El chico de la fila de atrás (Guión) -14-
Publicado en Jan 08, 2017
EL CHICO DE LA FILA DE ATRÁS (14)
Ahora en Madrid ya estaba lloviendo... - ¡¡Señoras y señores!! ¡¡Damas y Caballeros!! ¡¡Buenas noches tengan todos ustedes!! ¡¡Berlín Cabaret les da la bienvenida!! ¡¡Me llamo Matías Plá Junior y soy el encargado de amenizarles este Gran Baile de Navidad que será para todos ustedes inolvidable!! ¡¡Antes de iniciar la Gran Fiesta tomen ustedes unos aperitivos que les van a ir ofreciendo nuestras ensoñadoras camareras mientras les pongo música de acompañamiento!! ¡¡No importa que llueva!! ¡¡Que sean todos y todas felices!! - No importa que llueva si estoy cerca de ti narana nanana narana nanana. Eh, me paso el día molestándote las travesuras que te quiero hacer me encanta verte, enfadarte y reírme y aunque lo intentes no puedes dejarme ni un segundo de querer y te mortifica que lo sepa bien pero no ves que todo lo que te doy es todo lo que sé es todo lo que soy y ahora mira niña escúchame. No importa que llueva si estoy cerca de ti. La vida se convierte en juego de niños cuando tú estás junto a mí. Si hay nieve o si truena si estoy cerca de ti narana nanana. Eh, no tengo mucho que ofrecerte ves, un par de canciones pa' cantarte bien. En mi cartera treinta primaveras de amor mis poemas pa' todo el mes. Escucho los latidos de tu corazón son pasos que se acercan más y más a mí. El mundo gira como un vals y bailo al son de tu vivir. Y ahora mira niña escúchame... No importa que llueva si estoy cerca de ti. La vida se convierte en juego de niños cuando tú estás junto a mí. Si hay nieve o si truena si estoy cerca de ti súbete a mi nave pongamos rumbo a un mundo que te haga sonreír. No importa que llueva si estoy cerca de ti narana nanana. Te llevaré a donde la luz del sol nos mueva donde los sueños ahora están por construir. Te enseñaré a nadar entre un millón de estrellas Si te quedas junto a mí.... No importa que llueva si estoy cerca de ti narana nanana si hay nieve o si truena si estoy cerca de ti narana nanana. No importa que llueva si estoy cerca de ti la vida se convierte en un juego de niños cuando tú estás junto a mí . Si hay nieve o si truena si estoy cerca de ti. Súbete a mi nave pongamos rumbo a un mundo que te haga sonreír . No importa que llueva si estoy cerca de ti la vida se convierte en un juego de niños cuando tú estás junto a mí. Si hay nieve o si truena si estoy cerca de ti narana nanana. No importa que llueva si estoy cerca de ti. Narana nanana. - ¿Usted es Matías Plá Junior? - Pues si. Yo soy Matías. ¿Y quién eres tú? - Se asombraría si le dijese quien soy; por eso sólo digo "El chico de la fila de atrás". - Curiosa forma de ser... - Si. Es bastante curiosa la forma pero mucho más curioso es el fondo. - ¿Forma? ¿Fondo? ¿Qué sabes tú de todo eso? - Anote en su proverbial memoria, Matías. Tuve un abuelo paterno también llamado Matías que era un hacha ligando con las mujeres, pero eso ahora no importa. Anote. Anote lo siguiente. La Forma es la mirada. El Fondo es la interpretación que damos a dicha mirada. - ¿Dónde has aprendido eso? - Desde una vez que estuve en Altamira antes de ser un quinceañero. - ¿Tú has estado en Altamira antes de ser un quinceañero? - Por supuesto que sí. Lo puede confirmar el portero Mochales que, por cierto, no sé si estaba mochales o no estaba mochales pero lo parecía. - ¿Y qué hiciste allí? - Mirar, pensar y reflexionar sobre las figuras humanas. - ¿Estás hablando en serio? -¡Oiga, señor Plá! ¿Usted cuando actúa ante el público lo hace en serio o lo hace en broma? - No tengo más remedio que hacerlo en serio porque para eso soy un profesional. - Pues lo mismo sucede conmigo y, dicho sea de paso, sin que usted se crea que le estoy haciendo la pelota porque no sirvo para hacer el pelota, le felicito porque es usted uno de los mejores comunicadores sociales que he conocido. - ¡Muchas gracias! Eso se merece una invitación. - ¡Déjese ahora de invitaciones porque ya tendremos tiempo para eso si todo nos sale bien! Pero... ¿puede hacerme un pequeño favor?... - Si está dentro de los límites de lo correcto... - Está dentro de los límites de lo correcto. - ¿Qué puedo hacer por tí? - No. Si lo que le voy a pedir no tiene que hacerlo usted sino yo mismo. - ¡Mejor todavía! ¿Qué es? - Que, en medio de la Gran Fiesta de esta noche, usted me dé la oportunidad de demostrarle a ese payaso del Gran Yominga, y que me perdonen los payasos a los cuales respeto mucho, que soy mejor que él haciendo monólogos y sin tener que plagiarlos de un tal Pepe Julián. - ¿Tú sabes que Pepe Julián hace monólogos? - Dejemos que el tiempo lo decida... - ¡Jajajajaja! ¿Dónde has aprendido tú a hacer monólogos? - En la bohemia de Méntrida, en medio de borrachos y prostitutas y, además, jugando a los chinos y a los coreanos. Es más, yo he inventado el juego de los japoneses. - ¡Sopla! ¿Tú has estado en la bohemia de Méntrida? - Sí. Con Alex de maestro de ceremonias. - ¿De qué Alex me estás hablando? - De Alex Molinari Chascón, uno de los príncipes de Baviera para más señas, que resulta que parecía más bien un molinero en crisis continua y se llevó más de un chasco conmigo cuando me quiso introducir en el alcoholismo. - ¿Has aprendido a hacer monólogos con uno de los príncipes de Baviera? - ¡Que no lo repito dos veces! - ¿Puedes demostrarlo? - El viejo Alex, antes de morir congelado en uno de los jardines de Madrid llamado Atenas, me dijo lo siguiente: "La Tierra ya no es redonda, joven alumno". - ¿Y tú qué le contestaste? - Sonreí. Solamente sonreí. - ¿Pero no le dijiste nada? - Sonreí antes de decirle esto: "La Tierra ya tiene forma de seta para muchos habitantes de este planeta, viejo maestro". Ese fue el origen de "Setamor y Bisalma". ¿Qué le parece? - ¿Cómo empieza "Setamor y Bisalma"? - Anote. Anote en su memoria de elefante mejorando lo presente y perdone usted por el ejemplo pero es lo primero que se me viene a la cabeza. - Anoto. Pero lo de elefante no me ha gustado nada. - Peor es que le digan a uno "cabeza de chorlito". ¿De acuerdo? - De acuerdo. Cuenta. Cuenta. - El inicio es el siguente: ¡Hola, muchacho!... ¡Pasa, pasa para acá.. te estaba esperando desde hace un par de dias!. El anciano poeta extranjero encaminaba sus pasos hacia la puerta de la vieja taberna en donde, en esos mismos instantes, hacía su aparición el joven licenciado. Eran las once de la noche. Otoño. Por la ciudad transitaba un aire húmedo, de lluvia recién caída, y el viento empezaba a soplar creando ráfagas frías. El grupo de bohemios siempre comenzaba allí sus noches. Gentes del teatro, la poesía y la farándula, bebían de sus botellas de vino. Las prostitutas reían y gozaban, mezcladas, con la abigarrada parroquia. En la pared principal, desnuda de fotos o adornos, un viejo reloj se mantenía, incólume ante el paso del tiempo, con sus manecillas atoradas. Algún día de algún lejano año se habían quedado atrapadas en la telaraña de las doce menos veinte. Al fondo, en unas pocas mesas y sillas desvencijadas, una pareja compuesta por un joven y una jovencita mezclaban besos y vino como un cóctel de la existencia. - ¡Genial! ¡Simplemente