El hombre que nunca soaba (Teatro) -Acto III-
Publicado en Jan 23, 2017
ACTO III
ESCENARIO.- Una sala muy humilde de la humilde vivienda de Paloma. Se encuentran sentados el padre de ésta, Don Mendo, a su lado derecho Don Antonio y a su lado izquierdo Jesús. DON MENDO.- ¿Así que ustedes dos, a pesar de lo opuestos que son en todo según se les ve a primera vista, dicen sentir amor por mi hija Paloma? DON ANTONIO.- En cuanto a mí se refiere nunca jamáshe conocido una mujer más bella y con un cuerpo tan perfecto. Es digna de poseer lo que todo desee por su gran belleza. DON MENDO.- ¿Y usted puede darle todo lo que ella desea? DON ANTONIO.- ¡Y mucho más! DON MENDO.- ¿Qué es para usted un deseo? DON ANTONIO.- Como dijo Marcel Proust, "a cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear". DON MENDO.- ¿Y usted qué opina, Jesús? JESÚS.- El deseo hace que la vida tenga un interés compuesto: la vida real y la vida soñada. DON MENDO.- ¿De qué autor es esa frase? JESÚS.- No piense que es vanidad pero esa frase es mía. DON ANTONIO.- ¡Pues yo te rebato con Quevedo: "Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más". DON MENDO.- Le veo a usted, Don Antonio, demasiado ambicioso. ¿O solamente es una mala percepción que me está haciendo equivocarme? DON ANTONIO.- ¡Hablemos después sobre eso! ¡Ahora estoy esperando que este tal Jesús me derrote con alguna que otra de sus frases propias como dice él! DON MENDO:- ¿Se atreve usted con Quevedo, Jesús? JESÚS.- ¿Cuáles son mis deseos? Me preguntas con tus lindos ojazos mirándome interrogativa y yo te sonrío como se sonríe al pensamiento azul, y te respondo que son infinitos mis deseos pero que todos ellos se concentran y se condensan en el único real y verdadero que es amarte por todo el infinito y hasta la Eternidad. Y tú entonces quedas dormida soñando con tu Poeta del Silencio que soy yo transformado en la misma magnitud en que he transformado tu Belleza en un Extasis de atractivo sin final. D0N MENDO.- ¡Caramba! ¿Todo eso es capaz de sentirlo usted a partir de usted mismo? JESÚS.- Procuro ser verdadero. DON ANTONIO.- ¡La verdad de un simple soñador nada más! DON MENDO.- ¿Qué es para usted el sueño, Don Antonio? DON ANTONIO.- Lo que nunca existe y como nunca existe no pierdo el tiempo en ofrecer a una mujer hermosa la inexistencia más absoluta. Nunca he soñado y por eso he alcanzado el lugar que tengo dentro de una sociedad en la que si te quedas soñando te lleva la corriente y desapareces en el más completo anonimato. DON MENDO.- ¿Usted está de acuerdo con eso, Jesús? JESÚS.- Soy todo lo opuesto a Don Antonio. Yo desde mi más tierna infancia no he dejado nunca de soñar. DON MENDO.- ¿Puede hacerme una demostración literaria que sea en verdad sincera? JESÜS.- Puedo, pero no sé si debo. DON MENDO.- No se preocupe ahora por los formalismos. Estoy itentando conocer a ustedes dos porque quiero saber cuánto hay de verdad y cuánto hay de mentira o, en otras palabras, cuánto hay de humildad y cuánto hay de soberbia en sus propuestas. JESÚS.- Entonces voy a ser, como siempre, totalmente sincero aunque todavía no haya ganado ni un sólo céntimo por serlo. Extendiendo el alcance de mi credo, infinito en el cortejo de tus sueños, soy un esquema de pájaros surcando cada espacio, cada árbol, cada rama... cada minuto en que observo estos signos conteniendo formas del asociado mundo... La tierra conocida me anega con sus nubes blancas mi existencia y en el fondo del sentir latino soy fe de proponer palabras en este caminar por tu espesura. Dura todavía la tierra virgen con dones de luz y de sentidos. En cada afán de ilusión recuperada hay un afecto que surge desde el fondo de una utopía incandescente y alcanzada. Y, sueño de camino cosmológico, me pongo a platicar con las estrellas. DON ANTONIO.