El chico de la fila de atrás (Guión) -12-
Publicado en Jan 05, 2017
EL CHICO DE LA FILA DE ATRÁS -12-
La pelea contra Ricardo Gallardo Dominguez, el jefe de "Los Larios", había resultado ser brutal y despiadada, así que "El chico de la fila de atrás" se encontraba, tomando un breve descanso, sentado en la orilla del Río Manzanares, muy cerca del Puente de Toledo. Había comprado "El Diario de Madrid" y estaba leyendo él último de sus artículos publicados ese mísmo día. - Llevaba tiempo imaginándome un mundo lleno de mayúsculos conceptos para no olvidarme nunca del lenguaje humano... pero el mundo comenzó a crear su propio idioma con signos aritméticos de sumas y multiplicaciones de capitales y entonces se olvidó de poetizar a la existencia. Ahora sólo busco lenguajes donde las palabras sean simplemente presencias de seres vivos más que juego de mayúsculas o cifras estadísticas de sumas y restas. Al fin y al cabo la Humanidad debe siempre hablar con gestos tan profundos como el mirarse directamente a los ojos, Lo demás es ya insuficiente. He despertado con la claridad de la mañana y veo que tengo otro día ante mí. Y que tengo que vivirlo. Saludos a todos y todas. Emma Thompson dijo una vez que ¨Los únicos errores que cometemos en la vida son las cosas que no hacemos". Y Lucio Anneo Séneca, que nos observa desde la Antigüedad del pensamiento humano, expresó en su dia que "La vida es una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada". Tengamos en cuenta estos dos pensamientos para vivir el día de hoy. En primer lugar, es necesario ir ligando segundo tras segundo con nuestras ideas (no importa de qué color las vayas pintando para hacerlas más brillantes aún) y que los errores que siempre los hay vengan a ser ésos mínimos detalles que se escapan sin querer y que hacen dar a la existencia un cierto sentido de interrogativas que hay que despertar en nuestras conciencias y asumirlas como responsabilidades propias si es que somos seres humanos con dignidad. En segundo lugar, en lo bueno y en lo malo hay que seguir al pie del cañón esperando la victoria diaria. Que lleguemos de nuevo a la cama tras haber conquistado algún minuto de gloria que haya servido para hacer este nuevo día ya inolvidable. Las leyendas nacen repentinamente cada día. Cuando os levantéis (yo lo he hecho a las 6 del amanecer) hacer del día una leyenda viva. Recordad, aunque no seáis ni creyentes ni católicos (insisto en que no soy ninguna de las dos cosas sino cristiano), que el Santoral de Occidente contiene muchos santos y santas. No te angusties por lo tanto y échale el suficiente valor como para vivirlo. Puede ser que hoy, como ocurre diariamente, Dios te esté esperando para darte la sorpresa de una Transformación Milagrosa. Yo creo en el 16-18 sea cual sea la fecha que esté viviendo. Y Jesucristo siempre cumple. Termino este saludo con un mensaje de reflexiones que un día envié a un gran amigo mío: entiendo muchas cosas que pasan y otras muchas cosas que no pasan. Pero no las entiendo como algo que aprendí a formular en algún momento de la concurrencia de esas cosas en mi ánimo. Es más, reconozco que en principio no las entiendo casi nada... porque entender las circunstancias de las cosas que nos ocurren o que ocurren a nuestro alrededor no es un aprendizaje de escuela o de universidad ni tan siquiera un aprendizaje del intelecto... y nos pillan casi siempre de sorpresa. Entonces es cuando tenemos que aprender sobre el mismo terreno de batalla. Estimado lector o lectora, gracias por comprender ese hecho de las equivocaciones. ¿Quién, siendo humano, no ha aprendido a aceptar las equivocaciones como escuela del aprendizaje diario? ¡Cuántas veces quisiera haber podido detener los minutos de la vida y haberme puesto a pensar! ¡Cuántas veces!. Pero la vida es un torbellino que a veces nos pilla impensados. Y tenemos que actuar porque estamos vivos. Y ahí es cuando algunas veces acertamos y otras veces nos equivocamos. Entonces