Un quinceaero que mola mogolln (Diario)
Publicado en Feb 02, 2017
Todas las chavalillas de muy bien ver y de mucho mejor mirar están de acuerdo en algo esencial: "Sus tres hermanos son muy guapos pero es que éste, además de ser muy guapo, mola mogollón porque tiene un actractivo muy especial". Tengo 15 años de edad y en toda la barriada de las dos riberas del Manzanares escucho decir lo mismo. ¿Cuál es mi reacción natural a todo ello? Solamente sonreír y decidir que no deseo probarme para ser fichado por el Atlético de Madrid como futbolista con gran futuro para ser profesional. Quizás esta forma de ser sea una de las mayores causas por las cuales molo mogollón. Lo demás sólo consiste en no ser huraño y dejarse querer.
Otro ingrediente de mi personalidad, todavía quinceañera pero ya preparada para el futuro, es añadir a las pruebas de química muchas historias de arte. Un combinado tan explosivo que todos los alumnos del San Isidro no hacen más que admirar; lo cual a mi me es indiferente porque sólo deseo ser admirado por las chavalas que considero dignas de ser adoradas desde la situación más ventajosa: el silencio comunicador. Y mi silencio comunica más que las palabrerías de los mil y un esdrújulos que pululan por la barriada buscando amores como mendicantes de la Edad Media. Yo no, Yo soy demasiado moderno como para estar viviendo entre "faldas de mamá" y "sotanas de padres". Tengo sólo 15 años de edad pero entiendo de qué va todo el mundo de las apasionantes historias de las aventuras de un pequeño valiente porque he leído ya muchos comics de "El Pequeño Luchador" y sé cómo salvarme de todas las alimañas. Algunos ejemplares sueltos de "El Pequeño Luchador" han llegado a mis manos y lo he podido asimilar con total facilidad. ¿Quién es "El Pequeño Luchador"? Es una serie de cuadernos de aventuras creada por el autor español Manuel Gago García, y que fue publicada por Editorial Valenciana entre 1945 y 1956, en un total de 230 cuadernillos apaisados, en blanco y negro. En los cuadernos 13 al 33, solo las portadas están dibujadas por Manuel Gago, mientras que las 16 páginas interiores son obra de Luis Gago (su hermano), y el guión es de Pedro Quesada (su cuñado) Pedro Quesada también participó como guionista en diversos periodos hasta el final, pero sin acreditar. Además, Pedro Quesada escribió seis novelas protagonizadas por el personaje, publicadas en formato de novela popular en los años 1948 y 1949. La serie desarrolla las aventuras de "Fred Hood", el "Pequeño Luchador", en el legendario Oeste de la década de 1880. Fred Hood es un muchacho que viaja en una caravana hacia el Oeste, que es atacada por los indios Apaches. Los padres de Fred mueren en el ataque, y Fred jura venganza. Fred es recogido por el colono James Jefries, cuya hija Margarita será la primera novia de Fred. El compañero de aventuras del "Pequeño Luchador" es Matón, un antiguo bandido reformado. El principal villano de la serie es Jack, jefe de la guardia de la colonia, que hace traición a cambio del oro que los Apaches tienen en una montaña de su territorio. Jack desaparecerá a mediados de la serie en una escena de suicidio que fue censurada en las dos reediciones que tuvo la colección (en 1960 y en 1977). Margarita tiene al principio una rival en Flor Blanca, hija del jefe Apache. A pesar de casarse con un guerrero de su tribu llamado Ciervo Corredor, Flor Blanca seguirá amando a Fred toda su vida. Luego aparecerá Carolina, hija de otro colono, que viste ropas masculinas y dispara como el mejor pistolero. Carolian se convertirá en compañera de aventuras, y finalmente en la novia definitiva de Fred. Durante algún tiempo, Carolina adopta la personalidad del encapuchado Furia de Manitú, para vengar la muerte de su padre a manos de los Apaches. Lejos de relegar a la mujer a roles tradicionales, en las historietas de Manuel Gago se dan muchos ejemplos de mujeres independientes, como Carolian en "El Pequeño Luchador" o Zoraida en "El