genial! ¿Tienes testigos de todo lo que me has contado? - Luis y Carlos. Si es necesario que Luis y Carlos vengan personalmente para que juren sobre la Biblia que es cierto, les hago venir para demostrarle que es verdad lo que digo. - No es necesario. Te creo. - Es que quiero dejar las cosas bien claras del todo. Si no es necesario que vengan podemos ponernos en comunicación con ellos, a través de los móviles, para que usted hable con los dos y le demuestro, de una vez por todas y dejándose de pavadas, que es verdad lo que digo. - ¡Que no hace falta! ¡Que te creo! - Espero que no crea que yo soy un mentiroso. - ¿Cómo se llama tu diálogo? - El de esta noche, como está lloviendo a mares en Madrid, lo voy a titular, de pronto y a bocajarro como hacen los buenos futbolistas a la hora de meter goles, "Monólogo de la lluvia". ¿Es lógico? - Totalmente lógico. - Pues no lo anuncie usted todavía porque quiero pillar de sorpresa a alguien. ¿Entendido? - ¿Quieres sorprender a alguien? - Eso he dicho. - Está bien. Sólo lo anunciaré cuando tú estés dispuesto a actuar. - Pues puestos ya de acuerdo siga usted dirigiendo la banda. - Hombre... yo como director de orquesta,.. pues no me veo... la verdad es que no me veo... - ¿No ha bebido usted nada todavía? - Nada todavía. Pero no me veo. - ¿Y no hay por aquí suficientes espejos para mirarse en algunos de ellos y verse de una vez por todas? - ¡Eso también es lógico! ¡Voy a hacerte caso y me voy a mirar en algún espejo para ver qué tal me veo! - Hágalo... pero no se pase de narcisista no vaya a ser qué piensen mal de usted... - ¿Alguna vez han pensado mal de ti? - Tantas veces que las he olvidado todas. - ¿Y cómo consigues hacer tal cosa? - Anote en su proverbial memoria de mosquito... ya que no le gusta lo de elefante... el siguiente pensagrama... - ¡Jajajajaja! "El chico de la fila de atrás" no se arredró por ello y lo soltó. - Quizás la vida te haga sentir muchas veces lo que es la distancia pero pide a la vida que nunca te haga sentir lo que es el olvido. No olvides nunca esos momentos en que fuíste, eres y serás, punto concéntrico de tu propia existencia. En cualquier dircunstancia en que te encuentres regresa siempre al punto en que de nuevo vuelves a renacer . No hay distancia que deba separarte jamás de tu naturaleza humana con ansia de ser humana naturaleza. Si te dicen que el silencio es el olvido se equivocan porque el silencio siempre es un recuerdo. -¡Leches, leches y leches! ¡Me voy antes de volverme loco! - ¡Jajajajaja, Pepe! ¡Le has dejado para el arrastre! - Pues no era mi intención... - ¡Ya comienza el baile! ¿Dispuesto a todo? - Dispuesto a todo, Cesáreo. Matías Plá Junior ya estaba sobre la tarima con el micrófono en la mano. - ¡¡Señoras y señores!! ¡¡Damas y caballeros!! ¡¡Soy Matías Plá Junior y tengo que decirles que queda inaugurado el Gran Baile de Navidad!! ¡¡A disfrutar todos y todas!! Sira Montesa se encontraba hablando con Benito Giovanni Siboni Tachella. - ¿Qué te parecen esos dos novatos, Benito? - Uno es bastante mayor para nuestros planes. - Ya lo veo. Me estoy fijando en el jovencito de la cazadora de cuero de color marrón. - Me da la sensación de que es un pardillo fácil de atrapar con liga o sin liga. - ¡Lo voy a intentar, Benito! - ¡Adelante! Yo espero al pichoncito en mi despacho. Benito Giovanni Siboni Tachella se dirigió hacia el piso de arriba mientas que Sira Montesa se acercó a los dos que parecían novatos del todo. - ¡Hola! ¿Cómo lo estáis pasando? El que tomó la palabra fue Cesáreo Gamarra Ortiz. - Mi amigo está un poco despìstado... - ¿Y no le interesa a su amigo el despistado bailar la primera pieza conmigo? Fue entonces cuando habló Pepe Julián. - Esto... señora... no es por despreciar su belleza... pero preferiría... de momento... mirar para aprender algo... - ¿Es que no sabes bailar? - No es eso. Sé bailar pero todavía tengo que aprender mucho de mi amigo Cesáreo. - ¿Tu amigo se llama Cesáreo? - Si. Así le pusieron en la pila bautismal. Le pudieron haber puesto César Augusto pero su padre y su madre decidieron ser más humildes y le pusieron solamente Cesáreo ya que nació gracias a una cesárea. - ¡Jajajajaja! ¿Es verdad eso? - No sé si es verdad pero parece cierto. - ¿Y tú cómo te llamas? - "El chico de la fila de atrás". - ¡Oye, Cesáreo! ¿Está loco? - Un poco. A Sira Montesa le interesaba muchísimo atrapar a un loco que, al parecer, según ella interpretó, debía ser muy fácil de engañar precisamente porque estaba loco. - ¿De verdad que no quieres bailar conmigo? - ¡Escuche, señora! ¿Por qué quiere perder el tiempo con él en estos momentos? Deje pasar el tiempo para que el muchacho madure un poco. Si le sirvo yo estoy dispuesto. - ¿Sabe usted bailar? - He bailado mucho en la vida y, de paso, he hecho bailar a muchos más. - ¿Quizàs es usted un maestro? - ¿Lo pregunta por lo de hacer bailar a los demás? - Se supone que si usted es capaz de hacer eso es porque es todo un maestro. - Pues sí. Es cierto. Doy clases de bailes de salón en la Academia de José Ignacio. - ¿Conoce usted a Nacho? - ¡Por supuesto que conozco, muy bien conocido, a Nacho! Muchas veces me acompaña en el café bebiendo cervezas. - ¿Y su alumno aquí presente se animaría si nos ve a los dos bailando como una parejita de recién enamorados? - Por supueto que sí... aunque como está un poco loco... nunca se sabe cómo va a reaccionar del todo... - ¿Es que además de loco es tímido? - ¡Jajajajaja! Puede que esté majara pero no tanto. - ¡Me interesa! ¡Me interesa bastante! - ¿Bailamos o no bailamos, bella señora? - Si me promete hablarme de él, por supuesto que bailamos. - Le contaré todo lo que usted me pida. Comenzó el baile con Nat King Cole y su "Ansiedad"... - ¿Cómo se llama, en realidad, ese jovencísimo alumno suyo? - Pepe. Algunos le conocen como Pepe. Pero es mejor llamarle "El chico de la fila de atrás". -¿Es madrileño de toda la vida? - Pues... esto... madrileño del todo no lo es... pero es mucho más madrileño que muchísimos de los que han nacido en Madrid... - ¿Qué significa eso? ¿Es que ha venido del extranjero? - Pues... esto... extranjero del todo tampoco es aunque cuando habla español algunas veces sí que lo es... - ¿Qué interesante? ¿Es tal vez australiano nieto de algún español de los que se escaparon al terminar la Guerra Civil? - No exactamente... pero le encantan las canguras... esto... quise decir los canguros... - ¡Jajajajaja! ¿Le encantan las canguras o le encantan los canguros? - Digamos que las dos cosas. - Que le encanten las canguras es muy lógico siendo un hombre pero... ¿cómo es eso de que le encanten los canguros?... - Porque él dice que los canguros saben boxear muy bien. El capitán Cesáreo Gamarra Ortiz estaba empezando su ataque sin que ella se diera cuenta. - ¿Es que él es boxeador? - Esto... exactamente boxeador no lo es... todavía... - Pero se ve que legusta mucho la acción. ¿No es cierto? - ¿Cómo ha adivinado usted que le gusta la acción? - Lo he leído en su mirada, - Pues resulta que sí. Parece muy pacífico pero la acción le encanta. Por eso sabe medir muy bien las distancias. - ¿Como los boxeadores que saben lo que hacen? - Esto... yo