Piensa pero no respires (Novela) - 2 -
Publicado en Oct 02, 2016
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- ¡¡¡Basta ya!!! ¡¡¡Que no entre nadie más por lo que más améis en esta vida!!! ¡¡¡Este ascensor, además de ser muy viejo, sólo acepta un total de diez personas al mismo tiempo y ya somos veinte!!! ¡¡¡Cierren la puerta, por favor, o me da el ataque!!! Javier Castillo sufría de claustrofobia y los espacios cerrados, y sin suficiente aire para todos, le producían verdaderos ataques de histeria. Todos estábamos dentro del ascensor como si fuéramos sardinas enlatadas pero sin aceite. Javier Castillo se estaba volviendo loco. - ¡¡¡No dejen entrar a nadie más!!! ¡¡¡Vamos a morir todos!!! ¡¡¡Vamos a morir asfixiados!!! - ¡¡¡Cállese ya, histérico!!! ¡¡¡Ya está cerrada la puerta!!! - ¡¡¡Tú eres la culpable de todo, Rita Pavón!!! ¡¡¡Como muramos todos asfixiados sin poder hacer ninguna clase de movimiento para poder escapar de la muerte tú serás la única culpable!!! - ¿Por qué tiene que ser únicamente Rita Pavón la culpable? - ¿Quién le ha dado vela en este entierro, señor don Josué Yagüe? - ¡La vela en este entierro es la que le van a poner a usted en su tumba como siga provocándome más de la cuenta! ¡Conteste a mi pregunta y cállese ya de una puñetera vez porque me pone los pelos de punta! - ¡Será los pelos de los sobacos porque lo que es en la cabeza bien monda lironda que la tiene! - ¡Está usted mal de los nervios y eso no es buena señal para tener una larga vida! ¿Por qué tiene que ser únicamente la culpable Rita Pavón? - ¡Porque es la más pesada de todas! - ¡Oiga, majareta! ¡Si yo estoy gorda usted es solamente un esqueleto viviente, Castillo ruinoso! - ¿Yo soy un Castillo ruinoso? ¿Te has atrevido a llamarme Castillo ruinoso? - ¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Un Castillo ruinoso y ruin hasta a la hora de enseñar al que no sabe porque siempre tiene miedo de que alguien le quite su privilegiado puesto de trabajo!!! - ¡¡¡Salga usted inmediatamente del ascensor!!! - ¡¡¡Que salga su tía, demente!!! Alguien pulsó el botón del primer piso y el ascensor comenzó a subir renqueando como las ruedas de una carreta pésimamente engrasada. Se escuchaba perfectamente algo así como un rechinar de dientes que nos ponía a todos a pensar que no íbamos a poder llegar ni al primero. Y ocurrió lo que todos estábamos pensando. Era lógico y era lo que tenía que ocurrir. Justo en el trecho que había entre el patio de operaciones y el primer piso el ascensor quedó repentinamente detenido produciendo un sonido que parecía la agonía de un elefante. - ¡¡¡Vamos a morir!!! ¡¡¡Vamos a morir!!! ¡¡¡Vamos a morir!!! - ¿Se puede usted callar ya, señor Castillo? - ¡¡Le vuelvo a repetir y esta vez más alto para ser más claro, señor Yagüe, que usted no es nadie para hacerme callar a mí!! - ¡¡¡Yo no soy ningún naide!!! - ¡¡Cómo se nota que no sabe ni hablar bien!! ¡¡Seguro estoy de que cuando usted se monta en un burro todos los que lo ven no saben contestar si el burro es que el va va debajo o el que va arriba!! - ¡¡¡Le advierto que este no es mi día ni tampoco el suyo, calavera!!! - ¡¡¡Y usted un burro completo porque no sabe decir nadie y dice naide y parece mentira que tenga un cargo de jefecillo con tan poca cultura general!!! ¡¡¡Solo le faltan las alforjas para estar usted totalmente completo!!! - ¿Alguien sabe cantar? - ¿Qué tontería es esa de cantar ahora, Helga Berzales? - Lo digo por si tenemos que morir que sea a lo plácido domingo que no es día laboral, señor Yagüe. - ¡Rita Pavón sabe cantar muy bien, compañeros y compañeras! - ¿Cómo sabes tú eso, Alfonso Perea? - Porque la oigo todas las mañanas... señor Yagüe... o lo que sea usted... - ¿A eso se dedica Rita Pavón en lugar de trabajar como Dios manda? - Tengo que darles una noticia, compañeros y compañeras. Acabo de pulsar el timbre de la alarma y no funciona. Nadie puede saber ahora que estamos atrapados todos en esta trampa mortal. - ¡¡¡Cielos!!! ¿No funciona el timbre de alarma, Floro Carnicer? - ¡No funciona, señor Yagüe, pero no es mía la culpa! ¡Echele usted la culpa a Rita Pavón ya que el señor Castillo quiere que sea tan culpable de todo lo que nos pasa y así quizás se le pase el ataque de histeria! - ¿Canto o no canto? - ¡Canta, Rita, canta! ¡A lo mejor alguien la escucha si canta bien fuerte y nos sacan de este atolladero del infierno! Rita Pavón comenzó a cantar