- ¿Está viendo usted qué manera más absurda de perder el tiempo soñando mientras Paloma lo que necesita es alguien que la sepa mantener de verdad en la vida real? DON MENDO.- ¿Puedo saber qué es la vida real? DON ANTONIO.- ¡Yo sólo digo lo que dijo el gran Aristóteles! ¡La única verdad es la realidad! DON MENDO.- ¿Es usted completamente aristotélico? DON ANTONIO.- En absoluto. Rechazo perder el tiempo leyendo Filosofía. Lo que pasa es que esa frase la he escuchado en alguna de mis tertulias y estoy completamente de acuerdo con ella. DON MENDO.- Pero no sabe usted filosofar sobre la realidad de la vida... DON ANTONIO.- Pues no, caballero. Y no creo que Paloma fuese nunca feliz con alguien que se atreva a filosofar sobre ese asunto. DON MENDO.- ¿Usted, Jesús, ha filosofado algo sobre la realidad de la vida? JESÚS.- Alguna que otra vez. DON MENDO.- No le dé miedo y atrévase. JESÚS.- Es que no qusiera aburrirle. DON MENDO.- ¡A mí me encanta la Filosofía y paso tardes enteras filosofando con Paloma! JESÜS.- Si es así sólo puedo decirle, entre otras cosas que me guardo por no ser muy excesivo, que para mí los sueños no son locos y faltos de contenido sino lúcidos, muy lúcidos, tan lúcidos que aquellos que sólo aman el dinero, porque para ellos el dinero es la única realidad para conseguirlo todo en la vida,no lo pueden entender. Los hombres más capaces de saber qué es la Vida son los que sueñan de esa manera que los realistas llaman locura. Es mi sincera opìnión. Prefiero una pequeña locura mía, aunque sólo sea soñada, que un millón de acciones realistas pero que sean ajenas. Los que se llaman cuerdos a sí mismos no se dan cuenta de que están atados a esas cuerdas ajenas y que están convirtiendo a millones de hombres y mujeres en seres viviendo una locura infernal. Por eso yo hace ya tiempo que dejé de ser ciudadano del Planeta Tierra para convertirme en ciudadano de un pequeño rincón llamado Universo. Me gustan más las luces plateadas de la luna y las estrellas que el fulgor dorado del sol. Me parece que a Paloma le gusta mucho más que la bese alguien que sueña con sus labios que alguien que la desea por sus labios. ¿Comprende la diferencia? DON MENDO.- Estoy aprendiendo... estoy aprendiendo... DON ANTONIO.- ¿De verdad prefiere usted que su hija sea la novia de un soñador y no la amante de un realista? DON MENDO.- Quisera saber que opina Jesús sobre eso... JESÚS:- ¿Quiere usted que me defina? DON MENDO.- Pues sí. Ya estoy viendo que Don Antonio se ha definido muy bien y de manera muy concreta. JESÚS.- En lo que respecta a mi personalidad sólo puedo decir que soy lo que pienso, lo que siento, lo que sueño... lo que escribo, lo que anhelo, lo que deseo... soy un hombre de la única patria de todos los seres humanos que es un pequeño rincón llamado Universo... y en ese pequeño rincón tengo a mis propias estrellas literarias... para compartirlas con cualquiera de mis amigos y amigas compatriotas de este pequeño rincón ubicado más allá de todas las galaxias y en donde todas la almas son iguales de ternura. Cuando ya el amor haya desaparecido por Decreto Ley de los políticos de la Tierra... yo seguiré amando siempre... siempre... siempre... con ternura... ternura... ternura... aunque tenga que exiliarme a cualquier otro universo donde se pueda seguir siendo amante de las utopías... DON MENDO:- ¡Caramba! ¡Me ha llegado usted hasta lo más profundo del alma! DON ANTONIO.- ¡Farsante!¡Está jugando con la Fantasía para hacerse el importante ante usted, Don Mendo! ¡Y usted no se está dando ni cuenta! DON MENDO.- Hablénme los dos de la Fantasía, Es un tema que me apasiona desde que era un niño tan pobre que sólo podía ser feliz con ella. DON ANTONIO.