Píldoras para ser auténtico (Filosofía) -19-
Publicado en Nov 14, 2016
19.- Permita que me presente: Mr. Pollo.
"Nadie de los míos ni su descendencia pasarán hambre". Palabra del Dios Cristiano. ¿Hambre? Canto denunciador despojado de artilugios lisonjeros: ¡La Tierra clama el dolor de sus gentes, las gentes que quedan calcinadas por el hambre de las injusticias! Hambre. Teatrillo Virtual de la Vida Real. Algo así como, por ejemplo, hormigas de Tanzania. Lean, por favor. Hormiga Hembra.- Hormiga Macho… ¿por qué hay tan pocas personas que nos aman de verdad?. Hormiga Macho.- Porque somos hormigas de Tanzania muy pobres. Hormiga Hembra.- ¿Tiene algo que ver que seamos de color negro?. Hormiga Macho.- Por desgracia también es por eso para muchas personas de los países llamados desarrollados. Porque somos pobres y negras. Hormiga Hembra.- Si fuésemos hormigas tan amarillas y resplandecientes como el sol o fuésemos hormigas fluorescentes como las luciérnaga… ¿cambiaría la cuestión?. Hormiga Macho.- !Cambiaría totalmente, Hormiga Hembra!. Los científicos del primer mundo nos buscarían ansiosamente y nos llevarían a zoológicos brillantes donde tendríamos toda clase de lujos y siempre estaríamos comiendo y no pasaríamos nunca hambre y seríamos admirados por millones de turistas que nos sacarían millones de fotografías. Y hasta es posible que los de la Walt Disney harían una serie televisiva con nosotros y seríamos tan lindos y tan famosos como la célebre Abejita Maya y tendríamos nombres bonitos como Deisy o algo parecido y los niños nos coleccionarían en sus cromos y seríamos célebres, muy célebres, lucirían niños y mayores nuestras figuras estampadas en sus camisetas veraniegas y hasta nos harían héroes de películas de aventuras… pero despierta Hormiga Hembra… despierta… nosotros sólo somos Hormigas de Tanzania… hormigas que nos estamos muriendo de hambre… Hormiga Hembra.- ¿Por qué nos estamos muriendo hambre y no es la cosa diferente?. Hembra Macho.- Nuestros antepasados eran felices y dichosos, la tierra le daba frutos en abundancia y nunca pasaban hambre… pero un día llegaron a nuestras tierras un numeroso grupos de Osos Hormigueros Blancos y nos destruyeron sin piedad alguna nuestros hormigueros, nos robaron toda la comida y se la comieron ellos y la mandaron para sus países del Desarrollo y después, después de haber destruido nuetros hábitat y habernos dejado tierras secas y estériles, nos abandonaron miserablemente y ahora es por eso por lo que nos estamos muriendo de hambre y de enfermedades… Hormiga Hembra.- Es injusto Hormiga Macho. Y ahora que dices lo dichosa que es la Abejita Maya yo recuerdo que también he visto en alguna ocasión una célebre serie televisiva titulada La Hormiga Atómica. Y es negra como nosotras…¿por qué ella sí y nosotros no?. Hormiga Macho.- ¡Sé a quien te refieres! ¡A la famosa heroina “supermánica” Hormiga Atómica, pero hay que tener en cuenta algo muy importante Hormiga Hembra. la Hormiga Atómica es negra como nosotras pero es de Estados Unidos y pertenece al marketing de los Estados Unidos… y Estados Unidos es el país número 1 del llamado Mundo Desarrrollado o Primer Mundo. Ella representa a las hormigas del lujo y del placer… pero nosotras…. despierta y deja de soñar… sólo somos hormigas de Tanzania. Y nuetro pueblo ha sido saqueado, arrasado y abandonado a la ciega suerte por los Osos Hormigueros Blancos del primer mundo que como sabes también tienen su propia serie televisiva… Hormiga Hembra- Oye Hormiga Macho… ¿te gustaría ser Oso Hormiguero Blanco en lugar de Hormiga Negra de Tanzania? Hormiga Macho.- No es eso Hormiga Hembra, no es eso. Yo soy feliz y estoy contento y orgulloso de ser Hormiga de Tanzania… pero sólo deseo que se haga justicia y dejar de ser una hormiga hambrienta… Quiero seguir siendo Hormiga de Tanzania pero sin hambre… Hormiga Hembra.- ¿Y qué se puede hacer para conseguirlo?. Hormiga Macho.- Según está el mundo, con las enormes crisis que hay en todos los temas (y no sólo el económico) te tengo que decir, con toda pena y dolor de corazón que no podemos hacer nada. Sólo unos pocos hombres y mujeres del primer mundo vienen de vez en cuando a darnos un poco de comida, a curarnos un poco de las enfermedades y nada más…. sé y estoy seguro de que si el mundo no cambia radicalmente y da un vuelco total a todos sus valores tú y yo estamos condenados a morir pronto… muy pronto… como están muriendo todos los días miles de Hormigas de Tanzania. Moriremos de hambre o por culpa de alguna enfermedad o por culpa de las terribles matanzas de los brutos Hormigones Armados que, auque son también de Tanzania, nos odian a muerte… Hormiga Hembra.- Yo sólo le pido a Dios que muramos ya en este mismo día para no tener que seguir sufriendo… Hormiga Macho.- Te amo mucho Hormiga Hembra y deseo morir a tu lado. Nada más.Ya no le pido nada más ni a Dios ni a la Vida. Hormiga Hembra.