Dios creó todo el Un¡verso en un momento de su Tiempo y ya sabemos que el Tiempo de Dios alcanza desde el Alfa (Principio) hasta la Omega (Final) de todo lo existente. ¿Es el Universo una intencionalidad divina para la aventura humana o es solamente un simple telón de fondo para esto que muchos llaman el "teatro de la vida"? ¿Y si fuese que Dios no creó el Universo para las aventuras humanas ni como telón de ninguna de nuestras representaciones existenciales? No sabemos la respuesta porque pertenece al Misterio de Dios; o sea, a lo que está escondido desde el origen de los siglos en la mente de Dios. No sabemos la respuesta pero tenemos muchas preguntas.
 
Desde que los soviéticos y los estadounidenses comenzaron a luchar entre sí en una loca carrera hacia el espacio extraterrestre, todas las grandes potencias mundiales han gastado y derrochado ya millones de billones de dólares sin haber conseguido nada más que añadir nuevas incógnitas que parece que nunca van a terminar. Pero los seres humanos andamos tan ciegos como muchos líderes religiosos que, ante la imposibilidad de desvelar los misterios del Universo, les da por decir que éste Universo no sirve para nada, que está hecho de la Nada y para la Nada. Se las dan de más sabios que el mismo Dios. Porque hay líderes religiosos, a los que les gusta que se les llame ancianos del Verbo, que quieren ser más "papistas" que el Papa y, claro está, no saben cómo explicar ciertos asuntos porque ni culturalmente ni intelectualmente están preparados para hacerlo. Y eso que se llaman líderes. Mirando hacia el Universo nadie que tenga un mínimo de inteligencia puede decir que está creado desde la Nada y que no sirve para nada.
 
El sentido de la probabilidad no tiene cabida en esta cuestión. Si Dios hubiese querido que los hombres hubiesen comprendido fácilmente lo que significa el Universo simplemente hubiese reducido dicho Universo a la mínima expresión: la creación de un solo Sol y una sola Tierra. Con ese simple hecho nos hubiese mostrado claramente su Infinita Inteligencia. Luego el Universo no está hecho para ser comprendido por los seres humanos mientras vivimos en este mundo. La respuesta más sencilla a todo este misterio la tenemos los cristianos como una promesa real y realizable. Será solamente cuando Jesucristo vuelva por segunda vez a la Tierra cuando sabremos toda la Verdad porque solamente Jesucristo es la Verdad. Sin embargo, parece ser que a todos los "sabios" de la Ciencia (una imensa mayoría de todos ellos ateos o agnósticos pero no creyentes) les da, de vez en cuando, por intentar echar un pulso a Dios para ver quién vence. Si en lugar de hacer esa clase de pulsos a Dios le hechasen pulsos al hambre, a las necesidades humanas, a la educación, a la cultura, al desarrollo de los pueblos, otra cosa bien distinta sería la vida en esta Tierra; porque resulta que mientras ya se han gastado millones de billones de dólares retando a Dios en una batalla que saben que tienen perdida incluso antes de plantearla, millones y millones de seres humanos de todos los géneros y edades viven en medio de la miseria humana, se mueren por culpa de la miseria humana, son perseguidos por culpa de la miseria humana, están esclavizados por culpa de la miseria humana, viven solos, abandonados y desolados por culpa de la miseria humana, se encuentran en el subdesarrollo y la infracultura por culpa de la misera humana y no piden otra cosa sino vivir con dignidad saliendo de la miseria humana. Ante tanta miseria humana nos preguntamos ¿para qué queremos el Universo?
 
Estamos observando, diariamente, cómo se producen nuevas teorías de las llamadas ahora cuánticas que se van derribando las unas a las otras. Los sabios de este mundo (cuya mayoría son ateos o agnósticos y por lo tanto incrédulos ante la real y verdadera existencia de Dios) se han hundido en una carrera inútil por conocer el Principio y el Final. Si todos los humanos nacemos después del Principio (Alfa) y morimos antes que el Final (Omega) es totalmente absurdo que podamos descubrir, mientras vivimos en la Tierra, dicho Principio y dicho Final hasta que un Ser Superior conocedor de la Verdad, porque es la Verdad, nos lo haga conocer. Ese Ser Superior es Jesucristo. ¿De verdad pueden lograr los agnósticos y los ateos descubrir la Verdad del Universo cuando están predicando continuamente que no creen en la Verdad? ¿Y si no creen en la Verdad qué motivos tienen para andar tan ansiosamente buscando una Verdad en la que no creen? La Biblia lo llama vanidad de vanidades y en verdad que es la máxima expresión de la vanidad de las vanidades humanas. 
 