es cuando me pongo a pensar y comprendo ciertas cosas que no comprendía, y entiendo a ciertos seres que no entendía, y asumo ciertas responsabilidades que no asumía y, en definitiva, maduro aspectos que antes no habían madurado del todo. Lo importante, después de todo, es tener una vida por delante para superar momentos y para crecer. Es por eso por lo que me encanta tener amigos y amigas en este planeta llamado azul; porque no sólo está el hecho de concurrir a los amigos concretos del día a día, sino que es gratificante y hermoso saber que hay otros seres humanos más allá de la pantalla, en otra pantalla, en otra distancia llamada comunicación, en la misma onda, que te entiende y te comprende, para hacerte sinónimo de pertenencia a la Humanidad. ¡Buen Día, amiga Humanidad! Dejó de leer y su mente comenzó a funcionar. - Tengo que agradecer algo. Quizás un beso inesperado y un abrazo sin desesperación. ¡Muéstrame el camino, Jesucristo, muéstrame el camino! Se puso a caminar por la Calle de Toledo y en el número 142 encontró la respuesta en forma de floristería "Lluvia Plant". Allí se encontraba despachando una preciosa señorita de tan solo veinte abriles de edad. - ¿Necesitas algo? - Esto... sí... necesito regalar unas flores y no sé cuáles elegir... - ¿Para demostrar amor? - Esto... no... no exactamente... pero muy parecido al amor. ¿Qué le regalarías tú a un hombre que te besa en la boca con amor pero sabiendo que no vas a llegar más lejos del beso? - Las rosas rojas generalmente son reservadas para el amor romántico, por lo que no son la mejor opción cuando quieres agasajar a tu amiga. En cambio, puedes optar por rosas amarillas, que simbolizan la amistad. Te recomiendo, no obstante, que tu regalo no se constituya solo de rosas, sino que esté acompañado por otras flores. Se verá más colorido y alegre, y no con la solemnidad que dan las rosas. ¿Qué te parece una combinación de rosas amarillas y lirios? Los lirios sí pueden ser regalados como un ramo, ya que simbolizan la belleza, la feminidad y la honestidad. ¿Qué mejor regalo para una amiga que fluctúa entre el amor y el imposible? ¿Es eso lo que sucede? - Esto... vale,.. no sé lo que sucede del todo... - En ese caso entre los lirios hay varios colores hermosos y hasta puedes optar por unos lirios perfumados. - No... perfumados no... - ¿Por qué no? - Porque sería ir demasiado lejos y no quiero que eso se produzca. - ¡Ya está! ¡Regálale un ramo de lirios jaspeados! Estos lirios muestran amistad y devoción, así como sinceridad de quien da la flor y de quien la recibe. - Bien... esto... creo que es lo más acertado... - ¿Te los preparo ya? - ¿Puedes prepararme un ramo de lirios jaspeados, te los pago en estos momentos y vengo a recogerlos un poco más tarde? - Si los pagas ahora no hay ninguna clase de problema. Pepe Julián pagó el ramo de lirios jaspeados. - Vengo en tan solo una hora a por ellos. ¿Entregáis las flores a domicilio? - Por supuesto que sí. - ¿Al instante? - Al instante. - Entonces espera tan solo una hora, por favor. - Lo comprendo. - ¿Qué comprendes? - Tuve un enamorado llamado Jacinto que no hacía otra cosa más que enviarme ramos de jacintos hasta que, ya harta de tantos jacintos y ningún beso de amor, rompí con él y ahora estoy saliendo con otro enamorado llamado Crisantemo que no me regala nunca flores, y menos crisantemos, pero como le considero "el Príncipe de mis Sueños" yo le llamo Crisantemo Azul. - ¡Jajajajaja! ¿Y te sabe besar ese tal Crisantemo Azul? - Pues no. Resulta que no me besa nunca porque dice que él es muy realista. Es más corto que las mangas del chaleco de mi tío conquense. Ya tengo previsto cambiarle de inmediato por otro enamorado que se llama Camelio y que me parece que sí sabe besar además de regalarme camelias. - ¡Jajajajaja! ¿Y cómo te llamas tú? - Por supuesto que Rosa. Rosa Orona Pecrés. - Muy bien. Si quieres cambiar de enamorado continuamente es tu derecho de mujer liberada. - El problema es que