El hombre que nunca soaba (Teatro) Acto II
Publicado en Jan 23, 2017
ACTO II
ESCENARIO.- Sobre una tarima de madera hayuna mesa en la que está disertando sobre "Filosofía y Poder" el profesor Don Sigfredo. Detrás de él hay un enorme mapa de España. A la derecha del mapa una fotografía de Francisco Franco Bahamonde con la bandera nacional imperialista y a la izquierda del mapa una fotografía de José Antonio Primo de Rivera con la bandera de la Falange. Jesús, Miguel Ángel, Anabel, Mayte y Cristina están sentadas entre el público pero forman parte de los actores y actrices de la obra. DON SIGFREDO.- Termino diciendo que ya Romano Guardini nos advierte que, en el sentido más exacto y estricto de la palabra, todos los súbditos tenemos la obligación de respetar y obedecer a quienes ostentan el poder. Comenzamos con el debate. ¿Alguien tiene algo que decir en contra de Guardini? No tengáis miedo porque el miedo ya no existe en España. Se levanta Jesús. JESÚS.- Me llamo Jesús. ¿Es verdad que no tenemos que tener miedo de hablar y hacer público lo que sentimos dentro de nuestro interior? DON SIFGREDO.- Estamos en la Sala de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid. ¿Qué miedo podemos tener? JESÚS.- Supongo que el miedo a no poder terminar nuestras carreras. DON SIGFREDO.- Habla sin miedo o el miedo siempre te convertirá en un esclavo. JESÚS.- Está bien. Unos pretenden hacernos creer que lo más hermoso que existe en esta Tierra es un ejército de heroicos jinetes, otros pretenden hacernos creer que un ejército de infantes y otros que una escuadra de navíos. Yo creo que lo más hermoso que existe es el verbo Amar. Indudablemente que este verbo es la primera y principal característica de la expresión total de la pasión humana. Una constante continua de nuestras vidas afectivas directamente relacionada con el espectáculo vital de nuestra propia naturaleza. Evocar lo absoluto del verbo Amar es agigantarnos en la floración afectiva de nuestras creaciones. La correspondencia entre lo cósmico de nuestro ser y lo epidérmico de nuestras células se encuentra en el verbo Amar; aunque esto preocupe tanto a ciertas autoridades políticas, morales y religiosas. ¿Por qué ese miedo? Porque esas ciertas autoridades temen siempre a lo lógico, ya que si nos moviésemos siempre por la lógica del verbo Amar se acabarían sus poderes basados en el enfrentamiento y la lucha continua del odio para sacar ganancias. No. No es el Cielo quien ha promulgado, en la historia humana, prohibiciones sobre el verbo Amar; ni la justicia que habita en los dioses soberanos establece leyes coercitivas sobre él. Son ciertos decretos mortales ocultos y muy bien ejecutados a través de apariencias. Pero yo no creo en los decretos de un mortal y pienso que nadie puede cambiar este verbo. Está bien vivo y nadie conoce bien la profundidad que posee desde su más remoto origen. Los seres humanos aparecieron en la Tierra amando y, a pesar de todo el odio que han promovido en la historia humana, y que siguen promoviendo, desaparecerán de esta Tierra amando; aunque por ello tengan que estar perseguidos por las autoridades políticas, morales y religiosas que antes he citado. El profesor Don Sigfredo se da cuenta de que aquel jovencito va a ser difícil de domar. DON SIGFREDO.- Si tanto hablas del amor perseguido por quienes, según tú, no saben amar... ¿puedes decirme dónde se encuentra el punto en que el amor es anulado para siempre?... JESÚS.- ¿De verdad quiere usted saberlo? ¿De verdad quiere usted que le demuestre que no le tengo ningún miedo ni a usted ni a ninguno de sus esbirros chivatos de esta Facultad? DON SIGFREDO.- Si te crees tan valiente demuéstralo. JESÚS.- Anote bien en su memoria herodiana. Muevo mi cuerpo en medio de las sombras en que el sexo se me vuelve retumbar. Y es entonces cuando me siento vivo con la vida envuelta en el amar; ese mágico velo que se rompe con la experiencia del saber aún más... y en medio de la noche y las estrellas, con tus muslos sirviendo de muralla, soy algo que no seré jamás porque pertenezco a tu cuerpo desnudo y no a un simple soñar. Don Sigfredo se queda con la boca abierta sin poder decir nada. JESÚS.