El hombre que nunca soaba (Teatro) -Acto I-
Publicado en Jan 22, 2017
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ACTO I
 
ESECENARIO.- Madrid  en año de 1950. Una pared de una vivienda de la calle Iriarte del barrio de La Guindalera donde se ve un portal en el centro, una ventana a la derecha y otra ventana a la izquierda. En la parte izquerda del escenario hay un banco de madera y en la deredha un ciego que está vendiendo lotería.
 
CARMELO.- ¡Veinte iguales para hoy, me quedan veinte iguales! 
 
Aparece Paloma por la esquina donde vende cupones de lotería Carmelo, llevando una pequeña bolsa de lona.
 
PALOMA.- ¡Buenos días, Carmelo! ¿Cómo va la venta?
 
CARMELO.- Yo diría que más o menos.
 
PALOMA.- ¿No es eso una manera de decir que no va estando buena?
 
CARMELO.- ¡Ay, Paloma, si toda la vida estuviese tan buena como tú, otro caimán nos comería el alma!
 
PALOMA.- Cuando te pones a razonar de esa manera no te comprendo nada, Carmelo: y eso que somos dos jóvenes de la misma edad.
 
CARMELO.- Es cierto. Tengo solamente dieciocho pero ya me he acostumbrado a utilizar eufemismos, como hace Blas, para poder creer que no es real lo que es realidad.
 
PALOMA.- ¡Jajajajaja! ¿Es por eso por lo que todos los de La Guindalera hemos aprendido a decir "lo dijo Blas punto redondo?". 
 
CARMELO.- Sí. Es por eso. Ese tal Blas, por mucho gobernador de España que sea, miente másque habla cuando se trata de barriadas como esta "Guindalera"de Madrid.  Siempre que habla él parece que nunca hay otra verdad que nada más la que habla él. Es igual que ese palustre escritor, de la calle Iriarte, que se cree tan grande como Lope de Vega cuando en realidad no sabe ni explicar bin las diferencias que hay entre comedias, dramas y tragedias., diga las mayores bobadas jamás conocidas porque él dice que son verdad y punto redondo y no se hable más del asunto.

PALOMA.- ¿Te estás refiriendo a Miguel Ánngel Imaz y Más?
 
CARMELO.- A ese mismo. Desde que se ha convertido en un "camisa nueva" de la Falange se cree el Jefe de toda La Guindalera y que todo lo que dice él es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
 
PALOMA.- ¡Ten mucho cuidado con lo que dices, Carmelo!¡Hay muchos cotillas y espías del Movimiento por estos lugares!
 
CARMELO.- Lo sé, Paloma, lo sé. Y también sé que muchos de ellos usan sotanas. ¡Ten mucho cuidado con los de las sotanas, Paloma!
 
PALOMA.- ¡No sigas hablando ´más, Carmelo! ¡Puedes poner en peligro tu trabajo y encontrarte solo y tirado en la calle como una colilla!

 
Se abre la ventana que está situada del lado más cercano a Carmelo y Paloma, apareciendo una feísima vieja alcaheuta.
 
VIEJA ALCAHUETA.- ¡Lagarta! ¡Lagarta! ¡Lagarta!
 
Paloma mira hacia la ventana y se la enfrenta-
 
PALOMA.- ¡Eschuche bien, vieja alcahueta! ¡Estoy ya bastante harta de aguantar sus insultos! ¡Bastante tengo yo con apartar a tantos "moscones" que me están deseando poseer como para tener tambén que preocuparme de sus majaderías de loca total! ¡Usted sólo es una envidiosa bruja nada más!
 
VIEJA ALCAHUETA.- Ya lo veo... ya lo veo... ya  veo que no tienes nungún recato en mostrar las maravillas de tu cuerpo... pero vas a terminar en el infierno... yo misma te arrastaré a la calderas de Pero Botero... por la Señora de las Brujas que terminas en el infierno...
 
PALOMA.- Estoy segura de que en el infierno estaría muchísimo mejor que en el cielo si, por un descuido de San Pedro, usted estuviera allí.  ¡No podría soporatar estar en el cielo junto a usted ni por un solo segundo nada más!
 
La feísima y vieja alcahueta está muy enfadada.
 
