El chico de la fila de atrás (Guión) -10-
Publicado en Jan 04, 2017
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EL CHICO DE LA FILA DE ATRÁS (10)
 
Presidiendo la mesa se encontraba Rafael Fernández, padre de Juan Manuel Fernández Fernández; a su derecha se hallaba Joaquina Sabina Fernández, esposa de Rafael, a su izquierda estaba su hijo Juan Manuel y frente al dueño y señor de la casa completaba el número de comensales Pepe Julián, conocido por sus más íntimos amigos como "El chico de la fila de atrás". El resto de la familia estaba ausente puesto que habían ido a comer a casa de unos tíos paternos que les habían invitado 
 
- Es un orgullo para mí que hayas tenido la amabilidad y el detalle de haber aceptado la invitación para comer con nosotros sabiendo que quizás tenías otros planes mejores.
 
- Don Rafael, más allá de cualquier otra clase de planes, y lo digo por la presencia de Juan Manuel entre nosotros, es mucho más importante para mí comer con personas honradas, dignas y que se ganan su dinero con el sudor de todo su cuerpo como hace usted. Me honra compartir mesa con ustedes.
 
- ¿Qué tal el cocido?
 
- ¡Excelente, Doña Joaquina, excelente! Es como si me lo hubiese preparado mi madre y eso que mi madre es una gran experta en cocinar cocidos madrileños. Éste ha sido insuperable.
 
- ¿Qué te apetece de postre, Pepe Julián?
 
- ¿Qué es lo que va a tomar usted, Don Rafael?
 
- Un par de naranas bien hermosas.
 
- Yo también prefiero dos naranjas bien hermosas antes que un plátano por muy grande que sea y aunque provenga del Camerún.
 
- ¡Jajajajaja! ¡Me ha hecho gracia el chiste!
 
- Perdone usted, doña Joaquina, pero en realidad no ha sido un chiste sino una realidad más o menos triste que sucede en la sociedad de hoy.
 
- ¡Jajajajaja! Tú y yo sí que nos entendemos a la perfección. ¿Así que el cocido de mi esposa le ha salido sabroso?
 
- Es una pena que tenga que ser ella la que lo prepare.
 
- Por supuesto que a mí me da coraje y me rebelo mil veces que una esposa como ella, y no sólo me refiero a todo su físico que a la vista está, tenga que sacrificarse tanto vendiendo ropa usada por la zona del Rastro, trabajando todas las tardes-noches de los sábados y domingos en ese café de copas, o de alterne, o vaya a saber Dios qué calificativo ponerle y, además tenga que hacer ama de casa porque yo no gano un sueldo digno para ponerle a su servicio una empleada de hogar.
 
- Supongo que usted se está refiriendo a todo eso de que el trabajo dignifica a los hombres.
 
- Si. ¿Cuál es la realidad, Pepe Julián? ¿Nos dignifica el trabajo a los simples y sencillos peones de albañilería que trabajamos de obreros en la rama de la construcción?
 
- ¿Puedo decirle lo que siento ante ese tema con total libertad y respeto?
 
- Por supuesto que sí, Pepe Julián. Para eso tengo solamente media hora para hablar contigo porque después me esperan otra vez los andamios.
 
- Escuche, Don Rafael. Huellas. Pasos lentos del reloj de la existencia sobre esta Vida llamada Tierra, llamada Mar y llamada Aire. Desde las distancias siderales entre planeta y planeta dejamos huellas humanas a través del Cosmos. Huellas. Sueños plasmados de caminos por las galaxias de nuestro pensamiento. Miles de ideas encadenadas haciendo hundir en la bruma del pasado la injusticia y el dolor humano. Huellas presentes en nuestras conciencas blancas, negras, rojas, amarillas y verdes. Los cinco círculos de la Tierra labrados por las manos artísticas de la Poesía. Poesía con mayúscula para demostrar que hoy, desde este hoy mismo, el sueño de la Libertad es posible. Libertad con mayúscula para publicar que la Dignidad humana pertenece solamente a cada uno de los seres humanos. Dignidad con mayúscula porque es el Diseño que Dios creó al hacer que los hombres y mujeres del planeta demostraran Amor. Diseño con mayúscula y Amor con mayúscula para creer en la Huellas de la Eternidad. Huellas con mayúscula para decir que la Eternidad es la Existencia. Existencia con mayúscula para hablar de la Vida. Y, al final de nuestro camino por las galaxias, la Vida queda enhebrada de huellas que se entrecruzan entre lo blanco, lo negro, lo rojo, lo amarillo y lo verde de los cinco círculos de la Tierra, del Mar y del Aire. Para decir al Mundo (Mundo con mayúscula para sentir el Sueño) que la Paz siempre es el Camino...
 