Guerrero del Antifaz". Por ejemplo, en esta serie Carolia tiene otras habildiades además de la de poder luchar como un hombre, pues en un momento de dificultades económicas de los protagonistas, ella crea y dirige una agencia de transportes en la ciudad de Ely. También, en los últimos episodios, vemos a Margarita ejerciendo de maestra de escuela. Tan valiente y decidido soy yo con tan sólo 15 años de edad que hasta la enfermera de la Avenida del Manzanares, paralela al Paseo de la Virgen del Puerto, no guarda silencio y lo dice claramente: "¡Eres un valiente y no como tus hermanos que tienen que ir siempre acompañados de su mamá!". Era verdad que iba yo sólo y yo sólo pasaba la prueba de los pinchazos sin exclamar ni una sola expresión de dolor ni soltar ni una sola lágrima antes del pinchazo, durante el pinchazo o después del pinchazo. Algo que aumentaba todavía mi leyenda personal; por lo que muchas chavalas y chavalillas de la barriada pensaban que yo era "El Llanero Solitario" en medio de todo aquel revuelto mundo de las familias numerosas. Pues también. También poseo yo, a mis 15 años de edad, bastantes características del "Llanero Solitario" pero siempre "teniendo duende" como los grandes toreros y cantaores flamencos. Y es que, a medida que me iba despachando a los "toros" del barrio iba aprendiendo a cantar por peteneras. "El Llanero Solitario" (en inglés: "Lone Ranger") es un personaje ficticio creado por el escritor Fran Striker. Es un ranger de Texas enmascarado del viejo oeste de Estados Unidos, interpretado originalmente por Paul Halliwell (voz en la radio), que galopa para enmendar injusticias con la ayuda de su astuto y lacónico secuaz, el nativo potawatomi llamado Tonto (Toro en Hispanoamérica, debido a que el nombre original se consideró peyorativo). Se haría famosa la frase del Llanero Solitario, cuando montado en su caballo blanco Plata cabalgaba hacia el sol poniente diciendo: "Hi-yo, Silver, away!" ("¡Arre, Plata, adelante!"). El personaje fue inspirado por El Zorro y Robin Hood. Otras posibles inspiraciones serían el ranger de Texas John Hughes, a quien el libro "The Lone Star Ranger", escrito por Zane Grey, fue dedicado en 1915 y Bass Reeves, un ex-esclavo negro que vivió entre los indios y se convirtió en un agente de la ley en Oklahoma. La primera aparición del personaje fue en 1933 en un programa de radio estadounidense que permaneció mucho tiempo en antena creado por el productor George Trendle. El actor de las Primeras Naciones de Canadá, el actor mohawk Jay Silverheels, interpretó a Tonto desde 1949 hasta 1957. En la nueva versión de Disney, "El Llanero Solitario" (2013), Johnny Depp fue elegido para desempeñar el papel del indígena Toro y Armie Hammer para interpretar al llanero. Las series de radio y televisión se iniciaban habitualmente con la siguiente frase: "Un fogoso caballo con la velocidad de la luz, una nube de polvo, y un caluroso «¡Hi-yo, Silver!», ¡El llanero solitario!". Existieron otras secuencias para la entrada, la más común era una breve narración del origen del Llanero Solitario y de cómo conoció a Toro. El tema era cantado por un coro masculino. Esta versión al inicio de los créditos fue presentada por primera vez en el episodio "Lost City of Gold." ("La ciudad perdida del oro"). En posteriores episodios, la narración de la entrada finalizaba con: "Con su fiel compañero indio Toro [Tonto], el audaz e ingenioso jinete enmascarado de la llanura inició su lucha por la ley y el orden en el temprano oeste de los Estados Unidos. En ninguna de las páginas de la Historia se puede encontrar a un mayor campeón de la justicia. Vuelven a nosotros ahora esos emocionantes días de ayer. ¡Desde el pasado viene como un trueno el galope del gran caballo Silver! ¡El Llanero Solitario cabalga de nuevo!. Los episodios usualmente concluían con uno de los personajes lamentando el hecho de nunca conocer el nombre del héroe. "¿Quién es ese hombre enmascarado?, sólo para decir "Es el Llanero Solitario", mientras él y Toro cabalgan a lo lejos. Si. Yo soy ya, a mis 15 años, un verdadero solitario empezando a participar en aventuras de riesgo y saliendo siempre vivo de todas ellas. ¿Y qué es eso de "tener duende" que tanto acompaña a mì personalidad y que tanto admiran las chavalas? Tiene duende es una expresión muy conocida en el mundo del flamenco. Dícese de aquella persona que posee un talento especial, bien sea en el cante, en el baile, en el toque o en la caja. Tener duende podría ser una similitud a tener alma. Es el sentimiento del artista convertido en puro arte. Su talento roza la perfección, es algo mágico y auténtico. Por eso muchas me comparan con Fosforito. Me enciendo como un fósforo cuando tengo que "cantar la gallina" a cualquier fantasmón del barrio (aunque sea ese que se hace llamar "El Legionario" sin que se atreva a cruzarse en mi camino) pero no pego nunca ninguna hostia porque me basta con mi sola presencia para no tener que hacer de "cura". Yo curo las chulerías sólo con la mirada. "El Legionario" lo sabe y por eso jamás se me enfrenta cara a cara sino que se esconde en los billares y futbolines cuando paseo por los territorios donde él se cree el único "amo". Jamás me prohibe pasar por ellos porque se jiña sólo de saber que estoy allí. "Fosforito" todavía vive. Se llama Antonio Fernández Díaz (Puente Genil, Córdoba, 3 de agosto de 1932) y es un cantaor flamenco español. En 2005, fue galardonado con la V Llave de Oro del Cante. Antes de hacerse profesional, su nombre artístico fue Antonio de Puente Genil, o del Genil. «Fosforito» fue también utilizado por otro cantaor, Francisco Lema "Fosforito", aunque sin parentesco entre ambos. Fosforito se dio a conocer de forma brillante en el Concurso Nacional de Cante Jondo de 1956, en Córdoba. Fue el segundo concurso después del primero que se celebró en Granada en 1922, con el apoyo de Manuel de Falla, Federico García Lorca, y otros líderes de la cultura andaluza y española. En esta ocasión el joven cantaor, de 23 años, desconocido salvo en su comarca, batió un récord histórico y demostró ser un cantaor tan hondo como completo. Pese a acudir al concurso después de recuperarse de una afección en la voz (perdida tras una intervención quirúrgica en el intestino mientras hacía el servicio militar en Cádiz, que lo llevó a decantarse por la guitarra), Fosforito arrasó entre el centenar largo de concursantes que venían de toda España. Fue ganador del premio de honor del jurado de forma unánime (seguriya, martinete. saeta) y del primer premio en cada sección de cantes. En seguida fue fichado por Philips, donde grabó sus primeros discos, siendo autor él mismo de la mayoría de las coplas. Actualmente, tiene publicados más de 26 discos de todos los estilos y variantes (algunas de su propia cosecha) del flamenco. Pues así de flamenco soy yo a mis 15 años de edad mientras hago los "paseillos" por las calles de Madrid a lo "Diego Valor": tanto en lo referido al héroe del serial radiofónico emitido por la Cadena SER desde finales de 1953 hasta junio de 1958, que sería posteriormente adaptado a tebeo (1954-58), teatro (1956) y serie de televisión (1958) como al gran Diego Puerta Dianez ("Diego Valor") que fue un torero muy español, además de ganadero de toros, nacido en la ciudad de Sevilla, España, el 28 de mayo de 1941. Sin olvidar que, otras muchas veces, yo me convierto en "Luis Candelas" (el bandolero madrileño de Lavapiés del Siglo XIX, llamado Luis Candelas Cajigal, que a pesar de sus fechorías se jactaba de no tener delitos de sangre) cuando paseo por los soportales de la Plaza Mayor de Madrid ante el asombro de nacionales y turistas, "robando" el corazón a más de una, a más de dos y a más de tres de las "muy buenas"; que quiere decir de las "que mejor están". ¿Realidad o ficción? ¿Verdad o leyenda? ¿Cierto o imaginado? Dejo abiertas todas las respuestas pero soy tan real como la vida misma. Por eso a mis tan solo 15 