Dios es el Ser Supremo de la Justicia. Descubrir todos los misterios que existen en el Universo sería algo así como un regalo que Dios nos diese a todos los seres humanos sin distinción alguna; pero volvemos a insitir en que Dios es Suprema Justicia. ¿Sería justo que el goce y el disfrute del Universo lo celebrasen y viviesen quienes no creen ni en Él ni en su Suprema Justicia? Sólo podemos argumentar que Dios, además de Justicia, es un Padre amoroso y, por ende, el goce y disfrute del Universo sólo será regalado por Dios a quienes se declaran públicamente y ante el resto de la humanidad, que son Hijos e Hijas de Dios. Así que el privilegio de conocer y disfrutar de todo el Universo sólo está reservado a los cristianos y cristianas que predican la Palabra de Dios y se declaran abiertamente Hijos e Hijas de Dios. ¿No sería justa esta decisión divina? No solamente es justa sino coherente cuando pensamos que los ateos (y los agnósticos a través de sus dudas que son faltas de fe), que no hacen más que publicar que somos Hijos de la Nada y que terminamos solamente siendo Nada, se devanan los sesos buscando el Principio y el Final del Tiempo. No lo van a conseguir jamás. Y es que resulta jocoso y hasta ridículo estar gastándose tantos millones de billones de dólares para explicar el Todo cuando se proclama que somos la Nada. ¿Qué sentido tiene decir que somos nada y en nada nos vamos a convertir y, sin embargo, ambicionar tanto para descubrir un Todo del cual se predica que no existe? ¿Somos parte de la Nada o somos parte del Todo? Lo que no se puede concebir es que seamos, a la vez, parte de ambas naturalezas. O somos nada y el Universo no nos interesa descubrirlo ni conocerlo porque somos nada y de nada nos va a servir conocerlo o somos todo y, en ese caso, tampoco nos interesa descubrir ni conocer nada de un Universo al cual, por ser parte del todo, somos parte de él mismo y, por ello, sabemos ya que el Universo está creado para conocerlo cuando todas las partes del mismo (los creyentes) seamos elegidos como creyentes cuando la Verdad vuelva a venir a la Tierra. Exacto. Estoy hablando de Jesucristo. La Verdad de Jesucristo es la Verdad del Universo.
 
Teniendo esto ya claramente entendido, ¿cuál es la ambición que tienen los ateos, y sus adláteres los agnósticos, por buscar aquello en lo que no creen? Es la mayor vanidad e incongruencia humana que existe. Sólo nos puede tocar un premio en el bingo si jugamos al bingo, sólo podemos ganar un partido de fútbol si jugamos al fútbol, sólo podemos recibir una paga mensual si estamos trabajando dicho mes y, por lo tanto, sólo podemos saber y conocer el Misterio de Dios si creemos en el Misterio de Dios; porque conseguir un premio en el bingo, ganar un partido de fútbol, recibir una paga mensual y creer en la existencia de Dios vienen a ser conjeturas de similitud. Así que quienes buscan descubrir los misterios del Universo sin creer en la Verdad de la existencia del Universo es como amar a un ser humano odiando a ese ser humano. O amas a un ser humano o le odias y no es cierto que del odio al amor hay un solo paso. No es cierto y es una de las mayores falsedades de todas las mentiras que han dejado escritas los seres humanos. Del odio al amor no hay un solo paso sino que hay una infinita distancia. ¿Vale más la falsa palabrería de un ser anónimo o la Palabra de Dios a través de Jesucristo y la acción del Espíritu Santo? Si se ama se ama de verdad y si se odia se odia de verdad y ambas verdades no sólo son totalmente opuestas sino imposibles de unir en una sola verdad porque el sí jamás es el no y el no jamás es el sí.^
 