no me siento liberada de nada. - Sí. Suele ocurrir muchas veces entre las chicas progresistas. - ¡Jajajajaja! ¡Con clientes como tú se lo pasa una guay del todo! - Pues nada... hablando de guays... algún día vengo por aquí, me convierto en tu enamorado, y nos vamos a Uruguay o Paraguay. - ¡¡Qué guay!! - Nos vemos más tarde. "El chico de la última fila" buscó un taxi y le dio la dirección de Don Juan José Hidalgo. - ¿A San Bernardo número 121? - Sí. A la Agencia de Viajes "Ecuador". - ¿Es que tienes previto viajar a América? - Cuando Dios quiera.... - ¿Tú confías en Dios hasta ese extremo? - Soy cristiano y confío en Dios hasta el infinito. El taxista puso en marcha el automóvil. - ¿Qué es para ti el infinito? - El infinito es una realidad tan verdadera que es hacia donde todos vamos a caminar. Unos para salvarse del todo y otros para condenarse definitivamente. El taxista, viendo que era un chaval sumamente inteligente, prefirió no seguir hablando con él y ya guardó silencio hasta llegar al destino. - ¡Aquí está Ecuador! - Muy bien. Comienza mi camino hacia América y espero ser perdonado. El taxista se encogió de hombros como diciendo que no entendía nada de nada, recibió el billete, devolvió el cambio y se marchó a toda velocidad quizás porque tenía pecados inconfesables ante Dioa. Y Pepe Julián entró en la Agencia. - ¡Hola, Margarita! Margarita Archanco Mora levantó la vista. - ¡Hola, Pepe Julián! ¿Qué haces por aquí? ¿Tal vez algún viaje inesperado? - Eso espero. De momento me conformo con hablar con Juan José. - ¡Pasa, Pepe! Juan José Hidalgo había oído la voz de Pepe Julián y le llamó sin pensarlo dos veces. - ¿Qué tal, Juan José? - ¡¡Un bombón!! ¡¡Un verdadero bombón que nos ha caído del cielo gracias a ti!! - Ya sabía yo que te iba a gustar. - ¡Demasiado! ¡Me gusta demasiado! ¿Cómo eres capaz de ligar con mujeres así? - Quizás porque soy un verdadero tímido y mi timidez no tiene arreglo. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Eres tímido ligando con chavalas de ese calibre? - Pues sí... soy tímido... pero una vez lanzado... - ¡No me expliques más, por favor, que ya me lo imagino! - Imaginas demasiado Juan José. - ¿Es malo imaginar lo que se ve a simple vista? - ¿Estás dando a entender que estoy enamorado de Joaquina? - Los hechos son los hechos. - ¿Estás hablando de la cantidad o de la calidad? - Tratándose de ti estoy hablando, sobre todo, de la calidad... porque si eres capaz de ligar con un monumento así... - Pues no pasa nada... -¡Jajajaja! En serio, Pepe. Te estoy muy agradecido por habérmela enviado. - ¿Ha conseguido el puesto de trabajo? - Lo ha conseguido en el mismo instante en que ha pasado por esa puerta pero es que, además, me ha hablado en español, francés, inglésy alemán. ¡Nunca jamás había oído una voz tan dulce y agradable! En verdad que decías que era como un ángel. Es tan guapa que no parece terrícola. - ¿Dónde va a trabajar? - En nuestra Agencia de la calle Embajadores, número 98; desde el primer día laboral de enero. - Gracias Juan José. ¿Sabes lo que ha tenido que estar sufriendo esa mujer para poder sacar a toda su familia adelante? - ¿Me estás diciendo que ha tenido que usar su cuerpo? - ¡No! ¡Jamás! La conozco lo suficientemente bien como para decirte que ha resistido a todos los machistas y a todos los mamarrachos indecentes, y hasta paletos que no ligan ni con el palo de una escoba, a los que ha tenido que servir copas, en contra de su voluntad, en el club "Las Tigresas". ¡Pero jamás ha tenido relaciones sexuales con nadie excepto con su esposo! - ¿Quién es el afortunado? - Un obrero de la construcción llamado Rafael Fernández y, sobre este tema, yo quiero comprar un par de billetes de avión para Génova. -¿Es que te vas de viaje? - No. Es que estoy muy agradecido a esa mujer y siento la necesidad de regalarle un par de billetes para ella y su esposo. Para que se pasen todas estas fiestas navideñas en Génova. - ¿Por qué en Génova? - Porque hay ciertas