Para poder responder a esta cuestión de manera acertada, que no es tan problemático como en principio parece, es necesario no tener la mente "cerrada" sino situarnos mentalmente "en abierto" para dar paso a la incertidumbre. He aquí algo que nos da ya una primera respuesta. ¿Un diseño puede ser un diseño si existe la incertidumbre y cómo es la incertidumbre? En principio, el diseño siempre está fabricado para ser funcional y no es factible que tenga efectividad si se sale de su función; así que todo diseño es incompatible con cualquier clase de incertidumbre cuando sabemos que la incertidumbre se define como duda, perplejidad, sorpresa e inseguridad y riesgo de que no se cumpla con lo que se tiene previsto de antemano. 
 
Así que el primer dato factible, o la primera disyuntiva que nos planteamos, nos muestra que el diseño es contrario a la incertidumbre. Entonces la pregunta exacta es ¿la inteligencia humana presenta incertidumbres en cuanto a sus manifestaciones relacionadas con nuestros deseos o es un diseño que no da lugar a ninguna clase de dudas? Si esto último fuera cierto, ¿por qué precisamente los hombres y las mujeres más inteligentes siempre dicen que la duda es el principio fundamental de la inteligencia? ¿Desde cuándo la duda forma parte de un diseño que precisamente se define como diseño proque no hay duda de su funcionalidad?
 
De este acertado planteamiento nos introducimos de lleno en lo que es el ser humano y lo que es la inteligencia del ser humano. La coporeidad material del ser humano, que es lo que le define como ser humano ante el resto de la Creación de Dios, es un diseño que podemos llamarlo "cerrado" y cumple las funciones para las cuales ha sido diseñado. Pero no estamos cuestionando nada acerca de la corporeidad humana sino que estamos hablando de la inteligencia humana. Vista la cuestión desde este punto de observación, ya no es tan fácil determinar que la inteligencia esté incluida de lleno en el diseño corpóreo de un ser humano. Si la incertidumbre forma parte, en muchísimos casos y en muchísimas ocasiones, de nuestra inteligencia tenemos que que reconocer que la inteligencia es algo diferente a un diseño "cerrado". Vamos a ver si aceptamos o rechazamos esta proposición.
 
Digamos, en principio, algo que parece muy determinante si observamos a los seres humanos y las manifestaciones intelectivas de los seres humanos: se puede poseer un diseño corpóreo perfecto y, sin embargo, tener una inteligencia bastante corta y se puede poseer un diseño corpóreo muy deficiente y, sin embargo, tener una inmensa cantidad de inteligencia y, por el otro extremo de la cuestión, también es verdad que se puede poseer un diseño corpóreo perfecto y tener una inmensa cantidad de inteligencia o tener un diseño corpóreo imperfecto y tener muy poca inteligencia. Entre ambos extremos hay toda una cantidad infinita de clases de diseños corpóreos y manifestaciones de inteligencia diversas. No podemos, por lo tanto, dar estas conclusiones como definitivas e infalibles porque estamos tratando de incertidumbres.
 
Sabemos también que todos los seres humanos somos diferentes porque somos únicos e irrepetibles; asi que esto nos indica que los diseños materiales humanos son infinitamente diferentes los unos de los otros (al menos aunque sea en el caso de una mínima diferencia) y no existe un solo diseño humano para todos los seres humanos. Como existen infinidad de seres humanos (los existidos, los existentes y los que existirán) la relación diseño-inteligencia no puede ser ni absoluta ni exacta sino completamente variante de un ser humano a otro ser humano; luego debemos admitir que hay infinita cantidad de variables en dicha relación diseño-inteligencia. Sabido esto fijémonos en una parte del diseño corpóreo humano de suma trascendencia. Me estoy refiriendo al cerebro.
 
La inmensa mayoría de las personas están super convencidas de que la inteligencia nace, crece y se desarrolla dentro del cerebro humano. Esto, además de falso, es un grave error o al menos parcialmente un grave error. Es verdad que existe una relación más o menos directa ente el cerebro humano y la inteligencia humana, pero la experiencia nos ha demostrado millones de veces, a lo largo de toda nuestra historia, que han existido, existen y existirán muchos hombres que teniendo mucho cerebro han demostrado tener muy poca inteligencia o casi nula inteligencia cuando vemos cómo se comportan ante la sociedad y cómo actúan dentro de la sociedad. Se puede tener un gran cerebro perfecto y ser un completo imbécil o se pude tener un cerebro imperfecto y ser un verdadero genio; pongamos a Adolfo Hitler como ejemplo de completo imbécil y a Stephen Hawking como ejemplo de verdadero genio. 
 