Don Rafael Fernández no sabía que decir, así que intervino por primera vez Juan Manuel.
 
- No te preocupes, papá. Me va a fichar el Real Madrid.
 
Don Rafael Fernàndez reaccionó como si le hubiese picado una avispa.
 
- ¡Joder! ¡Qué callado te lo tenías! ¿Puedo saber quién te ha recomendado para que formes parte de la plantilla de futbolistas del Real Madrid?
 
- Mariluz...
 
Rápidamente Doña Joaquina hizo un evidente gesto de peligro a su hijo quien captó la indirecta mientras "El chico de la filade atrás" recogía todos los detalles con su proverbial memoria.
 
- ¿Y quién es Mariluz si es que puedo saberlo?
 
- Rafael... esto Mariluz Aguayo Rodilla, más conocida como"La Merche" porque su madre se llama Mercedes, es una jovencita fanática del Real Madrid,,, que se ha hecho muy amiga de nuestro hijo Juan Manuel de repente,,, y que forma parte de la Peña El Portillo de Embajadores,,, muy cerca de aquí...
 
- ¡Ah! ¿Es porque se ha hecho amiga de repente por lo que todavía no la conozco?
 
- Eso es, Rafael.
 
- ¿Y como es esa tal Mariluz Aguayo Rodilla, más conocida como "La Merchi" porque su madre se llama Mercedes?
 
- Es más bien muy poco atractiva y tirando algo a fea, aunque tiene sus propios y valerososos encantos y, entre ellos, lo de ser una chica formidable. Es muy dulce e inteligente y eso sí que es difícil de encontrar entre las chica de hoy. Yo la quiero mucho.
 
- ¿Tanto como para estar enamorado de ella?
 
Juan Manuel miró de soslayo a su madre que volvió a transmitirle un gesto de inquietud mientras "El chico de la fila de atrás" seguía acumulando datos en su memoria.
 
- Es que... es la novia de otro...
 
- ¿De algún otro chaval de la peña?
 
- No, papá. Mariluz es la chica de un patán.
 
- Otro día me terminas de aclarar ese asunto porque me quedan solamente quince minutos de reposo antes de salir de casa para el tajo.
 
Don Rafael Fernández sacó el paquete de Marlboro y Pepe Julián volvió a observar otro gesto de inquietud en el rostro de Joaquina. Ahora tenía que ser muy hábil y astuto para no desencadenar algún problema que él ya estaba dándose cuenta de lo que se trataba.
 
- Le gusta a usted furmar buen tabaco, Don Rafael. Le felicito.
 
- ¿Tú crees que yo puedo darme el lujo de fumarme dos cajetillas de Marlboro cada día?. Lo mñio es el West. Lo que sucede es que ayer, yendo por la zona del Rastro, Joaquina se encontró este paquete casi totalmente lleno, pues sólo tiene dieciocho cuando debía tener veinte y espero que me aceptes compartir un par de cigarrillos en el balcón. Uno para mí y otro para ti por supuesto.
 
"El chico de la fila de atrás" comprendió rápidamente lo que podría haber pasado con Juan Manuel y aquella cajetilla de tan alto valor dinerario; así que para evitar que el padre de Juan Manuel pudiese darse cuenta de lo blanco que se había puesto éste siguió a Don Rafael y, los dos juntos, se sentaron a fumar fuera de la casa, en la balconada que daba a la calle Lavapiés.
 
- ¿Qué es la vida, Pepe Julián?
 
