Yo la conoc una tarde pero no me import (Diario)
Publicado en Jan 24, 2017
Segundo de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Es 1977 y estoy lanzado de lleno a terminar todo el Curso en junio. Efectivamente, saqué todo sin dejar nada para septiembre. Atrás quedaron la Literatura Española Contemporánea, la Introducción a las Ciencias Jurídicas, la Teoría y Técnica de la Información Audiovisual, la Econcomía Mundial y de España, la Redacción Periodística II y la Tecnología de la Información I.
Tardes inolvidables. Días de vino y rosas: "Joe Clay, jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, conoce durante una fiesta a la bella Kirsten Arnesen. La muchacha se muestra cautelosa al principio, debido a la afición de Joe a la bebida, pero después sucumbe ante su simpatía y se casa con él". La conocí una tarde cualquiera pero no me importó. Yo no era Joe Clay ni ella era Kirsten Arnesen. Así que seguí mi camino hacia una meta llamada Tucumán. Año inolvidable donde fui elegido representante estudiantil de todos mis compañeros y todas mis compañeras. Hasta el entonces imbatible José Antonio tuvo que dimitir para darme paso y ocupar yo el lugar número 1. Y mi paso era doble. Por cada segundo de estudio un minuto de alegría; por cada minuto de estudio una hora de gozo y por cada hora de estudio un día de placer. Si el círculo exacto no existe ya que el número "pi" tiene una medida infinita, a mí me importaba menos que un "pi" (lo de "to" lo dejo para los "tontarras") los flirteos dentro del aula y eso tan infantiloide de jugar a "hacer manitas". Era para partirse de risa. Siempre salía convencido de que había hecho una gran labor de zapa (pues de Zapadores Ferroviarios se trataba mi preparación física y mental previa a los combates universitarios) y sabía, de sobra, que quien ríe mejor es quien ríe por mucho más tiempo. Nadie iba a detener mi carrera hacia el "estrellato" de los periodistas y por eso se"estrellaron" del todo José Antonio y todos sus falangistas juntos. Y es que hablando de ¨málagas"a mí solo me interesaba el "málaga virgen". Lo demás que lo cataran los desesperados infantiloides que sólo ligaban con los palos de las escobillas (de los retretes por supuesto) y con las varillas "made in Benito" de los privados "mete y saca rápìdamente que le toca al siguiente pero págame las quinientas so paleto, además de simple cateto, y chúpate los pimientas". Todavía me estoy partiendo de risa.
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