cosas que tengo que averiguar y coinciden las circunstancias. - ¿Alguno de tus líos incomprensibles? - Puede ser que sea eso. Pero yo los comprendo. Se levantaron los dos y se dieron un apretón de manos. - Dile a Margarita Archanco Mora que los dos billetes, a nombre de Joaquina Sabina Fernández y Rafael Fernández, los paga la compañía. Pongo yo el dinero de mi bolsillo. - Pero si ya has hecho demasiado por ella... - Si tú la quieres regalar dos billetes de viaje a Génova, para ella y su esposo, es que la quieres mucho. - ¿Cómo es eso de que la quiero mucho? - No entro en detalles que no me incumben. - ¡Adiós, Juan José! - ¡Espera un momento! ¿Tienes algo para nuestra Revista "Ecuador"? - Tengo algo que me parece interesante. - Suéltalo ya y a cambio regalo esos dos billetes. "El chico de la fila de atrás" sacó una hoja doblada y se la entregó al Presidente de Globalia que le hizo un gesto de que se volviera a sentar mientras leía en voz alta el texto. - En el bar de la plaza estás tú, princesa, al otro lado de mi sentimiento y yo escribo dos simples líneas en mi Diario, llenas de esperanza y un gran sentir de ilusión y magia: "Tu mirada es aquel camino que encuentro en cada segundo de esta solitaria esquina del bar donde se acumulan los pensamientos aherrojados como pétalos de ideas". Dos líneas completas en mi Diario, surcadas por el oleaje del café que mueven mis recuerdos en torno a ti que estás al otro lado del bar, entre mujeres olvidadas, soñando con no sé cual misterio de alguna palabra mía. Quizás solo sean las intencionalidades sin final de la palabra "Amor" o quizás sean las circunstancias paradójicas de mi palabra "Sueño"; pero sé que ambas forman una sola sílaba que yo escribo. Una sílaba compuesta por Amorsoñado o Sueñoamado que, en definitiva, son la misma definición que sale de mi interno/tierno/eterno corazón. Tu dulzura está aquí, en el interior de mi cuerpo, en forma de mujer... y las otras, las otras mujeres, sólo son unos olvidos que naufragan en el oleaje de mi café. Empiezo a escribir la carta: "Amor: no me detengo en las esquinas del barrio sino que camino por el centro de la Avenida que conduce a la Plaza de los Ensueños. !Qué me importan a mí los amores ajenos! ¿Acaso crees que esos amores dejaron huellas en mi alma?. No. No dejaron ni huellas en mi alma ni huellas en mi cuerpo. En mi alma y en mi cuerpo no existen caminos del pasado. Yo sólo vivo en el presente y el presente eres tú. El pasado solo es, repito para hacérmelo recordar a mí mismo, amores que naufragan en el oleaje de mi café. Y entre café y café despierto bajo la sombra de un almendro para darte la vida completa". Nunca ha de morir mi consciente sensación de estar viviendo y en este estar viviendo eterno e infinito eres tú mi presente y este presente sin final alarga mi memoria hasta el límite donde no existen las fronteras. Y es que en mi universo personal sólo existe un eje periclitado por las miradas de tus ojos a mi corazón. El oleaje de mi café sigue ahogando amores viejos, se rejuvenecen nuestros tiempos y siento a ambos como uno solo nada más, sin divisoria alguna. Somos hombre y mujer concéntricos en un solo punto de encuentro: el oleaje de mi café donde mueren ahogados todos los amores viejos. Entre las olas de mi sueño víviré esta Eternidad que es este pensamiento. Sí. Lo único inolvidable para mí. Los recuerdos de Tucumán. Sólo recuerdo el café de Tucumán. Los otros no son nada más que sucedáneos en cuyos oleajes se hunden, se ahogan y se mueren, todos los amores viejos. Y, buscando mi historia y tu leyenda, encuentro a mi memoria: "Más allá de ti y de mí no hay nada ni nadie... ni tan siquiera el olvido... porque solo amo tus ojos en Tucumán. Y dejaste de ser la Cenicienta para convertirte en la Pocahontas de mi honda existencia... - ¿Está bien explicado? -¡¡Escribiendo eres cojonudo, chaval!! ¡¡Y como persona lo eres todavía más!! ¡¡Esto va para la próxima edición con prioridad sobre cualquier