Píldoras para ser auténtico (Filosofía) -66-
Publicado en Nov 28, 2016
66.- Poner el intermitente. Metafísica de las intenciones.
Metafísicamente hablando (si es que se puede hablar metafísicamente y yo supongo que sí) se trata de si sabemos ser o no ser dentro de un estar y, al mismo tiempo, de sus propiedades (tanto intrínsecas como extrínsecas); de sus principios (tanto si somos creyentes como si no somos creyentes) y de su causante primera (tanto si es la primera vez o ya no es la primera vez). En definitiva, que la metafísica constituye la parte más cualitativa de un ser humano a la hora de aprehender su emprendimiento por la vida. Lo fundamental es que, en este sentido, seamos capaces de desarrollar un momento determinante para nuestras conductas tanto en el pasado como en el futuro y, por tanto, nos deje sello personal y huella en el presente. De ahí que yo llegara a afirmar, en un momento hondo, profundo y acertado, que olvidamos los errores del pasado y superamos los errores del futuro cuando vivimos un presente con aciertos. Esto demuestra que estamos siempre ubicados en un pasado y en un futuro que pueden ser relativos; pero, sobre todo, giramos en un presente que depende de nuestras intenciones. Aquí entramos en la esfera de los absolutos. Es necesario, por tanto, conocer si es la intencionalidad de nuestros actos (no los pensamientos que son abstractos sino las intenciones que son concretas) la que nos lleva a realizar alguna acción. De ahí que la intencionalidad es un término que se aplica a la actividad de la mente en virtud de la cual, y por eso mismo, tiene una relacion cognoscitiva con los objetos considerados como tales. Antes de continuar con el desarrollo de la metafísica de nuestras intencionalidades hay que saber que el vocablo "intencionalidad", en la filosofía contemporánea iniciada por Franz Brentano, rescataba el antiguo concepto de la "intentio" que significa intención. Con ello se logra que la cosa abstracta se convierta en objeto de conciencia. Expongamos un ejemplo bien claro y verificable como realidad para poder entenderlo sin ninguna clase de dudas ni de ambages. Suponiendo que un hombre conoce a una mujer (en el caso de que los dos tengan una edad ya suficiente como para tener uso de razón válida) y que ese hombre desea salir con esa mujer para conocerla a fondo. En este caso nos encontramos, por un lado, la metafísica de la atracción suficiente como para que el hombre esté deseando salir con ella y, por otro lado, hay que saber qué intencionalidad tiene dicho hombre y cuál va a ser la reacción de la mujer. Así es el asunto cuando vamos desde la relatividad de la metafísica hacia lo absoluto de la intención. La metafísica despierta el deseo, pero la intención es la que sitúa a ese deseo en el plano del Bien o en el plano del Mal. Porque depende de que surge de nuestros pensamientos (y en lo personal eso siempre me ha ocurrido a mí) pero después llega la intencionalidad y si la intención es buena o es mala sí que resulta una categoría dentro del contexto de todo lo absoluto cuando se hace práctica. El pensamiento no es práctico sino teórico y la intención, al hacerse realidad, da validez a dicho pensamiento y lo hace verdadero a través de una acción determinada que deja de ser teórica, abandona el subjetivismo y entra en el área de lo objetivo y de lo absoluto. Ponemos el intermitente para avisar que lo que va detrás de una intencionalidad cumplida son las circunstancias reales que superan el momento del "más allá" de un simple pensamiento más o menos "orteguiano". De paso advierto a mis lectores y a mis lectoras que intermitente es todo lo que se interrumpe o cesa y, en algunos casos ya muy conocidos, en lo que aparece y desaparece por culpa de nuestras acciones. Así que intermitar suspende, durante algún tiempo, nuestros pensamientos para encender "la luz de alarma" de nuestro entendimiento. Así es de cierto lo que escribí en algún momento y que voy a repetirlo para que no se os olvide nunca y para que nunca digáis que nadie os lo explicó. Los textos que dan a conocer ideas, pensamientos y sentimientos, son razones para estar presentes porque vienen a ser, bajo mi forma de aprenderlos, algo así como luces para el entendimiento de los caracteres humanos. Reflexiones, cuentos, relatos, poemas, diarios... todo un cúmulo de variados textos de divulgación, una original invitación a la literatura libre y espontánea, racional y emocional, meditada y compulsiva... que sirven para hacernos comprender que existe en los seres humanos algo más que desidia y que hay interés para entender este cúmulo de sensaciones que rodean al mundo existencial de la actualidad. Luces para el entendimiento y progresión para nuestras percepciones de conducta humana. Llegados hasta este punto de la exposición temática volvemos, de momento, al contexto de la metafísica. Hemos entrado en ese momento crucial que nos particularizamos dentro de una generalidad numérica y pasamos a ser conductores de una razón propia e individual más o menos sostenible. Comienza el primer momento psicológico de nuestras vidas en donde pululan imágenes físicas, estéticas y sociológicas, que son las consecuencias más lógicas de nuestras decisión. Hemos alcanzado la culminación de lo desconocido que se contiene ya dentro de un hecho concreto. Nuestro pensamiento se ha convertido en un saber formal. Esto no dificulta, para nada, saber que es en el presente donde se olvida el pasado para olvidar su repetición en el futuro. Es la propia naturaleza humana (verdadera proyección de Dios