- Según José Ortega y Gasset, "la fantasía tiene fama de ser la loca de la casa". ¿Usted quiere que su hija se vuelva loca del todo cuando vea que este simple soñador es incapaz de darle de comer. de vestir, de disfrutar, de gozar de la vida mientras se pudre en un rincón de su estrecha cocina escuchando cuentos irreales? JESÚS.- ¿Me permite usted, Don Mendo, que le dé una verdadera lección de lo que es un hombre íntegro precisamente por ser un soñador? DON MENDO.- ¡Sin violencia, Jesús, sin violencia por favor! JESÜS.- Yo soy todo lo contrario a un joven violento pero este señor cincuentón, casado y con queridas para más señas, que se las da de millonario capaz de conseguirlo todo merece que alguien le pare lo pies. ¿Me permite un breve pero claro discurso para dejar a cada uno en su verdadero lugar? DON MENDO.- Se lo permito si no es violento. JESÚS.- Escuchen bien los dos. Reconozco y hago público que me encanta la Fantasía. Yo soy de los que opina que la Fantasía es una realidad y es un componente muy importante de la naturaleza humana. Desde los tiempos más prehistóricos imaginables existe la Fantasía en los humanos. Sencillamente sin Fantasía no se podría vivir. Porque la Fantasía es un ingrediente esencial de todas las artes. La Literatura por ejemplo es Fantasía en un porcentaje muy elevado; y no sólo en los cuentos y en los poemas que son profundamente Fantasía sino también en las novelas y en el teatro y hasta en los ensayos sesudos un componente muy elevado de su contenido es la Fantasía. La música está repleta de Fantasía y lo mismo la Danza, la Pintura, la Escultura, la Arquitectura... todas las artes en general. Y el ser humano es profundamente artista desde los principios de su existencia. Sin Arte no se puede vivir. La vida sería tan insoportable si sólo tuviésemos como referencia a la Realidad que simplemente dejaría de tener sentido. ¿Y qué son los sueños sino Fantasías?. Sin sueños los humanos seríamos como piedras. Por eso es lastimoso y penoso encontrarse a hombres y mujeres que perdieron toda capacidad de Fantasía. Cuando estás con ellos te da tanta depresión que tienes ganas de morir. Y no lo digo por decir. Es necesario siempre mantener el equilibrio entre la Realidad y la Fantasía y ambas cosas deben ser unidas e inseparables. Si a una de ellas le quitas la otra todo el edificio de la vida se desmorona. Yo creo que la evolución humana hubiese sido imposible si no viviésemos con Fantasías y de hecho todos los grandes descubrimientos humanos se han debido a seres con gran cantidad de Fantasía en sus mentes. En fin... que la Fantasía es una realidad tan valiosa como cualquier otra realidad. Y es una de las grandes diferencias que existen entre los seres humanos y el resto de la creación. Por eso defiendo y amo profundamente a la Fantasía y me lo paso en grande con ella. Yo no soy un animal. DON ANTONIO.- ¡Muy bonito! ¡Muy lindo! ¡Muy bello! ¿Pero se puede saber cómo vas a mantener a una mujer tan bella sin que se aburra de tus románticas propuestas cuando resulte que no tienes nada con qué alimentarla? DON MENDO.- ¿No tienes ninguna clase de trabajo ni dinero suficiente para colmar a mi bella hija de algún que otro capricho de esos que hacen felices a las mujeres? JESÚS.