otro artículo!! Pepe Julián salió del despacho y estuvo, durante un rato, siendo atendido por Margarita Archanco Mora sin que hubiera ni un solo conveniente para encontrar las fechas adecuadas de los dos billetes. - ¿A nombres de quiénes son? - A nombres de Joaquina Sabina Fernández y su esposo Rafael Fernández. - De acuerdo. Toma los billetes y no te olvides decirles que estén a tiempo en el Aeropuerto de Barajas, en el mostrador de Alitalia. - Adiós, Margarita. Me voy pero no sé si algún día volveré. - Si no vuelvo a verte más en este mundo, Pepe, no olvides que siempre te recordaré. - ¿Es que tú también te vas? - Sí. He pedido un traslado a las Islas Canarias y me lo han concedido. El primer día laboral de enero ya empezará otra nueva vida para mí. - Pues entonces no me recuerdes demasiado... - Sólo lo suficiente para saber que estuviste presente en mi vida... "El chico de la fila de atrás" le dio dos besos en la cara, metió los boletos de avión en el interior de su cazadora y se despidió solamente con una sonrisa. Un par de minutos despuésya había encontrado un taxi. - Por favor, a la floristería "Lluvia Plant" de la calle Toledo número 142. - ¿Alguna enamorada tal vez? "El chico de la fila de atrás"sólo respondió recitando... - Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas. Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras. Quién pudiera como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua. Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada, sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras. Este segundo taxista miró por el espejo retrovisor a Pepe Julián y, pensando que era uno de esos chavales completamente chiflados por culpa del romanticismo, guardó un sepulcral silencio hasta llegar a la floristería "Lluvia Plant". "El chico de la fila de atrás" pagó en esta ocasión con monedas, dejó una pequeña propìna y, saliendo del taxi, entró en el local de las flores. - ¿Siempre eres tan puntual? - Ni te lo puedes imaginar. - ¿Cuál es el motivo? - A quien madruga Dios le ayuda y se descubren muchos misterios cuando uno es demasiado puntual a las citas amorosas. ¿Qué te parece a ti? - Que llevas toda la razón. - ¿Ya está preparado el ramo de lirios jaspeados? - Totalmente acabado y perfecto. - ¿Tenéis aquí venta de postales? - Pues sí. Todavía quedan algunas sobre Madrid por si te interesan. - ¿Alguna de la Universidad Complutense? - ¿Te gusta esta del jinete caído? - Perfecto. Mientras ella buscaba el ramo de lirios jaspeados, él se puso a escribir un pequeño poemita en la parte posterior de la postal. - Y entonces yo me habré ido... y mis versos se habrán quedado... y los rumores del río serán ecos de verbo callado. Las nubes de invierno frío habrán dejado grabado su recuerdo en mi destino envuelto en aire pardo. Las horas de albedrío que junto a ti he gozado serán silencio de niño... serán misterio sellado... y tú, estatua de armiño, que estás callada a mi lado... cuando yo me haya ido sólo serás mi pasado. - ¡Ya está aquí el ramo! -¿Cuánto cuesta esta postal? - ¡Nada! ¡Te la regalo! - ¿Cómo sabes que me la merezco o no me la merezco? - No me importa saber eso. Lo que me importa saber es que eres un tío legal. "El chico de la fila de atrás" sólo pudo sonreír ligeramente, por culpa de su sempiterna timidez, pero metió la postal y los dos boletos de avión en el sobre y dentro del ramo de flores. - ¡Necesito que llegue lo más rápidamente posible a la calle Lavapìés número 13. - ¡Eso está hecho! ¡En menos de una hora estará allí! Terminado el proceso, Pepe Julián, se fue a pasear durante un rato hasta que, entrando en el Bar La Campana, en la Plaza Mayor, pidió un bocadillo de calamares y una copa de anís dulce. - ¿Puede ser "Las Cadenas"? - Nada de cadenas, caballero. Estoy todavía completamente liberado y espero estar liberado para toda mi vida; así que, por favor, que sea de Marie Brizard. - Muy bueno eso de estar completamente liberado, joven. Era la voz de