Pldoras para ser autntico (Filosofa) -21-
Publicado en Nov 14, 2016
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21.-¿Qué es mejor: ser clarividente o inductivista?.
 
La clarividencia es una hipotética capacidad de percepción extrasensorial que permitiría a algunas personas recibir información de acontecimientos futuros (sin el auxilio de medios técnicos). No existe ninguna evidencia científica de que tal capacidad exista, sólo existen testimonios de personas que se adjudican a sí mismas esta capacidad. Los actos de clarividencia declarados contradicen abiertamente a las leyes físicas para una percepción basada en medios físicos conocidos. Esta percepción se caracterizaría por captar fenómenos que quedan fuera del alcance de los sentidos y de adivinar hechos futuros u ocurridos en otros lugares. La telepatía no se incluye en este tipo de percepciones. A diferencia de esta última, la clarividencia explícitamente implicaría la "visión de imágenes" reales físicas, de la mente (memoria) de otro individuo, de entidades mitológicas o desconocidas por la ciencia actual, y no el hecho de captar conceptos abstractos de otra mente.
 
El inductivismo o método lógico inductivo es un método científico que elabora conclusiones generales a partir de enunciados observacionales particulares y parte de lo particular a lo general. Este ha sido el método científico más común, pero también han surgido otras escuelas epistemológicas que han desarrollado otros como el falsacionismo y los paradigmas de Kuhn. El inductivismo se caracteriza por tener 4 etapas básicas: Observación y registro de todos los hechos, Análisis y clasificación de los hechos, Derivación inductiva de una generalización a partir de los hechos y Contrastación. En una primera etapa se deberían observar y registrar todos los hechos y luego analizarlos y clasificarlos ordenadamente. A partir de los datos procesados se deriva una hipótesis que solucione el problema basada en el análisis lógico de los datos procesados. Esta derivación de hipótesis se hace siguiendo un razonamiento inductivo. En la última etapa se deduce una implicación contrastadora de hipótesis. Esta implicación debería ocurrir en el caso de que la hipótesis sea verdadera, así si se confirma la implicación contrastadora de hipótesis quedará validada la hipótesis principal. La utilización de este método puede llegar a organizar un campo Gestalt. Por eso la psicología actual sostiene que el inductivismo es muy subjetivo.
 
Concoidas estas dos formas subejtivas del acionar de ciertos seres humanos, ¿que somos los cristianos y las cristianas en este mundo de significados y significantes? ¿Qué somos?, ¿quiénes somos?, ¿cuánto somos?... tres dimensiones personales que nos ubican como seres de triple condición: humanos en lo general, ciudadanos en lo social y personas en lo individual. ¿Qué somos? es una premisa considerativa de nuestra propia naturaleza humana. Somos algo que nos separa del resto de los seres vivos y nos acerca a la comunidad humana. Somos algo por naturaleza misma y, en ese sentido, estamos signados por unos parámetros que nos determinan como tales. ¿Quiénes somos? es una referencia identificativa dentro del contexto general de la sociedad. Somos alguien dentro del mundo que nos ha tocado vivir. Somos alguien que tiene sus propios pensamientos y sentimientos, sus propias ideas que nos independiza del resto de los humanos. El qué y el quién nos sitúan en el plano de lo físico y tagencial de nuestra pertenencia a una colectividad determinada por los factores del tiempo histórico y geográfico de nuestras realidades. Pero es el tercer parámetro el que verdaderamente nos da la real significación de nuestra realización personal. ¿Cuánto somos?. Pero no un cuánto de cantidad sino un cuánto de cualidad; no un cuánto de extensidad sino un cuánto de intensidad. ¿Cuánto es en realidad lo que vivimos como esencia de nuestro existir?. ¿Cuánto es el conjunto global de nuestra realización personal?. ¿Cuánto me ha dado el mundo y cuánto le he dado yo a él?. ¿Cuánto significativo soy de mí mismo y hacia los demás?
 