- VIEJA ALCAHUETA.- ¡¡Si yo tuviera unos ochenta años menos bien que te mostraría y te demostraría lo que hay que hacer con los hombres!! !!Como me llamo Benita Benítez de Benito te juro que aprenderías a ser una verdadera amadoray no una panoli de dieciocho años de edad que no sabe lo que es aprovecharse de lo que la Naturaleza da y se dedica todo el santo día a leer libros románticos!! ¿Es que vas camino de santa?
 
La feísima y vieja alcahueta Benita Benítez de Benito se mete hacia dentro, tan enfadada, que al cerrar violentamente la ventana está a punto de romper los cristales.
 
CARMELO.- Vete de este barrio, Paloma. Es lo mejor que puedes hacer.
 
PALOMA.- Mi barrio es éste. Aquí es dónde nací y donde quiero seguir viviendo. Que mi rostro y mi cuerpo atraiga a tantos"moscones" demuestra la verdad del refrán.
 
CARMELO.- ¿A qué refrán te refieres?
 
PALOMA.- A ese que dice que la miel no está hecha para la boca del asno.
 
CARMELO.- ¡Jajajajaja! ¡Tú sí que me haces reír y, dicho sea de paso, me haces soñar!¡No te vayas todavía no te vayas por favor que hasta la guitarra mía está suspirando amor! ¡Es mejor soñar contigo que seguir pensando en Miguel Ángel y los flechas y pelayos de Don Raimundo!
 
PALOMA.- Ten mucho cuidado con lo que sueñas y, por supuesto, ten mucho cuidado con lo que dices. Me gusta mucho que sueñes, por ejemplo, conmigo y me gustaría poder acompañarte en ese sueño; pero tienes que tener en cuenta que todavía no se puede decir nada de lo que soñamos en esta España nuestra... nuestra querida España...
 
CARMELO.- Seguiré soñando sin decir nada a nadie ahora que sé que estamos rodeados de chivatos del Régimen.
 
PALOMA.- Muchos de ellos con sotanas. No lo olvides. Muchos de ellos con sotanas. ¡No hables de lo que sueñas para no poner en peligor tu puesto de trabajo y verte abandonado en la calle pidiendo caridad! ¿De acuerdo?
 
CARMELO.- Seré como una tumba.
 
PALOMA.- Adiós, Carmelo. Guarda silencio pero nunca dejes de seguir soñando.
 
Paloma le da un beso en la cara al ciego Carmelo y se dirige hacia el banco de madera, allí se sienta y saca los dos libros, un cuaderno de apuntes y un lapicero que es lo que lleva dentro de su bolso de lona. Antes de que comience con sus estudios y anotaciones, al calor de aquel fuerte sol de julio, aparece junto a ella el cincuentón y canoso Don Antonio Redes Millán.
 
DON ANTONIO.- ¡Hola. palomita de mis entretelas!
 
Paloma levanta la vista.
 
PALOMA.- Ni soy una zurita ni vivo entre sus retales, Don Antonio. ¡Así que ya se está usted largando o aviso a alguien que tiene muchas ganas de pelearse con usted!
 
Don Antonio Redes Millán hace caso omiso de la negativa y se sienta en el mismo banco mientras ella se aleja hasta el otro extremo del mismo con todos sus artilugios de estudio.
 
DON ANTONIO.- ¿Es que te has convertido, de repente, en la novia de ese tal Young Martín que acaba de debutar y ya parece que se va a comer el mundo entero?
 
PALOMA.- ¿Y si le dijese que sí usted se lo creería?
 
DON ANTONIO.- Dicen que soñar no cuesta dinero y por eso yo jamás sueño ni con nada ni con nadie. No sé lo que es soñar ni lo deseo saber nunca. ¡Me basta y me sobra con saber que puedo comprar lo que quiero y a quien quiero solamente usando parné!
 

PALOMA.- ¿Y usted es el que va alardeando ante la alta sociedad madrileña de que es sumamente religioso, tan religioso como para saberse completamente toda la Biblia de memoria, pero no cree en ninguna clase de milagros?
 
DON ANTONIO.- ¡Sólo existe un milagro y se llama pasta! ¡Dinero para ser exactos! ¡Bienvenido el año 1.000 antes de Jesucristo! ¡Gracias,  Ji Zhao, y bienvenido seas a la historia de los millonarios gracias a tu genial invento! ¡Brindemos por Ji Zhao, Palomita santa, brindemos por el inventor del dinero!
 