con toda la pasión de su corazón mientras todos estábamos tan pegados los unos a los otros que ni tan siquiera la hoja de una cuchilla de afeitar podría pasar por en medio. - ¡¡¡Para hacer bien el amor hay que venir al sur. Para hacer bien el amor e ir donde estas tú. Sin amantes quién se puede consolar. Sin amantes esta vida es infernal!!! - ¡¡¡Cállate ya, Rita, y no cantes tonterías ahora que vamos a palmarla!!! - ¡¡¡Cállate tú, Javier!!! ¡¡¡Rita, sigue por caridad y aunque sólo sea por caridad!!! ¡¡¡Somos diez machos y diez hembras y podemos hacer muy buenos dúos!!! - ¡¡¡Es usted un cerdo machista, señor Yagüe!!! - ¡¡¡No te consiento que me llames cerdo, Helga Berzosa, o me olvido de que eres una mujer casada y te digo lo que no quiere jamás oír una mujer casada!!! ¡¡¡Por todos los diablos del mundo que yo puedo admitir que me llames machista pero lo de cerdo no lo voy a aceptar jamás!!! ¡¡¡Ya tengo bastante con lo de burro que me han llamado antes, quizás con mucha razón, pero en la inteligencia de que no voy a aceptar lo de cerdo!!! ¡¡¡Nadie que me llame a mí cerdo vive sin tenerlo que pagar muy caro por ello aunque se trate de una mujer tan sin gracia y tan abúlica como eres tú, Helga Berzosa!!! ¡¡¡Cuando hablas aburres hasta a las veletas de las torres vecinas!!! - ¿Canto o no canto? - ¡Canta pero mucho más fuerte y toda la canción completa, Rita Pavón, a ver si con la potencia y el tiempo de duración acierta a escucharte alguien! ¡¡Canta con toda tu alma, Rita!! ¡¡¡Tienes una voz muy bonita!!! - ¡¡Gracias, Andrés Patones!! ¡¡¡Te la dedico a ti con todo mi gusto!!! - ¡¡¡Pues tienes un gusto más averiado que esta birria de ascensor, Rita!!! - ¡¡¡Lo que le pasa a usted es que se muere de envidia, Javier Castillo!!! Fue entonces cuando todos tuvimos la esperanza de poder salvarnos de aquella trampa mortífera, porque Rita Pavón comenzó a cantar toda la canción completa y poniendo toda la potencia de sus pulmones en movimiento. - ¡¡¡Por si acaso se acaba el mundo todo el tiempo he de aprovechar, corazón de vagabundo voy buscando mi libertad. He viajado por la tierra y me he dado cuenta de que donde no hay odio ni guerra el amor se convierte en rey. Tuve muchas experiencias y he llegado a la conclusió que perdida la inocencia en el Sur se pasa mejor. Para hacer bien el amor hay que venir al sur. Para hacer bien el amor e ir donde estas tú. Sin amantes quien se puede consolar. Sin amantes esta vida es infernal. Para hacer bien el amor hay que venir al sur lo importante es que lo hagas con quien quieras tú... y si te deja no lo pienses más.... búscate otro mas bueno vuélvete a enamorar. Todos dicen que el amor es amigo de la locura. Pero a mí que ya estoy loca, es lo único que me cura. Cuantas veces la inconsciencia rompe con la vulgaridad, venceremos resistencias para amarnos cada vez más. Tuve muchas experiencias y he llegado a la conclusión que perdida la inocencia, en el Sur se pasa mejor.... Para hacer bien el amor hay que venir al sur lo importante es que lo hagas con quien quieras tú... y si te deja no lo pienses más... búscate otro más bueno, vuélvete a enamorar. Para hacer bien el amor hay que venir al sur lo importante es que lo hagas con quien quieras tú... y si te deja no lo pienses más... búscate otro más bueno, vuélvete a enamorar. Búscate otro más bueno vuélvete a enamorar. Cuando Rita Pavón terminó de cantar todos estábamos ya bañados de sudor pero nadie se quejaba y el silencio era abrumador. No era cuestión de hablar demasiado sino de saber qué iba a ser de todos nosotros. No se oía nada procedente del exterior del ascensor. A Javier Castillo empezó a castañearle los dientes. Hasta que Esperanza Sosa no soportó más aquel tenebroso silencio. - ¿Nos queda alguna esperanza de salvación? - ¡Cállate y ahora energía, Esperanza Sosa! ¡Contigo ya tenemos bastante sufrimiento y sabes muy bien por qué lo digo! ¡Si la esperanza que nos queda es tan poca cosa como lo eres tú, que hasta a marica le dan a algunos por meterse antes que ligar contigo, ya nos podemos dar todos por muertos! ¡Claro que esta muerte es mucho más digna y feliz para los hombres que estar viviendo a solas contigo en un islote aislado del resto del mundo! - ¡¡¡Eres una bruja, Merche Recuero!!! - ¡¡¡Que nadie hable más, por favor!!! ¡¡¡Muramos todas, y también todos para no morirnos solamente nosotras por lo de la ley de la paridad y la equidad de género, con