- Como Don Antonio habla sin saber nada sobre la persona de la que está hablando desconoce, por completo, que ya he terminado mi carrera de Derecho, que ya estoy trabajando en un bufete de profesionales de muy alta categoría y que ya pertenezco a la nobleza española con título de marqués. Que yo sepa el tendrá muchìsimo dinero pero no pertenece, para nada, al mundo al que pertenezco yo. No quería tener que decirlo porque le amo a su hija Paloma tal como ella es y quiero que me ame tal como soy yo y sin tener en cuenta ninguna otra circusntancia salvo el Amor y nada más que el Amor; algo que sin Fantasía carece por completo de entusiasmo y de sentimiento. ¿Un hombre de cincuenta años con una niña de tan sólo dieciocho soportando la presencia de una mujer celosa y de unas cuántas amantes igual de celosas por no decir de alguna que otra vieja y feísima alcahueta? ¿Qué opina usted de todo esto, señor don Antonio Redes Millán? ¿Olvida que Madrid es todavía tan pequeño que todos podemos saber de todos cuando nos preocupamos de conocerlo y así saber con quién nos estamos jugando los cuartos? Debe usted saber ya que los niños de trece años de edad, que además saben montar en bicicleta, nunca mienten. DON ANTONIO.- ¿Ese niño tan maleducado que me llama tío mamón es un chivato? JESÚS.- Ese niño tan maleducado que le llama a usted tío mamón es mi hermano pequeño. Don Antonio se queda, en un primer momento, completamente callado; después, levantándose como si algo le estuviera quemando el trasero, se levanta, se pone el sombrero que estaba colgando del respaldo de su silla, y sale rápidamente de la escena sin despedirse de nadie. DON MENDO.- ¿Es verdad que está liado con una feísima y vieja alcahueta? JESÚS:- Parece ilógico que alguien con tanto dinero esté líado con una feísima y no sólo vieja alcahueta sino mucho más vieja de lo que usted esté pensando. Ella se llama Benita Benítez de Benito y anda siempre deseando atrapar a jovencitas ingenuas y de muy buen ver para servírselas en bandeja a estos señoritos, nuevos ricos gracias a la Guerra Civil, que ni saben tener dinero ni saben cómo usarlo porque carecen de estilo, de clase y de personalidad. En ese momento llega Paloma a su casa. PALOMA.- ¡Hola, papá! ¡Traigo buenas noticias! DON MENDO.- ¡Gracias a Dios que otra vez llegas a casa sana y salva! Es entonces cuando Paloma se da cuenta de la presencia de Jesús. PALOMA.- ¡Jesús! ¿Qué haces tú aquí? JESÚS.- No tenía otra cosa mejor que hacer y decidí venir a conocer a tu padre. PALOMA.- ¿Y cómo has sabido dçonde vivía yo? JESÚS.- ¿Recuerdas a Carmelo? PALOMA.- ¿Ha sido el bueno de Carmelo quién te ha dado mi dirección? JESÚS.- Espero no haberle metido en un buen lío. Paloma sonríe antes de seguir hablando. PALOMA.- No tiene importancia. Carmelo es muy buena persona y Dios le va a bendecir durante toda su vida porque se lo merece. Pero hablando de buenas noticias hoy he podido comprar solamente tres naranjas en el mercado, pero como somos tres tocamos a una naranja por cabeza. Menos dá una piedra. Jesús sonríe cuando coge la naranja que le entrega Paloma. JESÚS.- Estoy seguro de que será la naranja más dulce que he probado en mi vida. Paloma se sienta en el luhar que había dejado libre Don Antonioy los tres comen sus naranjas. DON MENDO.- Hoy he aprendido algo muy importante, Paloma. PALOMA.- Hablando con Jesús siempre se aprende algo importante. DON MENDO.- Esta vezno tiene nada que ver con Jesús sino con Don Anotnio. PALOMA.- ¿Es que ese tal Don Antonio ha estado también aquí? DON MENDO.- Sí. Ha estado aquí Don Antonio para ver si tú te ibas con él. PALOMA.- ¿A dónde iba yo a ir con Don Antonio y qué es lo que has descubierto de su personalidad si es que se puede decir que tiene personalidal lo cual es muy dudoso? DON MENDO.- Llevas razón, Paloma. He descubierto que no sabe tener opiniones propias. Todas las frases que cita cuando habla son las que ha aprendido de memoria de algunos personajes históricos que ya las han dicho mucho antes que él. PALOMA.- Ya sabía yo que de cultura e inteligencia ese tal Don Antonio es un cero a la izquierda. DON MENDO.- ¡Se acabó definitivamente y para siempre eso de hablar de Don Antonio en mi casa! ¿Quieres tú, Jesús, cenar esta noche con nosottros si no te es molestia o tienes algo más importante que hacer? Donde cenan dos pueden cenar tres. JESÚS.