¿Con paloma o con palomo? (Diario)
Publicado en Jan 13, 2017
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Con tan sólo 19 años de edad, me encontré con una tremenda tesitura existencial. Si miraba hacia la derecha veía a una paloma y si miraba hacia la izquierda veía a un palomo. Fue entonces cuando me hice la pregunta del millón. ¿Yo soy un psico motriz o yo soy un chico motriz? La cuestión es que yo no era entonces, ni lo soy nunca, ni de derechas ni de izquierdas ni tampoco de centro; así que tuve que echar mano de mi imaginación y, sin dudarlo ni un instante, me decidí por la paloma que, en aquel momento, como estrenaba nido, me invitó a un guateque. Y, como es natural, le dije que sí a la paloma y le dije que no al palomo, el cual se puso como un toro del enfado que cogió.
 
Antes de continuar con el asunto, he de aclarar que el origen etimológico del término tesitura se encuentra en el vocablo italiano "tessitura". El concepto puede emplearse con referencia al estado anímico o a la actitud que adopta un individuo respecto a un determinado tema. Ese año se escuchaba mucho el siguiente estribillo entre las chavalas de muy buen ver: "Me gusta el nombre de Pepe porque se pega en los labios y el de Antonio no me gusta porque no se pega tanto". Así que Antonio. que era quizás un año o dos años mayor que yo, tuvo que reconocer que yo había tenido buen gusto al elegir ir al nido de la paloma y rechazar la caminata con el palomo y que le había batido contundentemente a él mismo, al cual adoraban las chavalas de muy buen ver antes de que yo llegara al corral.
 
Por aquel mismo tiempo, estaba muy de moda, en los madriles, "El Corral de la Morería"; así que, dentro del departamento, yo me sentía tan feliz como si fuese un cantaor de flamenco en dicho "Corral de la Morería" pero sin tener que salir, para nada, del Banco Hispano Americano de la Oficina Principal de Madrid, sito (¡y qué bien queda esto de decir sito en lugar de situado!) en la Plaza de Canalejas, número 1 aunque había otra puerta (no tan principal) en la calle de Alcalá.
 
Fue en el guateque del nido de la paloma cuando yo, aprovechando que se había cortado el fluido eléctrico e iba avanzando la tarde, me acerqué a la paloma y le recité un pequeño fandanguillo que decía así: "Ni a tus ojos ni a tu cara yo le encuentro explicación; es tu belleza tan clara que a mi me da la impresión que eres de un cuento de hadas". En realidad no se lo estaba diciendo a la paloma sino a la princesa que ya estaba tan dentro de mí que me estaba volviendo loco del todo. El guateque se dio por concluido cuando quiso meter baza José Luis "El Guapo", que era más bien corto de entendederas y no entendía por qué yo tenía tanto éxito con la paloma mientras él se quedaba solamente mirando cómo lo hacía yo; aunque, claro está, nunca estuvo lo suficientemente preparado como para hacerme sombra.
 
Para celebrar mi rotundo éxito en el nido de la paloma, me preparé un "sol y sombra" que me resultó más agradable que todos los "cubatas" que tomaban los demás mirándome de reojo pero sin poder decirme nada. También he de aclarar, para seguir con este asunto, que se llama "sol y sombra" a una bebida alcohólica mezcla de coñac (sombra) y de anís dulce(sol), siendo un combinado tradicional y muy popular en algunas regiones de España, y consumición habitual en los bares. Se suele mezclar en la misma proporción el coñac y el anís dulce, y servirse en una copa de licor de pequeño tamaño.
 
La noche iba cayendo sobre la ciudad de Madrid. En el nuevo nido del tiempo (que es una manera muy lírica de llamar a aquel pisito del barrio de Aluche) ya estaba acercándose la hora de la verdad; esa hora en que la Luna aparece con todo su esplendor y me sirve de musa poética. Así que poeticé: "En un rincón de esta vida siempre hay algo que beber; una copa para el olvido o una copa para el querer". Estrofilla que hizo estragos entre todas las chavalas de muy buen ver que se encotraban, admiradas y absortas ante mi tran serenidad, haciendo cálculos sobre cuál podría ser mi verdadero origen. ¿De dónde había llegado yo? Nadie sabía que venía de haber triunfado en la Cima de Madrid, Y me fui tarareando una balada de Karina: "Sólo al final del camino, las cosas claras verás, la razón de vivir y el porqué de mil cosas más. Al mirar hacia atrás, cuando llegues comprenderás. Busca las cosas sencillas y encontrarás la verdad; la verdad de ese amor, lo demás déjalo pasar. Solamente el amor con el tiempo no morirá. Al fin del camino se harán realidad los sueños que llevas en ti si en todo momento en tu caminar la vida has llenado de amor y verdad. Al fin del camino podrás encontrar el bien que esperaste sentir olvida el pasado, pues no volverá,
conserva el amor que hay en ti. Al fin del camino habrá un despertar de nuevo volver a vivir
si en todo momento en tu caminar la vida has llenado de amor y verdad. Al fin del camino en ti llevarás la fe y la ilusión de vivir; tus sueños de siempre se harán realidad en un mundo nuevo y feliz. Al fin del camino en ti llevarás la fe y la ilusión de vivir. Tus sueños de siempre se harán realidad en un mundo nuevo y feliz en un mundo nuevo y feliz en un mundo nuevo y feliz. Papara papapa papara papa... papara papa parara... Tus sueños de siempre se harán realidad si llenas tu vida de amor y paz si llenas tu vida de amor y paz en un mundo nuevo y feliz.
 
Llegué a mi casa paterna, cené mejor que nunca y, mejor que nunca, me fui a dormir para seguir soñando con las gaviotas de la orilla del mar. Entre ellas estaba la que yo siempre deseé; pero, mientras tanto, elegí a la paloma y el palomo se enfadó como un toro. En fin. Tan sólo tenía yo 19 años de edad. Antonio cojió el petate y, derrotado por KO en el primer asalto amoroso, nunca volvió a retarme a un cuerpo a cuerpo con las chavalas de muy buen ver. De "El Guapo" José Luis nadie supo ya nada más, salvo que lloraba desconsolado en algún ríncón del Archivo, en el sótano de la OP del BHA de Madrid. Cierro mi Diario en paz y continúo adelante. Atrás se quedó la paloma mientras el palomo buscó refugio en el Alto de Extremadura; allí donde la Avenida de Portugal tiene una entrada a la Casa de Campo de Madrid. Todo lo demás ya no me interesaba conocerlo y ai alguien bebía más de la cuenta yo no me sentía culpable porque no soy masoquista y jamás lo he sido.  
 
Primera Posdata.- En el nido nuevo del tiempo hay una flauta dorada, un canto al anochecer y, al amanecer, una paloma bajo el verde olivo / En el nido nuevo del tiempo son preciosas las nubes y los mirlos; y, en las orillas de los ríos, esperanzas sembradas en la hierba / En el nido nuevo del tiempo es necesario que existan colinas inéditas surgidas bajo el vuelo de las alondras y el suave trenzado de tus ojos / En el nido nuevo del tiempo solo puede entenderse el porqué de Tu Presencia ("El Rincón de Galápagos").
 
Segunda Posdata.- En el jardín de la vida siempre hay algo que beber: una botella de olvido o un vaso de placer... / En el jardín de la vida siempre hay algo que querer: una palabra de amigo o un silencio que tejer... / En el jardín de la vida simepre hay algo que tañer: una guitarra de alivio, la campana de un cariño o el timbal de un renacer... ("El Rincón de Galápagos").
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Foto del autor José Orero De Julián
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Palabras Clave: Dirio Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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