la dignidad de no habernos quejado nadie por nuestra mala suerte!!! - ¡¡¡Ya saltó la filósofa Encarnación Arriba!!! ¡¡¡No he conocido jamás a nadie tan infantil a lo largo de toda mi vida!!! - ¡¡¡Doña Encarnación si no te importa, Esperanza Sosa!!! - ¡¡¡Jajajajajá!!! ¿Tú Doña Encarnación? Todos lo que tienes de encarnado es solamente la lengua y como te apellidas Arriba, ¿por qué no nos haces el favor y te mueres la primera para enseñarnos el camino de la salvación? - ¡¡¡Yo he llegado a ser toda una Señora Doña Encarnación mientras que tú no has pasado nunca de fulana del séptimo de caballería!!! ¡¡¡Siempre hay clases selectas en esta vida, sosa esperanza, pero no está hecha la miel para la boca de las asnas!!! ¡¡¡Eres más sosa que la cáustica!!! - ¿Cómo me has llamado? - ¡¡¡Fulana del séptimo de caballería!!! - ¡No! ¡Eso no me importa porque es verdad! ¿Cómo me has llamado al final? - ¡¡¡Cáustica!!! ¡¡¡Te he llamado sosa cáustica!!! - ¡¡¡No te doy dos bofetadas porque no puedo usar las manos, pero siéntete abofeteada hasta en el carné de identidad que ya no eres ninguna pollita!!! - Violencia no, por favor... - ¿Qué pasa contigo, Fernando Niño? ¡¡¡Eres más simple que el mecanismo de un chupete!!! - ¡¡¡No soporto más este suspenso!!! - ¿Es que ya te han vuelto a dar otra vez calabazas, guapo de espaldas? ¡Vas a batir el récord mundial de novias sin retorno! Fernando Niño empezó a hacer pucheros. - No te rías más de mi, por favor, Esperanza... que estoy pochino de verdad... - ¿Es que no te han dado otra vez calabazas? - Esta vez me refiero al suspenso existencial. - ¡Atiza! ¡Otro que nos ha salido rana! Fernando Niño no pudo contestar a Esperanza Sosa porque el primer signo de desfallecimiento se estaba produciendo en la persona de Javier Castillo. - ¡¡¡Por San Martín que se nos muere Castillo!!! ¡¡¡Por San Martín que se nos muere Javier!!! Los que pudieron verle de cerca, como fue el caso de Encarnación Arriba, lo sintieron mejor que nadie. Al fin y al cabo era un privilegio estar tan cerca del primer caso de fallecimiento y de salir vivos podrían contar la escena hasta a sus bisnietos a la hora de hacerles dormir. - ¡¡¡Es la muerte existencial, compañeros y compañeras!!! ¡¡¡Y esta vez no es Filosofía de sofá en domingo aburrido y sin tener nada más que hacer!!! - ¡Pero cómo te enrollas tanto, Encarnación! ¡¡Alguien dice que de tres en tres!! - Ya no tanto... Angela Panza... ya no tanto... porque recuerda que ya estoy casada... y tengo que ser muy prudente... el pasado es el pasado y el pasado está ya pasado... o sea... - ¡No, por favor, déjame vivir en paz aunque sea por unos minutos más! - ¡¡¡Es la muerte existencial, Angela Panza!!! ¡¡¡Te lo digo porque es verdad!!! - ¿No seas tan agorera ni tan agonías, Encarnación, que no estamos en la época de los estoicos? - ¡¡¡Cállate un momento, Ángela Panza!!! - ¿Qué sucede ahora, compañera de desdichas desdichadas? - ¡¡¡Estoy a su lado y no respira!!! A todos nos produjo un sobresalto espantoso cuando Encarnación Arriba nos dio la noticia de aquella manera tan excitante. Javier Castillo acababa de morir asfixiado pero en pie. Quizás fuese verdad que estábamos volviendo todos a la época de los estoicos; pero el silencio fue otra vez tenebroso y sólo se escuchaba el respiro gutural de Helga Berzales. Fue entonces a Carlos Carriles a quien se le ocurrió la idea. - ¿Alguien puede cantar algo profundo para acompañar este momento de duelo? - Yo canto algunas veces en la Sinfónica Parroquial de los Capuchinos de Vallecas. Andrés Patones nos sorprendió a todos con aquella confesión pues todos creíamos que era ateo. - ¿Y por qué no lo has dicho antes, Andrés? - Porque nadie me la había preguntado, Carlos; y yo no soy adivino. - Menos mal que eres normal. - No pienso yo lo mismo de todos los Carriles. - No hablemos de los Carriles que descarrilo, Andrés. - ¿Porque siempre te pilla el toro? - De cuernos mejor no hablo. - Más sabe el que calla que el que cuenta. ¿No es cierto? Carlos Carriles no quiso entrar al trapo. - ¿A pesar de ser de los capuchinos en tus horas libres podrías cantarnos algo alegre para despedir a Javier? - ¡¡¡Dejaos ya de diálogos para besugos y suelta ya tu garganta a pasear, Andrés? - ¡Cachis la mar, Luis Lima! ¡Se me olvidaba que eras gallito! - No. Sólo fui de los moscas. - ¿Y te mosqueabas cuando perdías los combates? - Sí, claro. Para eso soy un currito. - Muy bueno lo