Hoy
Publicado en Sep 22, 2009
Hoy finalmente pude ver mi cuerpo en el instante de que vi la realidad en el momento en que pude tocar mi propio corazón me pude ver realmente yo. La oscuridad que me rodeaba se desisntegro y la humedad de mis lagrimas se deslizo por dentro de mi piel haciendome sentir el frio que durante tanto tiempo fuera de mi estuvo causandome agonía sin fin.
Hoy vi mi cuerpo delante de un espejo por fín, hoy más que nunca quise huir y por fin me decidi. El día en que perdí la razón fue en verdad cuando pude ver con mucha claridad. Las palabras de las personas salian de mi cabeza haciendome entender una y otra vez mi más grande error y la más pura desepción, por eso no puedo decir que mañana encontrare el perdón. Hoy he escuchado a mi penoso corazón resentido en la virtud de mi gran temor, por fin lo pude acariciar y entre las lagrimas que me inundaron lo pude lavar, porque el es incapas de llorar, pero si muy capas de enfermar. Por eso yo le quise regalar la unica y ultima caricia que soy capas de crear ante mi misma y los demás. Hoy saque mi alma a asolear, la deje calentar mientras el sol moria en un horizonte lejano de colores brillantes que me llegaron a cegar. Le dije a mi alma que gravara el espectaculo con el cual iba a dejar de respirar, que aspirara el viento que no sería nunca más de traspasar sus traslucidas ondas de dolor y soledad. Hoy finalmente espere a ver a mi razón, escuche sus miedos y sus deseos mientras mirabamos al cielo marron. Cuando terminamos de charlar las dos nos pusimos a llorar en medio de una risa que parecia no tener final, porque esa era nuestra última sonrisa falsa que teniamos para regalar, la más larga y despreciable que nunca nos negamos a dar, pero siempre nos aterraba tener que sacar. Hoy me vi frente a un espejo y no supe en verdad a quien me pudo reflejar, nada de lo que delante de mi se alzaba en colores intensos lo pude identificar, tras posar la vista en los ojos que me restregaban la realidad quise gritar. Esos ojos eran la ventana de lo que jamas será, lo que perdí por propia voluntad. Si me preguntas que paso en realidad te tendría que contar un largo cuento sin final. Hoy vi mi cuerpo en esa última oportunidad y decidi que una disculpa no sería necesaria en realidad, queria escapar de algo más que al aire, el ruido, los colores y la sofocante enemistad con él yo que no se creo. Arrastre el cuerpo que delante de mi se ergia como una estatua de piedra porosa, como un objeto de cristal que ha sido remendado sin que siquiera Dios lo haya podido evitar. Hoy conte las palabras con la que daria a todo un final, pero en verdad lo más facil fue una carta de tinta roja con una sola palabra inutil y reiterante a los sentidos de los demás. Con una sola palabra que jamas podre pronunciar con toda la fuerza que me hibiera gustado declarar la guerra a todos lo que una vez me llegaron a abandonar. Hoy digo no más mientras caigo en un pozo carmezí y repito insesantemente el hoy, porque mañana no habra más. No futuro desesperanzador, no heridas sobre las ya establecidas, no cicatrices sobre los pedazos de criztal pisados por alguien más. No más mañana solo hoy con mi otro yo que es capas de recibir la imagen del cuerpo delante del espejo que no logre reconocer. Hoy el carmín con lagrimas frias y miradas perdidas, hoy con el alma deborada en el basto infinito de un universo alterno coloreado de un dulce y tierno sueño que en verdad nunca siqueira llege a consevir dentro de mí.
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