Pues sí. Es verdad. Es cierto. Es real. Y es exacto. Al día de hoy, 17 de octubre del año 2016 después de Jesucristo, tengo ya 32 años de edad y siguen gustándome los chupetes; algo que comprendía perfectamente mi abuela materna Rufina cuando yo sólo tenía 9 años de edad y me regalaba chupetes y algo que comprende perfectamente mi suegra Luzmila cuando ya tengo 32 años de edad y me regala chupetes. Llaménme niño, si les gusta y les agrada llamarme niño, pero yo el chupete no lo dejo. Que cada cual sea cada cual y que cada cual aprenda a respetar a cada cual. Esto es lo que yo opino y por eso todavía siguen gustándome los chupetes. Quien me lea puede reír, sonreír, llorar o cabrearse. Este asunto me es indiferente. Más humo echan los búfalos cuando rebufan por sus narices y nadie protesta. Así que paso olímpicamente de las hipocresías.