tuyo, Luis, muy bueno lo tuyo. ¿Cuántos asaltos aguantabas en pie? - Prefiero no contarlo. Tío Emilio me lo prohibe. Tú eres de los capuchinos y yo de los jesuitas y los de los jesuitas no debemos hablar de ciertas cosas con los de los capcuhinos. - Sobre todo cuando se es un perdedor. ¿No es cierto, Luis Lima? A Luis Lima se le escapó de repente la coplilla. - A la Lima y al Limón, tú no tienes quien te quiera. A la Lima y al Limón, te vas a quedar soltero. Que penita y que dolor. Qué penita y qué dolor, el vecinito de enfrente solterito se quedó. Solterito se quedó. A la Lima y al Limón. - ¡Oye, menda! ¿Eres maruja? - Perdón Andrés pero es que estoy muy emocionado. - ¡¡¡Canta ya algo, Andrés Patones, que todos te acompañamos en el sentimiento!!! ¡¡¡No hay que olvidar que ha sido el primero en palmarla y se merece un homenaje!!! - ¡¡¡Pero quiero que tú, Carlos Casrriles, y Luis Lima lloréis conmigo y penséis que sólo es una despedida nada más!!! - ¡¡¡Vamos ya torero!!! - ¡¡¡Va por ustedes dos, maestros de la amistad y de la camaradería que nunca abandonan a ningún amigo por nada de este mundo!!! ¿Estamos de acuerdo, Luis Lima? - Estamos de acuerdo. - ¿Estamos de acuerdo, Carlos Carriles? - Estamos de acuerdo. Y mientras el citado Luis y el citado Carlos bajaron la cabeza corridos de vergüenza propìa y hasta de vergüenza ajena, Andrés demostró que no tenía ni idea de cantar pero cantó. Cantó fatal pero hizo lo que pudo. - ¡¡¡Adiós muchachos compañeros de mi vida barra querida de aquellos tiempos me toca a mi a emprender la retirada debo alejarme de mi buena muchachada. Adiós muchachos ya me voy y me resigno contra el destino nadie la talla se terminaron para mi todas las farras mi cuerpo enfermo no resiste más. Acuden a mi mente recuerdos de otros tiempos de los buenos momentos que antaño disfruté cerquita de mi madre santa viejita y de mi noviecita que tanto idolatré. Se acuerdan que era hermosa mas linda que la diosa y que ebrio yo de amor le di mi corazón mas el señor celoso de sus encantos hundiéndose en el llanto se la llevó. Al dios jefe supremo no a quien se le resista ya estoy acostumbrado su ley a respetar pues mi vida deshizo con sus mandatos llevándome a mi madre y a mi novia también. Dos lágrimas sinceras derramo en mi partida por una barra querida que nunca me olvidó y al darles a mis amigos adiós postrero le doy con toda mi alma mi bendición. Adiós muchachos compañeros de mi vida barra querida de aquellos tiempos me toca a mi emprender la retirada debo alejarme de mi buena muchachada. Adiós muchachos ya me voy y me resigno contra el destino nadie la talla se terminaron para mi todas las farras mi cuerpo enfermo no resiste mas. Silencio absoluto. Andrés Patones nos demostró que no tenía voz de cantante pero las mujeres del ascensor y algún que otro hombre soltaros algunos lagrimones. Y Andrés se envalentonó. - ¿Ya saben todos los que es ser un verdadero amigo mucho más que un excelente compañero? Sobre todos vosotros dos, Lima y Carriles, ¿lo han aprendido ya? Pues yo se lo brindo a la muerte del amigo desconocido. Ya saben todos que existe la tumba al soldado desconocido así que ahora no olviden y recuerden siempre que mi canción ha sido el canto al amigo desconocido. Quizás haya sido mejor así; porque de barras bravas está este mundo lleno, excelsos y fieles camaradas y colegas y todo lo demás, pero en las barras bravas se descubre la verdad. Yo tengo al menos el valor de admitirlo. De nuevo silencio absoluto por un minuto. - ¡Estás muy callado, Luis Lima! ¿Se te han quitado las ganas de ser tan charlatán como siempre lo has sido o es que se te ha agotado la ideología fascista? - ¡¡¡No aguanto ninguna broma de ningún tipo, Carlos Carriles!!! ¡¡¡Si sigues así conmigo vas a terminar por descarrilar!!! - ¿No aguantas nunguna broma aunque sea de coña como tanto sabes decir tú? - 'Un respeto, compañeros! ¡¡Sólo os pido un respeto ante la muerte de un compañero!! - ¿Pero tú no estabas ya muerta, Visitación Gara? ¿No será que el anarquismo os hace inmorales, esto, quiero decir inmorales, esto inmorales? ¡Vaya, que no me quiere salir lo de inmortales! - ¡Pues no, Luis Lima! Y aunque me llamo Visitación no espero visita alguna. - ¡¡¡Helga Berzales también ha dejado de respirar!!! La noticia de que Helga Berzales acababa de morir asfixiada nos la estaba dando Floro Carnicer y nos pilló a todos de sorpresa. Nadia sabía cómo