- Un momento, Don Sigfredo, un momento porque todavía no he terminado. Anote bien en su conciencia inquisitorial. Con suave tacto te toco, me tocas, y en medio de un concierto de latidos tu cuerpo se enerva, se disloca y se vuelve en esta hora, hora loca, pasión de dos cuerpos reunidos. En tu boca se cierra el círculo de mi boca y en mi pecho siento calor desconocido; ahora mi sangre en tu sangre entronca su líquido ardiente como lava en roca y como fuego en tu pecho hendido. Amor y sexo en un solo sentido. El profesor Don Sigfredo sigue sin saber qué decir. JESÚS.- ¿Qué dice usted ahora? ¿En qué momento voy a ser detenido por decir que amo o por no habar callado que amo? DON SIGFREDO.- La metafísica del poder no se contrapone al poder de Dios, ni al poder de la naturaleza, ni al poder del dinero. JESÚS.- Estoy totalmente seguro de ello porque yo declaro aquí, ante el público silente, que la metafísica del poder se opone a la dignidad de los seres humanos. DON SIGFREDO.- ¿Puedo saber qué es para ti esa dignidad de los seres humanos de la que te atreves a hablar? JESÚS.- Está bien, señor de las "acciones directas" para acabar con los males de esta nación. Supongo que sabrá bien lo que son los marginados. En ese caso bien que debe saber que ayudar a los marginados es, primero, sentir a los marginados; segundo, vivir con los marginados; tercero lograr que dejen de ser marginados... si hablo sobre los marginados es algo que me dignifica primero ante Dios y después ante la Humanidad; porque las ideologías nunca han logrado sacar a los marginados de la marginación. La Historia lo demuestra. Si hablo sobre los marginados es porque he nacido en una humilde y pobre barriada rodeado de marginados; si hablo sobre los marginados es porque he vivido y convivido, multitud de veces, con los marginados acompañado de la única chica que me sabe amrar; si hablo de los marginados es para si hablo sobre los marginados es que he estado estudiando en escuelas, colegios, institutos y universidades junto con los marginados, si hablo de los marginados es para ayudar a los marginados y las marginadas, conociendo sus vidas, viviendo sus vidas, intentando solucionar sus vidas. Señor Don Sigfredo, usted que es todo un entendedor de las "acciones directas" para acabar con la lacra de los marginados... ¿me puede decir a mí quién es el personaje histórico que, ¡en tan solo tres años!, cambió tan radicalmente al pensamiento humano que dividió la Historia de la Humanidad en Antes de Él y después de Él? ¿Me puede usted decir a mí, señor gran conocedor de las "acciones directas", quién es el personaje histórico que conoció mejor la vida de los marginados, estuvo viviendo siempre junto a los marginados y realizó tantas obras a favor de los marginados que habría que escribir un tan enorme número de volúmenes citando todo lo que hizo por ellos que ha sido necesario solamente poner unos cuántos edificantes y demostrativos ejemplos de lo que hizo por todos ellos y por todas ellas? Usted, tal alto y digno conocedor de las "acciones directas"... ¿puede decirme a mí quién es ese personaje histórico que amó de tal manera al mundo de los marginados que ofreció su cuerpo y su sangre para la liberación de todos ellos? Repasemos la Historia, hoja por hoja y despacio, muy despacio, gran señor conocedor de las "acciones directas". DON SIGFREDO.- Estoy un poco aturdido. No esperaba esto de ti que eres el mejor alumno que he tenido en mis aulas. Así que va a ser mejor no seguir hablando de todo esto porque hay mucha Historia por delante y no podríamos entenderlo. JESÜS.- Pues yo le tengo que decir que, con toda la Historia en la mano, es muy fácil y sencillo de comprender y no es un imposible como usted va diciendo siempre a quienes le escuchan. Yo le pongo en conocimiento que he leido todo sobre la Historia de la Humanidad desde que los humanos están sobre la Tierra hasta la última actualidad e, incluso, hasta lo que puede suceder en el futuro con la Humanidad entera. Así que si usted también ha leído tanto ¿puede explicarme qué ideología política, social y económica ha acabado con la existencia de la marginacion? ¿Puede ustede decirme y explicarme qué Partido Político o qué Sindicato Político o que Religión Política ha acabado con la existencia de la marginación? Porque resulta que