años de edad ya filosofo por las calles del Rastro madrileño sin dejar ningún rastro a mis perseguidores que, poco a poco, se van quedando atrás, muy atrás, mientras rebaso a los platónicos como Espeusipo, Ammonius, Plotino, y Agustín (el "favorito de Roncero") quienes sólo saben del amor sin presencia femenina porque se creen adonis de ellos mismos; y me voy introduciendo en los epicúreos como Metrodoro, Timócrates, Colotes, Poliano, Polístrato, Hermarco, Filónides, Demetrio, Apolodoro, Filodemos. Zenón y Fedro (que sí están por la labor de compartir las delicias y los placeres de la vida con sus compañeras de estudios de igual a igual y no en un plano de superioridad como el tal Roncero y sus seguidores Liter y Sanz y que Dios les conserve la inteligencia porque de la vista andan fatal y a pesar de ello les respeto) bajo la atenta mirada y complacencia intelectual del maestro Farelo amigo del maestro Lucas; de los cuales (ambos fueron maestros míos) aprendí a diferenciar entre "las que sí" y "las que no". Sólo tengo 15 años nada más; pero, como buen cristiano que soy, ya sitúo a mi derecha a "las que sí" y ya sitúo a mi izquierda a "las que no" porque mi gusto se está desarrollando con muy buenos aciertos gracias, repito una vez más, a la química y el arte del San Isidro de Madrid. Y no es ninguna clase de imaginación sino experiencias reales que viví con grande contento de mi naturaleza varonil y que es algo que hasta podría haber sentido Miguel de Cervantes Saavedra cuando se fijó en la belleza de una mujer a la que ocultó bajo la forma de "Dulcinea" para no ser descubierto por la Inquisición de su época ni por los muchos enemigos que también la deseaban. Y entonces voy, y a mis solamente 15 años de edad, descubro por fin "El Gran Misterio del Marcador Simultáneo Dardo". Es lo mismo que dice Javier: "En vaso largo o en copa corta, Anís de la Asturiana ¡qué bien se porta!". Es la época del Carrusel Deportivo en las casas y en los bares, y el Marcador Simultáneo Dardo en los campos de juego. "Aquí Langarita desde los Campos de Sport del Sardinero, lleno a rebosar y ambiente de gala para recibir al Real Madrid en partido correspondiente a la decimosexta jornada del Campeonato Nacional de Liga...". "Gol en Castellón, gol en Castalia, ¡adelante, Chencho!". "Conectamos con Sevilla, Juan Tribuna, ¿cómo van las cosas por el Sánchez Pizjuán?". ¿Qué nos dice Rojo desde el Estadio de San Mamés?. Domingos de radio y copita de Soberano ("es cosa de hombres") o de anís, ya sea Castellana "el anís de España" o La Asturiana, "su presencia siempre agrada". Domingos de concursos radiofónicos para amenizar el descanso de los partidos, en la voz de Juan de Toro y sus preguntas servidas en bandeja para que las concursantes (suelen ser mujeres) acierten sí o sí. Y si hace falta interviene solícito el locutor: "Una ayudita, don Juan", le imploran. Y De Toro repite la pregunta filtrando por en medio con gracejo la respuesta, varias veces si hacía falta, hasta que sin darse cuenta se llevan el premio. Domingos de fútbol a las cuatro de la tarde (no está la economía española para accionar la palanca de las cuatro torretas de las esquinas con su iluminación amarillenta) y de repasar una y mil veces los movimientos del Marcador Simultáneo Dardo, un ingenioso sistema de comunicación entre todos los campos de España para ir conociendo al instante qué están haciendo los rivales. Licor 43, 1-0; Colchón Flex, 0-0; Tervilor, 2-2; flecha amarilla, están en el primer tiempo; flecha roja, segunda parte; flecha negra, partido finalizado... Pero lo peor es el símbolo de rayas blancas y negras: avería telefónica. No hay noticias de lo que está sucediendo en el Carlos Tartiere, o en Las Gaunas, o en Pasarón. ¡La quiniela en el aire! El Carrusel Deportivo empezó a emitirse en España en 1954. "La Ser, por su cadena de emisoras, presenta..." y tronan las voces más conocidas de la radiodifusión de la España franquista para colarse en todos