- ¿Se refiere usted a la vida de cada uno de nosotros o a la vida de los seres humanos de una manera más generalizada?
 
- Me gusta cómo suena eso de generalizada... jejeje...
 
- ¿Es que usted quiso ser militar?
 
- ¿Por qué preguntas eso?
 
- Por que le gusta usted a la generalizada... jejeje...
 
- ¡¡Jajajajaja!! ¡¡Buen chiste, Pepe Julian!! ¡No! ¡No me gustó el ejército porque yo en aquella época era mucho más gilipollas de lo que soy ahora! Me ofrecían quedarme en el Ejército después de haber hecho un Servicio Militar Voluntario y fui tan imbécil que renuncié a ello dejando pasar la oportunidad de mi vida como me estaba haciendo saber mi querda madre ya fallecida.
 
- Debió usted haber seguido el consejo de su madre que debía ser muy sabia.
 
- Si. Ahora me doy cuenta. Pero yo toda mi vida estuve odiando a mi madre porque para salir adelante con mi hermana que tenía hasta un total una niña y cuatro niños. casi todos ellos bebés entonces, me tuvo que dejar al cuidado de una tía mía, pobre hortelana nada más, y un tío que solamente era pastor de ovejas. La odié tanto a mi madre que al final, por no saber lo que es el verdadero amor, no sólo una novia que tuve me puso los cuernos con mi entonces mejor amigo una tal José Salvador "Josele", antes de conocer a mi guapísima Joaquina en un baile de sociedad a donde fui como invitado por una carambola de esas de la vida ya que mi primo. que pertenece a la alta clase social no asistió y me dio su invitación a mí, pero volviendo al tema resulta  que dejé pasar la mejor oportunidad de mi vida para ser ahora tan importante como un teniente coronel en lugar de un arrastrado y zarrapastroso peón de albañil.
 
- Pero todo puede cambiar, Don Rafael.
 
- ¿De verdad crees que en la vida todo puede cambiar?
 
- Me pidió usted que le hablara de la vida y le voy a hablar de la vida. 
 
- Hazme pasar, al menos un buen rato escuchándote porque me han dicho que levantas la moral a cualquier persona tan pesimista como lo soy yo.
 
- Escuche porque solamente nos quedan cinco minutos de charla nada más y después de estos cinco mintuos usted decidirá si quiere ser pesimista o se vuelve de milagro en un ser optimista.
 
- Escucho.
 
- A mis dieciocho años de edad, la vida es un libro con muchas páginas todavía por escribir si es que tengo la casualidad de llegar hasta los ochenta o más de ochenta digamos por ejemplo. El caso es que el tema de la vida, que muchos están tratando de verla como posibilidad de interesante novela y otros como algo sin valor sustancial, me atrae porque es algo traducible a suceso existencial. Y todo suceso existencial es plenamente tema novelístico o, por lo menos, relato literario. Hace ya mucho tiempo leí que lo importante de la vida no es tanto la cantidad de experiencias que se obtiene de ellas sino la intensidad de éstas, sean muchas o pocas las vividas. Por eso la evolución de las personas no reside en los años que se tienen sino en lo que esos años han producido en nosotros y que se llaman momentos. Para mí no hay ningún ser humano, hombre o mujer, que no tenga dentro de sí, entre sus límites personales, una sustancia que contar... o sea un material digno de novela o de relato, poema o reflexión. De ahí que día a día me enganche a mí mismo y también descubro que estoy vivo cuando me doy cuenta de que estoy viviendo. Para no extenderme ni disiparme en ideas volátiles, toda literatura universal está basada en vida de personas como usted o como yo o como él tan ajeno a usted y a mí. Desde la vida de un reyezuelo antropófago (como lo fue Dudú Amán) hasta la de la anónima vendedora de caramelos que subsiste en la puerta del colegio donde despacha mi hermana chuches, pipas y caramelos... desde el aparatoso ciclo vital de Amenofis en el Antiguo Egipto hasta las truculentas ideas de un Tartarín de Tarascón ideándose aventuras de caza de elefantes pasando por el infinito número de seres humanos de nuestra historia terrenal: un astronauta viajando hacia la Luna, un lunático viajando por el suburbio de una ciudad, un médico ante la difícil solución de una intervención quirúrgica, la intervención de una madre para parir a su bebé, millones y millones de sucesos que pueden, y de hecho son, temas clave para llenar el universo literario de novelas escritas y novelas leídas, relatos soñados y relatos reales, poemas sueltos, poemas ávidos, reflexiones de un filósofo en el diván o de un psicópata en el sofá. Todo es novelable y la vida es todo. Hasta la muerte es vida. Y todo es un vaivén donde las presencia de nuestro noble amor que sabemos compartir con una mujer bellísima se convierte en enigma de contemporaneidad. ¡Desde aquí hasta la vida que quiere decir hasta la Eternidad!
 