estudiando a fondo la Historia de la Humanidad desde sus mismos comienzos hasta el día de hoy y las proyecciones futuras yo no he conocido jamás a ninguna ideología política, social, económica y religiosa que haya conseguido absolutamente nada de eso. Lo que he podido analizar, después de haber leído, profusa y profundamente, la Historia de la Humanidad es que siempre han desnudado a unos seres humanos para vestir a otros seres humanos. Alguien enseñaba con parábolas lo que es la dignidad humana y, pensando en Él, yo le cuento la siguiente: había una vez un ser humano desnudo y un ser humano vestido. El ser humano desnudo asaltó al ser humano vestido y se vistió con las ropas robadas a éste. ¿Es eso la justicia social de la que hablan todas las ideologías políticas, sociales, económicas y religiosas cuándo resulta que estamos en el mismo punto del inicio puesto que sigue habiendo un ser humano desnudo y un ser humano vestido? ¿Ha comprendido bien la parábola o se lo explico de otro modo más contundente? ¿Me puede usted decir, gran señor conocedor de las "acciones directas", cuál ha sido la "acción directa" que, con el uso de la fuerza, ha logrado erradicar a los marginados de la Tierra? ¿Es la justicia social de la que hablan tanto todos ustedes los de las "acciones directas" robar, esclavizar, perseguir, exiliar e incluso matar a unos seres humanos para que otros dejen de ser marginados a cambio de marginar a otros? ¿Me está comprendiendo ya mejor, oh gran señor de las "acciones directas"? Usted que ha leído tantísimo... ¿se ha tomado la pequeña molestia de haber leído alguna vez, aunque sólo haya sido una vez, la Sagrada y Santa Biblia Cristiana? ¿Ha tenido, al menos, la pequeña molestia de haber leído alguna vez, aunque sólo haya sido una vez, tan sólo el Nuevo Testamento de la Sagrada y Santa Biblia Cristiana? Muchos falsos profetas han creado falsas religiones sobre Dios y muchos y falsos profetas también predican las falsedades de sus falsos líderes religiosos cambiando a su antojo, según sus intereses y las circunstancias históricas de cada momento, la Verdadera Palabra de Dios; quitando lo que no les conviene, añadiendo lo que les conviene, traduciendo a la manera que mejor les conviene... cuando de todos los Verdaderos Cristianos es sabido que la Palabra de Dios es siempre la misma en todo momento y en todo lugar. ¿Qué es para usted la verdadera justicia social ya que dice y se alaba tanto de conocer las "acciones directas"? ¿Sabes usted quien es Aquél que, habiendo nacido millonario y sin tener ninguna necesidad de ningún tipo, por decisión voluntaria, habitó y sigue habitando entre los pobres y los necesitados porque resucitó y está vivo? Por si no lo sabe, por si no ha escuchado jamás su Nombre, por si no le ha interesado conocer nunca nada de su Vida, le voy a decir quien es: Se llama jesucristo y es Jesús de Nazaret. ¿Ha aprendido ya una nueva visión y un nuevo enfoque de lo que es la Verdadera Justicia Social? Él dice: dad de beber al sediento sin quitarle el agua a los demás, dad de comer al hambriento sin quitarle la comida a los demás, dad la dignidad a los marginados sin quitarle la dignidad a los demás?... Por todo esto y mucho más es por lo que hablo sobre los marginados. Quizás sea mejor seguir escuchando razonamientos de la Filosofía del Poder para no tener que bajar la cabeza por culpa de la vergüenza ajena. Yo ya he terminado. Siga usted Don Sigfredo. Siga usted captando flechas y pelayos entre la población universitaria por ver si se convierten ustedes en algo más inteligentes de lo que son. DON SIGFREDO.- ¿Has terminado ya, rebelde sin causa? JESÚS.- ¡Un momento, un momento señor pofesor! ¿Qué es para usted una causa? DON SIGFREDO.- Es muy fácil de saber y parece mentira que alguien tan inteligente como tú no sepas que la causa es aquello por la cual todos luchamos. JESÚS.- ¿Por qué ustedes, los pólíticos, usan tantos eufemismos? ¿No sería másexacto decir que no luchan por la causa sino por el poder? ¡Llamen al pan pan y al vino vino y atrevánse a decir que es el poder la causa por la cual todos ustedes están luchando. DON SIGFREDO.- ¡Demuestra ante todos que estás diciendo una verdad! JESÚS.