- ¿Ha dicho usted tres? ¿Y qué sucede con su esposa? DON MENDO.- La madre de Paloma, que también se llamaba Paloma, murió cuando nuestra hija sólo tenía 6 años de edad. JESÜS.- ¿Cómo es que murió tan joven? DON MENDO.- La mató, de manera inmisericorde y cobarde, uno de esos milicianos populares, del bando republicano, que no saben soñar jamás. JESÚS.- ¿Cuál fue el motivo? DON MENDO.- Recuerdo muy bien que fue el día 30 de abril de 1938. Los republicanos ya tenían perdida la guerra y disparaban a cualquiera que no estuviera de acuerdo con sus ideologías marxistas. Paloma y yo íbamos paseando, alegremente, por el Paseo de la Florida mientras que nuestra pequeña hija se había quedado jugando con sus primos en casa de unos parientes. El asunto es que Paloma, hablando de cómo estaba España. sólo se le ocurriño decir en voz alta, "¡Que Jesucristo nos perdone a todos!". Fue entonces cuando el miliciano republicano, uno de esos hombres que nunca saben soñar, disparó sin ningún motivo lógico ni humano y la bala destrozó el corazón de mi esposa. Lo último que recuerdo es que, cuando murió entre mis brazos, sólo dijo, "¿Por qué?" JESÚS.- Perdone que sea yo el culpable dehaber despertado tan doloroso momento de su memoria. DON MENDO.- No te preocupes por eso, Jesús. Me bien muy bien recordarla de vez en cuando y me siento feliz recordándola porque sé que está en el Cielo. Recuerdo aquel aciago día no para odiar a nadie sino para alimentarme de aquel momento porque fue cuando se despertó mi conciencia cristiana y por eso me he preocupado tando de que Paloma sea una cristiana de las verdaderas. Recuerdo que cuando su madre murió entre mis brazos yo le dí un beso en la frente, le cerré lo ojos y sólo dije lo único que me salió del alma. "¡Dios mío llevátela contigo para siempre y cuídamela hasta que pueda yo estar de nuevo a su lado!" JESÚS.- ¿Y qué sintió usted después de ese primer momento? DON MENDO.- Sentí un dolor profundo, una tristeza inmensa y, sobre todo, una enorme impotencia. Tanta fue mi impotencia que, en aquel momento, odié y maldije mil veces a aquella cruel, infame y absurda guerra civil española. Después le pedí a Dios que nunca jamás mi hija tuviera que vivir algo parecido. Al día suguienten pudimos enterrarla y desde entonces mi hija ha sido la continaución de su madre dentro de mi alma. JESÚS.- No sé si es oportuno y procedente que yo me quede a cenar con ustedes. DON MENDO.- ¡Venga, venga! ¡Para mí el recuerdo de mi esposa es lo más bonito que, además de mi hija, tengo en mi vida. ¡Gracias a Dios tengo a Paloma a mi lado y ella me hace feliz! PALOMA.- Yo me voy a la cocina a preparar algo para cenar. ¡Sé hacer una especie de polvorones caseros que no los podríais encontrar en ninguna confitería de Madrid y yo diría, exagerando solamente un poquito nada más, que en ninguna confitería del mundo. Paloma sale de la escena hacia la cocina que se encuentra en el lado opuesto al de la entrada a la vivienda. DON MENDO.- ¿Puedo hacerte una pregunti indiscreta? JESÚS.- Viniendo de un hombre tan honrado y bien educado como lo es usted, estoy seguro de que no será una pregunta indiscreta. DON MENDO.- ¿Puedo saber cuántas novias has tenido ya? JESÚS.- ¿Lo pregunta porque ya tengo 25 años de edad? DON MENDO.- Lo pregunto exactamente por eso. Que yo sepa casi no existe ningún joven que, a su edad y siendo tú tan atractivo e interesante, no haya tenido ya una, dos o tres novias. Lo entiendo. Son cosas inevitables de la juventud. Jesús sonríe antes de responder, JESÚS.- ¡Espere a que pueda contar cuántas he tenido! ¡Estoy haciendo memoria para acordarme de todas ellas! DON MENDO.- ¡De verdad que no me importa en absoluto! Sólo ha sido una simple curiosidad. JESÚS.