Estoy pensando... pensando en este parámetro psíquico del cuánto soy yo en realidad dentro del contexto de la generalidad humana. Cuánto de mí mismo puede ser válido y validable para mí y por ende para los que me rodean. Pienso en cuánto soy yo en mi significado y en mi significante. Pienso si está equilibrada esa dimensión bipolar. Y pienso si aprovecho lo suficiente de la vida para sentir que merece la pena estar en ella. El cuánto somos es lo que realmente nos inmiscuye dentro del plano de nuestra propia trascendencia y de la trascendencia que podemos enlazar con los demás. Pienso que el tema es para una mayor debatibilidad pero dejo en el aire la pregunta oportuna... ¿cuánto somos en la vida?, ¿cuánto de nosotros puede ser calificable como verdaderamente rescatable y valioso?. Queda ahí la pregunta abierta al aire de quienes la desen interpreta, Vasmos, por lo tanrto a interpretar.
 
Interpreto. Es peor el terror a la Nada que el terror al vacío; porque el vacío puede alguna que otra vez llenarse ya que tiene dimensión; pero la Nada no tiene ninguna dimensión y no se puede llenar jamás. Esa es la cuestión entre creer o no creer. ¿Producto de la clarividencia? ¿Producto del inductivimos? ¿Y si dijéraosque itnerpretarnos es contemplar nuestro futuro despejando las incógnitas del pasado. Interpretar. Esa es una de las máximas que usamos los cristianos y las cristianas para saber, para conocer y para discernir. Así que estamos hablando del discernimiento que, para comenzar, es como decir que poseemos una especial y poética visión de nuestro tiempo llamado Hoy: Hoy es sólo un pensamiento
enhebrado en el suave discurrir. Un pensamiento para discernir la hora de la risa o la hora del lamento. Hoy es un breve entendimiento donde toda la vida es transigir entre el sueño de un mentir y el sueño de todo lo que es cierto. Hoy es sólo un sentimiento de ave buscando su alimento en la hoja blanca del sentir. Hoy es sólo un entendimiento de tiempo vivido en crecimiento y la historia de un ligero transcurrir. 
 
Discernimiento cristiano. ¿Estás ahí? Hace un rato decías que nunca te irías pero ahora siento silencio y soledad, es la edad del miedo a perderte en el vacío y mío es este sentir de negrura en la noche. ¿Está ahí? Al frente de mi casa, en su porche, no sé que he de aprehender para ver que te mueves a mi lado. Es un halo esto de aprenderte a querer. Siento que no estabas
porque me hablas muy bajito, muy bajito, y en un lugar pequeñito mi corazón ahoga su voz
que, en forma de suspiro y grito aparca la respuesta en la hoz de la pendiente cuesta... Quizás dijiste algo muy quedo porque bajo mi dedo que señala la luna trashumante hay un antes esperando la respuesta. ¡Cuánto cuesta saberte amante!. Con todo esto me quedé pensando para discernir si estabas en mí. ¿Estás ahí?. Si es así... dímelo hablando, hablando
al centro de mi corazón temblando. ¿Coprendéis cuánto de visión cristiana tiene una posición interna del suspiro espiritual? ¿Y si fuñeramos visionarios y visionarias a travésde la inducción de nuestros pensamientos? Esa es nuestra verdad que muchos desconocen porque creen que el significado y el significante están ausentes en la vida de un poema escrito para sentirnos.
 