- Es cierto que existe una causa para la dignidad humana; pero no les pertenece a ninguno de ustedes los políticos de las ideologías sino a la verdadera existencia de los seres humanos cuando es, en verdad, una dignidad liberada de todos los axiomas que ustedes pretender hacernos creer que son las metas de los hombresy mujeres de este país. DON SIGFREDO.- ¿Qué sabe un iletrado como tú sobre la dignidad liberada? JESÚS.- Soy mucho más letrado de lo que usted, y quienes son como usted, estan creyendo o pensando, Y en base a ello tengo que informarle, para que sepa usted con quién está hablando antes de decir estulticias sobre mi persona, que la dignidad liberada es lo que un verdadero hombre no debe perder nunca porque eso se llama cobardía sea un hombre cristiano o no lo sea. Jesucristo predicó lo que es la dignidad liberdada y dijo a sus hermanos que fuesen siempre dignos. Así que nada de bajarse los pantalones, DON SIGFREDO.- No deseo, para nada, rebatir eso. JESÚS.- No se preocupe por eso. Ya sabemos que la verdades que no puede usted rebatirlo pero es mejor decir que no quiere. Siga contándose mentiras a sí mismo para ver si se las creen los demás. Jesús se sentó y Don Sigfredo sacó un pañuelo para limpiarse el sudor de su frente respirando profundamente; pero ya su voz no era tan arrogante ni tan altiva. DON SIGREDO.- Al contemplar las fuerzas elementales de la naturaleza, ¿Podemos hablar de poder?, ¿Podemos decir, por ejemplo, que una tormenta, o una epidemia o un león tienen poder? ¿Quién quiere hablar sobre esto? Se levantó Miguel Ángel. MIGUEL ÁNGEL.- Me llamo Miguel Ángel y soy tan novato en la Facultad que apenas puedo hablar simplezas; así que, si se me permite, quiero leer un comentario sobre un cuento que he visto publicado en el "ABC" y deseo leerlo para ver si lo entendemos todos bien. DON SIGFREDO.- Adelante, Si lo ha editado el "ABC" debe ser, por lo menos, interesante. MIGUEL ÁNGEL.- "No puedo más" es apto sólo paras personas con la mente bien formada. Purita y Edge son los extremos de una historia sacada de los entresijos de un desván de sueños. Yo diría que Adela se lo estaba pensando demasiado mientras Purita y Edge seguían jugando a ser lo que no eran o a querer ser lo que deseaban ser. El ritmo del cuento es rápido y contundente a pesar de que el tiempo real es lento... pero es que existen cuentos que tienen la fuerza expresiva para romper la barrera del tiempo. El tren es la fantasía. El retrete es el deseo. Entre la fantasía y el deseo Purita y Edge se pierden para siempre la oportunidad de ser lo que son. Interesante el tema. El autor le da al cuento una especie de ambigüedad que surge de las letras a medida que vas encontrando la respuesta final: que poder o no poder sólo consiste en ser o no ser. Especialmente hay un personaje casi oculto que me gusta más que los dos protagonistas. Me refiero a Adela. Adela no lo piensa. Adela se va porque no soporta un mundo donde no se es lo que se es. Quizás el autor lo considere un personaje sin importancia pero, para mí, Adela es la verdadera. ¿Y qué ocurre con Purita y con Edge?. Simplemente para olvidarlos en sus sueños escasos... porque hay que tener sueños escasos para ser lo que no se es o para desear ser lo que no se puede ser. ¿Trabalenguas o contradicciones?. Las dos cosas. Por eso, este cuento que no me seduce para nada tiene un único punto importante para mí: la fuga de Adela, la verdadera. del mundo de los absurdos. Y no es que el autor haya usado la técnica del absurdo kafkiano sino que encuentro absurdo que para encontrarse haya que ir a un retrete cualquiera de la Estación de Atocha. Continúo desarrollando al personaje que más me interesa (en realidad es el único personaje que me interesa de todo el cuento y que me perdone el autor por opinar así pero todos somos libres de leer y libres de opinar); así que me centro solamente en Adela. Adela no lo piensa porque lo tiene claro. Y por eso lo dice en voz alta y además lo hace. Se va del mundo de las ambigüedades porque es una mujer completa. Ella ama a Manuel Luque y pasa por completo de la Purita, del Edge y de los retretes, para ir a subir al tren de su felicidad natural. No deseo ser duro ni ápero con el autor, pero yo habría aprovechado el título de "No puedo más" para escribir