diría más bien como los toreros que saben lo que se juegan... - ¿De verdad es torero? - Alguna que otra vez ha tenido que torear y lo ha hecho mucho mejor de lo que usted se imagina. - ¡Me encantan los jovencitos que son toreros! - Pues este es una gran promesa... - ¿Una gran promesa para el mundo de los toros? - Algo parecido,.. - ¿Me puede usted decir algo más concreto de él? ¡Hasta ahora usted sólo ha divagado! ¡Le pregunto mil y una cosas y no me contesta nada con exactitud! El capitán Cesáreo Gamarra Ortiz sonrió ligeramente antes de continuar con el diálogo porque ella estaba entrando, sin darse cuenta, en la trampa. - ¿Usted cree en la exactitud de los hombres? - Cuando un hombre tiene personalidad es normal que sea exacto. - ¿Sabe usted lo que dice él sobre la personalidad tanto de los hombres como de las mujeres? - ¡Me entusiasmaría saberlo! - Escuche lo siguiente. Él lo explica de esta manera. Cuánto más de lejos analizamos a una persona más de cerca observamos a su personalidad. Con eso da a entender que para conocer bien la personalidad de un ser humano es necesario observar a cierta "distancia". O sea analizar fuera del contexto de la "cercania" para analizar con más acierto la clase de persona que es. Alejados de cualquier presencia de circunstancia que nos desdibuje a esa persona por las emociones cercanas. - ¿Algo más? - Sí. Todavía no he terminado. Atenta a lo que sigue. La personalidad nos regala todo aquello que los demás quieren quitarnos. - Eso sí que es curioso y emocionante de verdad... - Pues escuche de nuevo porque ahora viene lo más inmenso. Cuando miramos el mundo con los ojos internos de la introspección es cuando la persona se encuentra más cerca de alcanzar la sabiduría transmitida a través del equilibrio de los pensamientos, porque dejamos de pensar en los intereses de las apariencias y penetramos en la verdadera y honda condición de la vida humana. Para ello es necesario el equilibrio entre nosotros y todo lo demás: la contemporización de ver lo que hay de valioso en cada humano y ofrecerse las oportunidades necesarias para empatizar con las verdades no prejuiciosas y las realidades exentas de análisis condicionantes previos. Es importante aprender a vivir los propósitos del conocimiento desligado de cualquier tensión o pasión discordante. Cuando somos un "cuadro en blanco" es cuando podemos interpretar la trascendencia de nuestra personalidad propia tamizada por los contrastes con todo lo externo a nosotros. Siempre estamos creciendo... pero para que ese crecimiento sea valioso no debemos perder el equilibrio de nuestros pensamientos para encontrar la evolución que nos formatiza como emulsores de personalidad. Lo que sea que hagamos en este sentido siempre será una acumulación de experiencias positivas de las cuales obtenemos resultados de sabiduría con ciertos niveles más o menos elevados según hallan sido las trascendencias obtenidas con tales experiencias; pero siempre debemos ir graduando con naturalidad nuestra maduración psíquica. Somos nosotros mismos quienes obtenemos el equilibrio natural de nuestros pensamientos cuando podemos ver las cosas no sólo desde nuestro propio punto de vista, lo cual es ya importante, sino añadiendo las ideas a las que nos hemos acostumbrado y también desde todos los lados posibles... porque el pensamiento de un solo lado no tiene equilibrio en sí mismo. Yo creo, como señalan los sufíes, que la conciencia está libre del cuerpo y de su confinamiento físico. Cuando liberamos equitativamente la conciencia de nuestro cuerpo físico hemos llegado a lo más alto de nuestra propia experimentación personal. Eso es encontrar el equilibrio de nuestros pensamientos. No hablo de sentimientos profundos del corazón ni de éxtasis espiritual, porque lo que hace iluminada a una persona es el equilibrio de haber aprendido a conocerse a sí misma en el contexto general y natural de la existencia. La vida está siempre en continuo movimiento y por eso yo creo que la búsqueda de la perfección relativa, y toda perfección es siempre relativa, depende de factores muy subjetivos, no es la quietud ni la inercia sino la evolución natural de nuestro equilibrio interno; eso que nos lleva a la actividad evolutiva a través de la percepción de las cosas y de la concepción de las mismas. Porque el equilibrio debe ser lo natural y ese hallazgo depende de la dirección que tome nuestro pensamiento. Todo lo de afuera debe depender de nuestro estado interior y no a la viceversa ya que si nuestra interioridad depende de lo externo estamos mediatizados y alienados con visiones ajenas a nuestro propio pensamiento. Lo que importa en la libre dirección de nuestras vidas es el equilibrio natural. Lo que nos da seguridad. Lo que algunos llaman personalidad. - ¡Sorprendente! ¡Del todo sorprendente! ¿De verdad que alguien que piensa así puede ser, también, un torero? - ¿Por qué no puede serlo? - Esto... pues no sé qúé decir ahora... pero... ¿cómo es en los ruedos?... - Muchos dicen que es bastante mejor que "El Estudiante". - ¿Cuántos años tiene? - Solamente dieciocho. - ¿Y con sólo dieciocho años ya supera en los ruedos a Luis Gómez Calleja, que ha sido nombrado Hijo Predilecto de Alcalá de Henares de manera póstuma? - Eso se comenta en los cenáculos madrileños. Sira Montesa terminó por picar el cebo... - Espero y deseo que en la próxima canción quiera bailar conmigo. - Estoy seguro de que va a decir que sí porque se ha ido fijando mucho en cómo lo he hecho yo y es mi alumno más aventajado. Finalizó "Ansiedad" de Nat King Cole. - ¡¡Señoras y señores!! ¡¡Damas y caballeros!! ¡¡De nuevo con ustedes Matías Plá Junior para invitarles a que prueben las mistelas murcianas que nos han regalado los vecinos de Molina de Segura como señal de su hermanamiento con los de Madrid para, después de unos minutos, seguir bailando con "Dos extraños son" de Frank Sinatra pero en español!! - ¿Está usted seguro de que me va a decir que sí? - Vuelvo a afirmar que le va a decir que sí... pero pídaselo usted misma... Efectivamente, una vez que Pepe Julián habia tomado un par de mistelas, que le supieron a gloria bendita y le levantaron mucho más el ánimo que ya tenía por naturaleza propia, Sira Montesa se acercó a él. - ¿Bailas? - ¡Claro que bailo! ¡A nadie le amarga un dulce! Y se pusieron a bailar. - Guardas mucho la distancia... - Es que prefiero no entrar demasiado pronto en el cuerpo a cuerpo, señora Montesa. - ¿Y por qué eres así? - Porque quizás sea verdad todo lo que se dice de mí. - ¿Eres torero o no eres torero? - No es a eso a lo que me refiero ahora. - ¿Puedes explicarme a qué te refieres ahora? - ¿Le interesa saberlo de verdad? - ¿Quieres ser famoso rápidamente y alcanzar la cima del éxito en menos que canta un gallo? - ¡Me encantaría ser pintor! - ¿Has pintado mucho? - Con brocha gorda bastante... pero lo que yo sueño es con ser pintor de brocha fina... - ¡Yo puedo hacer que alcances la cima! ¿Por qué no te acercas más a mí para que no nos escuchen los demás? - Vuelvo a repetirle, señora Montesa, que puede ser cierto lo que se dice de mí. - ¿Qué misterio es ese? - Muchos son los que afirman que