Don Antonio saca del interior de su "americana" un pequeño botellín lleno de coñac y lo acerca a la boca de Paloma quien lo aparta con su mano. haciendo un movimiento tan brusco e inesperado que el botellín cae al suelo rompiéndose y todo el coñac se desparrama en la acera,
 
PALOMA.- ¡Todo lo que usted pueda comprar con todos sus dineros, absolutamente con todos sus dineros, aunque sea uan cantidad tan enorme como el infinito, no llega ni a la milésima parte de lo que yo sueño con poseer!
 
DON ANTONIO.- ¿Me estás rechazando de verdad? ¿No sabes que "El carnicero de Badajoz" es mi grande e íntimo amigo de aventuras inconfesables? Tengo tanta amistad con él que siempre soy bienvenido e invitado a comer continuametne por Escrivá de Balaguer?
 
Paloma recordó el aviso de Carmelo sobre lo de tener mucho cuidado de los hombres con sotanas.
 
PALOMA.- Tiene usted que aprender ya de una vez por todas, Don Antonio, y espero no tener que volver a recordárselo nunca más, que yo no hablo para nada de política ni de religión. No me interesan ni los politicos ni los curas. Ni les alabo ni les critico. ¡Allá ellos con sus pasiones, si es que tienen pasiones, porque a mí no me interesa saberlo!
 
DON ANTONIO.- ¿No te interesa, aunque sea un poco nada más, conocer asuntos de confesiones privadas?
 
PALOMA.- Yo no soy ni vieja ni alcahueta.
 
DON ANTONIO.- En lo de vieja está totalmente claro que eres una fruta primaveral que está pidiendo una boca para que se la coma.
 
PALOMA.- Puede ser que sí, pero no de una tan sucia como la de usted. Y en cuanto a lo de alcahueta ya tenemos bastante con la Benita Benítez de Benito. ¿Está usted de acuerdo?
 
DON ANTONIO.- No es mala mujer la Benita... lo que sucede... es que muchas de vosotras... las chicas de hoy en día... tenéis envidia de ella...
 
PALOMA.- Si eso fuera cierto, que no lo es ni en sueños, sería una envidia completamente maligna lo cual está a años luz de distancia de nosotras las que creemos en el amor limpio porque es un amor noble.
 
DON ANTONIO.- Ya que hablas de sueños y amores limpios y nobles, que son cosas que nunca jamás existen, ¿a qué te estás dedicando ahora?
 
PALOMA.- Bien sabe usted que sueño con ser algún día una crítica literaria y ganarme honradamente la vida analizando libros escritos por los grandes autores de la actualidad con el fin de publicar mis comentarios e incluso llevar a cabo talleres de literatura. Ya sé que es un sueño que usted jamás podrá comprender.
 
DON ANTONIO.- ¿Cómo voy a comprender tus sueños si en realidad no existen nada más que en tu fantasiosa imaginación? Por ejemplo... ¿puedo saber qué libros estás analizando ahora?...
 
Don Antonio intenta acercarse a ella pero Paloma se lo impide con un gesto de repulsa.
 
PALOMA.- Puedo hablarle del asunto pero sin que usted se me acerque ni un centímetro más porque además que no me gustan los hombres que intentan ponerse encima de mí es que usted suelta un olor a cebolla que tira de espaldas. Así que mantengamos la distancia oportuna.
 
DON ANTONIO.- La cebolla es muy buena para la sangre pero si es que no quieres que te proteja lo suficiente es problema tuyo, Hablemos a la distancia a ver si me convences de que lo tuyo tiene salida alguna en un país tan inculto y hasta analfabeto como es esta España de 1950.
 
PALOMA.- Si este país es todavía inculto y existen muchos analfabetos no es precisamente por culpa de ellos sino por culpa de ustedes, los politicos y los curas, pero ya le vuelvo a repetir que no voy a hablar de esos temas, Lo que estoy estudiando y analizando son dos obras de un mismo autor que me han llamado mucho la atención por la originalidad con la que están escritas; aunque supongo que la originalidad no está al alcance de la mentalidad de un hombre tan práctico y materialista como usted,
 
DON ANTONIO.- ¡Exacto! ¡La originalidad es una especie de cuento chino propio de soñadores que nunca jamás viven en este mundo! ¡Los originales se engañan a sí mismos e intentan convencernos a los realistas de que viven aventuras emocionantes! Eso ni me lo creo ni nunca me lo voy a creer.
 