un cuento de fantasía heterosexual. Por eso me caen fenomenalmente bien Adela y Manuel Luque que, para el autor, son sólo dos referencias sin importancia pero para mí son los más importantes del cuento. Lo otro es mejor olvidarlo y lo olvido en el desván de las inconsciencias. Me quedo con Adela, me quedo con Manuel Luque y me quedo con el tren que se aleja de todo lo que no sea natural. Sólo se lo recomiendo a personas con mentalidad bien firme, con carácter varonil o femenino y que, libre de prejuicios, hacen lo que hace Adela. Se va en busca de su amor que es Manuel Luque. Purita y Edge no me sirven como personajes a mí. Eso no quiere decir que hay otros lectores que opinen distinto u opuesto a lo que opino yo. Pero si me tuviese que basar en este cuento para escribir uno mío original, desde luego escribiría de un tren donde Adela mira a los ojos (y digo a los ojos y no a otras partes del cuerpo) mientras Manuel Luque le mira al alma... y ese es el verdadero poder de los seres humanos sin tormentas, sin epidemias y sin leones metiéndoles el miedo dentro del cuerpo. Me parece que he sido bastante conciso para que todos entiendan a lo que me he referido. DON SIGFREDO.- ¿Estás queriendo decir que hay poderes que prostituyen sin discreción alguna? MIGUEL ÁNGEL.- Eso es lo que he querido decir. DON SIGFREDO.- ¿Podrías ser un poco más simbólico para poder comprenderte bien? MIGUEL ÁNGEL.- Claro que puedo ser más simbólico e igual de contundente, Escuche la siguientes simbiosis de un solo hombre con una sola mujer: Cuando la lluvia se equivoca es que ha venido a mojar mi corazón mientras yo dormía con los besos llenos. ¿Cuántos abrazos en la noche habré dado mientras la lluvia se equivoca de lugar? Quizás cientos o quizás miles... pero las caricias de los encuentros amorosos siguen viniendo cada noche en que la luna se refugia en el fondo de tus ojos. Cuando la lluvia se equivoca no ha cedido mi espíritu y ha seguido amando la complicidad sin temblor, alegre, con un poco de magia tan simple como querer seguir besándote. Cuando la luvia se equivoca he podido oir la luz de las sombras y he escuchado un latir de corazones en el fulgor de la densa noche. Como un rumor de enjambre laborioso he despertado al día, desde lejos, desde la estancia apacible en el más allá de lo visible. Cuando la lluvia se equivoca yo también sigo amándote. DON SIGFREDO.- Yo a eso lo llamo resistencia... MIGUEL ÁNGEL.- Me llama la curiosidad esa forma de denominarlo. Bien. De acuerdo. Lo llamamos resistencia y sobre dicha resistencia sólo me queda decir que me ha llamado la atención esa especie de imagen de "marea", algo así como los oleajes del mar es la vida. A veces la marea es alta y a veces es baja y algunas veces estamos dentro y quisiéramos estar fuera y, viceversa, desde fuera quisiéramos estar dentro. Quizás es que los rumbos fijos en realidad no existen salvo cuando las derivas nos guían a ellos. Parece contradictorio y sin embargo muchas veces necesitamos esos vaivenes inseguros para encontrar un seguro rumbo. Miguel Ángel dedujo que ya no tenía nada más que contar... DON SIGFREDO.- Espera un momento, Miguel Ángel. ¿No dejas el asunto en una etérea ambigüedad? MIGUEL ÁNGEL.- Sigamos entonces pensando para romper esa paradoja. Las horas violetas son las más lúcidas de nuestra existencia y los gritos de la realidad ya se están quedando sin palabras. ¿Me ha entendido ahora? DON SIGFREDO.- No del todo. MIGUEL ÁNGEL.- Manan los campos rumores confusos en medio del viento frío e invernal. Bajan sus ojos los hombres difusos y llega, de pronto, el gran carnaval. Dentro del grito un largo y profuso silencio de ansias por ser festival de llanas palabras y de un inconcluso y pleno de alma punto y final. ¿Qué me dice ahora, viejo profesor? DON SIGFREDO.- Demasiado. Es demasiado para mi entendimiento. MIGUEL ÁNGEL.