un anciano de más de ochenta años de edad que se encontraba en el mostrador, a su lado, bebiendo vino manchego. - ¿Usted nunca se ha sentido así? - Joven... si yo te contara... - Estamos en un país libre. Puede contar si desea. - Estuve enamorado una sola vez en mi vida. Nunca jamás he repetido ese error y tengo ya ochenta años de edad. - ¿Tan patético resultó el asunto? - ¿Cómo no iba a ser patético si era na novia de cinco tíos al mismo tiempo? - ¿De qué año me está usted hablando? - Quizás le parezca mentira pero me sucedió cuando yo sólo tenía 18 y ella sólo tenía 16. Teniendo en cuenta que tengo ya 80 aunque aparento tener por lo menos 120... pues te estoy hablando de 1952... si la memoria no me falla... - ¿Y desde hace tanto tiempo es usted un escéptico? - ¡Nunca jamás pude superarlo! Y es que nosotros los viejos hablamos muy mal de vosotros los jóvenes pero en muchas ocasiones estamos totalmente equivocados. Sois más sinceros ahora. ¿Te puedes creer que uno de los tíos con los que estaba ennoviada a escondidas mías era el cura de la iglesia de mi pueblo? - ¿El cura de la iglesia de su pueblo tonteaba con su novia? - ¡Sí, joven, sí! ¡Al muy sinvergüenza le pegué tal paliza que estuvo un mes internado en el hospital de la capital de Guadalajara y después pidió el traslado inmediato! ¡Nunca jamás lo vimos por Bustares porque de haberle vuelto a ver le corto la coleta y creo que sabes a lo que me refiero con eso de cortarle la coleta! - Pero si ella tenía cinco novios... ¿de quién era más novia?... - Ramona, porque se llamaba Ramona, decía que yo era el únino novio al que amaba pero yo no tragué el anzuelo y me fui a vivir al monte con los cerdos. Con esto quiero decirte que el asunto de los desamores no es un descubrimiento de los jóvenes de hoy en día sino que nacieron en el mismo momento en que Adan y Eva tuvieron descendientes, - Yo le diría, caballero, que amar no tiene límites pero respeto que usted crea que existe una barrera donde se acaba para siempre. En realidad poetizar sobre el amor es un acto infinito. El anciano de los 80 años de edad se le quedó mirando, soprendido, a Pepe Julián. - ¿Cuántos años tienes? - Dieciocho nada más. - ¿Y cómo es posible que seas tan sabio en estos temas del amor a tan corta edad y que me hayas dejado cortado del todo siendo yo un veteranísimo casi ya centenario? - ¿Le he roto quizás algún teorema? - ¿Qué es un teorema? - En estos asuntos del amor un teorema quiere decir que hay muchas personas, y perdone que usted sea una de ellas a pesar de sus 80 años de edad, que creen que poseen la única verdad. Si usted no quiso amar más veces no fue por culpa de las mujeres. El asunto es, para ponerle un ejemplo que usted pueda comprender fácilmente, que esto de los amores es como meter una mano en el saco de las avellanas: unas te salen podridas y otras te salen sanas. - ¡Jajajajaja! ¡Me has convencido a mí que soy el más escéptico de los hombres que hayas podido conocer en tu vida! ¿Así que la culpa de ser yo un amargado solamente la tengo yo y no Ramona como siempre he estado creyendo? - Por supuesto que es eso lo que le estoy diciendo. Si Ramona tuvo cinco novios usted debía haber buscado a una que no tuviera ninguno. Es lo más lógico del mundo. - ¡Arrea! ¡Pues tienes toda la razón del mundo!¡Y yo bebiendo vino toda mi larga vida por culpa de una moza que tenía cinco novios, el cura del pueblo entre ellos, sin darme cuenta de que me he estado alcoholizando todos estos muchos años mientras ella ha sido feliz con uno de ellos ya que se casó dos años después, según me enteré de oídas, con un señorito madrileño de la calle de Serrano! - Para que se dé cuenta de que lo que más vale en esta vida no es los años que tengamos, que sólo es una acumulación de tiempo nada más, sino los momentos que vivimos que son experiencias inolvidables porque nos ofrecen la posibilidad de ser siempre felices si deseamos ser felices. ¿No me diga que nunca ha habido alguien que se haya atrevido a decírselo? - Pues no... nadie se había atrevido jamás a decirme tal sabio consejo... lo que pasa que para mí ya es demasiado tarde... si te hubiese conocido cuando yo también tenía 18... - ¡Y dale con los años!