Pero la inteligencia no sólo radica en el cerebro humano sino que va más allá de dciho cerebro porque no es una parte que pertenezca al diseño cerebral sino que es un fluido que impregna a todo nuestro cuerpo humano. Poseemos inteligencia en todas las partes que forman nuestro diseño corpóreo; desde la cabeza hasta los pies, todos nuestros órganos humanos poseen inteligencia; por ejemplo, para poner sólo uno de los muchos que podríamos citar, los dedos de las manos humanas tienen su propia inteligencia que, mucho más allá de la inteligencia que tenemos en el cerebro, cumple con otra inteligencia tactil que es paralela a la inteligencia mental o a la inteligencia de nuestro estómago o cualquier otro elemento del diseño corporal humano. Sabemos que el cerebro humano es la parte del diseño humano que manda "órdenes" hacia el resto de las demás partes de dicho diseño; pero esto no significa que emana del cerebro humano la inteligencia humana sino que ésta, muchas veces, actúa sin recibir "órdenes" del cerebro y crea su propia autonomía independiente a la hora de manifestarse dentro de nosotros y desde nosotros hacia los demás: de ahí viene el tremendo desconcierto que a muchos provoca el hecho de que un ser humano actúe de una manera que no estaba previsto que actuase. Este fenómeno actitudinal, promovido por la inteligencia humana, no tiene relación directa con el coeficiente intelectual del que tanto hablamos, porque no es lo mismo intelectualidad que inteligencia. Es por eso por lo que muchos hombres sumamente intelectuales (y no estoy en contra de la intelectualdiad sino a favor de ella y siempre predico que el hombre y la mujer deberían ser altamante intelectuales para ser más completos o completas cada día de sus vidas) actúan de manera desastrosa o, como se dice vulgarmente, "meten la pata" continuamente. No más ni menos que los que no son intelectuales que también "meten la pata" muchas más veces que los hombres intelectuales. De la misma manera nos preguntamos ¿por qué hay seres humanos -hombres y mujeres por igual- que no siendo tan intelectuales como otros son mucho más moderados, prudentes y sabios a la hora de comportarse de cara a los demás?
 
Puedo demostrar, y lo he hecho infinidad de veces sin ninguna clase de esfuerzo superior, que soy capaz de dejar la mente "en blanco" y estar haciendo una gran cantidad de actividades con la mente "en blanco". Lo demuestro tantas veces como sean necesarias a los que lo duden. O sea, que algunas veces (cuando me da por hacerlo de manera voluntaria o de manera involuntaria) puedo estar escribiendo, por poner un ejemplo, sin que el cerebro me esté enviando "órdenes" para que escriba (o me está dando "ordenes" que yo no cumplo) y por eso es muy común en mí que esté escribiendo sin saber con total exactitud qué frase va a seguir a la frase que ya he escrito. Si el cerebro me estuviese dando "ordenes" sabría, antes de escribir algo, lo que voy a escribir después. Y esto a veces no es así porque es má veloz la inteligencia táctil de mis dedos que el diseño cerebral que poseo. Lo mismo que sucede conmigo puede suceder con millones y millones de personas. 
 
Demostrada esta paradoja que no es paradoja sino una realidad certera, tenemos que reconocer que una cosa es la mente (que forma parte del diseño cerebral de los seres humanos) y otra cosa es la inteligencia (que no sólo se relaciona con la mente sino con todo el diseño humano sin tener que ser parte intrínseca de dicho diseño). Hablemos pues de cómo un diseño humano (de creación humana) es muy imperfecto. Me refiero a la alienación mental de muchos seres humanos. 
 
