Píldoras para ser auténtico (Filosofía) -78-
Publicado en Dec 01, 2016
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78.- El sentido moral (universal) de la mano de Google.
 
Utilicemos la herramienta de Google para algo más trascendente y transcendal que jugar al simple y aburrido "solitario" de naipes o para jugar al también simple y aburrido "comecocos". Por ejemplo, utilicemos la herramienta de Google para algo tan importante en la vida de los seres humanos como conocer un poco más lo que contiene de universalidad, en sí misma y sin circunstancias partidistas, la moral de los hombres y mujeres a lo largo y a lo ancho de todo nuestro Planeta. 
 
Google. He aquí un texto de Emmanuel Taub.  En un artículo de 1910 sobre las Afinidades entre la filosofía kantiana y el judaísmo, el filósofo judeoalemán Hermann Cohen desarrolla la idea de que la esencia de Dios es la moralidad, y solamente la moralidad. Esto es, según Cohen, lo que conforma la naturaleza divina. Idea que debe ser distinguida de lo que podemos considerar la naturaleza física o material, ya que ella es la creación de Dios. Es por ello que, según Cohen y en oposición a Spinoza, Dios no puede ser pensado como naturaleza, porque es esa distinción la que está implícita en el concepto de unidad divina porque para Cohen "El significado mismo de toda la creación es ser un vehículo para la moral."
 
Podemos decir enconces que naturaleza y moralidad no son una. Sin embargo, ambas tienen su origen y se encuentran garantizadas por la unidad de Dios. Ambas, a pesar de su diferencia, interactúan y están conectadas a un mismo punto, al hombre. Así es que según Cohen cuando vivimos en conformidad con los preceptos morales no somos animales -meras criaturas de la naturaleza- sino por el contrario, somos miembros del universo moral. Y es la idea de Dios la "que me da la confianza de que la moral se convierta en realidad en la tierra." Porque no puedo vivir sin esta confianza, no puedo vivir sin Dios. Es el postulado sobre la unidad de Dios -fundado en base al precepto de "Dios único" y su relación con la moralidad- el origen del monoteísmo y aquello que el monoteísmo da de herencia a la humanidad, o sea, la idea de una moral fundamentada en el sentido de "Dios único".
 
En sus Cuatro lecturas talmúdicas Emmanuel Levinas publica una conferencia llamada "¿Viejo como el mundo?" que gira en torno a un comentario del tratado Sanhedrin (36b-37a) del Talmud. Éste versa sobre el tribunal supremo de justicia, el sanedrín. El tribunal supremo, según los sabios, constituye el ombligo del universo y por ello, según nos lo comenta Levinas, existe para el judaísmo un carácter de centralidad de la justicia absoluta. Justicia que ejerce el sanedrín: justicia de la Torá.
 
Ahora bien, la pregunta que recorre la reflexión de Levinas es la pregunta por si es necesario al mundo el judaísmo. Mejor dicho, qué es lo que el judaísmo le da al mundo por lo que se vuelve necesario y por lo que sale de su retiro de la historia. Y la respuesta la encontramos en la significación universal del tribunal de justicia, de la justicia fundada en los preceptos divinos: es la protección del universo. "El universo -explica Levinas- únicamente subsiste por la justicia que se hace en el sanedrín. El papel del judaísmo, cuyo centro es el sanedrín, es un papel universal, una diaconía al servicio de la totalidad del ser."Pero Levinas continua su comentario del texto y explica que la justicia necesita, como el sanedrín, jueces que la conformen. Pensando en jueces el texto talmúdico habla de un "cerco de rosas": "aunque la separación no sea más que una cerca de rosas, no habrá en ella brecha alguna." Levinas se pregunta por su significado. La rosa es una tentación, figuración del mal según la Biblia, y sin embargo sólo un cerco de rosas separa la virtud de la tentación por el mal. Ese es el significado de la metáfora. Los jueces deben ser hombres excepcionales: "El judaísmo concibe la humanidad del hombre como susceptible de una cultura que lo preserva del mal, pero superándolo de él por un simple cercado de rosas." Pero ya no es el juez al que refiere el texto, como observa Levinas, sino al pueblo judío como una totalidad. Y el objetivo esencial del texto talmúdico en el que se encuentra nuestra lectura es el de la realización de un ser humano en el que una cerca lo proteja de la tentación; esta cerca es el cumplimiento de los preceptos, las mitzvot. "Lo que nos detiene del mal -dice Levinas- no es en absoluto el yugo insoportable de la Ley, que a san Pablo le daba miedo, sino una cerca de rosas. La obligación de cumplir los mandamientos no es para nosotros una maldición: nos trae los primeros perfumes del paraíso."
 
