Un pecado llamado tú (Cuento)
Publicado en Jan 28, 2017
(A los inocentes que no les dejaron vivir) - ¡Este niño debe nacer, hermano! - ¿Tú estás loca? - ¿Por qué tenemos que matarle? - ¡Vamos a hacerlo ya y es mi última palabra! - ¿Cómo he llegado hasta aquí? - Tú bien que lo sabes... - ¿Y por esa razón no le ayudas a nacer? - ¡No sigas presionándome! ¡Me asfixio! - ¡Dios mío! ¿Qué es lo que vamos a hacer? - ¡Hay que ser fuertes! ¡Hay que salvar el honor de la familia! - Me admira tu gran generosidad. - Distráete con canciones en lugar de ironizar conmigo. - ¿Qué has hecho con la parte que me corresponde a mí? - Esto no es una herencia, hermana... - ¿Has dicho algo? - Quiero evitarlo pero no puedo. - Siento que la vida se me acaba. - Puedes convencerte de que es lo mejor. - Podría ser la criatura más hermosa de la Tierra... - Haz tu oración y olvida. - ¡Mi hijo! - Sólo una feliz memoria nada más. - Quiero reparar mi culpa y morir. - ¡Que mueran los indecisos! - ¡Santa María, Madre de Dios, potégeme! - Eso no puedo aceptarlo... - Pues bien, santo y sabio hombre, pide perdón tú también con todo el fervor del que seas capaz. - No lo hago por hacerte daño. - Yo no quiero vivir mucho para no sufrir mucho. - Lo hago por bondad, caridad y amor, hermana. - ¡Quiero conocer a mi hijo! - No podemos perder las buenas formas. - ¡No! ¡No quiero perderlo! - También es hijo mío y no podemos dejarle nacer. - ¿Va a dejar la vida y emprender el camino de la eternidad sin saber lo que es la vida? - Si quieres volver a embarazarte puedes hacerlo después. - ¡La fama! ¡Vaya crimen en el nombre de la buena fama1 - Depende sólo de ti... pero más adelante... - ¡Eres una rata! - Muy bien... dime algo más... - ¡Te sentirás muy mal cuando siempre te apunte con la punta del dedo. - Estoy muy contento y satisfecho de hacerlo. - ¡Extraño mérito! - ¡Desde luego que sí! - Si quieres iremos por el mundo anunciando tu gloria, tus amores, tus sueños... - ¡Grande entre los hombres y sin mancha alguna! - No somos ya nosotros. Nunca volveremos ya a ser nosotros. - Otro vendrá a ofrecerte su amor y su gozo. - Pero siempre sentiré la mirada del niño al que no le dejé vivir. - ¿Te burlas de mí? - Mi hijo... estoy hablando de mi hijo... - ¡Por tu culpa estoy pasando un tremendo disgusto! - ¡Somos dos miserables! - No me pongas triste que me haces llorar... - Sigue ironizando cuanto quieras; peo siempre verás la mirada de los ojos inocentes y brillantes de un niño que debería haber tenido la oportunidad de vivir. - ¿Te has convertido de pronto en una vieja, hermanita? - ¿A quién represento ya si no es solamente a una vieja? - Voy a casarme muy pronto y no quiero ninguna mancha en mi familia. - ¿Sabes lo que podemos hacer para evitarlo? - Por ejemplo perfumarnos para oler siempre mejor. - ¡No sabes enfrentar la vida como un verdadero hombre! - No te preocupes por mí. Vendrán las horas de la alegría y al comenzar las fiestas se nos olvidarán los disgustos. - ¿Qué dirá nuestra madre ahora? - No conoce nuestra verdadera historia; así que no será causa para que deje de ser elegante y solicitada en todos los lugares. - ¡No quiero verte más! - Otro ocupará mi lugar... otro más fuerte y valiente... pero es necesario que este niño no viva más... - ¿Qué te pasa, hermanito? ¿Ya no tienes alma? - ¡Todos dicen de mí que soy un buen muchacho! - ¡Pero lo que vamos a hacer está muy mal ante los ojos de Dios! - ¡De buena gana le hubiera regalado una de las más hermosas estrellas del cielo a este niño si no estuvieras soltera! - Gracioso... muy gracioso... - El mejor de los bienes humanos es el orgullo. - ¡Cruel! - ¡No eres digna para que te conteste! - ¡me gustaría tomar mi propia decisión. - Ahora no. Ya veremos qué pasa en el futuro. - ¿Qué me importan a mí ya todos los futuros? - ¿No te das cuenta de que lo hago por tu bien? - ¡Ya no tengo nada tuyo! ¡A partir de ahora no te considero mi hermano! - Te casarás con alguien más joven y olvidaremos lo sucedido entre tú y yo. - Ocurre siempre una cosa que sobrepasa a todos los presagios. - ¡No te vayas nunca de la lengua! - Alguien lo debe saber... - No te daré esa ocasión. - No tengo ya más razón que el odio. ¡Te odio de verdad! - ¡Si yo pudiera hacer algo por ti lo haría! - ¿Algo así como seguir tratándome una compañera de juegos? - Pudes ir al confesionario... pero este niño non vivirá para contarlo... - ¡Cuánta abundancia de sinrazón1 - Llegaré a viejo y la experiencia de viejo me convertirá en sabio. - ¡Espero que Dios tenga piedad de ti! - ¡Calla, desagradecida! - ¿Siempre será el secreto la única alternativa? - ¡Bien dicho! ¡Soy o no soy astuto? - ¡Un día morirás de modo horrible! - ¡Buen! ¡Haré un gran esfuerzo para evitarlo! - ¿Gratitud? ¿Caridad? ¿Cuál de las dos cosas te debo? - Puedes intentar averiguarlo mientras el tiempo se convierte en olvido. - ¿Quién dirá con el paso del tiempo que fuiste el hermano al que un día amé? - ¿Cuál de las dos naturalezas humanas vive, según tu opinión, dentro de mí? - ¡No importa si eres del bien o eres del mal! ¡No quiero verte más! - Eso lo dudo... - La marca del pecado crece siempre y nos llevará a la tumba con ella. - ¡No temáis, bella dama! - ¡El llanto del niño asesinado no te dará nunca dormir! - ¡Calla! - Callo, pero tu camino y el mío ya no serán felices jamás.
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José Orero De Julián