- Una simple curiosidad que se merece una respuestas exacta. Por eso estoy haciendo un esfuerzo para recordar cuántas han sido. DON MENDO.- ¿Cuatro, cinco o seis? Jesús vuelve a sonreir antes de repsonder, JESÚS.- Haciendo todo el esfuerzo humano que puedo sólo recuerdo que no he tenido nunca una sola novia. DON MENDO.- ¿Que no has tenido nunca una sola novia siendo como eres tanto por dentro como por fuera? ¡No me lo creo! ¡Por supesto que no me lo puedo creer! JESÚS.- Tengo muy buena memoria cuando se trata de chicas guapísimas y de muy buen ver; pero le afirmo que no he tenido ninguna novia todavía. DON MENDO.- ¡Jajajajaja! ¡Buen chiste! ¡No me hagas reír, Jesús! JESÚS.- A lo mejor le parezco un pobre idiota pero sólo recuerdo que no he tenido nunca jamás ni una sola novia y, es más, yo añadiría que no he tenido nunca jamás ni tan siquiera una sola enamorada o una sola chavala que se haya fijado en mí como para comprometernos como pareja. DON MENDO.- ¿De verdad tengo que creerme eso? JESÚS.- Creáselo usted, Don Mendo, porque no le etoy engañando. Jamás engañaría a un hombre tan honrado, honesto y noble como usrted, Mi respuesta sobre este tema está llena de eternidad. Es como responder en quéc consiste la vida humana. Ni los más sabios de la Tierra han podidos responder a ello. Sólo han llegado a concluír que la respuesta está en el interior de cada ser humano. No hay que ser igual que los demás si los demás no satisfacen tu manera de soñar. ¿Me está comprendiendo ahora? DON MENDO.- Sigue... sigue... por favor... JESÚS.- Hay que ser siempre una respuesta verdadera para ti mismo. Acompaño en ese sentimiento a quienes no aceptan ni la muerte, ni el hambre, ni la injuticia, ni la maldad... pero la muerte, el hambre, la injusticia y la maldad están todavía presentes en este mundo. Poer eso no me importa no haber tenido nunca, a pesar de que ya soy un jove de 25 años deedad, ninguna clase de novia, enamorada o simplemente pareja nada más. Yo sigo dando respuestas innatas en mí mismo y válidas o valiosas para todos los demás, coincidan o no coincidan con la forma de vida de ellos.Creer o no creer en lo que dicen otros depende de saber o no saber quiénes son esos otros. Es mucho mejor moverse por los caminos de la paz y no herir a nadie, aunque hay heridas involuntarias que no podemos evitar. Yo creo que siempre hay un por qué para seguir existiendo... más allá de todas las heridas y de todas las injusticias y los desamores. Nunca debemos rendirnos en la búsqueda vital. Hay que ser siempre sinceros con uno mismo para encontrar continuamente respuestas a esas preguntas inmensas que tanto tienen que ver con el amor. La respuesta verdadera y válida surge siempre de repente, en un momento inesperado, como una sorpresa del vivir. Captar el momento y vivirlo. Esa es la realización personal que yo busco. Hay dolor en esta vida, pero también hay felicidad y alegría. Hay bienestar y también sufrimiento. Todo cabe a la vez. Todo. Pero la respuesta final es haber sido siempre la persona honesta y sincera que se descubre en un poema de amor. Más allá de toda incertidumbre está tu propia persona. Ámala. Ama a tu propia persona y encontrárás a quien quiera compartir su vida contigo. Estoy totalmente seguro de eso. DON MENDO.- ¿Pero no has sentido nunca las ganas de tener alguna novia? JESÚS.- ¿A qué se refiere usted con lo de no tener ganas? DON MENDO.- A conocer chicas con las que poder soñar... JESÚS.- ¿Soñar? Por supuesto que sé muy bien lo que es soñar con chicas muy atractivas y, a la vez, muy interesantes y muy inteligentes. Las he soñado y las sigo soñando todavía. DON MENDO.- ¿Y nunca te acercaste a alguna de ellas para intentar conseguir estar algún momento a solas en plan de pareja? JESÚS.