Y es esto lo que el judaísmo aporta al mundo: "un modo de existencia guiado por las mitzvot". Y sin embargo no es suficiente. Porque el texto talmúdico prosigue y lo que cuenta ahora es de un sabio que rezaba por unos "bribones" de su vecindario para que hicieran teshuvá, o sea, se arrepintiesen, regresaran. Sin embargo, no fue hasta que el sabio murió que los bribones no se dieron cuenta que ya nadie rezaría por ellos, y entonces hicieron teshuvá. Estos nos muestra, según Levinas, que no sólo son suficientes los preceptos, sino que también deben ir acompañados por la responsabilidad hacia el otro. Y en eso se fundamenta también el sentido universal de la justicia dada por Dios a través de sus profetas. La responsabilidad por el otro.
 
La vuelta a la religión en la individualidad de uno mismo no es un regreso, sino "hedonismo espiritual". Volver, regresar, hacerse nuevamente de los significados más profundos de nuestro pueblo es darse la posibilidad de formar parte de una comunidad. Un vínculo que incluye el respeto por el otro como por uno mismo, y que imagina en ese otro no sólo al judío, sino al hombre. Creer en Dios es creer en esta moral que es parte de todos y que nos exige una responsabilidad: la del respeto y la justicia.
 
Google. He aquí un texto escrito por Malena. La función de la moral no es reprimir, condenar o castigar, porque la moral pertenece al ámbito de la libertad personal, que está más allá del castigo, de la condena o de la represión. No cometer actos inmorales por temor a ser castigado no es moral, ni honesto, ni virtuoso, es especular, es solamente ser precavido para evitar ser atrapado.
 
¿Existe la moral o sólo existe el miedo a ser descubierto? ¿La gente se distingue por su moral o sólo se distingue por ser más hábil para ocultar su intento de perseguir sus deseos egoístas? Como decía Platón, la moral es una virtud, una imposición interna independiente de la mirada del otro; es lo que nos exigimos a nosotros mismos por deber y no por interés; es el conjunto de reglas a las que decidimos someternos de acuerdo a la concepción que tenemos del bien y del mal. La verdadera diferencia entre un hombre moral y otro inmoral es que el primero actúa según su código ético y no para evitar ser castigado; mientras el inmoral es capaz de actuar en forma inapropiada cuando no lo ven.
 
El hombre moral elige según su propia mirada sin necesidad de recompensa alguna, ni por temor al castigo, porque sabe qué es lo que debe hacer y nadie puede elegir por él. El que obra según su moral está completamente solo y esa es su mayor grandeza; hacer el bien sin ningún beneficio y sin necesitar que nadie se entere y evitar hacer el mal. Uno puede esperar ser feliz, ser rico, estar saludable, pero la virtud se elige, porque la medida de nuestro valor como personas, es lo que hemos elegido ser.
 