¿En qué consiste esta alienación mental y cómo combatirla hasta poder superarla? Consiste en que el cerebro humano es un diseño "cerrado" pero no impermeable y por eso, muchas veces, cerebros con mucha potencia energética "abren" los cerebros de muchos seres humanos cuyos cerebros tiene poca potencia enérgica, se "meten" dentro de ellos y dominan la voluntad de todos esos seres humanos a lo que quiere dominar. Esto sucede porque los diseños humanos son distintos pues en caso de igualdad no podría suceder tal cosa. Pero resulta que todos los diseños cerebrales son "cerrados" pero no "inflexibles" (dos cosas muy diferentes por cierto) y como nuestro diseño cerebral es muy flexible podemos superar, combatir y eliminar la alienación mental, usando esa sustancia que recorre todo nuestro cuerpo y que se llama inteligencia. Si usas bien tu inteligencia nadie jamás te puede alienar por mucho que lo intente porque, como diré al final de este texto, mientras la mente se puede controlar porque es de carácter humano; la inteligencia no se puede controlar, cuando se opone a dicho control, porque es de carácter divino. El cerebro que intenta alienar a otro cerebro es siempre un cerebro "inferior" y por eso busca ser dominante para superar su complejo de "inferioridad"; así que usando la inteligencia para fortalecer a nuestros cerebros jamás un cerebro "inferior" nos puede alienar y, por supuesto, un cerebro "superior" no sólo no busca alienar a nadie sino que nos sirve para formar y construir una sociedad mejor de cerebros humanos no alienados, porque lo "superior" no busca dominar lo "inferior" sino dirigir a lo "inferior" y no es lo mismo "dominar" (alienación) que "dirigir" (liberación).
 
Pasemos a otro punto interesante: el diseño corpóreo humano es una creación simplemente humana y ha ido variando muchísimas veces a través de los siglos y las épocas de la humanidad. La inteligencia, sin embargo, es una creación que viene emanada directamente del Pensamiento de Dios y no varía nunca sino que nace, crece y se desarrolla sin tener en cuenta los diseños que los seres humanos imponen en cada siglo y en cada época según se les antoja a quienes dirigen las sociedades humanas. La mente puede ser controlada porque forma parte del diseño creado por los humanos; pero la inteligencia nunca puede ser controlada porque forma parte de la divinidad de Dios transmitida a los seres humanos. Esa es una gran diferencia. Una vez más nos damos cuenta que mentalidad e inteligencia no son la misma cosa. 
 
¿Entendemos siempre lo que entendemos? Parece una perogrullada o un absurdo plantearse tal pregunta pero es cierto que muchas veces (más de lo que podemos creer o pensar) sucede que entendemos algo pero no sabemos cómo entenderlo. En otras palabras, sabemos que algo se ha producido pero no sabemos cómo se ha producido ese algo o no podemos explicar cómo ha sucedido. ¿No es cierto que muchas veces nos decimos a nosotros mismos en primer lugar, y después a los demás, que no podemos entender lo que ha sucedido aunque sepamos lo que ha sucedido? Decimos algo así: "veo lo que ha sucedido pero no puedo entenderlo". Entramos de nuevo en el mismo paradigma: vemos con la mentalidad (que es propia del diseño humano) pero no estamos aplicando la inteligencia (que no es diseño humano sino creación directa de Dios). Debemos entonces llegar a la conclusión de que el entendimiento forma parte del diseño mental pero la inteligencia puede explicar lo que el entendimiento es incapaz de hacerlo.
 
He afirmado que la inteligencia es una sustancia incorpórea que poseemos a los largo y ancho de todo neustro diseño corpóreo y resulta que esto lo confirman muchísimos investigadores que ya han descubiero que, hasta el momento, hay un total de 9 sentido humanos (muchos más que los 5 sentidos humanos que eran los que se conocían hasta hace pocas décadas) y dichos investigadores afirman que hay muchas probabilidades de que se descubran más sentidos humanos. Eso quiere decir que todos y cada uno de esos 9 sentidos humanos que ya conocemos que existen, poseen su propia inteligencia y así, de esta manera y por seguir con el mismo ejemplo, una persona puede estar escribieno a una velocidad superior al funcionamiento de su cerebro o, por poner otro ejemplo distinto, una persona puede estar viendo algo que todavía el cerebro no ha visto o está cocinando y, mientras cocina, está pensando en algún asunto ajeno al cocinar sin que por ello se le estropee lo que está cocinando.
 
Así que si la inteligencia humana (que proviene directamente del Pensamiento de Dios) fuese un diseño humano, siempre sabríamos para qué estamos haciendo lo que estamos haciendo cosa que, en la práctica, no es cierto ya que muchas veces hacemos cosas que no sirven para lo que estamos pensando que van a servir sino para otras cosas que no teníamos pensadas. Hay veces que sabemos para qué queremos hacer algo y hay veces que hacemos algo sin saber para qué lo hacemos. Si la inteligencia humana fuera un diseño (y por eso mismo estuviese fabricado para una finalidad concreta y sólo para esa concreta finalidad) no sucederían estas situaciones que ocurren diariamente a millones de seres humanos de cualquier género y de cualquier edad puesto que la inteligencia no es un diseños para ciertos géneros y para ciertas edades sino para todos y todas de manera equitativa. 
 
