Los colores de la msica (Reflexiones)
Publicado en Jan 20, 2017
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Con este mismo título ("Los colores de la música") un intelectual, y culto para más señas, de "La Caixa" ha escrito lo siguiente: "La música tiene alma, cuerpo, voz y color. El sonido, mezcla entre melodía y armonía, sublima nuestro ser y deleita no solo el oído sino también el espíritu. Hablar de la relación entre música y color será lo que aprendamos a lo largo de este taller, acompañando también una "paleta" emocional intrínseca al ser humano" (todo ello para presentar un taller que va a celebrar "La Caixa" desde el 6 de febrero hasta el 27 de marzo en la capital de Murcia).
 
Música y colores. ¿Quién no se acuerda por ejemplo de "azul la mañana es azul", "yo vendo unos ojos verdes" o "amarillo el submarino es amarillo es amarillo es" poo poner solamente tres ejemplos que me vienen, de repente, a la memoria? Si rebuscamos en el baúl de nuestros recuerdos, la memoria nos hace visualizar colores mientras escuchamos, por citar otro ejemplo, el famoso vals "Danubio Azul" de Johann Strauss hijo; del cual Juan Antonio González Fuentes ha escrito lo siguiente: "La música del río Danubio siempre será de color azul, y en su aroma y sabor siempre habrá rastros de turrón, mazapanes, peladillas, algo de cava y tostadas en almíbar. La culpa la tiene Johann Strauss hijo, autor del célebre vals con el que todas las mañanas de año nuevo de mi vida, una Filarmónica de Viena vestida con frac y mejillas sonrosadas, amaga con finalizar el concierto que celebra la anual ocasión"
 
¿Y quién de todos los españoles y españolas de a pie no recordamos algo tan íntimo y emotivo como "por el camino verde, camino verde que va a la ermita" que a muchos y a muchas les ha echo soltar alguna que otra lágrima a lo lago de sus vidas por recuerdos de viejos amores que ya se fueron y que no volverán? Yo mismo inventé un tango cuya primera estrofa dice así: "Alcé un vaso pa brindar por ti. El rojo amargo brilló y entonces al querer beber el vaso traidor se me rompió". Aquí el color rojo toma una importancia total porque significa esas "venas cárdenas de fuego que echan chispas al hervir y queman "toito" mi cuerpo cuando se acuerrdan de ti".
 
¿Y el color sepia? ¿Qué decir del color sepia de los años de antaño que vuelven a renacer en estos primeros días del año 2017? Lo ejemplarizo con mi pequeño relato titulda "La música de las arañas". Lean. Lean para comprobar la importancia del color sepìa en la música de todos los tiempos. "Y su sombra cayó al piso permaneciendo allí una cierta cantidad de segundos, sobre una colcha de algodón mojada mientras la araña, desde su ángulo oscuro, dibujaba una red de lo absoluto. Una copia de un hombre que se va pero deja el negativo de su imagen en esta su única vida descrita por el cronista de los dioses. Adioses. Cuando lo mejor ya ha pasado siempre queda alguna anécdota disparatada sobre la colcha de algodón mojada. O porque lo dio todo o porque no dio nada... el caso es que hay algunos que, aunque no salgan en la televisión, tienen cinco minutos de gloria en las telarañas de los famosos. Choque frontal. Una vida a medias. O el toque de un clarinete de jazz situado sobre el negativo de una fotografía de color sepia. En primera página los periódicos de hoy muestran un titular sorpendente: "Sobre una colcha de algodón mojada aparece un espejismo". Todos están intentando interpretar la música de la araña". El sepia supone sentimientos tan profundos que es necesario revisar nuestra interioridad humana para exponerlo a través de la música más o menos orquestal.  
 
Transcribo de un texto hallado en Internet: «El amarillo suena como una trompeta» y «el violeta se parece al sonido del corno inglés». Esto escribió el pintor Vasily Kandinski. El compositor Olivier Messiaen no pedía al público que viera «los mismos colores que yo» en las partituras pues era consciente que su 'sexto sentido' no era ni mucho menos habitual. A esta "afección" le está dedicando un ciclo la Fundación March, un peculiar club en el que militan Rimbaud, Baudelaire, Debussy, Scriabin... "Estoy contando los colores hasta el viernes". Así relató un paciente a Oliver Sacks la primera ocasión en que su profesor lo sorprendió en clase con la mirada perdida. Según escribió el gran neurólogo y escritor en "Musicofilia", una mujer llamada Sue B. que pasó por su consulta le dijo: "Cuando oigo música veo pequeños circulo o barras de luz verticales que se hacen más blancas o más brillantes, o más plateadas, en las notas más altas y adquieren un delicioso marrón intenso en las más bajas". El de Sue B. era un caso de sinestesia musical convertido en trastorno neurofisiológico. El compositor Olivier Messiaen, antes de comprender que era «un músico del sonido-color», sufrió enormemente por el extraño cruce de cables que padecía, y toda su producción cabe interpretarla como un empeño de que el público perciba en sus acordes los colores que veía su cerebro".
 