Paloma saca del interior de su pequeña bolsa de tela una hoja escrita. 
 
PALOMA.- Escuche usted lo que me ha dedicado un admirador de mi belleza a ver si es usted capaz de captar lo mucho que hay de sentimiento en algo escrito con originalidad.
 
DON ANTONIO.- ¡Jajajajaja! ¡Escucho para demostrarte que sólo debe ser una tontería nada más! ¡Una idiotes de alguno de esos jóvenes que no tienen donde caerse muertos!
 
PALOMA.- Aprenda usted a escuchar antes de dar su criterio basado en la ignorancia.
 
DON ANTONIO.- Escucho, escucho. A ver si me convences de que soñar sirve para algo que no sea ir mendigando por las calles o vendiendo lotería como Carmelo.
 
PALOMA.- Para mí Carmelo es mucho más hombre que usted; pero no quiero que ahora discutamos sobre ese asunto. ¿Leo o no leo?
 
Don Antonio hace como que va a poner atención mientras enciende un puro cohibas y ella lee el pequeño texto.
 
PALOMA.- Hay días en que las horas van deslizando sus minutos a manera de girándulas y entonces, segundo a segundo, te vas llenando de conciencia; notas la mano amorosa trazando dibujos sobre tu corazón y ya no existen las batallas sangrientas de lo cotidiano sino que todo se hace festivo y se yergue el alma hacia un sinfín de sensaciones que o bien lo puedes llamar ensueño o bien lo defines como sensación. Destapas entonces el misterio de las cosas y encuentras allí, en medio de lo puramente material, un hálito de espíritu del cual no deseas apartarte para que no se termine nunca la magia del momento. Y sigues sintiendo la mano amorosa dibujando sobre tu corazón un símbolo pragmático que te hace emigrar hacia el fondo de tu interior. Entonces te fundes en un solo perímetro de existencia que algunos lo han llamado hechizo y que es, sencillamente, el canto sinfónico de todos sus sentidos creando una melodía concéntrica alrededor de tu espacio vital. Este domingo ha sido, para mis vivencias, un día así; un día que no quisiera que acabara nunca. Y doy las gracias a la mano amorosa que ha ido dibujando, segundo tras segundo y deslizando los minutos por el tobogán de la existencia, el símbolo del hechizo que sus dedos han elaborado sacándole sustancias al tiempo.
 
Don Antonio se queda sorprendido porque estaba esperando otra cosa.
 
DON ANTONIO.- ¡Atiza! ¡Yo creía que iba a ser una cursileria de esas que escribía Gustavo Adolfo Bécquer! Reconozco que es muy profundo pero también afirmo que es una forma ingenua de sentir el amor y el amor está completamente reñido con la ingenuidad. Algo que tú misma aprenderás con el tiempo.
 
PALOMA.- ¿Usted cree que Bécquer escribía cursilerías sobre el amor?
 
DON ANTONIO,- ¡Por supuesto que eran cursilerías sin fuerza de ninguna clase?
 
PALOMA:- Escuche esto: "Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor". ¿Tiene o no tiene fuerza Gustavo Adolfo Bécquer?
 
DON ANTONIO.- Para las mujeres puede que sí; pero nunca para un hombre como yo, el señor don Antonio Redes Millán. Si he triunfado en la vida es porque soy un realista que nunca anda perdiendo el tiempo con los sueños. Los sueños sólo sirven para consolar a los perdedores, a los que no saben que el amor se consigue a través del poder y no de la imaginación más o menos soñadora que, además, siempre es una contradiccón imposible de traducir, ¡Muera la cultura y viva la fuerza! ¿Qué libros estás analizando?
 
PALOMA.- "Nunca morir" y "Morir por ti siempre".
 
DON ANTONIO.- ¿Lo etás viendo? ¡Dos contradicciones absolutas! ¿A eso te dedicas tú creyendo que llegarás a ser alguien importante en el mundo de las letras?
 
PALOMA.- ¿Dónde ve usted la contradicción?
 
DON ANTONIO,- En los mismos títulos de las obras.
 
PALOMA.- ¿Y si le digo que son de un mismo autor?
 
