7.-Cómo vivir sin creer en nada. 
 
Eduardo Negrón dice una grandísima verdad: "La incredulidad paraliza. Hace que los creyentes detengan su caminar hacia el propósito de Dios. Es una fuerza espiritual que provoca o trata de lograr que nos movamos en la dirección opuesta a la que el Señor nos ha dicho que debemos ir; sencillamente trata de lograr que nos quedemos en el mismo lugar donde estamos y que no avancemos nada en nuestro caminar espiritual". Vivir sin creer en nada es, bajo mi propio y particular modo de entender la vida estr estancados, para siempre, en el tiempo consecuente de carácter negativo. En otras palabras, vivir si creer en nada es una auto negatividad de nuestra personalidad, es un rechazo a nuestro propio ser, es un abandono como persona para convertirse solamente en objeto sin más valor que la simple estancia en una inmovilidad absoluto. En cierto modo, vivir sin creer en nada no es posible jamás; porque todos los seres humanos nos autodefendemos cuando estamos a punto de dejar de ser seres humanos. Y en ese caso o nos elevamos hacia el tiempo consecuente positivo o nos hundimos en el tiempo consecuente negativo. Voy a explicar lo que significa este tiempo consecuente en nuestra existencia humana.
 
De todo el tiempo que vivimos existe un tiempo consecuente positivo, un tiempo consecuente negativo y un tiempo no consecuente. El tiempo no consecuente entra a formar parte del ya tiempo vano. Voy ahora explicar el tiempo consecuente que es el que determina nuestros diversos futuros. Según hayas vivido tu tiempo consecuente estarás cumpliendo objetivos (sueños) y acercándote a la Meta Final (Gran Sueño). El tiempo consecuente es el que de verdad deja huellas profundas en nuestras memorias humanas y en quienes conocieron nuestras memorias humanas porque dejamos recuerdos perennes en ellos y en ellas. Dejando sólo para el recuerdo el tiempo no consecuente; es el tiempo consecuente el que determina cómo somos en realidad. Pongamos un sólo ejemplo de los muchos que podríamos citar:
 
Si alguien nos ofrece, un día de nuestro tiempo consecuente, droga... tenemos dos soluciones: la primera es decir Sí a la Droga. La segunda es decir NO a la Droga. Ambas decisiones formarán parte importante de nuestro tiempo consecuente. Tiempo consecuente negativo si decimos Sí y tiempo consecuente positivo si decimos No. Si aceptamos la droga nos alejamos de lo objetivos (sueños) y, lo que es peor, de la Meta Final (Gran Sueño). Por el contrario, si rechazamos la droga vamos cumpliendo nuestros objetivos (sueños) y logramos, al final, alcanzar nuestra Meta Final (Gran Sueño). Esto plantea la siguiente reflexión: ¿el tiempo consecuente lo efectuamos con plena libertad y con el uso correcto de nuestra mente y razón?. Definitivamente sí... porque una vez superada la infancia, todos y todas tenemos ya suficiente capacidad de discernimento. Sabemos, una vez superada la infancia, discernir lo que hacemos y somos responsables de lo que hacemos. En ese hacer hay mucho de tiempo no consecuente pero también hay mucho de tiempo consecuente negativo o positivo. Y lo llamo tiempo consecuente porque nos trae consecuencias cara al futuro. A veces esas consecuencias son tan negativas que hasta nos llevan a la Muerte. A veces esas consecuencias son tan positivas que nos guían a la Vida.
 
El engaño no existe fuera de nosotros. El engaño está dentro de nosotros. Sólo obtenemos tiempo consecuente positivo cuando no nos engañamos a nosotros mismos. Sólo obtenemos tiempo consecuente negativo cuando nos engañamos a nosotros mismos echando luego la culpa a los demás. Razón y Fe. Ambas son cuestiones fundamentales para nuestras porciones de tiempo consecuente positivo. Sinrazón e Incredulidad son cuestiones fundamentales para nuestras porciones de tiempo consecuente negativo. En realidad nuestras vidas dependen de un binomio, de una dualidad, de un asunto binario: Decir Sí o Decir No a todas las causas que se nos presenten en la vida. Depende de por qué causa decidimos luchar el hecho de obtener tiempo consecuente positivo (Razón mas Fe) o el hecho de obtener tiempo consecuente negativo (Sinrazón mas Incredulidad).
 
Los objetivos o sueños parciales de nuestras vidas se hacen prácticos al usar nuestras porciones de tiempo consecuente. Por ello es básico y fundamental entender que aquellos que tienen el juicio sano deben ser nuestros guías y líderes. Si, por el contrario, seguimos el camino de los guías y líderes que, conscientemente, representan al Mal, habremos arruinado todos nuestros futuros y, lo que es peor, nunca alcanzaremos la Meta Final en esta vida. Como reflexión dejo la siguiente frase: "Si te duermes en medio de tus sueños no tendrás tiempo de vivirlos completamente".
 
Yo por eso aconsejo seguir el Camino de Jesucristo. Porque, por encima de cualquier excusa más o menos existencialista que no demuestra absolutamente nada más que la impotencia de muchos filósofos cuando la Verdad de Dios se les escapa de las manos, la falta total y absoluta o, lo que es lo mismo, convertirse en un ser que vive sin creer en nada y definiéndose incrédulo absoluto, es la carencia de humanidad y, en llegando a ese punto de tiempo consecuente negativo, ese ser ha dejado de ser humano. Su vida no vale nada puesto que él ya no vale nada. Y el final de dicha tragedia es que al no valer nada como persona no hay nadie que pueda admitir su existencia como medida de valor para el desarrollo de la humanidad. Así de patético resulta lo de vivir sin creer en nada que, en definitiva, es un no vivir porque se ha neutralizado nuestra capacidad neuronal y se ha anulado dicha capacidad haciendo que nuestras neuronas no funcionen puesto que, cuando funcionan, siempre nos hacen creer en algo. Puede ser en algo para el Bien o puede ser en algo para el Mal pero son nuestras neuronas las que crean en nosotros las causas que creemos y las causas que no creemos. El incrédulo absoluto es el incrédulo inexistente. Y el incrédulo relativo es el primero de los pasos que se dan para terminar, inexorablemente, por convertirse en el incrédulo absoluto. Termino con el siguiente pensamiento como reflexión profunda de cada uno de nosotros enfrentado con cada uno de los demás: "Si eres incrédulo terminarás por conseguir que nadie te crea".