Rafael Fernández miró su modesto reloj de pulsera.
 
-¡Dios mío! ¡Tengo que irme ya si quiero llegar a tiempo hasta la obra!
 
Se levantó y le dio la mano diestra a Pepe Julián.
 
- ¡Gracias por haber venido a mi casa y haberme dado tanta esperanza! Te dejo todo el resto del Marlboro porque me has vencido... pero sobre todo... porque me has convencido del todo y me acabas de convertir en un hombre optimista...
 
Ambos tiraron las colillas dentro del cenicero.
 
- Hasta luego, Don Rafael.
 
Mientras Rafael Fernández se despidió de su esposa con dos suaves besos en el rostro y advirtiendo a Juan Manuel que debía aprobar las oposiciones a Correos sí o sí o tendría que acompañarle en los andamios cuando cumpliese los dieciocho, Pepe Julián se guardó el paquete de cigarrillos en el interior de su cazadora de color marrón, entró en la sala y se dispuso a despedirse.
 
- Bueno, Doña Joaquina... me tengo que ir...
 
- Espera un momento, Pepe Julian. ¿Tienes alguna cita importante para hoy?
 
- La única cita importante que tengo para hoy es conmigo mismo y sólo una cita mucho más interesante que esa, que dudo que exista, me puede hacerla cambiar.
 
- ¿Y qué te parece si yo te invito a café para dar por terminada la comida?
 
- Bien. Puedo quedarme sólo son unos minutos nada más.
 
- Tú, Juan Manuel, vete de inmediato a tu habitación y ya sabes lo que te advertí. Saca la oposición sí o sí y en cuanto a los sueldos mensuales que vayas ganando ya sabes lo que tenemos que hacer.
 
- Esta bien... mamá...
 
- Pues ya no te preocupes nunca más de tu mamá, que soy yo y nunca lo olvides jamás por culpa de otra mujer y ya sabes a lo que me refiero, proque tu mamá sabe defenderse muy bien en la vida. ¿O lo estás dudando?
 
- No... yo no opino nada...
 
- ¿Es que sucede algo, Doña Joaquina?
 
- Cosas de amores nada más y de líos que nos hacemos las mujeres y los hombres con esto de los amores.
 
Juan Manuel ya no quiso saber nada más de lo que iban a hacer juntos Joaquina Sabina Fernández y Pepe Julián.
 
- Está bien. Venga ese café y le agradezco todos sus detalles, Doña Joaquina.
 
- Para empezar deja de llamarme de usted y dime solamente Quina. Para terminar no voy a prepararte ningún café en casa sino, como dije antes, te invito yo a tomar café en un bar de la Ciudad de los Ángeles. Tenemos una birria de coche pero todavía funciona bien cuando quiere o cuando le da la gana. Así que enseguida llegamos allí y nos tomamos un par de cafés digan lo que digan los demás chismosos y chismosas de Lavapiés.
 
- Si eres así de valiente, Quina, me gustará tomar ese café contigo. 
 
- Pues vámonos y así conocerás a "Las Tigresas".
 
- ¿Alguna pandilla de femenistas radicales de esas que van amenzando con cortar los cataplines a todos los hombres que encuentran en sus caminos?
 
- ¡¡¡Jajajajaja!!! No. Mis compañeras de trabajo son todo lo contrario a las feministas.
 
- Jejeje. Entiendo.