los hogares, bajo la dirección de un valenciano, Vicente Marco, hijo de un diputado de izquierdas represaliado tras la guerra. Le acompaña un locutor chileno que se está haciendo famoso, Bobby Deglané, narrador de combates de catch antes de la guerra. Más adelante el protagonismo del Carrusel lo toma Joaquín Prat. La radio es la gran compañera de los hogares españoles. Con las retransmisiones deportivas, pero también los inacabables seriales lacrimógenos, los discos solicitados, el consultorio femenino de Elena Francis o el inevitable "De España para los españoles", con la voz de María Matilde Almendros dirigiéndose a todos los que han emigrado en busca de trabajo. El nacimiento del Carrusel Deportivo va parejo al de Matilde, Perico y Periquín, estrella de la radiocomedia costumbrista, con las historias de una familia española supuestamente típica y las voces de Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso y Matilde Vilariño. La radio marca la pauta. Y en el suspiro de silencio expectante surge una voz atronadora: "¡Goool en La Balastera!". Acaba de marcar el Palencia, equipo de Segunda A, en su partido contra el Jerez. La noticia es lo primero. Tengo solamente 15 años de edad y estoy viviendo este apasionante año 1964 después de Jesucristo en la calle madrileña de Pizarra, portal número 3. Nuestra canción, en el Eurofestival, tan sólo consigue un punto, lo que nos sitúa en el puesto número 12 de 16 participantes. Gana Italia con Gigliola Cinquetti, a la cual mi madre la llama "La Chiconina" porque no sabe cómo pronunciar su nombre. Su canción es "No tengo edad". Pero ocurren muchas otras cosas; como, por ejemplo, que se celebran "Los 25 Años de Paz" de la Dictadura franquista, el discurso del "Che" Guevara en la ONU y, sobre todo, y esto sí que me da gusto de verdad y no las demás noticias que me importan menos que un carajo, que el uso de la minifalda se va a poner de moda entre las chavalas más atrevidas. Hay que ser atrevido y no dormirse porque camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Si la noticia es el mensaje lo de la minifalda es el masaje o al menos eso es lo que dicen los periodistas. Duele ese lugar número 12 en el Eurofestival (con un solo voto para nuestra canción porque teníamos muchas esperanzas para vencer). ¿De quién es la culpa de este fracaso=? España ha estado representada por la banda uruguaya de "Los TNT" y la canción "Caracola" escrita por Fina de Calderón. La canción fue elegida a través de una final nacional, mientras que los cantantes fueron elegidos internamente por Televisión Española. La canción española fue elegida en el programa de televisión "Gran Parada", presentado por Carmina Alonso y Ana María Solsona desde Barcelona. La audiencia eligió la canción ganadora mediante voto por correo. Cada canción fue presentada dos veces por dos cantantes diferentes. En la final del 18 de febrero, la canción "Caracola" cantada por Michel y Teresa María fue proclamada la ganadora. Luego de la elección de la canción, Televisión Española eligió internamente a Los TNT, que no habían actuado en el programa, para cantar la canción en Copenhague. Y hemos fracasado rotundamente mientras Michel, quizás enfadado del todo, se ha ido a vivir a Moscú. Sigo con lo que me interesa a mis 15 años de edad. Por ejemplo, es de destacar que en Argentina, la revista "Primera Plana" comienza a publicar una nueva tira cómica del humorista y dibujante Quino. Se llama "Mafalda". Conozco esta primicia porque se la he escuchado a una argentina en un bar de Madrid pero no voy a decir su nombre porque no quiero que los cotillas vayan diciendo por ahí que yo me emborracho a los 15 años de edad porque, además de ser una mentira, todos los que me conocen saben que ya soy un atleta y tengo el cuerpo de atleta y lo cuido como un atleta. Otro asunto muy diferente es lo que está pasando con Emilín pero ese no es mi problema y no tengo nada que ver con ese problema de un desamor que le está