Píldoras para ser auténticos (Filosofía) -4-
Publicado en Oct 25, 2016
4.- Instrucciones sobre cómo tomarse las cosas.
Vivamos sin ninguna clase de complejos. La vida ya es demasiado compleja como para perder el tiempo en llenarla de problemáticas personales. Cada ser humano busca realizarse en este mundo. ¿Es posible hacer eso si llenamos nuestra existencia de complejos de inferioridad? Para Rodrigo Alonso, por ejemplo, el mundo que conocemos (directo e inmediato como parece) trasciende la realidad de los objetos y de los hechos físicos. El diálogo con nuestro entorno cotidiano no es independiente de interpretaciones y aprendizajes. Existen formas de nombrar, de referir, de negar, de descubrir, de ocultar. Hay un saber que se expande, una memoria que resiste y un presente que se reconfigura permanentemente en palabras y estímulos audiovisuales. La obra de Francisco Ruiz de Infante es una exploración por esa compleja naturaleza que identificamos con la experiencia humana. Surgida del permanente empeño por abismarse en las configuraciones de sentido escrupulosamente enmarcadas por la cultura, transita con frecuencia un universo audiovisual extrañado, producto del trabajo en los límites del dispositivo técnico. Sumergirse en las texturas de la imagen, frecuentar la palabra hasta desarrollar una reacción casi física al lenguaje, o exaltar el entramado sonoro que subyace en los umbrales de lo perceptible, son algunas de las estrategias que permiten a Ruiz de Infante evitar las configuraciones narrativas tradicionales, reconduciendo el proceso de gestación de sentido hacia una experiencia sensorial. Sin embargo, Infante no desconoce las limitaciones impuestas por el contrato social a lo que "puede y debe" conocerse a partir de los sentidos. De ahí su preocupación, casi obsesiva, por el proceso de aprendizaje que orienta la adquisición de las habilidades y las conductas necesarias para la convivencia, y la insistencia en la etapa de la vida en que dicha adquisición se produce. Algunos elementos autobiográficos aparecen necesariamente al sumar a su interés en la infancia, la memoria de su propia experiencia infantil. Poder y deber. He ahí la disyuntiva más exponencial de nuestras formas y maneras de tomarnos las cosas de este mundo. Cada vez que avanzamos un poco más hacia el futuro nos damos cuenta de que es necesario desmitificar nuestro pasado y desmitificar nuestro presente. Es una forma de "vaciarse" de complejos. Tomarse las cosas con el suficiente humor para poder resolverlas sin demasiadas complejidades mentales es algo que todavía muchos grandes pensadores no han conseguido lograr. Sin embargo, el pensamiento más sólido que existe es la pasmosa facilidad con la que podemos ironizar sobre los asuntos que siempre han sido "intocables" para comprobar que podemos superar las barreras que no nos dejan visualizar lo que hay más allá de lo aparente. ¿Y no es una aparencia total la excesiva seriedad con la que muchos tropiezan a la hora de ser felices? Estamos siempre ansiando vivir en un mundo mejor pero los tabúes sociales nos lo impiden. La solución es derribar dichos tabúes para tomarse las cosas de la vida en su verdadera medida y, desde luego, la mitificación de las cosas de la vida a través de la seriedad de lo "establecido" es la peor manera de enfrentarse a las cosas de la vida y salir vitoriosos. Las cosas que nos suceden no son tan transcendentales como creemos en un primer momento sino que se hacen transcendentales cuando sabemos aceptarlas con humor para poder superarlas con seriedad. El humor no es la antítesis de la seriedad ni lo opuesto de la seriedad sino el complemento idóneo de la seriedad. Todavía hay muchas personas que no lo saben comprender porque no quieren aceptarlo. Y entonces les llega la angustia, la depresión y la crisis que puede llegar a ser fatal. El fatalismo existencial consiste en no saber que nosotros debemos siempre estar por encima de las cosas de la vida para poder solucionarlas sin que ellas nos derrumben psicológicamente y lleguen a trastornar nuestra personalidad. El 29 de diciembre del año 2009 yo escribí lo siguiente: "El humor es aquello que hace que los hombres dejemos de ser dioses". Yo acababa de celebrar mis 25 años de matrimonio. Eran las Bodas de Plata de mi esposa y yo. Tanto ella como yo descubrimos que lo que estaba haciendo que cada vez estuviésemos más unidos es que nos tomábamos las cosas con sentido del humor. Esto no quiere decir con inconsciencia ni de manera descuidada sino aplicar la filosofía del bien vivir a las circusntancias con las que nos tocaba vivir. Si dejamos que las cosas sirvan para opacar nuestra felicidad estamos equivocando el camino y vamos hacia el abismo. Las circunstancias no son tan fatalistas ni tan inexorables como hablaba José Ortega y Gasset. En este sentido se equivocaba nuestro famoso filósofo y pensador. Nosotros dos, como pareja y a la vez cada uno con su propia individualidad, nunca hemos dejado que las circunstancias fuesen tan determinativas como hacen pensar Ortega y Gasset y muchísimos ilustres sabios, filósofos y pensadores a nivel mundial. Las cosas son mucho menos transcendentes cuando las limpiamos de circunstancias y nos quedamos con nuestros "yo" como consecuencia final. ¿Y cómo es nuestro "yo" en medio de las cosas de este mundo? Hay algo esencial: Sé siempre tú mismo o tú misma quien responda a tus preguntas. No estoy diciendo que no se deba recurrir al pensamiento ajeno (al de los hombres sabios y las mujeres sabias que nos rodean tanto a nivel cotidiano como a nivel cultural) para poder interpretar algunas respuestas, sino que estoy haciendo saber que tú debes superarte de tal manera que seas capaz de entender que la mejor manera de tomarse las cosas no es fatigarse en buscar soluciones demasiados conspicuas sino que la sencillez de tu propia manera de entenderlas es la que te ayuda a superarlas, vencerlas y, con todo ello, ser feliz. Hay muchos libros escritos dándonos recetas "infalibles" sobre instrucciones de cómo tomarse las cosas. Yo no estoy hablando de eso, porque todos ellos carecen de algo fundamental: los autores de dichos libros olvidan o no saben que cada hombre y cada mujer es un universo propio y diferente al universo propio de los demás hombres y mujeres; así que dichas recetas "no son infalibles". Si no tienes pareja en esta vida eres mucho más incapaz de comprenderlo; porque es en el mundo de la pareja hombre/mujer (y observad detenidamente que hablo de hombre/mujer y no de cualquier otra unión que no sea hombre/mujer) es donde aprendemos, al tener que compartir las cosas de la vida, las mejores maneras para vivirlas sin entrar jamás en esas crisis en la que muchos caen cuando no conocen de verdad el mundo onírico, alegre, humorístico y saludable de la persona que tienen a su lado. Darse una vuelta por esas clases de mundos que desmitifican a los hombres para que dejen de ser dioses es rotundamente enriquecedor y ayudan a superar (fuera ya todo el machismo y todo el feminismo de nuestras vidas y para siempre) las cosas de la vida. Y no olvidemos nunca que el humor se escribe con h de humanidad.
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