Durante los primeros veinte minutos los dos fueron en silencio dentro del coche así que ella decidió porner música.
 
-  Somos jóvenes amor, somos jóvenes los dos, es fantástico vivir y poder cantar así: Somos jóvenes amor, somos jóvenes tú y yo y esa juventud ha de perdurar  como el cielo azul y el mar porque cantando siempre siempre siempre siempre junto a ti esta canción oh oh oh oh
no deja nunca, nunca, nunca, nunca, nunca de sentir una ilusión mi corazón. Somos jóvenes amor, somos jóvenes tú y yo y esa juventud ha de perdurar como el cielo azul y el mar porque cantando siempre siempre siempre siempre junto a ti nuestra canción oh oh oh oh no deja nunca, nunca, nunca, nunca, nunca de sentir una ilusión mi corazón.  Somos jóvenes amor, somos jóvenes tú y yo y esa juventud ha de perdurar como el cielo azul y el mar . Y esa juventud ha de perdurar como el cielo azul y el mar.
 
Ella sacó el disquette porque tenía ganas de dialogar con él.
 
- ¿Qué opinas de mi, Pepe?
 
- Gracias por llamarme solamente Pepe porque es señal de sana amistad.
 
- Pero... ¿qué opinas de mí?... con total sinceridad...
 
-  Perfecta, Un cuerpo perfecto aunque la perfección no exista. No sé si la perfección existe o no existe pero creo en ella. Y gracias por estar aquí haciendo recordar... porque recordando te podría contar momentos extraordinarios como en las playas y otro lugares de emociones intensas. Y es que tu cuerpo rezuma emociones. Eso es bueno. Emocionarse con presencias, ausencias, y todo ese arsenal de vida que llevamos siempre dentro del alma.
 
Joaquina Sabina Fernández no pudo aguantarse más y le dio un beso en la boca que duró bastante más tiempo de lo que Pepe Julián estaba imaginando de antemano.
 
- Perdona, Pepe...
 
- No te preocupes, Quina.  Los moralistas llaman pecado a lo que los éticos sólo llaman equivocación.
 
- ¡Jajajajaja! ¿Pero tú que dices?
 
- Los besos son toda una jeroglífica composición de sentimientos. A veces son tan inexplicables que es mejor darlos sin razón alguna.
 
- ¡Jajajajaja! ¿Cómo me hubiera haberte podido conocer siendo los dos solteros para haberme casado contigo?
 
- Pero dos equivocaciones son un verdadero peligro, Quina...
 
- Sé por qué lo dices. No eres un héroe de piedra. Así que lo vamos a evitar. 
 
- Sobre ese tema hay dos matices bien diferentes, Quina. Espero que pueda ser totalmente comprendido. La heroicidad es aquello que efectuamos todos los días para poder levantarse de la cama e ir al encuentro de la noticia. La cobardía es ese miedo que les entra a algunos cuando la noticia se encuentra con ellos. De ser un heroico español a pasar a ser un cobardica español o no español sólo hay una decisión: bajar las escaleras. Porque subir no es tan difícíl pero bajar te pone la carne de gallina. De eso sabemos un mogollón quienes practicamos montañismo. En el mundo actual, ser héroe consiste en descubrir un envoltorio; mientras que ser cobardica es tener miedo cerval para bajar las escaleras del terror diario. Me convenzo de que hoy es un día para vivirlo sin pensar en nada más que encontrar la noticia y no salir huyendo.
 
- ¡Jajajajaja! ¡Pero si te he dado mi palabra de que no va a suceder!
 
-  ¿Puedo ser valiente hasta llegar al límite de la última frontera rechazando a sobrepasarla?
 
- Será porque tú así lo quieres...
 
- Sí. Así lo quiero yo.
 
- Adelante. Demuéstrame esa valentía hasta la última frontera que no quieres rebasar.
 