¿Qué es entonces la inteligencia? Los ávidos lectores podemos poner un ejemplo muy sencillo. Hércules Poirot es un diseño creativo ideado por Agatha Christie. Y es un diseño tan "imperfecto" que hasta su propia autora lo llama continuamente "hombrecillo con cabeza de huevo"; pero posee una enorme genialidad para resolver cualquier asunto porque tiene muchísima "sustancia gris" que es lo mismo que decir que posee muchísima inteligencia. Así que resulta que es cierto que la inteligencia no está diseñada (pues en ese caso sería siemrpe la misma a lo largo de toda nuestra vida humana) sino que es un fluido ("no cerrado" en un diseño) que nace, crece y se desarrolla por todo nuestro cuerpo a lo largo de toda nuestra vida.
 
"No entiendo lo que me está pasando". Esta es una frase que muchísimos seres humanos se la hacen a lo largo de cada día y en muchísimas ocasiones. Si la inteligencia formara parte del diseño cerebral esta frase no tendría sentido y nadie la exclamaría porque la inteligencia siemrpe sería la misma para todos los humanos y estaría dominada por el diseño cerebral. Si no entendemos muchas cosas que nos suceden, o que les suceden a los demás, es porque queremos comprenderlas con la mente pero la mente, por sí sola, no puede explicarlo todo. Esa frase se repite continuamente porque no se usa la inteligencia y solamente se usa la mente. Si los seres humanos pusiésemos a la inteligencia (de ahí que yo apoye siempre y sin ninguna clase de duda al conocimiento intelectual y al desarrollo cultural) como primer motor de nuestra esencia humana entenderíamos llo que tantas veces decimos que no entendemos. El diseño simplemente humano siempre tiene el límite que le impone el propio diseño y su funcionalidad (luego la mente del cerebro tiene un límite) pero la inteligencia (como proviene directamente del Pensamiento de Dios) es infinita y, gracias a esa cualidad de infinita, es la que debemos usar para entender lo que no entendemos. ¿Cómo se puede conseguir esto si no nos dedicamos a desarrollar nuestra cultura personal y a convertirnos en esos seres intelectuales a los que tanto temen los incultos? Imposible. Si somo incultos nunca lo vamos a lograr.
 
Hablemos, por último, del coeficiente intelectual. Muchos dan por hecho y por cierto que existe una escala de coeficientes intelectuales que nos sitúan en un nivel más alto o en un nievel más bajo de toda la escala de niveles que han creado. Y eso es otro error. La inteligencia jamás se puede medir con exactitud porque no es estática (ya que fluye continuamente como ya hemos demostrado) y al no ser estática no puede ser medida ni evaluada con un parámetro más o menos matemático. La inteligencia es un ser vivo que nace, crece y se desarrolla antes de volver al punto de origen donde nació (Dios); y Dios sabe por qué a algunos seres humanos les ha da una inteligencia más ampia y acentuada que a otros a los que no puede exigirles que produzcan lo mismo porque no tienen la misma cantidad de inteligencia según creen muchos. Eso es otro grave error; porque Dios no da cantidad de inteligencia sino calidad de inteligencia. Así que si medimos el coeficiene intelectual de un ser humano a través de una escala de valores cuantificada, estamos cometiendo el error de no saber que la escala de valores de las inteligencias humanas no es cuantitativa sino cualitativa porque no es estática sino que siempre está fluyendo en movimiento continuo de carácter oscilatorio y no detenido.  
 
Termino con un hecho que he observado a lo largo de toda mi vida: las mujeres que son completamente felices son las que se han casado con hombres sumamente inteligentes (no supermanes sino solamente hombres sumamente inteligentes) sin tener en cuenta, para nada, el diseño corpóreo materialista de dichas mujeres y de dichos hombres. He aquí, por lo tanto, la demostración definitiva de que la felicidad depende solamente de la inteligencia y la felicidad tampoco es un diseño sino un producto que deriva de la fe que deriva de Dios y de la cantidad de entendimiento que usemos para comprender a Dios. La mentalidad es humana. La inteligencia es divina. La mentalidad es materia y se ubica en el cerebro. La inteligencia es espíritu y anida en el corazón. He ahí la enorme diferencia.