La persona moral no piensa sólo en sí misma sino que también considera los derechos de los demás y tiene su propia ley para saber qué es lo que debe hacer. La moral sólo vale para uno mismo y no para otro; porque el otro se debe ocupar de sí mismo y nadie le puede decir lo que debe hacer. Para los demás está la misericordia y el derecho, porque cada uno sabe perfectamente cuáles son sus propias intenciones, sus excusas o sus méritos y nadie puede juzgarlos. La conciencia es el juez más implacable porque lo único que realmente importa es estar en paz con uno mismo. No hay una moral para cada individuo porque la moral no es absoluta pero es universal, para todo ser humano.
 

En la práctica quizás pueda haber diferencias en función a la cultura y a la educación, porque solo hay reglas básicas que son comunes a todos, simplemente porque no podemos hacerle a los otros lo que no queremos que ellos nos hagan a nosotros. Es necesario condenarse a uno mismo todo lo que condenaríamos a los demás, tal como lo formula Kant como imperativo categórico, o sea que hay que obrar según la máxima que permite que se pueda querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal, en vez de hacerlo de acuerdo a intereses particulares. Rousseau, por su parte, afirma que hay que portarse con los demás como queremos que se porten con nosotros; y eventualmente buscar el propio bien produciendo el menor daño posible a los demás. La moral puede ser definida como el sentimiento de dignidad humana.
 
Perdonadme y permitidme que os hable yo ahora de lo que es mi universalidad dentro de los cauces de la moral humana. Por si alguien no lo sabe ya, voy a presentarme de nuevo y sin "careta" alguna una vez más.  Soy muy joven. Español casado con española. Tengo 2 hijas, 2 nietos y 1 nieta. Mi vocación es la Literatura. Mi profesión es el Periodismo. Soy lo que pienso, lo que siento, lo que sueño... lo que escribo, lo que anhelo, lo que deseo... soy un hombre de la única patria de todos los seres humanos que es un pequeño rincón llamado Universo... y en ese pequeño rincón tengo a mis propias estrellas literarias... para compartirlas con cualquiera de mis amigos y amigas compatriotas de este pequeño rincón ubicado más allá de todas las galaxias y en donde todas la almas son iguales de ternura. Cuando ya el amor haya desaparecido por Decreto Ley de los políticos de la Tierra... yo seguiré amando siempre... siempre... siempre... con ternura... ternura... ternura... aunque tenga que exiliarme a cualquier otro universo donde se pueda seguir siendo amante de las utopías...
 
Me encuentro a solas en un cibercafé de la ciudad de Quito. Estoy reflexionando sobre la persona ahora que me encuentro tan lejos de mi lugar de residencia. Y empiezo a recordar algunas viejas ideas aprendidas en los cursos de filosofía humana. Medito sobre la persona en sí misma y la persona como individuo, mientras escribo sobre la pantalla de la computadora que transporta mis reflexiones a esa patria enteramente nuestra conocida como Universo. Esto es lo que pienso sobre la persona en estos momentos de soledad creativa...
 
Así como hay motivos para oponer persona y esencia, también lo hay para oponer persona e individuo: hay muchos individuos, incluso perfectamente individualizados y subsistentes, que no son personas; pero, en sentido contrario, toda persona es también un individuo. La persona, en cuanto a que es persona y se define como persona, es un individuo. Porque si suprimimos toda referencia a un sujeto individual (individuo) el pensamiento deja de ser personal y se hace hasta inexistente (y la persona no puede ser tal si carece de pensamiento de persona, individualizado del pensamiento de los demás). La individualidad expresa a la vez unidad interna y distinción con respecto a los demás. En ese contexto la persona aventaja a todo lo demás existente; por eso sus actos y sus actividades tienen (o deben tener siempre) coherencia interna cuyo principio se encuentra en lo más íntimo de ella misma. Esta adhesión activa a si misma es la forma más auténtica de la unidad personal (el individuo).
 