- En la corta distancia de un suspiro tu pálpito es venablo haciendo diana en todo lo que de mundo tiene este momento de suceso despierto. Me alienta el cálido punzón de tu mirada en esta tarde de horas sin lamento y un breve sentido de recuerdos me entran en la espesura de la sangre. Mundo ofrecido en la imagen amada de temblores llegados desde lo alto del sentir profundo en mi memoria que se enreda con mis sentidos más despiertos.  Eres la entera disposición del día contemplada en la esfera de tus ojos y aún me queda latiendo tu suspiro
en la translúcida materia de la tarde. Hay un cuerpo entrañable y sometido al vaivén del oleaje de tus miradas, contemplando lo escondido de la vida que se hace voluntad en este instante. Y tu gesto me llena de testimonio el alma de poeta descubierto en el mismo instante del mirarte más allá de todo lo habitable.
 
- ¿Todo eso lo dices por mí?
 
- Sí. Lo digo por ti más con frontera... pero espero algún día no muy lejano decírselo a alguna a la que ame de verdad porque entonces ya no habrá frontera de ninguna clase que pueda evitarlo.
 
- ¿Entonces?
 
- ¿Hemos llegado ya?
 
- Sí. Este es el Bar Martínez donde todas las tardes me tomo un café bien cargadito para tener suficientes fuerzas para aguantar las estupideces que me dicen los machistas y aguantar las sucias palabras con las que se dirigen a mí como si yo fuese una prostituta, con más o menos clase, pero prostituta nada más. Marranadas dichas por borrachos, pendencieros, machos sin carisma alguna. ¿Te das cuenta de lo que tengo que soportar trabajando durante las noches de los sábados y las noches de los domingos en ese miserable escondrijo de "Las Tigresas"?
 
- No llores, por favor...
 
- ¿Y si no lloro que más puedo hacer?
 
- Llevas razón pero entremos adentro, tomemos ese café que voy a pagar yo y podremos hablar.
 
- Acepto que tú pagues el café aunque yo te haya invitado pero... ¿de qué podemos hablar ya más si yo te he conocido demasiado tarde y tú me has conocido fuera de juego?...
 
- Para empezar podemos hablar de la verdad del fuera de juego.
 
Entraron en el Bar de copas Martínez, de la calle Anoeta, en la Ciudad de los Ángeles de Madrid. Pepe Julián pidió los dos cafés con leche.
 
- ¿No quieres algo más?
 
- No. No puedo querer lo imposible.
 
- No se preocupe, señorita. Traiga los dos cafés y olvide que me ha conocido al lado de ella.  Piense en mí solamente como si hubiera sido un fantasma fuera de juego.
 
- Gracias por querer evitar las habladurías, Pepe.
 
- ¿Por qué no iba a querer evitarlas?
 
- Uno cualquiera de esos cerdos machistas hubiesen aprovechado la oportunidad de hacerse más deseados por las tontas que les persiguen sacándose una fotografía junto a mi lado para hacerse publicidad gratis.
 
- ¡¡¡Jajajajaja!!! Perdona pero llevo todo el día con ganas de explotar de risa. ¿Sabes lo que es estar fuera de juego?
 
- ¿Qué es, Pepe Julián?
 
- ¿Hago una imagen literaria antes de definirlo con exactitud?
 
- Sí. ¡Jajajajaja! Puede ser hasta interesante.
 
- Vamos allá. La vida, vista desde los ángulos de las percepciones, es mucho más enriquecedora para el alma del pobre vagabundo que para el estómago lleno del riquísimo señor. Por cada angula que traga éste, el pobre vagabundo devora millones de imaginarias codornices para poder morirse de risa... y hasta puede ver incluso platillos volantes mientras que el lujoso techo del reservado dorado del millonario señor le impide, a éste, ver el cielo.
 
- Y ahora tradúcelo a su definíción,
 
- Es fácil, Quina. Estar fuera de juego es creerse el único hombre del mundo capaz de golear tanto que quiere engañar a todos diciendo que los ha metido a miles cuando miles de ellos han sido gracias a su poder, a su dinero, a su avaricia, a su ansiedad, a su maldita manía se ser un potentado que viola lo más sagrado de un obrero como tu esposo que es todo un hombre de verdad. ¿Quieres que lo tararee muy bajo para no molestar a nadie y no nos tengan que echar a la calle?
 
- Cántalo muy cerca de mí, Pepe.
 