¡Que no! ¡Que no nos pesan los años sino las vivencias! - ¿Y qué es eso? - Los buenos momentos y los momentos un poco menos buenos. - ¿Es que no hay momentos malos como yo he estado creyendo siempre? - Eso le estoy diciendo. Hay momentos buenos y hay momentos un poco menos buenos pero jamás hay momentos malos si sabemos entender lo que es la vida de los amores, amigo. -¡Soy Macario! ¡Macario "El Chancho"! - Vaya apodo que le han puesto a usted... - Es que siempre estuve criando cerdos desde lo sucedido con Ramona. - Pues yo lo siento pero no es cuestión de ser joven o de no ser joven sino de ser inteligente o no ser inteligente. Y la inteligencia no sabe nada de edades. En cualquier momento uno es inteligente o en cualquier momento uno es tonto. - ¡Me estás dando todas en el mismo carrillo! - Pues no es mi intención... así que... le deseo que pase unas felices navidades y que me deje seguir siendo tan liberado como lo soy... - ¿Cómo te llamas, joven? - Usted me puede llamar "El chico de la fila de atrás" pero no tengo ya tiempo de explicárselo. Adión. Yo que usted dejaba ya los cerdos y sobre todo eso de emborracharme con vino para olvidarla, que es totalmente falso e imposible de alcanzar, y me dedicaba a coger todos mis ahorros e irme a dar una vuelta por Tahití. - ¿Qué es Tahití? - ¡Un lugar de esta Tierra con tías muy buenas! ¡Adiós de verdad! ¡Prefiero seguir soñando que ser tan realista como usted dice ser sin saber lo que es, en realidad, un realista salvo lo que ha escuchado a otros amargados como usted. Macario se quedó paralizado cuando "El chico de la fila de atrás" le pagó su siempre penúltima copa de vino y se marchó de "La Campana" tarareando una canción. - Antes nunca estuve así enamorado, no sentí jamás esta sensación. La genta en la calle parece más buena, todo es diferente gracias al amor. La felicidad, ja, ja, ja, ja, de sentir amor, jo,,jo, jo, jo, hoy hacen cantar, ja, ja, ja, ja, a mi corazón, jo, jo, jo, jo. La felicidad ja, ja, ja, ja, me la dio tu amor, jo, jo, jo, jo, hoy vuelvo a cantar, ja, ja, ja, ja, gracias al amor, y todo gracias al amor. La felicidad, ja, ja, ja, ja, de sentir amor, jo, jo, jo, jo, hoy hace cantar, ja, ja, ja, ja, a mi corazón, jo,,jo, jo, jo. La felicidad ja, ja, ja, ja, me la dió tu amor, jo, jo, jo, jo, hoy vuelvo a cantar, ja, ja, ja, ja, gracias al amor, y todo gracias al amor. Antes nunca estuve así de enamorado, no sentí jamás esta sensación. La gente en la calle parece más buena, todo es diferente gracias al amor. La felicidad, ja, ja, ja, ja, de sentir amor, jo, jo, jo, jo, hoy hace cantar, ja, ja, ja, ja, a mi corazón, jo, jo, jo, jo. La felicidad, ja, ja, ja, ja, me la dio tu amor, jo,,jo, jo, jo, hoy vuelvo a cantar, ja, ja, ja, ja, gracias al amor, y todo gracias al amor. La felicidad, ja, ja, ja, ja, de sentir amor, jo, jo, jo, jo, hoy hace cantar, ja, ja, ja, ja, a mi corazón, jo,,jo, jo, jo. La felicidad, ja, ja, ja, ja, me la dio tu amor, jo, jo, jo, jo, hoy vuelvo a cantar, ja, ja, ja, ja, gracias al amor, y todo gracias al amor. - ¡Eso sí que es ser feliz, Don Macario! - ¡Cuánta razón tienes Gaspariño, cuánta razón tienes!¡Tú al lado de la barra de los servidores y yo al lado de la barra de los servidos y no tenemos ni idea de la vida a pesar de haber conocido a tantas gentes de todas clases sociales y él, ya lo ves, más feliz que unas castañuelas porque sabe conocer a las personas. - Nosotros dos solamente somos dos envidiosos y amargados nada más. - Quién pudiera ser él. Pero "El chico de la fila de atrás" ya iba camino de la Puerta del Sol para usar el Metro que le llevara al Berlín Cabaret y era imposible del todo poder imponer límites a sus sueños.
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