DON ANTONIO.- Si son de un mismo autor o se trata de un ser perdido en sus contradicciones existencialistas o es simplemente un loco que unas veces dice sí y otras veces dice no sobre un mismo tema. ¿Cómo puede ser que afirme, por un lado, eso de nunca morir y, por otro lado, afirme lo de morir por ti para siempre?
 
PALOMA.- Si usted tuviera un mínimo de inteligencia suficiente como para saber hacer un análisis literario, lo cual a usted le suena a chino, sabría que lo que está haciendo este autor es que, partiendo de dos puntos totalmente diferentes, busca hacer un verdadero canto a la vida. Eso es lo que yo estoy descubriendo. Un verdadero canto a la vida saliendo desde dos puntos completamente distintos. O sea, que la contradicción de este autor sólo existe en la mente de personas con tan poca imaginación como usted, 
 
Don Antonio se queda pensando porque no sabe qué responder ya que desconoce por completo las obras de ese autor y, en ese momento, aparece un chaval de trece años de edad que, montando en bicicleta, desde donde se encuentra el ciego vendedor de loterías, que está en silencio y escuchando todo, llega a la altura del banco donde en uno de sus extremos está sentado Don Antonio Redes Millán y en el otro extremo está sentada Paloma.
 
DON ANTONIO.- ¡Mira por dónde vas, mendrugo, que casi me atropellas y yo soy toda una autoridad!
 
El chaval de los trece años, que se llama Domingo, se detiene un momento.
 
DOMINGO.- ¡Perdone usted, tío mamón!
 
Domingo pone rápidamente en funcionamiento la bicicleta y sale de la escena a toda velocidad.
 
DON ANTONIO.- ¿Has visto, Paloma? ¡Esta es la única realidad que existe! ¡La falta de respeto a las autoridades sociales mientras personas como tú sólo se dedican a soñar con un mundo mejor! ¡No existe mejor mundo que el de usar la correa a diestro y siniestro para enderezar a una sociedad que empieza a escaparse de nuestras manos!
 
PALOMA.- Los hombres como usted, incapaces de ser respetados porque no respetan la verdadera necesidad de los pueblos, sólo saben imponer la violencia para intentar imponer sus ideologías. Pero el pueblo español ya está harto de todos ustedes. Por eso callamos. No callamos por cobardía ni porque les tengamos miedo; lo hacemos porque  callar dentro del silencio que nos quieren imponer nos transporta a poder hablar con el alma. Y ese es el Gran Grito de la Vida. Ese es el Gran Grito que estoy descubriento en "Nunca morir" y "Morir por ti siempre". ¿Pero cómo lo va a entender un hombre que sólo sabe usar el lenguaje de la correa? Correa más o correa menos al final ustedes se van a derrumbar sin que los demás hagamos nada más que saber esperar el momento.
 
DON ANTONIO.- ¡Cuidado con tu rebeldía, Paloma! ¡Mucho mejor te iría dándome un poco de amor!
 
PALOMA.- Usted se confunde continuamente cuando se refiere al amor. A mí me gusta y me encanta la sincera expresión de las palabras de amor recitadas por un poeta. Más allá del estilo poético que utilice, lo cual es muy importante si es propio y verdadero, está el contenido del poema que me parece pródigo en ideas fundamentales. Tiene usted que aprender mucho sobre el amor porque no conoce nada de lo que significa. Amar de verdad es una sensibilidad que no tiene barreras,
 
Proveniente de la casa a la que pertenece la segunda de las dos ventanas del edificio se escucha cantar a Petra, la empleada que está trabajando en las labores de limpieza. Lo hace a pleno pulmón. 
 
VOZ DE PETRA.- ¡¡Ni se compra ni se vende el cariño verdadero ni se compra ni se vende no hay en el mundo dinero para comprar los quereres que el cariño verdadero que el cariño verdadero ni se compra ni se vende!! ¡¡Ni se compra ni se vende el cariño verdadero
ni se compra ni se vende no hay en el mundo dinero para comprar los quereres que el cariño verdadero que el cariño verdadero ni se compra ni se vende!!
 
Se abre la venta y se asoma Petra.
 
DON ANTONIO.- ¡Hola, guapísima Petra! ¡Cómo se nota que estás de muy buen ver!
 
PETRA.- ¡Pues prefiero que me miren otros ojos que no sean los suyos!
 