- A ver si ahora acierto y se dá usted por enterado. Veo, presencio, oigo, siento El Grito... El patético Grito expresionista de Edvard Munch. Ese Grito en mitad del puente, con una diluida pareja de amantes en el extremo del fondo deträs del angustioso personaje que grita, sigue estando presente. Parece que todo cambia y, a la vez, todo sigue igual. La persona grita mientras se tapa sus oídos y todo su contorno se difumina y se diluye desparramándose en una línea continua, ondulante, que envuelve las cosas como un abrazo sofocante del que no es posible escapar. El hombre grita y se tapa los oídos para no escucharse a sí mismo. Grita ante la lejanía de la pareja humana que va a iniciar el paso por el puente y, mientras tanto, un expresionista ocaso enciende los colores, alternando los tonos naturales en una atmósfera dramática, angustiosa, incluso ensordecedora. Quizá por eso se tape los oídos el hombre. Hay una atmósfera enrojecida, unos veleros atracados y tragados por el amarillo de un río que se desparrama en torrente azul bajo el puente. Y esos temibles tres colores (rojo-amarillo-morado) de la angustia de fines del XIX ¿no recuerdan acaso al mismo rojo-amarillo-morado de la angustia de los republicanos de España a mediados del siglo XX?. Efectivamente. Es así. El hombre grita y se tapa los oídos para no escuchar el fragor de las batallas existenciales. Miguel Ángel ya no dijo más y se quedó sentado. DON SIGFREDO.- Probablemente todos empleemos el término en estos sentidos metafóricos, sin embargo, según el pensador italiano del que antes os estabahablando : "Es claro que no se debe emplear, a no ser en un sentido inexacto, análogo. Existe aquí sin duda algo capaz de obrar, de producir efectos; pero falta aquello que sin quererlo pensamos también cuando hablamos del poder: falta la iniciativa. ¿Estáis de acuerdo o no estáis de acuerdo? Ahora interviene Anabel. ANABEL.- Me llamo Anabel. No estoy de acuerdo. Déjeme liberada para poder decirle lo que siento acerca del poder y sus ambiciones. Déjeme decirle lo siguiente por si comprende ya del todo a una mujer: Lléname metáfora de sueños como de gaviotas bajo la luna, como de brisa prendida en el recuerdo, como de signos del silencio anclado. Lléname de forma encausada poco a poco como queriendo llenar un gran abismo, como queriendo arder en el anhelo, como queriendo ser arteria del tiempo. Lléname metáfora que vengo de unas manos con fulgor de aurora recitando un nuevo abecedario cómplice en la desnudez de esta noche. El profesor Don Sigfredo no se esperaba aquello y quedó otra vez callado... ANABEL.- Si no tiene nada más que criticar hágame el favor de dejarme liberada para poder decir que en esta España nuestra del año 1950 después de Jesucristo la vida humana está siempre pendiente de un hilo delgadísimo que, para más inri, no sólo es delgadísimo sino que es invisible. Tenemos voluntad de vivir y tenemos carácter para vivir pero el Destino está preñado de azar. Los dioses, que son todos ustedes los que se reparten el poder, nos deben una explicación por ello. Y debería ser una explicación bien convincente para poder comprenderla. Anabel se sentó y quedó esperando... DON SIGFREDO.- De la energía de la naturaleza nadie es responsable. No actúa en el ámbito de la responsabilidad, sino en el ámbito de la necesidad natural. Pero no existe un poder humano del que nadie sea responsable. A pesar de lo cual, sin embargo, muchas veces el poder parece ser una fuerza anónima, absurda, kafkiana. En estas situaciones la responsabilidad personal se diluye y todo parece ser "razón de estado". Esa es nuestra razón. Mayte se levantó de repente... MAYTE.- Ustedes hablan de "razones de estado". Dos preguntas despiertan mi interés al escuchar esta especie de pensamiento emotivo: ¿la palabra es superior a la razón? y ¿se enamoran quienes quieren o quienes pueden? Espero que me conteste a estas dos inquietudes según las "razones de estado" interpretan. DON SIGFGREDO.- "Las "razones de estado" son muy superiores a los pensamientos emotivos, Mayte, y nadie puede evitar que esto sea de esa manera. Así que la razón, cuando es de estado, es superior a la palabra y la razón, cuando es de estado, hace que se enamoren los que pueden y no los que quieren. Me parecen dos interpretaciones correctas desde el punto de vista del poder. MAYTE.- Pues bastantes sentimientos como para rebatir por completo esa arrogancia del poder que es lo que usted me está transmitiendo. Escuche usted un momento y si después de escucharme, que dudo que lo llegue usted a conseguir porque se mira demasiado a su ombligo, también a mí me considera rebelde sin causa me alegraré de forma infinita. ¿Va a usted a escucharme o prefiere obviar que existo? DON SIGFREDO.