Sinestesia musical. ¿Qué significa, en palabras comprensibles para todos y para todas, esto de sinestesia musical? Alejandra Abad, de la Universidad de Granada-Cannes, lo ha explicado en una disertaci´´on académica que traigo a este texto para conceptualizar debidamente este paradigma cerebral. Dice lo siguiente,
 
¿Puede ser amarillo un sonido? ¿Puede ser deprimente el tacto de unos vaqueros? ¿Puede provocarnos frío un olor? ¿Puede algo tener un sabor puntiagudo? Sí, si somos sinestetas. Debido a este fenómeno psicofisiológico llamado sinestesia, algunas personas pueden experimentar sensaciones en un determinado sentido (por ejemplo, el oído) cuando se estimula otro (pongamos, el tacto). Es decir, que pueden ver formas geométricas de colores cuando escuchan una canción, por ejemplo. Y no, no es fruto de su imaginación, ni de un empacho de drogas. La sinestesia es descrita por los neurólogos como una comunicación anómala entre áreas cerebrales, un "cruce de cables", podría decirse vulgarmente.
 
Lo más común (en un porcentaje de un 49%) es que se crucen los cables de los estímulos léxicos (letras, números o palabras escritas) con los colores, de forma que el sinésteta léxico ve los grafemas de un determinado color, siempre el mismo, independientemente del tono en que esté impreso. La "a" siempre será roja y la palabra "teléfono", por ejemplo, siempre será amarilla, la lea donde la lea. Este tipo de sienestesia la experimentaba el novelista Vladimir Nabokov (el autor de "Lolita" añado yo), que protestaba de pequeño porque los colores de su alfabeto de madera no correspondían con lo que él percibía. También es bastante frecuente (28%) que el sinesteta vea colores y formas cuando escucha ciertos sonidos (sinestesia musical). Por eso Frank Liszt  le pedía a su orquesta que tocara "un poco más azul" o "no tan rosa", algo que lógicamente los músicos no acababan de comprender. Hay otros tipos de sinestesia menos frecuentes, como los provocados por el sabor (4%), el olor (4%), el dolor, el tacto o incluso las personas (3%).
 
Sí, las personas por sí mismas pueden ser un estímulo para los sinestetas que las perciben de algún color o tono en particular. Al parecer, de ahí viene la leyenda esotérica de que las personas poseen "auras" que sólo los más afortunados pueden percibir. De hecho es muy probable que algunos sinestetas fueran acusados de brujería en la antigüedad por asegurar que percibían el aura de la gente. El hecho de que la psicología haya tardado en reaccionar ante este fenómeno ha provocado que muchos sinestetas que ‘salieron del armario' fueran diagnosticados como esquizofrénicos, considerados drogadictos e incluso internados en hospitales psiquiátricos (cuando en realidad, y esto lo añado yo, son genios y genias que aparecen de vez en cuando en la Historia de la Humanidad).  Así lo cuentan Matej Hochel y el profesor Emilio Gómez Milán en la tesis "La sinestesia:sentidos sin fronteras", texto al que pertenecen los datos estadísticos citados anteriormente.
Gómez Milán, psicólogo, explica a "El Confidencial" que aunque la sinestesia afecta sólo a un 0,05% de la población, existen "sinestesias culturales" que percibimos todos, como la expresión amarillo chillón. "Pero posiblemente esto sólo es una forma de hablar. Para ser una sinestesia verdadera, la persona al ver el amarillo debería sentir un grito en su cabeza", especifica. Podría parecer molesto escuchar un grito en la cabeza cada vez que se vea ese color, o, por ejemplo, saborear unas alubias nada más despertar al ver un anuncio de fabada en la tele (caso real de sinestesia vista-gusto). Pero la mayoría de los sinestetas están contentos con su condiciño (y yo añade que son muchísimo más felices de la inmensa mayoria de la gente a nivel mundial). Imagine lo alucinante que debe ser acudir a un concierto y no sólo escuchar la música, sino poder contemplarla.
 