¿Por qué razonamiento lógico, ya que los ateos y los agnósticos hablan continuamente de la lógica como la única fuente válida para decir que las acciones son equilibradas, Dios tendría que regalar el Universo a quienes dudan de su existencia y a quienes incluso la niegan por completo? Eso es tan imposible como ganar un Concurso Literario sin haber participado con alguna obra en dicho Concurso. Si Dios regalase el Universo a los incrédulos estaría dando un premio a los culpables de la miseria humana. Y Dios sabe que no son dignos de gozar de su Creación todos aquellos que dudan de su autoría o quienes niegan que Él es el autor de la Creación Universal. Dios es Infinitamente Justo y no va a cometer jamás el error de dejar que quienes dirigen las Grandes Potencias en base a dejar a millones de seres humanos que vivan en la miseria vayan a conquistar el Universo para llevar a todo el Universo esas mismas miserias que han sido y son las lacras de quienes han actuado y actúan en contra de las Leyes de Dios.
 
Dios guarda bajo su propia llave sus derechos de autor y, tal como hacemos los seres humanos, defiende sus derechos de autor contra quienes niegan que Él es quien tiene esos derechos porque sólo Él es el autor de la Creación del Universo y viendo cómo se han comportado siempre los poderosos de la Tierra no va a permitir que sus Misterios sean desvelados hata que no regrese su Hijo, Jesucristo, por segunda vez a la Tierra para separar la Bondad de la Maldad y ejercer su poder para regalarle a los que han vivido siempre necesitados, por culpa de los poderosos, el enorme e infinito goce y placer de conocer los Misterios del Universo.
 
Mientras tanto, mientras en el mundo sigue creciendo la maldad, la hambruna, la sumisión, el abandono, la esclavitud, los abusos inhumanos de toda clase, etcétera, tal como ha venido haciéndose a lo largo de toda la historia humana, la pregunta sigue siendo la misma. ¿Para qué queremos el Universo? La respuesta se dará cuando Dios Padre quiera dársela a los que publicamos abiertamente y sin ningún tipo de dudas ni de complejos que somos Hijos de Dios. Los hijos que se merecen la herencia divina son los que reconocen a un padre divino como su verdadero Padre. Sólo con ellos Dios será justo en el premio. A los demás nosotros no vamos a enjuiciarlos porque eso sólo lo puede hacer un Padre que tiene potestad para hacerlo. El Universo puede seguir esperando mientras la Tierra siga siendo gobernada por quienes desprecian las Leyes de Dios creyendo que su dios Dinero es superior a cualquier otro Dios. Así que por mucho que sigan derrocando y malgastando miles de billones de dólares, con los cuales ya estarían resueltos todos los problemas de la humandiad, nunca jamás sabrán la Verdad del Principio (Alfa) ni la Verdad del Final (Omega) por muchas teorías que fabriquen para intentar descubrir dichas Verdades. Y es que de lo relativo (que son todas sus teorías juntas y una por una) a lo absoluto (que es la Verdad de Dios) hay una distancia tan enomre de trillones de años luz que la luz nunca lucirá hasta que Jesucristo venga a hacer la Justicia del Padre a través del Espíritu Santo. Ese día veremos lo que sucede con el Universo y lo que sucede con todos nosotros los creyentes y con todos ellos los incrédulos. Para eso sirve el Universo. Para ser el hábitat de la Verdad y sólo el hábitat mientras en la Tierra sólo se quede la Mentira en completa soledad. Tal vez para eso queremos el Universo.
 
Lo inteligible del Universo sólo está creado para la inteligencia humana y no para la prepotencia de quienes llamándose humanos no saben razonar lo que es la justicia, la equidad y los derechos de todos y cada uno de los seres humano. Y mientras más información recibimos del Universo más desinformación obtenemos para saber su Verdad; porque en el pulso que los ateos están haciendo contra Dios, la Inteligencia Eterna es siempre Infinita mientras que la viveza de los humanos acaba cuando les llega la muerte.