- Por favor, Mayte... ¡por quién me estás tomando!... MAYTE.- Por un déspota de la palabra a la cual usted la somete a la "razón de estado" siendo la "razón de estado" lo único que saben interpretar quienes detentan el poder. ¿Puedo o no puedo decir lo que siento? DON SIGFREDO.- Puedes. Yo soy muy demócrata. MAYTE.- Todos menos usted sabemos que no; pero digamos que, por un momento, es que sí aunque sea una mentira piadosa. Escuche entonces a ver si llega a captar el fondo de toda esta cuestión de la que estamos hablando. En todo diálogo la mejor comunicación es el "feedback" de retorno, esto es lo que yo opino: las palabras nunca superan a la razón cuando están mediadas por lo abstracto pero en lo concreto, cuando nos concretizamos en el sentimiento amoroso, las palabras superan siempre a la razón, en este caso de los sentimientos amorosos, porque toda clase de amor es una forma críptica que supera lo que, desde fuera de la pareja, se cree irracional. Esta sensación de irracionalidad es la que hace que nuestras palabras, orales o escritas según sea la personalidad de cada enamorado o enamorada, superan, con mucho, a la razón establecida por los dogmas sociales. Este "hablar" con palabras amorosas supera, con mucho, a la razón social cuando la razón social está establecida como norma de conducta "lógica" (y pongo lo de "lógica" entre comillas para dar a saber lo que quiero decir) que, cuando está superada por el "habla" amorosa surgen los prejuiciosos que creen que el amor es una locura. Es una locura porque escapa a la razón de las "masas" impersonales y porque es una lucidez que ninguno de los que forman las "masas" impersonales pueden comprender. En cuanto a si se enamoran quienes quieren o si se enamoran quienes pueden tengo que señalar que existe, en el tema amoroso de un hombre con una mujer, un equilibiro sistemático entre querer y poder. En esa balanza no se enamoran ni quienes quieren ni quienes pueden sino quienes sienten lo que el el verdadero amor. Si quiere usted continuamos con el diálogo. DON SIGFREDO.- Me gustaría saber a dónde vas a ir a parar... MAYTE.- Parece mentira que no lo haya usted decubierto ya por su propia inercia pero me parece que no, me parece que no está usted más preparado que para dar órdenes impositivas en lugar de razonar, claro que en este país, en la época que estamos viviendo, lo más evidente se oculta para dedir que no existe aunque todos estemos comprobando que vive y pervive en ciertas clases sociales. No en todas. Pero está bien, Voy a ir dónde yo quiero en verdad ir y no donde usted me lo imponga. DON SIGFREDO.- ¡Menos palabrería por favor! MAYTE.- Es la primera vez que le veo decir que no le gusta la palabrería de la que usted tanto abusa. Está bien. Seré escueta pero directa. La asimetría de las palabras tiene estas curiosas hipérboles. Cuando pensamos decir "te quiero" sólo se nos ocurre decir "adiós". Los amores pasan por nuestro lado opuesto. Miramos a la derecha para decir "me gustas" y, repentinamente, miramos a la izquerda con un "hasta mañana". Nos sentenciamos a nosotros mismos. Es como si estuviéramos un poco incivilizados a la hora de transmitir el verdadero mensaje. Quizás los canales de transmisión de nuestros sentimientos hacen que las anedralinas tranformen, momentáneamente, nuestro ácido desoxirribonucleico y la palabra Amor se nos convierte en Roma por esa asimetría de las palabras que hacen que nuestros pensamientos, al verla, nos confunda de diccionario; algo así como querer buscar la palabra "atracción" y escribir la palabra "distracción". Es la inevitable asimetría de los enamorados. Cupido es ciego pero no tonto. A lo mejor es que haciendo el tonto podemos superar estos despistes monumentales que, cuando la miramos a los ojos, nos hace pensar en los hijos. La asimetría de las palabras de los enamorados busca a San Valentín y nos acordamos de todo el resto del santoral varonil menos de él. O también es posible que estemos tan entretenidos en solucionar un crucigrama que se nos cruza por delante una especie de espejismo mirándose al espejo. Le vemos. Nos dan ganas de decirle "me gustas" y nos