reaccionar. Alguien no soportó aquella triste realidad. - ¡¡¡Socorro!!! ¡¡¡Socorro!!! ¡¡¡Socorro!!! - ¡¡¡No grite usted tanto, señor Yagüe, que ya no es que sea un burro que ahora parece una yegua en celo!!! - ¿Quién me ha llamado yegua en celo? - ¡¡¡No grite usted tanto, señor Yegua, esto quiero decir señor Yagüe!!! ¡¡¡Soy Alfonso Perea y le pido que deje de chillar como una comadreja y no gaste tanto aire respirando como un búfalo porque todos necesitamos respirar como personas para seguir con vida!!! Ni Alfonso Perea podía soportar a Josué Yagüe ni Josué Yagüe podía sopotar a Alfonso Perea. Las antipatías eran mutuas. - ¿Puedes decirme tú, que siempre te las das de vivo áunque sólo seas un pelele en manos de las compañeras de trabajo, cómo podemos salir de aquí si no pedimos socorro a grito pelado? - ¿Sabe lo que le digo, señor Yagüe? ¡¡¡Los caballitos trotan trotan trotan trotan trotan!!! - ¡¡¡Jajajajajá!!! Aquella carcajada de esquizofrénica perdida, producto de la tensión nerviosa y el inmenso calor que hacía dentro del ascenso, la había producido, saliendo de su garganta, Mercé Recuero que, de repente, comenzó a llorar a moco tendido. - ¡¡¡Buaaaaa!!! ¡¡¡Buaaaaa!!! ¡¡¡Buaaaaa!!! Todos nos dimos cuenta de que la catalana había enloquecido, pero nadie podía darle el par de guantazos que necesitaba para hacerla volver a la normalidad. - ¡¡¡Quiero ser Cleopatra!!! ¡¡¡Quiero ser Cleopatra!!! ¡¡¡Quiero ser Cleopatra!!! Todos seguíamos sin poder actuar. - ¡¡¡Quiero ser Cleopatra y ligar en la cama con Marco Antonio!!! Mercé Recuero ya desvariaba por completo. - ¡¡¡Viva el Imperio Romano!!! ¡¡¡Odio a muerte a los Estados Unidos!!! Después soltó un largo gemido, como de perrita extraviada, y quedó completamente exhausta. - Me parece que ya no respira... - ¿Cómo dices, Carriles? - Que ya no está respirando la catalana, Lima. La muerte de la catalana Mercé Recuero nos envolvió a todos en un desánimo general. Fue Encarnación Arriba la que nos intentó reanimar. - ¡¡¡Arriba compañeros y compañeras!!! Parecía un pésimo chiste porque nadie estaba ni tumbado ni sentado porque no podíamos movernos para nada de la posición firme y en pie en la que estábamos todos encajonados. Así que lo intentó de nuevo. - El hombre propone y Dios dispone... - Pero es que en este caso no ha sido un hombre sino una mujer, luego para ser totalmente axactos y sin querer quitarte ningún mérito, Encarnación de mis amores, hay que decir que la mujer propone y el hombre dispone... - Eres muy gracioso, Luis Lima de mi alma, pero mira por dónde la verdad es que no tienes ninguna gracia y quizás por eso todas las mujeres huimos de ti. - ¿No te resulto gracioso a ti, Encarnación Arriba? - En estos momentos tan cercanos a irnos ya de este mundo es mi obligación decir la verdad, solo la verdad y únicamente la verdad. - ¡¡Adelante!! ¡¡¡Confiesa que me deseas!!! - ¡¡¡No me resultas gracioso ni me has resultado gracioso jamás de los jamases!!! ¡¡¡Es verdad que nunca he sentido nada por ti sino que como producto del miedo no me atrevía a decirte la verdad y por eso dejé que otro lo hiciera por mí!!! ¡¡¡Esa es la verdad!!! Luis Lima quedó algo así como atontado a causa de aquella confesión que resultaba ser verdadera; pero, pasado otro minuto de silencio, meneó la cabeza como si estuviera saliendo de un falso sueño mientras que, sin pedírselo nadie, Encarnación Arriba se puso a cantar. - ¡¡¡Y tú que te creías el rey de todo el mundo. Y tú que nunca fuiste capaz de perdonar, y cruel y despiadado de todo te reías, hoy imploras cariño aunque sea por piedad. ¿A dónde está tu orgullo? ¿A dónde está el coraje? Porque hoy que estás vencido mendigas caridad. Ya ves que no es lo mismo amar que ser amado y hoy que estás acabado ¡qué lástima me das!