llevando a beber sin límites. El caso es que va a llegar "Mafalda" a la vida de los españoles y las españolas que somos fanáticos de los tebeos y las tiras cómicas. "Mafalda" está protagonizada por la niña homónima, «espejo de la clase media latinoamericana y de la juventud progresista», que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores. "Mafalda" se acaba de hacer muy populrar en Latinoamérica en general, y pronto se verá en países europeo como España, Francia, Grecia e Italia. ¿El desamor? ¿Qué puedo decir yo del desamor salvo lo que me cuenta Emilín? Solamente alguna que otra reflexión que le transmito, después de escucharle con total atención, para que no ande por los malos caminos de las pandillas callejeras. Yo me limito a escribir un poema titulado "Soledad primera de mí mismo" que no está basado en alguna experiencia propia sino en la soledad que debe estar pasando "Gimi" por no hacer caso de mis consejos proque, aunque soy casi dos años más joven que él posiblemente haya dado ya más de dos vueltas al mundo de los sentimientos de los que ha dado él. Y es que dar vueltas al mundo no es tropezar siempre en la misma piedra sino saber salvar todas las piedras del camino para andar como Dios manda. Tengo solamente 15 años de edad pero ya me siento grande. Y pienso. Y razono de cara al futuro. Doce años de soledad es el grito cuando cae a tierra la cometa. Doce años de soledad sabiendo que lo especial de las palabras es poder remontar el vuelo y convertirse, dentro de la humanidad, en una imagen que se desplaza sin poder extinguirse jamás. La sombra del mundo nos llena de palabras con tanto alcance que somos una soledad infinita. Nunca podemos ser elegidos por las estrellas si no concemos ni vivimos los doce años de soledad en la academia de los sueños. Tal vez las palabras sólo sean inventos, en medio de la inmensa Babel de la vida en donde entramos con la sensación de que estamos buscando la salida, maltratados por quienes engruesan sus ganancias con las palabras ajenas. Pero nos queda el silencio y el grito. Una vez dentro de los doce años de soledad sólo nos quedan el silencio de la credibilidad y el grito del amor. Quizás sea así, de esta manera, cómo se escribe con la sensación de que los significados nos preparan para ser oficiantes de la comunicación que se nos desborda disparada hacia el destino de nuestro lenguaje global. Doce años de soledad para prepararse a vivir con un idioma sin fronteras; esos gestos que, al convertirse en silencios, vamos gritando por todas nuestras nacionalidades literarias. Algunos han dicho, mentirosos ellos, que los bohemios no servimos para ser intérpretes de las palabras porque estamos demasiado distorsionados por las luces de nuestras estrellas. En cambio, la realidad tangible de nuestros signos salen al encuentro de poéticas ensoñaciones. A veces, escindidos del artificio de las simulaciones, somos un misterio que deja escrito, sobre la memoria del conocimiento, todo un diccionario de vocablos que saben a rincón de emociones. En el interior de la inteligencia humana, algunos escribimos sólo como contribución a la necesidad de consumir palabras para simplificarnos en la enésima potencia gramatical que nos permite estar vivos en nuestros doce años de soledad cargados a nuestras espaldas como renunciación a los que todavía no nos llegan a comprender. No los necesitamos en realidad. Si nos enriquecemos es porque nos infiltramos en las batallas dialécticas de este vivir, día tras día, transidos del gerundio machadiano. Caminando. Es la mejor manera de crear un lenguaje vivo sin más ortografía que el hecho de llenar los espacios blancos de nuestra existencia con palabras arrojadas al viento; algo así como palomas de náufragos que llevan nuestros mensajes más allá de las fronteras. Jululandia puede ser también Macondo y si nos ocultan el sol que no nos roben las estrellas. Y solo tengo 15 años de edad.
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