El inclemente tictac de las emociones (Diario)
Publicado en Jan 18, 2017
En el apasionante mundo del 56, alcalde para más señas, las noches deliraban al compás del tictac de aquel terrorífico despertador redondeado, con dos patas robustas para sujetarse en la mesilla. Su tictac nos acompañaba durante todas las noctámbulas emociones y el sonido nos penetraba la conciencia infantil hasta hacer de todo aquello una inolvidable aventura de superviviencia. Y cuanto más bellos y hermosos eran nuestros sueños, siempre en ascendiente procesión hacia la cumbre de los deseos, nuestras emociones eran cortadas por aquel potente y chrirriante ring-ring-ring-ring que nos hacía brincar entre la consciencia y el desencanto sabiendo que nos esperaba el cole .
Era, en verdad, una lucha sin cuartel aquello de ser quien mejor soportara el tictac acompasado, rudo e inclemente del despertador de las dos patas en la famosa época épica de la Quina San Clemente y el Cola Cao mañanero. Así que un buen día, en aquel 56 de las aventuras con princesas y dragones, cuando más vencedor me sentìa, no tuve más remedio que preguntárselo a mamá. - ¿Por qué no compras un despertador que no suene? - Porque no se han inventado todavía, hijo mío, porque no se han inventado todavía.
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José Orero De Julián
patricia amorin