soy homosexual. - ¿Es verdad eso? - ¿Usted que cree? - Que es imposible. - Señora... las apariencias engañan... - Pues no me lo creo. - ¿Sabe usted que un homosexual celoso es peor que una fiera salvaje cuando le quieren quitar a su pareja? - Lo sé muy bien; pero tú no eres así. ¿O me equivoco? - Señora... sólo quiero decirle que Juan Manuel Fernández Fernández es mi pareja de aventuras y no estoy dispuesto a que nadie me lo arrebate... - ¿Te refieres a Juan Manuel Fernández Fernández de la calle Lavapiés número 13? - A ese mismo. - ¿Es que Juan Manuel Fernández Fernández es homosexual? - Eso dicen los que nos han visto juntos. Escuche cómo canturreo. Hey, sólo pienso en ti; juntos de la mano, se les ve por el jardín no puede haber nadie en este mundo tan feliz; sólo pienso en ti. - Esto... pensándolo mejor... ¿dejamos de bailar?... - Antes de dejar de bailar quiero saber si usted me ha entendido bien del todo. - ¿Es una advertencia? - Digamos que sí. O deja usted de tener citas sentimentales con Juan Manuel Fernández Fernández o entro yo en acción. ¿Estamos de acuerdo? - Yo... yo... yo te prometo que nunca jamás voy a buscar a Juan Manuel. Para mí, sobre todo sabiendo que es marica, es como si ya hubiera muerto. - ¿Quiere decir que ya sólo es un lejano recuerdo para usted? - Eso quiero decir. - Está bien. ¿Sabes una cosa muy importante, Sira? - ¡Sé muchas cosas muy importantes! - Pero esta te va a sorprender de verdad. -¿Qué cosa es? - Que, como dijo John Cage, que fue tan polifacético que ha pasado a la Historia como compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor, aficionado a la micología y recolector de setas estadounidense, "no es necesario destruir el pasado porque ya se ha ido; en cualquier momento puede volver a aparecer, parecer ser y ser presente". - ¿A qué viene ahora esa idiotez de frase? - Creo que John Cage era ya un ídolo de masas cuando la dijo así que dudo mucho de que sea una idiotez y yo tendría mucho cuidado porque puede ser verdad en cualquier instante de la vida de una persona. - Es que no tenía ni idea de que existiera ese tal John Cage. - Pues entonces no diga estupideces de quien no ha llegado a conocer. Y ahora que ha terminado Frank Sinatra siga usted bailando con mi amigo Cesáreo Gamarra Ortiz que no es homosexual ni nada parecido a un homosexual. - Sigo pensando que tú tampoco lo eres... - Pero como lo dice mucha gente hasta puede ser verdad... así que mucho cuidado conmigo y no se acerque para nada a Juan Manuel Fernández Fernández... -¡Entendido! ¡Lo he entendido bien y del todo! ¡Jamás veré a alguien que ya me ha dejado de interesar y que, bien visto, no es más que un mocoso! - Pues antes a usted le parecía el amor de su vida. En ese mismo instante el capitán de policía Cesáreo Gamarra Ortiz tomó el lugar de Pepe Julián quien, mientras comenzaba a sonar "El Relicario" de José Padilla, se dirigió hacia la escalera que subía hasta el piso de arriba. - ¿A dónde va ahora? - Me parece que quiere ser pintor o algo parecido para alcanzar éxito, fama y mucho dinero. - ¿Pero si arriba no hay nadie que pueda ayudarle a conseguirlo? - Está buscando un manager y arriba está uno llamado Benito Giovanni Siboni Tachella. - ¿Benito está en el piso de arriba? - ¿Es que conoce usted a Benito? - Esto... bueno... sólo de oídas... - ¿Por qué se ha puesto, de repente, tan pálida? - Me encuentro muy mala... así que haga usted el favor de soltarme... porque tengo que marcharme de aquí... o si no lo hace aviso a la Policía... El capitán Cesáreo Gamarra Ortiz vio que había llegado la ocasión de decir quién era y, sin que nadie más que Sira Montesa pudiera verlo, le enseñó la placa de capìtán. - Que nadie más sepa nada de esto. Se lo digo por su bien. Así que sigamos bailando como si fuéramos dos inocentes locamente enamorados. ¿De acuerdo? - Está bien... pero no entiendo nada... - Es difícil entender ciertas cosas que hacen algunas personas; pero yo ya estoy muy acostumbrado a verlas y tener que solucionarlas de la mejor manera posible. ¿Me comprende bien ahora? - Le estoy diciendo que no he hecho nada malo. - No está usted detenida sino solamente retenida. Y no es lo mismo detener que retener. Así que sigamos bailando hasta ver cómo acaba esta Gran Fiesta de Navidad. Una vez que Pepe Julián encontró la puerta del manager Benito tocó con fuerza. -¡Adelante! ¡No derribe usted la puerta, por favor! ¡No tenga usted miedo! - Miedo,.. lo que se dice miedo...pues no lo tengo hasta ahora desde que nací... aunque sí que tengo ciertos reparos... -¡Venga, joven! Entre y siéntase cómodo. ¿Te sirvo champán para beber? Pepe Julián se sentó frente a Benito y le miró a los ojos; lo cual no pudo soportarlo el manager y desvió rápidamente su mirada. - Está bien. Que sea, por favor, de Codorníu. - ¿Es que no te gusta el champán francés? - Ese lo reservo para cuando haya conseguido el éxito, sea famoso, estén a mi lado a un par de jovencitas francesas de las de Brigitte Bardot en plena juventud, y tenga que hacer un gasto extra. Benito sacó la botella de Codorníu y sirvió los vasos antes de volverse a sentar. - Vamos a ver. ¿A qué te quieres dedicar tú en el tan próximo futuro? - Cada vez me gusta más llegar a ser mejor que Miguel Ángel. - ¿Te refieres Buonaroti? - Yo estaba pensando en Heras pero ya que se refiere a Buonarroti... pues sí... a ese Miguel Angel es al que yo me refería aunque se me haya hido el santo al cielo por un momento de lapsus... - Vamos a ver qué se puede hacer para ayudarte... - ¿Qué me recomienda usted, tío Benito? - ¿Sabes de Historia del Arte? - Bastante. - ¿Qúe te parece estudiar en el taller de Rico Agustino? - ¿Dónde está ese Taller? - En la ciudad de Génova. - La misma que la del Genovés? - ¡Jajajajaja! ¡Qué buena y lógica conclusión! - Génova está en la mismísima Italia y no hay que confundirla con Ginebra por mucho alcohol que alguien haya tomado; porque el alcohol te confunde a Génova por Terranova. ¿Sabe usted por dónde cae Terranova? - No tengo ni idea. - Pues cuando tenga usted tiempo, y yo no tengo nada claro cuándo pueda ser eso, se compra usted el Espasa Calpe de casi cien volúmenes e investiga usted tanto como para que nunca se le olvide saber por dónde cae Terranova. - ¡Ya caigo! ¡Está en Portugal o Galicia! - ¡Atiza! ¡Yo siempre he sabido que está en Canadá... tío Benito... pero si un ignorante como usted me dice que está en Portugal o en Galicia... ¿tendré que hacer caso a un ignorante como usted o a mis propios conocimientos?... Benito se puso rojo de vegüenza por su falta absoluta de estudios de cierta importancia. - Veo que estás empollado en Geografía. - Algo o bastante o mucho como para saber dónde está ahora Sofía. - ¿Sofía Loren? - No me refiero ni a la romana Sofía Loren ni a la madrileña Sofía Mazagatos. Le estoy hablando de Sofía la búlgara. - ¡Joder! ¿Quién es esa actriz que yo no conozco? - Pero si no es ninguna actriz... - ¿Quizás otra que se empeña en querer ser pintora? - Benito... perdóneme si le nombro el Mayor Burro del Siglo y le regalo un par de orejas de asno para que hagan un perfecto juego con las suyas, que bien grandes que las tiene pero que