en todos los seres humanos) que no tiene como respuestas ninguna clase de idologías; lo cual determina que nuestro intencionalismo ha contribuido a adquirir una conciencia más clara de nosotros mismos cuando actuamos e interactuamos con los demás. A veces vemos lo incoherente de las actuaciones de personas en las que crees. ¿Crees que existe libertad de expresión si no te permiten que exista libertad de manifestación? Somos como somos pero en ese ser como ser está incluído el creer como creemos. Si tenemos un valor como seres humanos creyentes en lo que creemos... ¿crees que es libertad que alguien no nos permita decir quiénes somos? A veces uno cree que las personas más jóvenes son las más abiertas de mentalidad. Es un gravísimo error. Lo cuento porque existen personas más jóvenes que, para aceptarte tal como eres, te ponen la barrera de impedir que te expreses a ti mismo o a ti misma. ¿Les da miedo saber quién eres y saber por qué manifiestas lo que eres y lo que crees? Además de las creencias (y todos tenemos el derecho de expresarlas), lo mismo que esos jóvenes o jovencitas expresan las suyas tenermos todo el mismo derecho igualitario y equitativo de expresar las nuestras sean cuales sean nuestras edades "oficiales" que no tienen por qué ser nuestras edades "reales". ¿Tú crees, amigo y amiga que me lees, que es libertad de expresión participar de un Taller de Literatura Creativa y que no te dejen manifestar quién eres como escritor o como escritora? Pues esa es la paradoja. Que formes parte y dirijas un Taller de Literatura Creativa y precisamente en quien más confías para que sepa entender lo que es una comunicación interpersonal (o sea una comunicación entre las personas que forman parte de dicho Taller de Literatura Creativa) te prohiba decir a los demás compañeros y compañeras de taller lo que eres, cómo eres, lo que crees, lo que deseas comentar con los demás compañeros y compañeras. En otras palabras: no comprendo qué sentido tiene formar parte de un Taller de LiteraturaCreativa donde te obliguen presentarte a los demás compañeros y compañeras no como un simple objeto participante (eso mata la libertad de manifestación) sino tal como eres y tal como entiendes lo que es la manera y el modo que tiene un escritor o una escritora para escribir como escribe o para impartir, gracias a sus elevados conocimeintos. un Taller de Literatura Creativa. Si algo valoro de un Taller de Literatura Creativa es esa libertad de manifestación de tu persona que va implícita en la libertad de expresión de las personas. Y eso sucede, incluso en los altos niveles de Bibliotecas Regionales quizás porque en algunos Talleres de Literatura Creativa -de esos que se llaman "profesionales"- tengan miedo de descubrir lo que se puede descubrir y tengan miedo de que se descubra. Entonces es cuando te entran verdaderas y serias dudas sobre lo que es la verdadera libertad de manifestación para poder decir quiénes somos y cuánto valor tenemos como profesionales en el mundo de este saber quiénes somos. Todos los seres humanos (absolutamente todos los seres humanos y no los "elegidos" por conveniencias ideológicas que les denominan "elegidos" cuando no son incluso menos itneligentes que muchas multitudesde humanos anónimos) contribuimos a hacer esta realidad histórica en la que nuestro pasado ha dejado de existir (dejando sólo el recuerdo del pasado para manejarlo de la manera que más nos complazca y no todos por igual) y nuestro futuro (porque todos tenemos derecho a saber quiénes somos de cara al futuro). Al no existir nada más que recuerdos del pasado y sueños del futuro estamos introducidos de lleno en la realidad de nuestro presente. A partir de aquí son los que yo llamo "momentos de conciencia" los que determinan nuestras existencias humanas porque, abundando en lo que ya he expresado en muchas ocasiones, no vivimos acumulando años sino que vivimos experimentando momentos. Algunos de esos momentos -los más trascendentes y transcendentales de nuestras vidas- forman el conjunto que llamo "momentos de conciencia" o concienciación como dicen otros pensadores. No todos nuestros momentos vividos (insiso en que vivimos de momentos y no de años) son "de conciencia" sino aquellos que son los más significativos para cada uno de nosotros ya que se adentran en el pensar sobre lo que somos como seres concebidos de una manera unívoca gracias a Dios; lo cual nos convierte en personas esenciales y no en gentes superficiales. Es por eso por lo que somos capaces de conducirnos acertadamente por la avenidas del Bien o descarrilarnos erráticamente por los callejones del Mal. Aprendemos a ser humanos y aprehendemos la esencia de ser humanos; y esto nos convierte en personas intuitivas que podemos determinarnos como verdaderos ara vincularnos directamente en el pensar y, partiendo de reducionismo de lo teórico, nos realizamos en el expansivo mundo de lo práctico. Ahí es donde radica nuestra Eternidad como seres positivos y no como seres negativos. Esto es, en definitiva y de manera conclusiva, lo que nos proyecta hacia los demás y nos convierte en personas con personalidad propia (porque la tenemos gracias a nosotros mismos) o en gentes sin personalidad propia (porque se la han alienado desde fuera de ellos mismos). Y tengo que aclarar, para finalizar el tema, que esto no es determinismo como defienden, erráticamente, los seguidores de Kant sino determinación como lo sabemos muy bien todos los verdaderos cristianos y todas las cristianas verdaderas.
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