DON ANTONIO.- ¡Me estoy ya cabreando con todas las que vivís en esta madriguera de "La Guindalera"! ¡Me parece que voy a tener que introducir algunos topos para haceros comprender que los conejos no pueden ser nunca jamás superiores a los cazadores!
 
PETRA.- ¿Se está usted refiriendo a esos marxistas que se introducen en barriadas obreras como "La Guindalera" para luego ir con el soplo a las autoridades para que ustedes sepan a quiénes deben de detener para inflarles a hostias en la DGS porque son considerados como los más peligrosos?
 
DON ANTONIO.- ¡Jejeje! ¡Cómo se nota que todavía existen mujeres sensatas, en nuestra sociedad, que en lugar de soñar con imposibles saben muy bien lo que es la realidad del mundo en que estamos viviendo! ¡Claro que me estoy refiriendo a los topos marxistas que por un puñado de monedas son nuestros mejores chivatos para atrapar a los que de verdad nos interesa atrapar!
 
PETRA.- ¡Me importa un pito la existencia de topos marxistas colaborando con los fascitas y felangistas como usted! ¡Cómo se atreva a poner una mano encima de mi Santiago va usted a saber lo que es la Petra verdaderamente enfadada! ¡Si usted se atreve a tocar a mi Santiago le saco los ojos de cuajo, tio mamón! ¡Mi Santiago no es Carrillo sino Castillo! ¡No lo olvide usted nunca jamás, viejo carcundia!
 
DON ANTONIO.- No te preocupes tanto por tu Santiago, Petra. ¡No es ninguno de los peces gordos que nos interesa pescar! ¿De acuerdo?
 
PETRA.- ¡Váyase usted a hacer puñetas con sus topos marxistas!
 
Petra cierra la ventana y vuelve a seguir con la limpieza mientras canta otra canción,
 
VOZ DE PETRA.- ¡¡Solamente una vez amé en la vida; solamente una vez y nada más. Una vez nada más en mi pecho brilló la esperanza; la esperanza que alumbra el camino de mi soledad!! ¡¡Solamente una vez se entrega el alma, con la dulce y total renunciación; y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse, hay campanas de fiesta que cantan en el corazón!!
 
DON ANTONIO.- ¿Qué me dices ahora, Palomita?
 
PALOMA.- ¡Que le repito, y me parece que usted no es sordo, que no hablo nunca de política ni de religión y menos con personas tan indeseables como usted!
 
DON ANTONIO.- ¿De verdad que no quieres vivir con toda clase de lujos en el Barrio de Salamanca?
 
PALOMA.- ¿Qué dice su amada esposa sobre ese asunto?
 
DON ANTONIO.- ¡Jajajajaja! ¡Mi amada esposa ya sabe lo que hay y lo que hay no es otra cosa que las lentejas! ¡Si las quieres las tomas y si no las dejas! ¡Eso es lo que hay y no sueños de primaver en pleno verano! 
 
PALOMA.- Sus lentejas échelas a los cerdos. Yo me conformo con un buen cocido madrileño compartido con quien vaya a ser mi único amor verdadero.
 
DON ANTONIO.- ¿Amor verdadero? ¿Existe el sueño del amor verdadero?
 
PALOMA.- Para quienes soñamos con una España mejor claro que existe.
 
DON ANTONIO.- ¿Y si yo te declarara mi amor verdadero aceptarías mi oferta?
 
En ese momento se abre la ventana de la vieja alcahueta y se asoma, de nuevo, Benita Benítez de Benito.
 
VIEJA ALCAHUETA.- ¡Toño! ¡Toñito! ¡Que llevo media hora esperando!
 
PALOMA.- Me parece que su amor verdadero le está llamando a usted.
 
Don Antonio intenta disimular la verdad.  
 
DON ANTONIO.-  ¡Ah, ya1 ¡Tengo que arreglar una cuentas con esa vieja chismosa!
 
VIEJA ALCAHUETA.- ¡Que es para hoy, Toñito, y la puerta ya está abierta!
 
Don Antonio abre la puerta y entra dentro del edificio mientras Carmelo vuelve a lo suyo.
 
CARMELO.- ¡Veinte iguales para hoy, me quedan veinte iguales!
 
SE BAJA EL TELÓN.
FIN DEL PRIMER ACTO.  


 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Miembro desde: Jun 29, 2009
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Descripción

Obra tatral.

Palabras Clave: Li0teratura Prosa Teatro Narrativa.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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