Pepe Julián la abrazó sin poderlo remediar y ella correspondió de la misma manera.
 
-  La hierba de los caminos la pisan los caminantes y a la mujer del obrero la pisan cuatro tunantes de esos que tienen dinero.  Los señores de la mina se han comprado una romana para pesar el dinero que toditas las semanas le roban al pobre obrero.  Qué culpa tiene el tomate que está tranquilo en la mata y viene un hijo de puta  y lo mete en una lata y lo manda pa' Caracas. Cuándo querrá el Dios del cielo que la tortilla se vuelva que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda.
 
Pepe Julián deshizo el abrazo y se volvió a separar de ella.
 
- Ahora cuéntame todo lo que ha sucedido con tu hijo y mi amigo Juan Manuel.
 
Ella volvió a llorar.
 
- ¿Por qué lloras ahora?
 
- Porque creo que nadie puede hacer nada por evitarlo. Es imposible.
 
- Cuéntame todo, absolutamente todo, para que pueda yo dedirte si es imposible o no es imposible. Cosas imposibles se han hecho realidad y cosas posibles nunca han llegado ni a iniciarse. ¿Entiendes de qué va la vida?
 
- Con hombres como tú se aprende mucho y demasiado deprisa.
 
- Pues cuéntamelo muy despacio porque tenemos toda la tarde y toda la noche para ver qué se puede hacer por él.
 
Ella dejó de llorar y le contó todo lo sucedido, sin dejar suelto nada más que un solo dato.
 
- Perfecto. Me he enterado de todo. Pero... ¿qué era eso de que Juan Manuel iba a fichar por el Real Madrid según una tal Mariluz Aguayo Rodilla?
 
- Es la chica de Ricardo Gallardo Domínguez y como sabe que Juan José se muere por jugar al fútbol le está metiendo muchas ideas en la cabeza que no sólo son mentiras sino trampas mortales para él. Se hace pasar por la secretaria particular de Cristiano Ronaldo. Tengo miedo de que un día los pandilleros le metan dos balazos a mi Juan Manuel en su cerebro de chorlito.
 
- ¿Y lo de esta cajetilla de Marlboro?
 
- Eso ha sido por culpa de la muy bruja y antigualla Sira Montesa que puede ser la abuela o la bisabuela de mi hijo. Lo que debe pasar es que lo tiene hipnotizado.
 
- Vale, vale... pero no llores más...
 
- ¿Vas a hacer algo para evitarlo?
 
- Tengo ya un plan sobre la marcha pero no se lo digas a nadie. ¿Quieres que te de una noticia buenísima para compensar todo lo que has estado sufriendo hasta ahora siendo algo así como una esclava sin que tu esposo pueda evitarlo?
 
- No creo que se pueda evitar.  
 
- ¿A ti te gustaría dejar de vender ropa usada por la zona del Rastro y dejar de tener que ir todas las noches de los sábados y los domingos a esa pocilga de "Las Tigresas"?
 
- Sí me gustaría; pero si me insinúas lo de la prostitución no solo me niego sino que rompo la amistad contigo.
 
- ¡Jajajajaja! ¡Jamás le insinuaría eso de la prostitución a una mujer de este mundo y menos a una amíga íntima como tú! Me estoy refiriendo a que si quieres trabajar en una Agencia de Viajes solamente desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, con un descanso de una hora entre las once y las doce, y cobrando un sueldo que por fin sirva para sacar a toda tu familia adelante sin tener que pasar por la vergüenza de los rapos viejos y las copas bebidas en contra de tu voluntad.
 
- Sí. Claro que sí. Supongo que es mucho mejor ser la señora que limpia, barre y friega la Agencia.
 
- Pues no es eso.
 
- ¿Es que hay otro trabajo para mí que sea más digno que barrer y fregar?
 
- No tengo nada en contra del trabajo de las señoras de la limpieza y las admiro pero... ¿puedo hacerte una pregunta?...
 
- Que no sea demasiado escandalosa...
 
- ¡Jajajajaja! Sólo quiero saber si estás capacitada para hablar idiomas.
 
