La noche de los muñecos (cuento en poesía)
Publicado en Oct 08, 2016
¡Blancos patitos lindos!
¡Blancos patos de algodón! Quién pudiera haber vivido en vuestro pequeño rincón. Que proteste el sufrido Pato Donald tan gruñón, el que ha sobrevivido dando siempre un empeñón. Jaimito, Jorgito y Juanito a su pariente ricachón, el llamado Tío Gilito, le han comido su lechón. Pato Donald, enfadado, está con ellos resentido, se encuentra malhumorado mientras Daisy hace el cocido. Despierta ya Cenicienta y avisa a la Bella Durmiente. ¡Estate ya muy atenta que se acerca el Valiente! Es el Príncipe soñado acudiendo a la llamada y ya está avisado que vive su enamorada. El soldadito de plomo desfila de lado a lado y marcial, con gran aplomo, a Blancanieves ha despertado. Por una ventana abierta Peter Pan se ha metido y ya está muy despierta la Wendy que le ha creído. Campanita está dispuesta a servir de despertador. y, cual siempre, predispuesta sus alas son resplandor. Duerme como un lirón Goofy junto a Garbancito y Mickey, el buen ratón, se levanta depacito. Ríe Mudito el enano y bebe licor de ricino. Dixie y Pixie, de la mano, van en busca de tocino. Ya se siente muy humano el lobo de Caperucita que le da de comer en su mano mientra un verso le recita. ¡De nuevo la letanía de reproches contra el curioso! Dicen que es fantasía lo que cuenta el mentiroso. ¡Alicia, pequeña Alicia, no seas duro con Pinocho! Él lo hace sin malicia pues no distingue entre 7 u 8. El conejito bien blanco quiere encender un pitillo y se ha ido al estanco allá junto al mercadillo. La estanquera es la abuelita que quiere ganar el sustento por criar a Caperucita y que no falte alimento. Pluto ya está jugando con una pelota azulgrana y a su vez se está duchando dentro de la palangana. Pocahontas está contenta porque alguien le ha contado que ya no está a la venta ni su casa ni el ganado. Por eso toda la indiada despierta por celebrarlo y declaran anunciada una fiesta en Montecarlo. Los duros cowboys del Oeste la tregua han confirmado y ni siquiera la peste va a cambiar lo ya firmado. Los del Séptimo de Caballería están desfilando marciales y aunque Garfio de ellos se ría no le importan sus modales. El pirata anda muy loco porque no existe un botín y se calla poco a poco pues se acabó su festín. La luna está alumbrando el rostro de Pulgarcito que se lo pasa jugando con un pequeño trencito. Gretel da de comer a una muñeca de trapo. Hansel empieza a ver a la bruja con harapo. ¡Que viene la bruja Grimilda! Y todos bien asustados hacen una rápida huída a la caja bien guardados. Los patitos, en la algarada, a Donald le han enfadado pues a la cama acolchada una pata le han cortado. ¡Blancos patitos lindos! ¡Blancos patos de algodón! Quien pudiera haber vivido en vuestro pequeño rincón. Que proteste el sufrido Pato Donald tan gruñón; el que ha sobrevivido dando siempre un empeñón.
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José Orero De Julián
José Orero De Julián