quizás sólo le sirvan para espantar moscas y tábanos. Yo estoy hablando de la capital de Bulgaria. - ¿Qué es Bulgaria? - Donde se aprende el búlgaro... porque el búlgaro... no vaya usted a pensar mal... es un idioma... solamente un idioma y no lo que piensan los paletos como usted... - ¡Jajajajaja! ¡Tienes sentido del humor y eso es muy importante para triunfar en las Artes, tener éxito con las mujeres y alcanzar la fama gracias al dinero! ¿Acierto ahora al decir que Sofía es la capital de Rumanía? - Tío Benito... ¿dónde y con quién ha estudiado usted?... - ¿Es que no es la capital de Rumanía? - Sofía no sólo es un nombre de mujer más o menos guapa sino que, además, es la capital de Bulgaria. - Esto sí... claro... lo sabía pero quería estudiar hasta qué punto eres inocente. - Yo también sabía que en la Luna no existe ninguna clase de vida humana pero no quise decirlo para no fastidiarle los planes a la NASA. - ¡Jajajajaja! ¡Voy a ayudarte, chaval! - ¿De verdad yo soy gracioso? - De verdad que eres gracioso pero no idiota. - Dejemos entonces de decir tonterías. ¿Cómo puede convertirme usted en un grandioso y famosìsimo pintor más importante para la Historia del Arte que Miguel Ángel Buonarrotii? - ¿Es que es Buonarrotti y no Buonaroti? - Sí. Con erre doble y dos tés. ¿Ha escuchado usted lo bien que pronuncio las erres dobles? - Ahora olvidemos todo y vayamos al negocio. - ¿De verdad es usted manager de futuros artistas pero no sabe que Sofía es la capital de Bulgaria y que el búlgaro es solamente un idioma o un habitante de Bulgaria? - Un pequeño error lo tiene cualquiera. ¿Quieres ser un pintor genial o no quieres ser un genio de la pintura? - Me gustaría ser las dos cosas si a usted no le parece mal del todo. - ¿Estás bien de la cabeza? - Mucho más guapo que usted sí que lo soy, tío Benito. Mucho más guapo sin exagerar nada. - No me digas tantas verdades, chaval, o no te ayudo en nada. - Yo sí quiero ser el mayor genio de la Historia de la Pintura... pero no sé bien quién me puede pagar toda la carrera de estudios pictóricos para dominar las artes plásticas. - ¡No te preocupes por eso! ¡Toda la carrera completa más tus primeras exposiciones a niveles mundiales corren a cargo del idiota de Luigi Alberto Mantanioni! - ¡Ostras, Pedrín! ¿Todo lo va a pagar el esposo de esa buena moza, ya pasadita mucho de años por cierto y más retocada que un tocador de cupletista de los barrios bajos de Vallecas, que se llama Sira Montesa? - El mismo y, además, mientras eso dure tú puedes estar teniendo relaciones sexuales con ella sin que te pase nada malo. - ¿Así es de "progre" es ese tal Luigi? - Yo diría que así de imbécil pero como lo de "progre" y lo de "imbécil" son dos sinónimos pues es que sí. ¿Te interesa el asunto o no te interesa el asunto? - La verdad es que todo esto yo no me lo esperaba... - ¿Pero te interesa el plan o no te interesa el plan? - ¿Lo de la señora Sira Montesa o lo del taller de Rico Agustino? - ¡Me estoy refiriendo a las dos cosas a la vez! - ¿Hay que pagar algo por todo el lote completo? - ¡Jajajajaja! Eso del lote también es un buen chiste, chaval. - Sí. Parece que hoy estoy en vena de aciertos con esto de los chistes. Debo decirle que, normalmente, los que cuento son muy malos o son pésimos según me dicen mis amigos Luis y Carlos. - Pues a mí me hacen mucha gracia. - Sigo insitiendo en querer saber cuánto me va a costar la aventura. - ¡Tú solo tienes que pagarnos veinte mil euros nada más y de una sola vez! ¡De todo lo demás no te preocupes porque lo paga por completo Luigi Alberto Mantanioni! - ¿Veinte mil euros nada más? - ¿Tienes más de veinte mil euros disponibles? - Veinte mil euros son veinte mil euros, tío Benito. - ¿Te parecen demasiado o poco? - Teniendo en cuenta que veinte mil euros son veinte mil euros me parece algo así como más o menos. - ¡¡Me estás haciendo un verdadero lío mental, chaval!! - Lo que quiero saber yo es si dándole a usted veinte mil euros voy yo a ganar algo a muy corto plazo. - ¡Jajajajaja! ¡Se nota que sabes muy bien los asuntos financieros! ¡No te asustes si te digo que si me pagas ahora veinte mil euros y algún regalo para Sira Montesa que sea realmente importante, como de oro o de plata o algo de similar valor, te juro que la semana ganas dos millones de euros! ¿Es o no es una excelente inversión? Además de los dos millones de euros consigues, de inmediato, alcanzar la cima del éxito y pasas a ser muy famoso en el mundo entero. - ¿Como la sidra "El Gaitero"? - ¡Jajajajaja! ¡Me gusta ese chiste? - ¿Tal vez por lo de tocar la gaita de vez en cuando? - ¡Jajajajaja! ¡Centrémonos en el plan y deja ya las bromas navideñas! - ¿Es bueno ese tal Rico Agustino como director de un Taller de Pintura en Génova? - ¡Mucho mejor que Murillo! - Murillo el futbolista o Murillo el de los cuadros. - ¿Quìén es Murillo el futbolista? - Ya murió... pero sé que jugó... como delantero centro... en el Europa, en el Zaragoza y en el Valladolid... - ¡No me sigas liando, chaval, y háblame de cosas que entienda! - Está bien. Vamos a ver si a partir de ahora nos entendemos perfectament bien los dos. Si para estudiar en ese taller genovés hay que desembolsar veinte mil euros a fondo perdido debe ser algo verdaderamente sorprendente. Sobre todo si te aseguran que en una semana ganas dos millones de euros. - ¿Tienes o no tienes los veinte mil euros y algo de oro o de plata o igual de valioso que el oro y la plata? - ¿Se refiere usted al oro que cagó el moro y a la plata que cagó la gata? - ¡Escucha, jovencito! ¡Me estás cabreando del todo! ¿Los tienes o no los tienes? - Sí los tengo. Pero sucede algo que debo resolver esta misma noche y no vamos a salir de aquí ni usted ni yo si no queda resuelto del todo. - ¡Dime ya de qué se trata y no sigas dando rodeos! - Usted tiene aquí, en su despacho privado, veinte mil euros y un reloj de oro con cadena también de oro que no le pertenecen a usted. - ¿Has bebido demasiadas mistelas murcianas o estás loco de remate? - Quizás sea que la conciencia me inclina a usar bien la cabeza para tratar con ladrones como usted. - ¡¡Estás loco!! - ¿Más o menos? - ¡Eso de que yo tengo esos veinte mil euros y el reloj de oro con cadena de oro es un invento tuyo que no tiene ni pies ni cabeza y que lo estás usando para chantajearme y que te suelte la pasta que necesitas para ser un bandolero además de un sinvergüenza! ¿Te das cuenta del lío en que te estás metiendo si voy y se lo digo a la Policía? - Primero usted me entrga los veinte mil euros y el reloj y luego me acusa a la Policía de haberle robado con premeditación y alevosía, además de que puede usted añadir lo de la nocturnidad, ya que son más de las doce, para que me caigan un puñado de años más de cárcel. - ¿Me estás tomando el pelo o eres solamente un bromista gamberro? - Como usted no tiene ni un pelo de tonto, ya que es calvo del todo y su cabeza parece una bola de queso ÓSMOLI se deduce que yo puedo ser un bromista gamberro pero eso lo tendrá usted que demostrar ante las autoridades de Madrid, claro que sí. - ¡Si no te marchas inmediatamente de mi despacho ordeno ahora mismo que te echen a patadas! - ¿Cuántos tíos como usted van a ser necesarios para echarme a mí dándome patadas? ¿Se atreve usted solo o necesita a doce raquíticos como usted para conseguirlo más o menos? - ¡Si te atreves a pegarme para robarme un sólo centavo de lo que es mío mañana sales en los periódicos de todo Madrid como el inocente que se atrevió a pegar al gran tío Benito! Esto ya no lo pudo soportar Pepe Julián quien, dando un ágil salto para ponerse en pie, agarró a Benito Giovanni Siboni Tachella por las dos solapas de su lustrosa chaqueta y lo comenzó a menear violentamente en los cuatro sentidos norte, sur, este y oeste. - ¡Antes de que se atreva usted a dar la orden de que me echen a patadas de su despacho quiero que me entregue, ya mismo, los veinte mil euros y el reloj de oro con cadena de oro de su bisabuelo que robó, usando el timo de los inocentes, a mi amigo Juan Manuel Fernández Fernández. ¡Solamente voy a contar hasta diez y si no ha hecho lo que le estoy ordenando le convierto en salchipapa! - ¡¡¡Suéltame!!! - Uno... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Dos... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Tres... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Cuatro... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Cinco... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Seis... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Siete... -¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Ocho... - ¡¡¡Te he dicho que me sueltes!!! - Nueve... - ¡¡¡Ya está bien!!! ¡¡¡Ya está bien!!! ¡¡¡Por piedad, no me pegues!!! Si me sueltas ahora mismo te entrego todo lo que le me estás robando pero luego se lo digo a la Policía. Pepe Julián le sentó de un duro golpe en su asiento. - ¡¡¡Ayyyyy!!! ¡¡¡Bruto!!! ¡¡¡Más que bruto!!! - ¡¡¡Maricón!!! ¡Dame todo lo que le has robado a Juan Manuel Fernández Fernández! - Mira bien lo que haces... insensato... - No va a tener usted que avisar a la Policía porque la Policía ya está en el Salón de Baile desde las doce de la noche. - ¿Qué estás diciendo, loco? Si eso es verdad... va a ser tu palabra contra la mía... y a quien crees tú que la Policía va a hacer caso... a un don nadie como tú o a todo un personaje de la alta clase social como yo... - Deme los veinte mil euros y el reloj y luego veremos bien quién de los dos el don nadie y quién de los dos es el personaje de la alta clase social. ¿De acuerdo? - De acuerdo... Benito Giovanni Siboni Tachella abrió rápidamente el cajón de la mesa de su mesa de trabajo y sacó una pistola; pero la agilidad mental y la increíble intuición de "El chico de la fila de atrás" fueron mucho más rápìdas y cogiendo con la mano izquierda la muñeca derecha de Benito se la retorció de tal manera que le crujieron los huesos y el arma cayó al suelo. - ¡¡¡Ayyyyyyyyyy!!! ¡¡¡Me has roto la muñeca so bestia!!! - Pues ya tienes algo que pedirle a los Reyes Magos, maricón de mierda. Antes de seguir hablando, "El chico de la fila de atrás" le pegó tal tortazo en la mejilla izquierda a Benito que lo volvió a enderezar en su sillón. - Si vuelves a intentar freirme los sesos vas a saber lo que es "el salto de la montaña"; miserable, avaro, ruín, que robas a las pobres familias de los barrios más humildes de Madrid sin tener ninguna clase de escrúpulos aunque sepas que los dejas en la miseria tal como lo hace Jesús Hurtado Ladrón de Guevara que se las da de pastor para engañar a todas sus ovejas. ¿Te has enterado ya, mamón? Y le dio con la parte con la parte superior de su mano derecha en las narices; lo cual hizo que Benito chorrease sangre. - ¡¡¡Te van a caer por lo menos veinte años de cárcel por este abuso contra un pobre anciano!!! - ¿Un pobre anciano? ¿No te da vergúenza robar a los que son pobres de verdad mientras vas escondiéndote en la mentira de que eres un pobre anciano? ¿Quieres saber o no quieres saber lo que es "el salto de la montaña"? Tapándose la hemorragia de sangre de su nariz con un pañuelo de fina seda, Benito pudo articular unas breves palabras. - ¿Qué es? ¿Qué es el "salto de la montaña"? - Los que practicamos artes marciales lo sabemos hacer con total perfección. - ¿Artes marciales tú? - Sí. Sé lo suficiente como para hacerte volar por encima de mi cabeza y conseguir lanzarte contra el suelo donde se romperán todas tus costillas y el espìnazo. Dame ya todo lo que le has robado a Juan Manuel Fernández Fernández o te saco yo de aqui a patadas haciendo que bajes todas las escaleras de una sola vez hasta llegar al Salón de Baile para que compruebes que es verdad que está allí la Policía. - De acuerdo... de acuerdo.. pero esto no va a quedar así... - Llevas razón, miserable. Esto va a quedar como Dios quiera que quede; pero ahora soy yo el que te asegura que mañana vas a salir en todas las portadas de los principales periódicos del mundo. Yo mismo me encargaré de eso. - ¿Puedo saber quién puñetas eres tú para conseguir eso? - Solamente "El chico de la fila de atrás" pero que tiene la facilidad de escribir artículos en periódicos y revistas; aunque como tú apenas sabes leer, porque eres un palurdo que no sabe que El Quijote lo escribió Cervantes, no te has enterado de nada. - ¿Es que tú conocías a Juan Manuel Fernández Fernández? - Pues va a ser que sí. - ¡Me cago en la leche! ¡Me cago en la leche! ¡Y me cago en la leche! ¿Cómo he sido tan gilipollas de no haberme dado cuenta antes de tiempo? ¡He caído en una trampa mortal! - Pues va a ser que también. - No es posible... no es posible... no es posible... - Yo no sé si será posible o no será posible, pero a veces el cazador es el cazado. ¡Deme ya usted todo lo que le he pedido o baja usted al Salón de Baile completamente desnudo a ver quien baila con usted mientras los demás le vemos hacerlo en pelotas tal como usted nació! - ¿Eres capaz de hacer eso? - Por la sencilla y humilde familia a la que usted le ha robado casi todo lo que tenían ahorrados con el sudor de sus cuerpos desde hace tantos años le juro que soy capaz de hacer eso y mucho más que eso. - Yo no sabía que Juan Manuel Fernández Fernández pertenece a una familia de humildes obreros. - ¿No sabía usted que vive en la calle Lavapìés número 13? - Sí. Pero pensé que su familia era de una muy alta clase social. - ¿Y es un pecado pertenecer a una familia de muy alta clase social? Benito se quedó cortado durante varios largos segundos... - Esto... claro... no tiene por qué ser un pecado pertenecer a una familia de muy alta clase social... - ¡Usted se contradice continuamente! ¿Sabe que es pecado robar estafando a cualquier ser humano sea la clase social a la que pertenezca ese ser humano? - Yo... yo... no sé qué responder a eso... - No responda nada si no quiere recibir otra ostia gratuita y haga el favor de darme lo que le estoy pidiendo o le hago "el salto de la montaña" y sale usted disparado por la ventana para estrellarse en la acera y le van a tener que recoger los barrenderos con pinzas. - ¡No... por favor... eso sí que no!... - ¿Hasta cuándo he de decirle que usted ha robado a un chaval menor de edad engañándole vilmente con un cebo llamado Sira Montesa que puede ser la bisabuela de ese chaval y sin ninguna clase