Por ser más una en sí misma, la persona es también más distinta de las demás. No sólo porque su apertura a lo universal la hace capaz de recibir diversas vocaciones, sino además porque con esa misma apertura, gracias a la libertad, la hace capaz de respuestas diversas en cualquier situación en que se encuentre.  Cuanto más rica es en su ser la persona más individuo es (posee una existencia más individualizada). Un animal está más individualizado que una planta; un mono o un caballo está más individualizado que una lombriz... y un ser humano (una persona) está más individualizado (es más individuo) que cualquier otra cosa. Por eso no hay término medio (cuando nos referimos a la persona) entre lo individual y lo universal. Y lo universal no existe sino arraigado en el individuo (que entonces es cuando pasa a ser persona). Termino de reflexionar. Doy el sorbo al último trago de mi café y cierro mi comunicación saludando a todos vosotros, personas pertenecientes a esta universalidad humana donde el sentido de la moral nos convierte en personas dejando de ser una especia más de todos los animales de la Tierra. El ser humano es persona cuando la moral es su verdadera guía para actuar ante él mismo y ante los demás.
 
Y ahora, con todo el sentido universal de la moral humana dejadme ser poeta de esta moral que se me escapa por todos los poros de mi piel. Dejadme ser poeta universal. ¡Que deje de girar el Universo y se detengan todos los relojes en este espacio de la Nada donde todo se hace Existencia! Que deje de girar el Universo para seguir por siempre así, abrazado a tu Silencio sin espacio ni medida, sin dimensión alguna, sin conciencia ni memoria, sin vida, sin muerte... que deje de girar el Universo que me quiero bajar por unos cuántos minutos, quizás hasta sólo media hora, para poder sentir que sigue latiéndome el corazón entre este Ser y este Existir tan infinitos. Algún sabio famoso debería haber dicho, en tanto tiempo que llevamos de Historia Humana, que el Universo es un centímetro cuadrado de distancia... sólo eso... un centímetro cuadrado de distancia entre el hombre y la mujer. ¿Y qué puede ser el Universo si no existe el amor noble dentro de su corazón?. Solo un pedazo infinito de la Nada. Por eso... ¡que deje de girar el Universo que me quiero bajar con Ella!... para irnos a otro lugar llamado Sueño y poder practicar el amor noble sin que nadie nos tenga que señalar con el dedo acusador por ello.
 
Ya no quiero seguir más por los caminos verdes que van a las ermitas aunque las margaritas estén hablando de ti... ni quiero ser ya más el arriero que sólo habla con las piedras del camino diciéndole que todo esto es un rodar y rodar y rodar... no... me niego ya totalmente a seguir la poesía generativa de falsos espejismos. Yo sólo creo en los Sueños de Dios, en los Grandes Sueños de Dios que no pertenecen a este andar y andar los caminos sin nadie que me entretenga... prefiero marchar contigo, entretenerme contigo, jugar contigo por los caminos del la tierra... del aire,.. del mar...
 
Sé rotundamente que no voy a sucumbir por haber elegido caminar sobre las olas del altamar como Jesucristo me ha prometido. No. No me refiero a ningún océano de la Tierra (que tanto conozco yo), no me refiero a ningún lago de la Tierra (que tanto conozco yo), no me refiero a ningún río de la Tierra (que tanto conozco yo). Me estoy refieriedno a esas aguas que son el centro de tu existencia corporal y el alma de tu síntesis espiritual. ¿Qué importa si me llaman loco por querer bajarme de este Universo? ¿Acaso no saben ellos, los sabios de esta Humanidad podrida por culpa de los "amores"libres" que atan y atan y vuelven a atar hasta matarse los unos a los otros, que existe  definitivamente el otro Univeros?. No lo saben. No lo han leído en ningún libro de los viejos y antiguos astrónomos como Copernicus o Ptolomeo. No lo han visto en ningún mapa celeste dibujado por los grandes cartógrafos como Americo Vespuccio que traicionó a la Historia llamando América a lo que debió haberse llamdo no Colombia sino Triana de Indias. Por eso, porque ya me cansé de tanta farsa histórica me quiero bajar de este Universo e introducirme en el centro de la Poesía de tu cuerpo.
 