- Yo también te amo mucho, Hormiga Macho. Sólo deseo morir ya, en este mismo momento, entre tus brazos. ¿Murieron los dos al mismo tiempo? ¿Vivieron los dos a la misma vez? Sólo sé que, un día, apareció Míster Pollo por el precio de un dólar nada más. Pero... ¿quién les daría ese dólar necesario?... tal vez un dólar sea poco y, sin embargo, las Hormigas de Tanzania sólo conocen los centavos. ¿Se puede comer pollo por un centavo al día? Míster Pollo sonríe y luego suelta carcajadas. No. No es posible y lo que no es posible se llama imposible. Hay que pagar impuestos. ¿Vale más el impuesto de un pollo que el hambre de un par de hormigas amando la supervivencia? Míster Pollo vuelve a sonreír y luego solamente se dedica a soltar carcajadas. Es la imagen de Trump convertida en necesidades ajenas que sólo tienen importancia para los paleontólogos del presente pero no para los políticos del futuro. Por el mundo de los trenes, en aquellas estaciones vacías que habían quedado del pasado, los vagabundos cenan. Un poco de sopa de ajos (robados de la tienda de ultramarinos) y una cazoleta de café caliente para calentar el hambre… – Gervasio… ¿sabes tú dónde quedaron los tiempos del Tren de Arganda?. – Samuel… yo creo que habría que preguntárselo al tonto del arrabal… – ¿Y dónde vive el tonto del arrabal?. – Dicen que duerme siempre debajo de un puente… Los dos amigos charlan mientras los vagabundos siguen pasando frio junto a los raíles del tren, sentados entre las traviesas, y jugando a las siete y media con la baraja española. – Vamos a intentar descubrirle Samuel. – No hace falta. El tonto del arrabal está soñando… – ¿Y qué sueña el tonto del arrabal, Samuel?. – Sueña con su princesa… – ¿Es que un tonto puede soñar con una princesa?. – Eso he aprendido estos últimos meses. – ¿En qué escuela has aprendido eso, Samuel?. – Verás Gervasio: lo he aprendido en la Escuela del Amor. Los vagabundos duermen ahora, metidos en sus camas de cartón, dentro de la vieja estación abandonada. Hace frío. Mucho frío. Y por los cristales rotos a pedradas por los pandilleros que les persiguen, se cuela el viento. – Gervasio… yo he aprendido a llorar… – ¿Por quién? – Por quienes pasan hambre de amor… y necesitan robar para un par de cafés con leche y alguna cajetilla de tabaco… mientras se congelan en una estación cualquiera de cualquier lugar del mundo. El tonto del arrabal sigue soñando debajo de un puente… allí donde la noche no puede penetrar de tanta oscuridad que existe. El tonto del arrabal sueña fumando… La necesidad de sentir el llanto cuando una piel calienta nuestra pasión mientras a Míster Pollo se le congela el corazón sonriendo a las grandes masas de espectadores que le dan el voto necesario para seguir burlando las conciencias humanas. Quizás el último Planeta sea ese íntimo placer de escribir como las transmutados; posiblemente el último Planera sea el acto de vivir sin apenas darnos nuesta o quizás dándonos cuenta de que todos los actos humanos penden de la creatividad de ese nuevo humanismo que todavía está por descubrir y es llamado "buscando al amor". Se ríe a carcajadas Míster Pollo. Trump trampea con sus risotadas. ¿Se acabará la vida en este mundo sin terminar nunca de consolidar una mística definitiva? Esperemos que no. Esperemos que la intensidad de la vida nos otorgue la coordenada de cada momento vital significativo: crear nuestro propio Planeta sin los cantos desmesurables y deshumanizados de Míster Pollo que está celebrando su victoria en la mesa de los altos comensales de la Tierrra. La pobreza es el fruto de la inhumanidad mientras Míster Pollo cacarea por "Los Corrales de La Necesidad" alardeando de una linda sonrisa extraída de alguno de los cómics del Tío Sam. "Los pollos no tienen sillas", editado en los años sesenta por Jorge Álvarez, fue el único libro que el propio Copi publicó en la Argentina. No. Claro que Míster Pollo no tiene silla sino una verdadera hamaca para tumbarse al son de las candelas mientras millones de seres hambrientos duermen en el duro suelo de las ciduades urbanas en donde Míster Pollo aparece reclamando felicidad con su sonrisa de mangante que ha sido transformada en carcajada de magnate. Permitánme que le presente: Míster Pollo en su papayal. Una par de mangas (por lo de mangante) llena de naipes falsos y una carcajada que resuena en el desvencijado colchón de una familia que necesita, al menos, un poco de alpiste para almorzar. Pero Míster Pollo no es alpiste sino despiste. Por eso es por lo que estamos perdidos en estas rutas del hambre desde donde algunos vuelven pero mueren la mayoría por necesidad. Vuelve "Carpanta" (que significa "ganas de comer porque estamos con hambre") a ponerse de moda mientras Míster Pollo sigue llenándose sus bolsillos de monedas hurtadas a la conciencia humana.
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