de remordimientos? ¿De verdad quiere usted salir en las portadas de todos los principales periódicos del mundo? - De acuerdo. Te entrego todo lo que le he robado; pero lo justo es que me quede con un billete de cien euros que le regalé para que hiciese lo que quisiera con él. - ¿Para que pudiera seguir emborrachándose hasta caer en el suelo y le tenga que seguir llevando a su casa alguna de las almas buenas que existen en el barrio de Lavapìés? - No quise hacer eso... - Pero le indujo a hacerlo porque incluso usted le regaló una botella de Chivas. - Pero es justo que yo recupere el billete de cien... - ¿Cuál es el motivo obrero, la razón bolchevique, la causa proletaria, el fundamento republicano, la base soviética, el principio marxista o postmarxista o la fuerza ácrata, por poner ejemplos que me producen risa cuando los recuerdo, que pueda justificar que usted recupere algo que ha regalado? ¿Lo llamamos justicia social por ejemplo? -¡No te rías más de mí porque no soporto ser tan gilipollas! - Pue suelte todo el fajo de los billetes y el reloj ahora mismo y si se le ocurre intentar usar otra pistolita para freírme los sesos se la meto por el trasero y aprieto el gatillo para quemarle los intestinos a ver si le gusta arder como una falla y he dicho falla y no otra palabra parecida a falla que usted tanto y tan bien conoce gracias a las prostitutas que usted llama "varillas" para hacerlo mucho más emocionante. Benito no tuvo más remedio que sacar del cajón de su mesa de trabajo todo el fajo de billetes de cien euros y el reloj de oro con cadena de oro que era del bisabuelo de Juan Manuel. - ¡Ya está! ¡Ahora déjame ya en paz! - En primer lugar es mi obligación contar los billetes para ver si están los veinte mil euros completos. Los contó y, efectivamente, estaba la cantidad exacta. - ¿Me puedes dejar ya en paz? - Es que en segundo lugar resulta que no tiene usted que hacer las paces conmigo sino con el capitán Cesáreo Gamarra Ortiz que se encuentra esperándole en el Salón de Baile, así que andando que es gerundio. Los dos bajaron lentamente la escalera ante la atenta mirada de todos los presentes, tanto hombres como jueres, hasta que llegaron donde se encontraban Cesáreo y Sira. - Cesáreo... ¡aquí está todo lo robado a una pobre familia de humilde condición social aunque la madre pertenece a la alta aristocracia latinoamericana que, por amor, ha tenido que soportar el desprecio y el acoso de gentuza como este malante que se enorgullece de hacerse millonario a costa de los habitantes de los pueblos en donde viven y luego van incitando a la población con consignas de justicia social y hasta de libertarismo del lumpemproletariado. ¿Qué le parece la vida, capitán? - ¡Jajajajaja! Muy bien hecho, chaval. ¿Qué hacemos ahora con todo esto? - Si se refiere a esta señora o lo que sea y a este pendón o lo que sea yo no tengo nada que decirle; pero si se refiere al dinero y al reloj usted mismo se lo va a entregar a la señora doña Joaquina Sabina Fernández, mañana a la primera hora de la mañana, en su humilde vivienda de la calle Lavapiés. número 3. Y en cuanto a tí, tio Benito o lo que seas, te aclaro, para que nunca lo olvides, que los hombres son pervertidos no tanto por la riqueza como por el afán de riqueza, Lo dijo Louis de Bonald; que fue un vizconde francés, político, filósofo, escritor y publicista, exponente del pensamiento católico tradicionalista en los años posteriores a la Revolución Francesa. ¡Para que aprendas algo en vez de pensar tanto en la hoz y el martillo de los cuales no tienes ni puñetera idea de lo que, llegada la hora de la verdad, significan de cara a la explotación de los humildes trabajadores! ¡Si existe alguna otra oportunidad para ti deja de pensar en tantas gilipolleces marxistas mientras te enriqueces robando a las familias más humildes de la ciudad porque así sois la inmensa mayoría de todos vosotros que, al no tener Temor de Dios porque decís que Dios no existe, hacéis lo que os da la real gana en lugar de hacer lo que tan falsamente predicáis! - ¡Vales un imperio, chaval! - No importa lo que valgo yo. Cesáreo, sino lo que vale la vida de los seres humanos que son honrados a carta cabal sea cual sea su clase social porque eso no es más que una circunstancia que no nos define a nadie en nuestras acciones concretas. ¿De acuerdo? - De acuerdo. Haré lo que me estás pidiendo. "El chico de la fila de atrás" se acercó, ahora, al presentador y comunicador social Matías Plá Junior. - He llegado mi hora, Matías. - ¿Quieres aprovechar ahora que estamos en un descanso? - En efecto. Quiero aprovechar este momento. - Amigo, sube conmigo a la tarima. Una vez los dos en ella, Matías Plá Junior pidió silencio y una vez conseguido comenzó con su presentación. - ¡¡Señoras y señores!! ¡¡Damas y caballeros!! ¡¡Berlín Cabaret nunca ha negado una oportunidad a nadie que la desee tener y en esta ocasión vamos a seguir con esa forma de actuar!! ¡¡Aquí tenemos a un joven de dieciocho años de edad conocido por sus amigos como "El chico de la fila de atrás" y completamente desconocido para los demás!! ¡¡Viene a plantarle cara al "Gran Yominga" para demostrarle que hace mejores monólogos que él, que no se tira pedos mientras está actuando y que no plagia monólogos de nadie salvo que los que declama son suyos propios!! ¡¡Les dejo con "El chico de la fila de atrás"quien, como esta noche está lloviendo en Madrid, nos presenta su "Monólogo de la lluvia!! Matías bajò de la tarima, se apagaron todas las luces excepto las que le alumbraban al joven, y "El chico de la fila de atrá" se enfrentó al mundo entero venciendo a su timidez natural en medio de un silencio absoluto que le traía a la memoria momentos de inmensa soledad vividos por él mismo a pesar de su enorme juventud. - ¿Habéis visto la lluvia? Esta lluvia de madrugada que ha colgado sus lágrimas en el perchero gris de la sombra de los juncos. ¿No la habéis visto? ¿Pero si está cuajada en las horas de vuestros párpados sedientos? ¡Es imposible que no la hayáis visto!. Ha llegado así, de repente, con la tristeza del niño acurrucado bajo el mantón de la abuela. Ha sido una lluvia de pequeños llantos colgados, como la rama del almendro que está ahora sollozando por la larga espera. ¿De verdad que no la habéis visto? Ha sido una lluvia de mandrágoras saladas surgiendo de un vaporoso lagar de mares en tinieblas. Pero bien. ¡Tenéis que haberla visto! Una lluvia de cristales agudos erizando sus aristas en el corazón de la madrugada, con los gorriones dormidos en medio de las callejuelas en donde hay sapos croando al cloquetear de las viejas sandalias del pescador. ¿Es verdad que no la habéis visto? Ha sido la lluvia del desamparado perro dálmata, blanco y negro como la noche de los pecados inocentes del sarmiento. Sí. Ese sarmiento empeñado en sacar a la luz su inerte sonrisa. ¡Tenéis que haberla visto! ¡Seguro que habéis visto esta lluvia calando los huesos del camposanto de la sementera! Aquí. Aquí mismo. Bajo las buhardillas del desamparo yo he visto cómo se han mojado todas las sonrisas del desdentado y viejo borracho empeñado en beber las lágrimas del viento. ¡Y