- Yo nunca he dado ese paso adelante. DON MENDO.- ¿Y no te has arrepentido nunca de no haberlo dado? JESÚS.- A mi tan sólo 25 años de edad no me ha parecido improtante hacerlo pero, por supuesto que ha ahbido alguans que han dado el paso hacia mí y hemos estado juntos por algun momento a solas. DON MENDO.- ¿Sin haberte compremetido jamás? JESÚS.- Sin haberme comprometido jamás. DON MENDO.- ¿Es por eso por lo que con tan sólo 25 años de edad seas tan culto y tan sabio? JESÚS.- Supongo que es por eso. Paloma aparece en la escena llevando un plato grande que contiene 9 polvorones caseros. PALOMA.- Nada de suponer ahora cosa alguna. Los tres nos vamos a callar por un momento para comernos los polvorones. Tocamos a tres cada uno. Después quiero que me digáis si me han salido buenos o me han salido malos. Jesús sonríe antes de responder. JESÚS.- Es imposible que de tus manos salga algo malo, Paloma. Paloma se sintió un poco cohibida. DON MENDO.- Jesús no ha pretendido que te pusieses sonrojada. Solamente ha sido sincero. JESÚS.- Perdona mi sinceridad, Paloma, y perdona si mi sinceridad te ha molestado. PALOMA.- Me gustan los hombres que son buenos y tienen un gran corazón. JESÚS.- ¿Como quiénes? PALOMA.- ¡Como tú! Un silencio absoluto se hizo en la humilde sala de la humilde vivienda hasta que habló Don Mendo. DON MENDO.- Me parece que tienes buen gusto, Paloma. PALOMA.- Se me ha escapado sin querer... Jesús volvió a sonreir antes de volver a hablar. JESÚS.- ¿No te importaría vivir en el Barrio de Salamanca? PALOMA.- ¿Y tener que abandonar a mis grandes amigos de "La Guindalera"? JESÚS.- No estoy diciendo que pierdas a tus grandes amigos de "La Guindalera" sino que añadas a ellos a mis grandes amigos del Barrio de Salamanca. PALOMA.- ¿Es esto una declaración de amor? JESÚS.- Es la mejor declaración que se me ocurre en estos moementos porque nunca jamás he hecho una declaración de amor a ninguna mujer. ¿Cuál es tu respuesta? PALOMA.- Pues va a ser que sí. JESÚS.- ¿Cenamos ya? PALOMA.- Lo siento. Estamos en el última día del mes de julio y no nos queda nada en la despensa. JESÚS.- Es que yo no me estoy refiriendo a cenar en tu casa sino que estáis los dos, tu padre y tú, invitados a cenar en la mía. PALOMA.- ¿En el Barrio de Salamanca? JESÚS.- Eso es, Paloma. En el Barrio de Salamanca para que peudas ver, por ti misma, que también hay amigos de verdad allí. PALOMA.- Sólo estoy esperande a ver qué dice mi padre. DON MENDO.- Yo digo que ya va siendo hora de acabar con tantos "moscones" intentando apoderarse de ti. PALOMA.- ¿Eso quiere decir que aceptas que Jesús sea mi esposo? DON MENDO.- Eso quiere decir que sí: porque no puedes encontrar, en todo Madrid, un hombre mejor que él. Y si digo en todo Madrid es lo mismo que decir en todo el mundo. PALOMA.- No deseo buscar amores ni por todo Madrid ni por todo el mundo. Los amores en plural no me han interesado jamás. Solo soy una mujer para un solo hombre y nada más que para un solo hombre. Y ese hombre se llama Jesús, lo tengo delante de mí y sé que es el que Dios me ha enviado. No me importa ni lo que digan ni lo que hagan las demás mujeres ni los demás hombres. El único y verdadero amor es el único que nos hace ser verdaderamente lo que únicamente somos. Lo acabo de leer en sus ojos. JESÚS.- Pues vámonos ya. Esta noche la vida comienza de verdad para mí. PALOMA.- ¡Espero no defraudarte jamás! JESÚS.- ¡Nunca podrás defraudarme, ni tan siquiera decepcionarme, porque tú eres una mujer que sí sabe soñar! PALOMA.- Sólo le pido a Dios que este sueño no se acabe jamás. JESÚS.- Este sueño nunca se va a acabar porque es un sueño infinito. Los tres salen de la escena por la puerta. SE BAJA EL TELÓN DEL ACTO III FIN.
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