He llegado ya a los 11 años de edad y es cuando comienzo, por primera vez, a saber que los seres humanos somos 2 veces 1. Somos 1 en cuanto a lo que somos en verdad y somos 1 en cuanto a los que los demás dicen que somos. A veces, pensando en la existencia, me quedo dormido y en mis sueños, con tan sólo 11 años de edad, comprendo que la autoestima de cada ser humano depende de ese curioso 2 veces 1 con el que nos encontramos, de repente, cuando cumplimos los 11. Somos quienes somos en el aula del colegio Lope de Rueda de Madrid. ¿Qué somos para los demás compañeros de aula? Si yo soy yo no puedo ser el yo que los demás dicen que soy sino el yo que mi autoestima me consolida. Y me consolido con el yo que soy y me olvido del yo que me inquieren imponer los demás, y siendo 1 en mí mismo lo único que me importa a partir de este momento (al haber cumplido los 11 años de edad) es desarrollarme según el 1 de mi autoestima. Si los demás se empeñan en decir que soy el otro 1 sólo es señal de sus ignorancias. Y yo a los 11 años de edad ya he dejado de ser un ignorante. Por eso me realizo a la manera de mi yo y no a las circunstancias orteguianas (de Ortega y Gasset estoy hablando) de quienes sólo me quieren calibrar por mis circusntancias. La verdad es que mis circunstancias no existen.