llevamos un gran disgusto porque no sabemos qué palabra poner para rellenar este crucigrama amoroso en que Adán y Eva nos introdujeron sin saber ni cómo ni cuándo. ¿Cómo? ¿Cuándo? Son dos palabras asimétricas que no sabemos decodificar. Y entonces nos levantamos de la silla, nos metemos las manos en los bolsillos y resulta que la moneda del amor nos ha dado la cara. Pero nosotros nos equivocamos de bar y estamos donde están las que no deberían estar. Es otra asimetría nada más. Y al final nos queda el Sueño como único dueño de nuestra Fantasía. Se hace de día. Despertamos. Posiblemente la asimetría de las palabras, hoy, ahora, una vez más, nos haga decir "¿qué hora llevas?" sin darnos cuenta de que él es el verdadero reloj de nuestras existencias. !Somos los despistados y las despitadas de la Literatura que nos hemos puesto a estudiar Derecho porque nos han confundido los poderes y la "razón de estado" diciendo que tenemos que tener alguna salida para el futuro! Al parecer o estudias Derecho o te quedas en el desván de los bohemios que, para ustedes los salvadores de la patria, sólo son los rebledes sin causa. ¿Razones de estado? ¡Vaya mayúscula majadería para decirnos que estamos prisioneros de una razón impuesta desde fuera de nuestra razón! Quizás por eso la asimetría de las palabras nos hace levantar la vista y verle allí sonriendo mientras le decimos "¿quieres un té de verdad?" cuando querìamos haberle dicho. "de verdad que te quiero". ¿Ver para creer?. No es necesario. En el espejo estamos juntos sin darnos cuenta y pedimos la cuenta, le invitamos a dar una vuelta a la página del libro cuando lo que queríamos era invitarle a dar una vuelta por la Feria del Libro. ¡Y es que este mundo de las asimetrías de las palabras nos hace, sin querer, que lo mejor es saber guardar silencio!. Ya se ocupará el tiempo de decirnos la hora, el minuto y el segundo exacto en que Cupido clavó nuestra flecha en su corazón. No tenemos remedio. Seguiremos siendo siempre los despistados de la Literatura que estamos estudiando Derecho por culpa de la razón... de estado por supuesto... Don Sigfredo estaba aturdido... DON SIGFREDO.- ¿Es suficiente o deseas hablar un poco más? Todavía queda tiempo. MAYTE.- Creía que tenía tiempo suficiente, que siempre tenía tiempo de sobra para encontrar su verdad y por eso dejó pasar el tiempo sin ir a buscarla nunca... hasta que su razón se le fue perdiendo y, al final, el origen de todo su desconcierto era, simplemente, que tuvo miedo para conocer los motivos de por qué dejaba pasar el tiempo. Entonces comenzó a sentir el dolor de no haber cumplido nunca con la tarea de encontrarse a sí mismo... porque pensó que era mejor creer que tendría siempre tiempo suficiente como para dejarlo para el día después. Pero no. No tenía tanto tiempo... Después quedó todo en silencio hasta que volvió a sonar la voz del falangista. DON SIGFREDO.- La progresiva estatificación de los acontecimientos sociales, económicos y técnicos, así como las teorías materialistas que interpretan la historia como un proceso necesario, significan, desde nuestra perspectiva, el ensayo de suprimir el carácter de la responsabilidad, y de desligar el poder de la persona, convirtiendo su ejercicio en un fenómeno natural a cargo del Estado. ¡Tienen ustedes la última oportunidad de intervenir porque el tiempo se nos acaba! Se levantA Cristina que eS la más novata de toda la Facultad. CRISTINA.- Para mí toda existencia es una alternativa no de fuga ni de huída alguna sino de eso que los soñadores nombramos como sensibilidad, responsabilidad, reflexión y emoción. ¡No creo que ninguna clase de Estado, sea dictatorial o sea democrático, sea concservador o sea liberal, sea monárquico o sea republicano, tenha ninguna clase de derecho para quitarme a mí mi propia liberación crsitiana para ser yo quien maneje mi sensibilidad, mi responsabilidad, mis reflexiones y mis emociones. Ese es el error totalitario que están ustedes cometiendo contra el pueblo español. Como ve usted sí que soy una rebelde con causa suficiente para ser tan rebelde como para poder ser capaz de amar bien cuando se nos está amando tan mal. SE BAJA EL TELÓN. FIN DEL ACTO II. .
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|