Mi primera experiencia como guionista para series de televisión fue, en principio, todo un éxito. Recordando una parte musical de cierta canción española ("amigos para siempre") se me ocurrió desarrollar los guiones de una serie completamente distinta y diferente a todas las que, en los año 90 del Siglo XX, se estaban proyectando en los canales televisivos de Ecuador. Escribí los 25 primeros capítulos y puse por nombre, exactamente, "Amigos para Siempre" recordando a aquella canción española y a mi amigo Andrés Castillo San Martín. Fue una idea genial que asombró a Margarita Dávalos, Directora de Programación de Teleamazonas por aquellas fechas. Si no llegó a las pantallas de los ecuatorianos fue por la envidia de un argentino y la traición de los dos compañeros (si se les puede llamar compañeros) con los que compartía aquella idea: yo como único guionista de la serie (cuando la inmensa mayoría de las series de televisión en el mundo entero están escritas por un alto número de guionistas) y ellos como director de la serie y como primer protagonista. Pero al "olor" de la buena "pasta" que podríamos haber conseguido los tres, de no haber habido la envidia y la avaricia que tanto abundan en este mundo, los dos traicionaron el proyecto del cual se quisieron hacer dueños sin tener ni puñetera idea de lo que es hacer guiones para series de televisión. Incluso perdí la oportunidad de trabajar para Carmigniani por culpa de Barahona y Correa. Y dicho esto hasta me acuerdo de la música que había puesto yo con mi propia imaginación: "A pesar del tiempo y la distancia, a pesar de la pena y el dolor, amigos para siempre seremos yú y yo; amigos para siempre seremos tú y yo. A pesar del engaño y el olvido, a pesar del fracaso y desamor, amigos para siempre seremos tú y yo, amigos para siempre seremos tú y yo; amigos para siempre seremos tú y yo; amigos para siempre seremos tú y yo". Lo que no saben los malandrines es que tengo guardado en mi hogar todo el proyecto y, cuando llegue la oportunidad que me pueda ofrecer Dios si Dios así lo quiere, escribiré toda la serie completa sin contar para nada con ningún traidor. Si Dios quiere así será. Por lo demás me quedé contento porque habían llamado poderosamente la atención mis guiones originales e inéditos de "Amigos para Siempre" y con eso demostré estar preparado para cualquier otro reto de mayor envergadura. Fue una serie inolvidable para mí y lo hubiese sido para todos los televidentes de haberse lllevado a cabo su producción. Pero quien la hace la paga y los traidores se tuvieron que dedicar a otros asuntos. No tuve yo la culpa ni me siento responsable de ello. Con la Paz de Dios cierro esta noche mi Diario con una sonrisa al recordar las  escenas de aquella serie inolvidable.