"Cuando oigo música, veo pequeños círculos o barras de luz verticales que se hacen más blancas o más brillantes, o más plateadas, en las notas más altas y adquieren un delicioso marrón intenso en las más bajas". Este es el testimonio de Sue B., que experimenta la sinestesia musical no sólo con colores sino con luz y formas, como describe el psicólogo estadounidense Oliver Sacks en su libro "Musicalia" (editado por Anagrama). Y un acercamiento a esta sensación para la gente de a pie puede ser el comienzo de la película "Fantasía", de Disney, un buen ejemplo de simulacro de sinestesia musical, aunque también se puede conseguir consumiendo drogas como el LSD o la mescalina o incluso mediante hipnosis.
 
Dediquen un par de breves minutos para "ver" cómo existen colores en un pequeño trozo musical versificado que escribí hace ya unos cuántos años (y ponganle la música que mejor prefieran): "Por el verde olivo / de la verde rama / trepa el verde brillo / de la esperanza / y el cercano nido / de la encina parda  / hacia el cielo, erguido, / la vida reclama". Si le han puesto una música fácil de cantar y de recordar sepan que el verde tiene una gran importancia y que, como complemento de dicha importancia, se encuentra el color pardo de la encina", ¿Tiene o no tiene colores la música? Por supuesto que sí. Y todos estamos capacitados de verlo si acudimos a algún concierto musical o, simplemente, escuchamos música sentados en un cómodo sillón de nuestro hogar.
 
Recuerden. Recuerden, por favor, a Basilio:  No hay un lago negro hay un lago blanco, hay un lago blanco. Hay un lago inmenso lleno de fango, lleno de fango. No hay silencio negro, ni llanto blanco, ni llanto blanco hay solamente silencio y llanto, silencio y llanto. No hay campo negro, hay campo blanco, hay campo blanco hay un campo inmenso para sembrarlo, para sembrarlo. No hay quejido negro, ni canto blanco, ni canto blanco hay solamente quejido y canto, quejido y canto, laralaaa. Cisne cuello negro, cisne cuello blanco que se van hiriendo que se van besando alegría y llanto. No hay un cielo negro, hay un cielo blanco, hay un cielo blanco hay un cielo inmenso para mirarlo, para mirarlo. No hay sendero negro, ni llano blanco, ni llano blanco. Hay solamente sendero y llano, sendero y llano. No hay un mundo negro, hay un mundo blanco. hay un mundo blanco. Hay un mundo inmenso que hay que cuidarlo, que hay que cuidarlo. No hay camino negro, ni paso blanco, ni paso blanco. Hay solamente camino y paso, camino y paso, larala. Cisne cuello negro, cisne cuello blanco que se van hiriendo que se van besando alegría y llanto".
 
Venus murió, sin nacer, por un desnudo mar morado lleno de ponientes de sol tan transparentes como la solitaria quietud del anochecer en las marismas. De islote en islote Venus fue muriendo, poco a poco, cuando los claveles se enredaron en el paisaje mientras los grillos se convertían en cantores de la melodía del cálido ensueño. Venus murió, sin nacer, en el alma de un gallo que cantó en la madrugada de color grana, gris y fría. Es este un pequeño minirelato de mi propia autoría pensando en cantos haciéndonos visualizar los colores que interpretan.  
 
Y cierro el texto con el recuerdo de un comentarip que me dedicó mi amigo "Grekosay". "Estimado Diesel: Música y color, las dos dimensiones más abstractas que con la palabra articulan "lo bello". Muchos pintores rebosan poesía, porque describen los estados del alma con una calidad de imagen maravilloso. Tú lo haces con las palabras...y ahora los colores. ¡¡¡Realmente es avanzar por una selva de sensaciones!!!". Sensaciones, Esa es la palabra exacta de lo que nos sucede a quienes ponemos color a las canciones que estamos escuhcando. Si los demás nos llaman locos es porque no saben nada de nuestra enorme cordura que sobrepasa los límites que ellos pueden comprender. Cuando escuches cómo termina la canción "Colores en el viento" de Pocahontas:  "¿Has oído al lobo aullarle a la luna azul? ¿O has visto a un lince sonreir? Has cantado con la voz de las montañas y colores en el viento descubrir y colores en el viento descubrir".  

 


 
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Reflexiones de carcter social.

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