¡Maldito corazón! Me alegro que ahora sufras, que llores y te humilles ante ese gran dolor. La vida es la ruleta en que apostamos todos y a ti te había tocado nomás la de ganar, pero hoy la buena suerte la espalda te ha volteado. Fallaste corazón, no vuelvas a apostar. ¡Maldito corazón. Me alegro que ahora sufras, que llores y te humilles ante este gran dolor. La vida es la ruleta en que apostamos todos y a ti te había tocado nomás la de ganar, pero hoy la buena suerte la espalda te ha volteado. Fallaste corazón, no vuelvas a apostar!!! Después simplemene dejó de respirar. - Lo siento, Luis, pero no eres Alain Delon precisamente ni tampoco te parece a Robert Redford. - Me estoy quedando mudo, Carlos... - Pues haz el favor de hacerto mudo y sordo porque callado estás más guapo... - Necesito un trago, Carlos... necesito un trago... - ¿Para poder olvidar que era ciero que amaba a otro que no eras tú? - Necesito un trago, Carlos... necesito un trago... - Y yo una negrita con un buen pandero. Ya sabes que los panderos de las gordas negritas son lo primero que más amo. - ¡¡¡Tampoco tú eres tan gracioso como te crees!!! - ¡¡¡Pero tengo más respeto a las que se me van!!! - Lo dudo. Sabiendo lo de la canaria lo dudo. - ¡¡¡Dejen ya de discutir!!! ¡¡¡Recuerden que ya no está viva Encarnación Arriba y eso de los traseros de las gordas negras y faltar al respeto a alguna canaria por no poder ligarla no es tema que nos interese a nadie de este ascensor!!! - ¡Ya volvió a chillar otra vez el señor Yagüe! ¿Cuándo se va a terminar ese complejo que tiene de jefe superior cuando no es más que jefecillo de chichinabo? ¡¡¡Visite usted al psiquiatra Díaz Gómez porque buena falta hace que algún profesional le analice profundamente para ver si es producto de su juventud de falangista lo que le ha dejado tonto del todo y para siempre!!! Perdone, don Josué, pero le estoy dando un buen consejo. ¿No se da cuenta de que tiene menos talento que el asno de Buridán? - ¿Buridán? ¿De qué pueblo de Cuenca es ese tal Buridán? - Según mis últimas ionvestigaciones culturales aprendidas del mejor amigo que he tenido en toda mi vida, Buridán no era ni de Cuenca de España ni de Cuenca de Ecuador, sino francés. Para que usted lo sepa, Jean Buridán, en latín Johannes Buridanus, nació en Béthune, no en betún sino en Béthune para que usted no siga estando tan confuso mentalmente, y además he aprendido que fue un filósofo escolástico y uno de los inspiradores del escepticismo religioso en Europa. Destacó en los estudios de lógica y en los comentarios a Aristóteles. Fue defensor del principio de causalidad. Como autor de trabajos teóricos en óptica y mecánica, formuló una noción de inercia intentando explicar el movimiento con la teoría del ímpetu. Su nombre está frecuentemente asociado al experimento mental conocido como el «asno de Buridán». - ¡¡¡Joder!!! ¿Cómo sabes tú todo eso, Andrés Patones? - ¿Por qué no te callas? - ¡¡¡¡No me callo prque tengo muy mala leche, Patones!!! - Pues se le va a cortar... - ¡¡¡A mí no me la corta nadie!!! - Me estoy refiriendo a la mala leche. - ¡¡¡No me callo, no me callo y no me callo!!! - ¡Eso ya lo sabemos todos muy bien, falangista del yugo y de las flechas! ¡Tiene usted tan mala leche que a quienes más trabajan y trabajan muchísimo mejor que los demás, usted les castiga mandándoles a los peores y más pesados trabajos mientras que a los que no hacen nada más que un simple papelito al día los tiene usted colocados en los mejores y más cómodos puestos de trabajo! ¿Aprendió usted eso leyendo las teorías de mando de su amado José Antonio Primo de Rivera o es que es usted un verdadero primo completo? - ¿Me vas tú a enseñar a mí cómo debo manejar mis asuntos profesionales? - ¡Yo no; pero debería usted haberse metido a butanero en lugar de trabajar en un Banco, porque quizás con el butano se hubiese usted enchufado mucho más que en esta empresa aunque hablando de enchufes está muy claro por qué se encuentra usted aquí y por qué completa el pastel con lo de la tele! ¡Sus asuntos son sus asuntos pero este Banco no es de su propiedad y hay asuntos que usted ha querido manejar sin respetar la dignidad de ciertas personas! ¿Estoy acertando, señor Yagüe? De repente Josué Yagüe lanzó una especie de rugido a lo Tigre de Mompracem. - ¡¡¡Grrrrrrrrrr!!! - ¡¡¡Zambombas!!! ¡¡¡Ahora tiene complejo de Sandokan!!! Al gruñido de tigre le sucedió un aullido de lobo antes de dejar de respirar. - ¡¡¡Auuuuuuuuuu!!! - ¡¡¡Otro que se nos ha ido para siempre!!! - ¡¡¡Hablando de muertos tiene usted que hacer un recuento de todos ellos, señor Carnicer!!! - ¡¡¡Cielo santo!!! ¿Es que está usted dentro del ascensor, doña Carmen Mejías? - ¿No se había usted dado cuenta hasta ahora? - Pues diciendo la verdad va a ser que no.