- Por supuesto que sí. Además del español sé hablar correctamente el francés, el inglés y el alemán porque mis orígenes son de una familia de mucha alta clase social y millonaria. Escribir los escribo regular solamente pero leer y hablar los leo y los hablo perfectamente bien o muy bien.
 
- De acuerdo. La oferta de empleo de la que te etoy hablando es de administrativa en alguna Agencia de Viajes Ecuador.
 
- ¿De verdad existe un trabajo así?
 
- De verdad que sí. Y es tuyo si lo aceptas.
 
- ¿Cómo lo vamos a conseguir?
 
- Tú sabes que yo escribo como periodista/escritor en "El Diario de Madrid" y gano un buen sueldo pero quizás no sepas que colaboro de manera voluntaria, sin cobrar ni un solo céntimo, para la Revista "Ecuador" de dicha Empresa de Agencias de Viaje.
 
- Sí. Pero serámuy difícil que te hagan caso.
 
- ¿Y si te digo que soy un grande e íntimo amigo del Señor Don Juan José Hidalgo, que es el Presidente de Globalia donde se incluye la Empresa de Agencia de Viajes Ecuador?
 
- ¿No me digas que vas a hacer eso por mí?
 
- No te lo digo sino que lo voy a hacer delante de ti misma.
 
Pepe Julián marcó un número en su móvil.
 
- ¡Hola!
 
- ¿Hola, Juan José?
 
-¡Caramba! ¡Supongo que tú eres el ya casi célebre Pepe Julián!
 
- No me interesa ser célebre o no serlo.
 
- Pero lo vas a ser.
 
- No es eso lo que me motiva para escribir lo mejor que puedo.
 
- Eso sí que es otra de tus grandes virtudes y de tus reales verdades, ¿Para qué me llamas?
 
- Para desearle unas felices navidades.
 
- Pero no te olvides de escribirnos uno de tus magníficos artículos para nuestra Revista "Ecuador".
 
- Sabe que lo hago con todo gusto y que no deseo cobrar nada por ello.
 
- Pídeme algo a cambio, aunque no sea dinero, y te lo concedo si está a mi alcance.
 
- Le voy a pedir algo pero no para mí sino para una chavala que es guapísima y está cañón del todo.
 
- ¡Caramba! ¡Si lo dices tú es que es verdad!
 
- ¡Es colombiana, ha sido Miss Cali en su país y si se pudiera presentar para Miss Mundo seguro que ganaba!
 
- ¡Atiza! ¿Conoces a ese monumento de mujer?
 
- Sí. Y le pido que le dé, a partir de ahora mismo, un puesto de administrativa en alguna de las Agencias de Viajes "Ecuador".
 
- ¿Sabe idiomas?
 
- Lee y habla perfectamente bien el inglés, el francés y el alemán y tiene una voz tan agradable que por teléfono uno se imagina que está hablando con un ángel y luego. cuando la ves en persona, resulta que es verdad.
 
- ¡Jajajajaja! ¡Me río porque conociéndote lo bien que te conozco sé que estás diciendo la verdad!
 
- Pero está casada.
 
- Mejor. Así no pierde el tiempo hablando con los enamorados.
 
- ¿Dónde tiene que acudir para que le hagan el contrato de empleada fija?
 
- Dile que es ya una empleada fija de Viajes Ecuador y que se presente a mi despacho de la Oficina Ecuador de la Calle San Bernardo, número 121 y, de paso que la conozco, me dice en cual de todas nuestras Agencias de Madrid desea trabajar con empleo fijo.
 
- Muchas gracias, Juan José.
 
- ¡Gracias a ti por ir descubriendo monumentos tan talentosos para nuestros negocios! Dile que no falte a la cita por nada del mundo.
 
Una vez cortada la comunicación, Joaquina Sabina Fernández volvió a llorar.
 
- Nada de llorar ahora. Ya no volverás jamás a ese sucio agujero de "Las Tigresas"ni a la vergüenza de vender ropa usada por la Zona del Rastro.
 
- Pero si estoy llorando de alegría, tonto.















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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Guión literario para Cine.

Palabras Clave: Literatura Prosa Narrativa Guión Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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