cómo chorreaban los bordillos de las aceras! ¿No habéis visto cómo chorreaban los bordillos de las aceras? Quizás porque estábais abstraídos en observar los railotes del tejadillo de las iglesias. Claro. Pero de tanto llorar las campanas no habéis podido escuchar el llanto del recién nacido. Sí. Ha nacido hoy, bajo la lluvia, el infantil recuerdo de una melancolía colgada del aguacero de la madrugada. ¡Estoy seguro de que habéis oído la lluvia! ¿Por qué os da miedo o temor o requemor reconocer que habéis oído a esta lluvia pedir licencia para morir de hambre? No. No es posible no haberla oído. Esta madrugada la lluvia ha sido más huracán, más tormenta, más espanto que nunca... y las mujeres del burdel se han quedado solas, llorando por el niño perdido en la barahúnda de los jardines del sueño de su madre. Ha sido una lluvia de ceniza clavada en el ras del suelo. Sí. En el ras del suelo de los que carecen de todo excepto de nostalgia. ¿De verdad que no la habéis visto? ¿De verdad que no la habéis oído? ¡Pero si ha sido una lluvia tan poderosa como el terror de la propia muerte! El niño se ha ido a llorar a la otra esquina, la de las paredes sucias envueltas en la bruma de los vencidos. Y yo aquí. Observando tras los cristales de la funámbula silueta una especie de lluvia ácida como el jugo de los limoneros. Sí. Los limoneros que han parido al niño bajo la yerma sequedad de sus guedejas. ¿Que de qué guedejas hablo? De las guedejas de una madre en donde se ha terminado de sacudirse el sueño soñado de lo inerte. ¿Es posible que no la hayáis visto? Ha sido una lluvia de parto con dolor, de muerte hacinada bajo las sombras del enebro. ¿Es que no habéis oído el llanto del niño? Lo que debe suceder es que acaso los acentos del viento no os han dejado escuchar o discernir. Pero yo os doy mi palabra de que ha sido una lluvia de temblores y de fríos. Que ella se ha quedado tan lejana como la última estrella del alborear y que el niño aún está ahí, desmadejando su sueño entre las telarañas de la inexistencia. La madre ha muerto llorando por la lluvia y el niño llora porque la lluvia le moja la vida. Tras un silencio casi espantoso y mientras unas pocas lágrimas recorrían las mejillas de"El chico de la fila de atrás" como si el fuera el culpable de lo que jamás había hecho ni haría jamás durante toda uu vida; como si él se acabara de echar a sus espaldas todos los pecados que él jamás habia cometido y jamás cometería durante toda su existencia; una enorme cantidad de vítores y aplausos se introdujo en su cerebro como si, de pronto, todo el Universo entero estuviese estallando dentro de su memoria infantil. - Señores y señoras, todos me llaman "El chico de la fila de atrás" pero mi verdadero nombre, el nombre con el que escribo mis monólogos porque es el nombre que me pertenece a mí mismo y a la soledad que siempre me acompaña, a pesar de ser el líder natural del Deportivo Olímpico, tanto en las victorias, como en los empates y en las derrotas que asumo con toda mi responsabilidad porque en el silencio de mi habitacion a veces sueño y a veces triunfo y a veces pierdo y hay veces en que paso sin victoria ni derrota alguna tengo que darles a conocer que mi verdadero nombre es el de Pepe Julián. - ¿Ese chico es Pepe Julián, capitán Cesáreo? - Si, señora Montesa, ese chico es Pepe Julián y sólo tiene dieciocho años de edad. - ¿De verdad siente de esa manera? - De verdad siente de esa manera. - ¿No está actuando? - No está actuando. Él es siempre así. Los murmullos de asombro se expandieron por todo el Salón de Baile; pero cuando las luces se volvieron a encender él ya no estaba en ninguna parte del interior del Berlin Cabaret puesto que se encontaba afuera, en la puerta del local, charlando con el portero, al cual le había regalado uno de sus cigarrillos"marlboros". Fumaban y hablaban los dos. - ¿Cómo has conseguido triunfar, chavalote? - ¿Eres de Vallecas? - Sí. Yo soy de Vallecas y me llamo Andrés Lillo Martín. - Escucha, amigo. Algunas veces nos da la vida la oportunidad de pensar pausadamente. Todo se muere y empieza cada día y el triunfo se consume tan rápido como el fracaso. Justo antes de Año Nuevo, un día antes para ser exactos, me pongo a reflexionar para no desperdiciar la oportunidad de pensar. En la otra orilla de la vida, en la de los que viven más allá de mí, quizás ocurra lo mismo. Lo más eficaz es aprender que lo más urgente es hacer funcionar nuestras vidas con la mente puesta en procurar ser felices. Trabajar para que el futuro que se adivina sea el mejor que preveamos aunque todavía no exista. Lo mejor es que todos entremos en la nueva vida con las experiencias asumidas del año pasado y aprovechar el último día para pensar en no volver a equivocarnos donde lo hicimos durante todo el año. Tenemos que empeñarnos en afrontar dentro de cada uno de nosotros y nosotras los activos en vez de los pasivos. En el próximo año hay que quitarnos los valores negativos y quedarnos con los valores positivos; para poder funcionar erradicando del futuro los males que nos aquejaron. Y los aciertos hay seguir alimentándolos para que no desaparezcan en ese futuro que es ya nuestra próxima existencia. Yo siempre apuesto porque cada año es necesario ser un poco mejor que el pasado... porque más allá de la historia general humana está nuestra propia historia personal. Es aquí donde podemos actuar con más eficacia y donde nos debemos dar cuenta de todas nuestras dimensiones para que el año que viene nos sea un poco mejor a todos tomados de uno en uno. El día 31 de diciembre es un día para pensar. Ocupa mucho pensamiento en este dia vernos comprometidos con la alegría de los festejos como meta final del año que se va y punto de partida para el año que se inicia pero no puede haber alegría si no conseguimos olvidar lo que restó y preocuparnos sólo de lo que sumó. Son absolutamente necesarios nuestros compromisos diarios para todo el año; compromisos para hacer de nuestros caminares unos andares positivos y alegres. El año pasó como antes pasaron otros muchos. Ahora, a su final, es la hora de pensar que el futuro nos ofrece la oportunidad de ser mejores personas. Que así sea y Feliz Año Nuevo para ti y para toda tu familia, seas quien seas, pienses lo que pienses, creas lo que creas. Tiraron las colilla dentro del cenicero que se encontraba al lado de la puerta. - ¡Gracias amigo! - Si quieres llamarme amigo no me llames amigo... - No entiendo... - No me llames amigo porque es mejor que me sientas amigo. ¿Comprendes bien la diferencia? - ¡Jamás me habían dicho algo igual porque muchos son los que me odian por tener que vigilar a quiénes entran y a quiénes no pueden entrar! - No te preocupes por eso. No importa. Los insultos nos acercan cada vez más a Jesucriso. Cuanto más veces nos insulten más imbatibles nos hacen. Eso es ser líder. Que seas de verdad feliz y, si quieres, siénteme amigo; sobre todo cuando estés en silencio y en medio de una soledad. Había terminado de llover y "El chico de la fila de atrás" se marchó caminando metiéndose las dos manos en los bolsillos de su pantalón.
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