` - ¿Es que acaso soy tan fea? - Bueno... esto... ejem... si consideramos... bien considerado el asunto... lo que todos... y dogo todos y no solo yo... lo que es la belleza... - ¡¡¡Sólo quiero la verdad!!! ¡¡¡Dígame la verdad!!! ¡¡¡Le ordeno que me diaga la verdad!!! - ¿Pero para qué quiere usted saber la verdad si todos le llaman "La Salerosa"? - Lo de salerosa o sosa me da lo mismo. ¿Soy fea o no soy fea? - ¿Qué sucede si le digo la verdad? - Le estaré eternamente agradecida y no le pasará nada malo. - ¡¡¡Si!!! - ¿Se atreve usted, mantecoso con bigote, a decir que yo soy fea? - ¡¡¡No!!! - ¡¡¡Quiero que me sea sincero del todo!!! - ¡¡¡Sí!!! - ¿Se atreve a insistir de neuvo en decir que yo soy fea? - ¡¡¡No!!! - ¡¡¡Pero sea compeletamente sincero!!! - ¿Y qué me sucederá si le soy completamente sincero? - Le estaré eternamente agradecida. - ¡¡¡Sí!!! - ¿Se atreve a decirme fea? - ¡¡¡Oiga, señora Mejías, haga el favor de coger al solterón de Andrés Patones para que sea él quien le diga la verdad y déjeme en paz a mi porque yo ya estoy casado y soy fruta prohibida!!! - ¡¡¡A mí no me meta en sus historias de miedo, doña Carmen!!! - Pero Andresito... si yo puedo ser tu abuela... - Pero tengo la enorme felicidad de que no lo es. - ¿De verdad no quieres hacerme un favor? - ¡¡¡Ni aunque estuviera más borracho que Dionisio!!! - No se dice Dionisio, Andrés, sino Dionisos. - Gracias, Visitación, pero prefiero que no me ayudes. - ¡¡¡Andrés!!! ¡¡¡Te obligo a que hagas tú el recuento de muertos!!! - ¡¡¡Doña Carmen!!! ¡¡¡Me obligo a no hacerle ni caso!!! - Con lo guapo y simpático que eres no me quieres hacer un favor... - ¡¡¡Que he dicho que no se lo hago ni más borracho que Dionisio!!! - No se dice Dionisio, André, sino Dionisos. - ¡¡¡Ya está bien, Visitación!!! ¿Es que no voy a podir vivir en paz? - Vamos a ver, doña Carmen Mejías... ¿para qué quiere hacer usted un recuento de muertos? - Porque tengo miedo... señor Carnicer... - ¿Tiene usted miedo, señora Mejás? - Si. Tengo miedo por lo muy chismosa que soy. - ¿Si le hago ese favor no me incluirá usted en sus malsanos chismes? - Intentaré no hacerlo con usted. - O sea que va a seguir siendo usted chismosa del todo... - ¡¡¡Hasta que la muerte me separe de todos ellos!!! - ¿Hasta que la muerte la separe de todos sus chismes!!! - ¿Eres sordo o eres tonto? - Me gustaría ser las dos cosas pero me quedo solamente con lo de tonto... así que yo no le sirvo porque no sé contar... ya que los tontos... - ¡¡¡Eres tonto del todo y para siempre!!! - ¡Yo haho el recuento! - Gracias, Visitación Gara. - Entre nosotros ya hay ocho que no respiran. Cuatro del género masculino y cuatro del género femenino. - ¡¡¡A saber la vida que habrán llevado todos ellos proque según me he podido enterar yo muchas cosas ocultaban todos ellos y todas ellas pero yo soy una lince para esto de los chismes y resulta que te voy a contar unos cuantos!!! - Pero Doña Mejías... que están ya muertos... Carmen Mejías siontió un ahogo. - Me voy... me voy... me voy... Y dejó de respirar. -¡¡¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!!! - ¿Cómo dices, Andreés? - ¡Que no repito, Visitación! Y con esta postrera chulería Andrés Patones también dejó de respirar. - Se nos ha ido la alegría de la huerta, señor Carnicer... - ¡¡¡Me dan ganas de dejarlo todo, Visitación!!! - ¿Cómo dices, Floro? Pero Floro Carnicer ya no dijo nada porque tampoco respiraba ya. - ¿Canto o no canto? - ¿Puedes cantar todavía, Rita Pavón? - Claro que puedo cantar todavía, Visitación. - ¡¡¡Pero eleva más que nunca la voz, Rita, a ver si nos oye alguien y por fin nos rescatan anque sea solamente a los que quedamos vivos!!! Rita Pavón llenço completamente de aire todos sus pulmones. - ¡¡¡No tanto, Rita, que nos queda muy poco!!! Rita Pavón ya no hacía caso a nadie y menos a aquella Vsitación Gara con la que nunca jamás se había llevado bien porque eran de ideologías completamente opuestas. - ¡¡¡Qué me importa el mundo cuando tú estás junto a mí. Qué me importa el mundo cuando tú estás junto a mí. No le pido más nada al cielo si te tengo a tí. No te fijes si lloro, es la dicha que siento en mí, no sé de cosa más grande que el amor mío por tí. Haz que este momento, amore mío, dure toda la vida, amore amore. Abrázame fuerte, amore, amore, a ti. Qué me importa el mundo cuando tú estás junto a mí. No le pido más nada al cielo si te tengo a tí. Qué me importa el mundo si eres para mí!!! Pero Rita Pavón no pudo terminar la canción porque se había quedado sin aire con el que respirar. Y fue Ana Hernado la única que pudo hablar. - La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. - Eso es de "Desolación" de Gabriela Mistral. - Sí. Pero no sé como sigue, Esperanza. - ¿Tú