Llamo vivencialismo a esa manera de ser en la que nos expresamos con todos y cada uno de nuestros sentidos. Vivencialismo porque es todo aquello que podemos absorber para sentirnos tan profundos que ya no necesitemos más que dejarnos llevar por la existencia sin la pertinaz preocupación de tener que interpretarnos excesivamente. Ese vivencialismo será quien nos interprete el día de mañana y le dejaremos hacer sin resistirnos ni fugarnos pero sin despojarnos de nuestra esencia propia. Sus raíces no tienen un punto geográfico en particular. Vienen de la eternidad y marchan hacia la eternidad. Yo no entiendo, por eso, una raíz como un lugar impuesto por alguna condición ajena a nuestra voluntad. Nuestras verdaderas raíces no son únicas sino plurales y allí donde radiquen nuestras expresiones nos convertimos en seres multiplicadores en vez de simplificadores. Con el descubrimiento de saber quiénes somos por dentro podemos saber quiénes somos por fuera e incluso lo que de nuestro interior puede penetrar en el interior de otros seres humanos; allí donde somos circunstancia vista por los demás sin ninguna otra connotación externa. Si conseguimos lograr hallarnos en la integridad de la parte de eternidad a la que pertenecemos habremos conseguido pertenecernos a nosotros mismos y pertenecer a los demás. Eso es lo que debemos demostrarnos, porque todos podemos y tenemos el derecho a luchar, en algún momento de nuestro periplo vital, por intentar descubrirnos, aunque sólo sea por un escaso segundo de lucidez, en nuestra existencia. Ese escaso y lúcido segundo en que nos damos cuenta de que somos inmutables y que tenemos algo que decir al comprometernos con la acción de aceptar o rechazar tal premisa. Esa es nuestra libre elección particular. Quizás en algún momento de la vida podremos dudar... en muchos momentos de la vida incluso podremos dudar... pero llega un momento en que nos iniciamos en nuestra verdadera interpretación. Quizás no logremos hallar todo su significado pero en algún momento nos iniciamos en el esfuerzo por conseguirlo. Después de todo, lo que hay más allá de nosotros mismos sea seguramente una realidad que interpretamos hoy de forma muy distinta a lo conocido ayer. No sé el momento en que tengamos que interpretarnos definitivamente pero si sé que todos estaremos presentes cuando eso ocurra. Unos antes. Otros después. Pero todos tendremos que vivirnos con total sinceridad. Y en ese momento, cuando nos penetremos hacia el interior, no habrá posibilidad de equivocarnos. Puede ser que los demás lo admitan o lo rechacen pero en lo referente a ese sentido si lo logramos habremos por fin cambiado el mundo.
 
Clarividencia no. No es clarividencia sino la claridad de visualizar el Camino por el que trnasitamos de manera inductivia porque, dentro de nuestra forma de interpretar el futuro, poseemos la lógica espiritual del Diseño de Dios. Somos Visión porque somos Misión. La acción es bien sencilla de entender: Pedimos a la claridad de la vida enfoque y dirección para nuestra alma anhelante. Es bonito, brilla de dentro hacia afuera y nuestro corazón late en cada una de las visiones. Es muy sincero el verso blanco de nuestra misión. Verso blanco. Os hablo de un verso blanco donde despejamos el pasado para conocer el presente e interpretar el futuro: Asomado a la ventana del día de todo el amar veo a la gente pasar... ¡triste gente que no sueña metáforas para el mar
 
¿Cómo somos en verdad? He aquí una respuesta interpretativa de nuestras visiones, de nuestras misiones y de nuestro verdadero estar en este mundo: Tú eres ese sentido que sabe a conciencia, la llave espiritual de todas mis pasiones, el eje fundamental de toda mi existencia, la que abre la esperanza a toda mi inquietud dejándome impresa tu huella de mujer. Tú eres aquella que se alcanza con el alma cuando el cuerpo crepita de ansiedad, la noche acrisolada de firmes desvelos y el halo indetenido, de luna carmesí, que besa a las estrellas en el cielo mientras el alba me baña de esperanzas. Tú eres pigmento de colores y susurros y mucho más que una hora detenida; eres el eco inacabado de mis ansias, la presencia del sueño arrebolado en el viento de la etapa primaveral, allí donde las golondrinas hacen su nido en medio de los minutos silenciosos y donde viven los gorriones su esperanza
convertida en frescas hojas de laurel. Tú eres mucho más que una sonrisa prometiendo aventuras de paisaje... y mucho más que una suave caricia en medio de las olas de este mar... Tú eres, en fin, una promesa bendecida por la esencia perpetua de lo eterno.
 
Eso es. Si lo habéis sabido interpretar ya sabéis la verdad de cómo somos esta clase de visionarios realistas llamados cristianos y cristianas inducidos por la fuerza esponencial de un Espíritu llamado Santo. Las demás definiciones no son para nosotros nada más que especulaciones que no abarcan nuestros sentidos porque estamos sintiendo la verdad del latir de nuestro mundo en medio de los paradigmas existenciales del resto de los filósofos humanos. Y es que somos autóctonos de nuestra propia experiencia vital. A quienes me eligieron solo les envio una íntima interpretación: más allá de la libertad de cada ser humano, guardada en su memoria, queda una esperanza. No apaguéis su llama eterna teniendo una visión estrábica de la realidad que siempre produce una misión distorsionada de la lbiertad. Y es que no somo libertad sino liberación de la libertad. Esa es nuestra esencia.
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Filosofa

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