Y salgo.. y me zambullo en la epidermis de tu corazón, me introduzco en lo más profundo de tu alma a través de tus rojas venas y en unos breves minutos compongo un sencillo soneto a la Libertad: Libertad para que te quiero / si están llenando de mentiras / todas las palabras que tiras / y ellos las hacen de acero. / Libertad no es ya un mero / decir que caminando te estiras / si cuando vas y los miras / solo son polvo y un cero. / Libertad ya sólo espero / ese milagro entero / prometido cuando suspiras. / Libertad sólo requiero / la verdad y no el encierro / donde a las almas inspiras.
 
¡Que deje de girar, por Dios, este Universo que es un mundo plagado de esdrújulas palabras que no tienen brújula moral alguna. Por eso me guío por los luceros de las albas amarillas, los horizontes naranjas y esas noches de luna oscura que hacen que toda mi sombra se permita el abandono de no seguir más los consejos de hipócritas y farsantes. Mucho más adelante de lo que contemplan mis ojos, están los tuyos quemando... y me quiero quemar en ellos. Por eso...  ¡que deje de girar el Universo que nos queremos bajar! Lo digo por ti y por mí y también por todos ellos, los hombres y las mujeres que no tienen edad caducada y quieren soñar los nobles amores de tu Sueño, Libertad. Y cierro los ojos para saltar el abismo. Salto. Hay un vacío. Y lo lleno de luz para poder alumbrarte en esta caída libre. Caída pero libre. Ese es el camino que quiero para nacer nuevamente hoy, mañana y siempre... porque sé que en su fondo hay un universo nuevo que no está escrito en la Historia porque sólo es más que Filosofía; es Poesía... si... es Poesía... Libertad para que tanta agonía / de ver morir a los hombres /que suelen ser los más pobres / en esta falsa diaconía.  / Libertad para que serte / si eres esclava de innobles / sentimientos entre robles / para siempre soñar tu suerte. / Libertad no eres la muerte / lo que escribe mi fuerte / mano con verbos dobles.  / Libertad no quiero verte  / esa doblez del creerte de guerra con los redobles.
 
No. No deeo yo la muerte de tanto hambriento sangrando en medio de tus caminos, en medio de tus alquerías y en medios de tus ciudades. Ya no creo en esos dobles verbos que tanto ellos pronuncian. Amor que no es amor. Libre que no es libre. Por eso...  ¡que deje de girar el Universo que nos queremos bajar tú, yo y todos los que lograron por fin poder confiar en esa libertad soñada del noble arte de amar. Yo no seré jamás un engaño ni tampoco un apaño para vender mi conciencia. Que si algo tengo bien claro es que los suyo sólo es la futil y vana experiencia de una vacía locura. ¡Que deje de girar el Universo que ellos nos han creado! ¡Yo sólo bajarme quiero para vivir en el Universo de Dios, contigo, con ellos, con ellas, con los que no tienen ninguna edad nadas más que la que su Gran Sueño les confirma como poetas del silencio... silencio que golpea las conciencias y se convierte en palabra. En una sola Palabra, Una palabra llamada Amor. Y es que, viviendo dentro de la moral universal a la forma y manera de un matrimonio hombre/mujer  basado en la creación de Dios puedo decir que para ti y para mí la existencia es el universo de la sinfonía de un acto amoroso que puede ser  la epistolaria conjunción de la poesía que existe entre el jadear de los amantes y las mieles de la aurora. 
 
Fue el filósofo neerlandés Paul Henry Thiry, Barón de Holbach que murió el 21 de enero de 1789 en París y había nacido en Edesheim el 8 de diciembre de 1723, quien dijo: "Hay hombres cuya conducta es una mentira continua". Medito sobre la frase. Pues es cierto. Muchos son los fariseos que excomulgan a cualquiera por el más mínimo detalle como darse un beso de amor porque están casados como Dios manda y ordena. El Barón llevaba razón. Dió en la diana.
 
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Filosofía

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