Sí, ya sé que hoy es jueves pero, al parecer, este fantasmón que hace unos minutos ha entrado en el Hogar, acompañado de otro fantasmón tan de miércoles como él, vienen con un poco de retraso mental. El caso es que entra lanzando bravatas. Que dice que va a besar a la que le de la gana y que, delante de todos nosotros, es capaz de devorarla la boca. Viendo su forma de vestir produce arcadas y, mucho más, cuando se le huele porque además de soltar un tufo de pescado podrido echa una peste de cazalla que tira de espaldas. Como ha visto que del dicho al hecho hay un gran trecho (y de repente se ha dado cuenta de que es un incapaz) ha salido del Hogar de Molina de Segura jiñándose a la pata abajo por si acaso a alguien de los que estamosm aquí se nos da por darle tal hostia que le se le vuela la cabeza de gilipollas que tiene tanto él como su guardespaldas. Dos fantasmones de miércoles que saben tan poco de la vida, a pesar de sus treinta y pico años de edad, que no se dan cuenta de que hoy es jueves. Y es que con lo de miércoles no me refiero al de ceniza sino a eso que todos y todas sabemos que huele pésimamente mal. Lo anoto en mi Diario porque me ha parecido esperpéntico; algo así como un par de chulos salidos y digamos que, además de salidos del todo, proceden de los esperpentos valleinclanos que tanto abundan por estos mundos de Dios. O, en otras palabras más concretas, dos fantasmones de miércoles (con pinta de albañiles o recogebasuras) surgidos de "Luces de Bohemia", "Max Estrella", "La noche de Max Estrella" y "Extrañamiento" aunque, como es natural y la realidad es así de dura, estos dos paletos no saben ni de lo que estoy hablando.