Hace 22 años (Diario)
Publicado en Oct 06, 2016
Hace 22 años no dudé ni un segundo. Cogí mi título universitario de Licenciado en Periodismo y mi carné de periodista profesional, me despedí de los poquísimos que me debía despedir (dos compañeros y una compañera) y, sin volver la vista atrás, me sacudí el polvo de todos mis recuerdos y me fui de España. Hace 22 años, exactamente en 1994 después de Jesucristo, mi vida se abrió del todo para cumplir mis sueños. Bajé del avión en el Aeropuerto del Mariscal Sucre y comencé mi nueva vida laboral en Ambato. Llegúe, vi y vencí mientras atrás dejaba toda la morralla del pasado.
Sólo recordé a alguna que otra de las que me habían gustado mucho pero mi Princesa era tan superior a todas ellas que, dos años más tarde, los dos juntos (Ella y yo) ganamos el Premio Nacional de Literatura del Ecuador con nuestra obra titulada "El pensamiento vivo de Benjamín Carrión", además de haber ganado también el I Concurso de Poesía Radiofónica IMG. Pero eso ya es parte de nuestros continuos triunfos en el pueblo de Atahualpa. Ahora, en 1994, solo tuvimos que levantar el vuelo, tomar en brazos a nuestras dos principitas y decirle adiós a toda aquella pesadilla bancaria que yo prefería superar. Y la superé. Desde el avión observé el contorno de la península de mi España y y le dije de todo corazón. "Si te dicen que caí un día volveré". Mientras mi Princesa y las dos princesitas dormían tranquilamente yo no dormí, como siempre me sucede, durante las horas de la noche y el silencio dentro del avión que me rescataba del anonimato bancario y la apatía de estar mañana tras mañana dándole a la maquinaria que sólo servía para el avaro comercio del dinero. Atrás quedaron, también, mis avarientos hermanos odiándose los unos a los otros. Yo había hecho todo lo posible para que abandonaran el odio y vivieran con la felicidad como bandera. Así que olvidé la herencia de "ninguna parte" y mientras subía a las alturas me di cuenta de la diminuta pequeñez de algunos seres humanos y de aquel tío Benito que más parécía un fantasma salido de la noche que un verdadero hombre con los pantalones bien peustos ya que jamás tuvo el valor ni la valentía de cumplir como un albacea con personalidad siempre sabe hacerlo. Pero como sólo sabía ligar "varillas"...
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