacia una Nada que, pobre y mezquina manera de pensarm ha costado ya la vida de miles de millones de seres humanos a lo largo de toda nuestra Historia. ¿Tiene sentido matar por la Nada? ¿Alguien peude pensar que tiene sentido sacrificar a miles de millones de seres humanos para ofrecer, al final de nuestras vidas, la única meta que para ellos es la Nada? Yo a eso lo llamo demencia; simplemente demencia existencial que termina por acabar en el abismo de la soledad como única meta para los seres humanos. El Cristianismo sin embargo llena de fe y de razonable felicidad (que siempre empeiza por fe) cuando proclama que hay algo por lo que vivir esta vida y que vale infintiamente más que todo lo que podemos vivir en esta vida.
 
El asunto es leer un texto con letras correctas para gozar con ellas o no poder leer un texto por culpa de sus incorreciones y porque no ofrece goce alguno. Puesto qeu todas las letras correctas se mantienen siempre correctas nos da la seguridad de que somos felices gozando con ellas (Palabra de Dios) porque lo incorrecto ha desaparecido; sin embargo los incrédulos no aprenden a permanecer correctos y son inmutables en su movimiento hacia algo que producta felicidad. Están siempre estáticos en su errático penasmiento y ahn consturido dioses porque, en el fondo, sienten una profunda soledad; unos dioses que no les ofrecen nunca una respuesta satisfactoria (como demuestra la Historia de la Humanidad) y van cambiando continuamente sustituyendo a unos por otros para quedarse siempre igual de inisatisfechos e igual de infelices ya que son dioses materiales sin espiritualidad alguna,
 
Los creyentes cristianos y cristianas, a través de los cambios necesarios que hacemos en neustras vidas nos pryectamos hacia un solo Dios que, al ser materia más espíritu, nos llena por completo de sentido humano y de sentido divino al mismo tiempos. Y somos seres humanos que basan su felicidad en el sentido completo de los humano y lo divinos recogido en un continuo fluir hacia un más allá que para nosotros y nosotras no es un vacío estéril e inexistente llamado Nada sino una vida llena y productiva llamada Eternidad. Ese es el cambio que generamos en los seres humanos que nos siguen proque nosotros y nosotras seguimos a Jesucristo, y solamente a Jesucristo, como único Camino, única Verdad y única Vida. Por eso hemos cambiado hacia el Bien cuando los incrédulos y ateos les da lo mismo ir hacia el Mal porque lo único en que están interesados es que la vida sea inmñovil y ellos ostentar el poder omnímodo sobre las gentes del mundo que nosotros los cristianos y cristianas sabemos que sólo le pertenece a Dios y que Dios nos libera de dicha esclavitud cuando somos capaces de cambiar.
 
En nuestras proyecciones ahcia un futuro mejor es absurdo quedarse inmóviles en un pasado pero (ya he demostrado otras veces que es errático y erróneo decir que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer si damos por seguro que lo pro conocer es bueno) debemos utilizar siempre la inteligencia y es un insulto a la itneligencia cualquier creencia que nos impogan quienes dan la supremacía a la materia (por muy dialéctica que sea) sobre el espíritu que siempre libera nuestras energías creativas y creadoras a imagen y semejanza de Dios. Mientras que los ateos materialistas solo nos ofrecen un caos final par ajustificar un absurdo tan enorme como decir que estamos aqui llegados desde la Nada para vovler otra vez a la Nada (lo cual no tiene sentido inteligente de ninguna clase) nosotros y nosotras ofrecemos el cambio, la movilidad, el camina continuo hacia un neuvo amanecer diario, hacia una nueva aventura diaria, hacia una nueva conquista amorosa cada jornada de nuestro continuos devenir en esta Tierra. Y eso se prodice porque carecemos de ideologías de ninguna clase (que ecarcelan siempre el pensamiento y la vida humana en sus bases y fundamentos) que, al carecer de axiomas y dogmas alienandores de nuestra libertad, nos liberan defintivamente de las "cárceles" dieológicas. Somos idealogía en movimiento y no ideología estática. Somos liberación continua y no esclavitud perenne. Somos futuro y no pasado.
 
Los ateísmos construyen algo para luego deconstruirlo constantemente como tanto se jactan y pregonan de manera altanera y absurda. Construír para al final destruír. ¿Hay algo más insensato y demente que eso? Por suerte para los seres humanos existimos quienes sólo nos pasamos esta vida construyendo para otorgar a quienes siguen nuestros continuos movimientos una fe y una esperanza de que, en realidad, no existe ninguna frontera para la vida sino la que nos quieren construir los ateos. Por eso sí cambiamos nuestras vidas para ser cada día un poco mejores pero nunca cambiamos la inmutabilidad de la Palabra de Dios que es la que de verdad nos salva del abismo de la Nada y nos introduce en la plenitud de la Eternidad.