sabes como sigue, Visitación? - Tampoco. Y como si hubiesen estado de acuerdo, aunque sólo fue fruto de la casualidad, Ana Hernando, Esperanza Sosa y Visitación Gara dejaron de respirar en las misma hora, en el mismo minuto y en el mismo segundo,. - ¿Qué piensas de todo esto, Luis? - ¿Por qué me pides que piense, Carlos, si sabes que no sé pensar? - Hombre... no seas tan drástico contigo mismo... - ¡¡¡Nada de nada y de nada!!! ¡¡¡Genio y figura hasta la sepultura!!! Y también se quedó si aire Luis Lima, dejando a Carlos Carriles completamente solo. - ¿Y ahora con quién discuto yo? ¡¡¡Adíó!!1 Se le había acabado toda su resistencia. Fue entonces cuando Camila Inda recitó el monólogo que tanto estaba deseando recitar. - ¿Habéis visto la lluvia? Esta lluvia de madrugada que ha colgado sus lágrimas en el perchero gris de la sombra de los juncos. ¿No la habéis visto? ¿Pero si está cuajada en las horas de vuestros párpados sedientos? ¡Es imposible que no la hayáis visto! Ha llegado así, de repente, con la tristeza del niño acurrucado bajo el mantón de la abuela. Ha sido una lluvia de pequeños llantos colgados, como la rama del almendro que está ahora sollozando por la larga espera. ¿De verdad que no la habéis visto? Ha sido una lluvia de mandrágoras saladas surgiendo de un vaporoso lagar de mares en tinieblas. Pero bien. ¡Tenéis que haberla visto! Una lluvia de cristales agudos erizando sus aristas en el corazón de la madrugada, con los gorriones dormidos en medio de las callejuelas en donde hay sapos croando al cloquetear de las viejas sandalias del pescador. ¿Es verdad que no la habéis visto? Ha sido la lluvia del desamparado perro dálmata, blanco y negro como la noche de los pecados inocentes del sarmiento. Sí. Ese sarmiento empeñado en sacar a la luz su inerte sonrisa. ¡Tenéis que haberla visto! ¡Seguro que habéis visto esta lluvia calando los huesos del camposanto de la sementera! Aquí. Aquí mismo. Bajo las buhardillas del desamparo yo he visto cómo se han mojado todas las sonrisas del desdentado y viejo borracho empeñado en beber las lágrimas del viento. ¡Y cómo chorreaban los bordillos de las aceras! ¿No habéis visto cómo chorreaban los bordillos de las aceras? Quizás porque estábais abstraídos en observar los railotes del tejadillo de las iglesias. Claro. Pero de tanto llorar las campanas no habéis podido escuchar el llanto del recién nacido. Sí. Ha nacido hoy, bajo la lluvia, el infantil recuerdo de una melancolía colgada del aguacero de la madrugada. ¡Estoy seguro de que habéis oído la lluvia!. ¿Por qué os da miedo o temor o requemor reconocer que habéis oído a esta lluvia pedir licencia para morir de hambre?. No. No es posible no haberla oído. Esta madrugada la lluvia ha sido más huracán, más tormenta, más espanto que nunca... y las mujeres del burdel se han quedado solas, llorando por el niño perdido en la barahúnda de los jardines del sueño de su madre. Ha sido una lluvia de ceniza clavada en el ras del suelo. Sí. En el ras del suelo de los que carecen de todo excepto de nostalgia. ¿De verdad que no la habéis visto? ¿De verdad que no la habéis oído? ¡Pero si ha sido una lluvia tan poderosa como el terror de la propia muerte! El niño se ha ido a llorar a la otra esquina, la de las paredes sucias envueltas en la bruma de los vencidos. Y yo aquí. Observando tras los cristales de la funámbula silueta una especie de lluvia ácida como el jugo de los limoneros. Sí. Los limoneros que han parido al niño bajo la yerma sequedad de sus guedejas. ¿Qué de qué guedejas hablo? De las guedejas de una madre en donde se ha terminado de sacudirse el sueño soñado de lo inerte. ¿Es posible que no la hayáis visto? Ha sido una lluvia de parto con dolor, de muerte hacinada bajo las sombras del enebro. ¿Es que no habéis oído el llanto del niño? Lo que debe suceder es que acaso los acentos del viento no os han dejado escuchar o discernir. Pero yo os doy mi palabra de que ha sido una lluvia de temblores y de fríos. Que ella se ha quedado tan lejana como la última estrella del alborear y que el niño aún está ahí, desmadejando su sueño entre las telarañas de la inexistencia. La madre ha muerto llorando por la lluvia y el niño llora porque la lluvia le moja la vida. Y se quedó sin aire. Y fue entonces cuando yo la mirá a ella y no dije nada. Y fue entonces cuando ella me miró a mí y guardó silencio.
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