Labores de canguro (Diario)
Publicado en Feb 02, 2017
¿Sabéis, amigos y amigas que leéis mis textos, lo que es hacer de canguro? Pues una de las tareas más esenciales para hacer de canguro es cuidar de los más pequeños cuando la abuela, el padre, la madre y/o la hermana no están presentes. Siendo cuatro hermanitos varones de muy pequeña edad, la labor de canguro, por lógica familiar, debería haber recaído en el mayor de los cuatro; o sea, para ser concretos y exactos, esa labor la tendría que haber llevado a cabo Emilín, Pero una cosa es la lógica y otra cosa fue la realidad. Yo no era el maytro de los cautro hermanos varones pero me "tocó la china a mí" para cuidar, de manera continua, de Boni y de Maxi cuando se encontraban solos. Nunca me importó hacer aquella tarea que duró desde la infancia hasta el final de la adolescencia, ni le he reclamado nada a nadie por haber tenido que ejercerla. En realidad debo de estar agradecido a Jesucristo porque mientras duró toda esa larga etapa de ser el canguro de mis dos hermanos pequeños me sirvió para irme convirtiendo en un líder seguro, completo y con suficiente personalidad para ser líder. Gracias a mi labor de canguro no sólo protegí a Boni y a Maxi sino que me formé y me forjé como un líder sólido y confiable.
Pasaron los años y a los 28 ya era un líder tan completo que aquellas experiencias de mi infancia cuidando de Boni y Maxi me habían servido de base, de fundamento, de pilar indestructible ante los ataques de mis enemigos. Cuando me ha tocado ser líder de los trabajadores bancarios y de los estudiantes universitarios siempre me he preguntado para qué sirve serlo. Tengo 28 años de edad. Soy líder entre los bancarios y los estudiantes. Soy líder pero no me importa ni serlo ni no serlo. Viendo cómo actúan los demás, los de los intereses creados de partidos y sindicatos, solamente soy líder para demostrar que no me van a dejar hacer nada porque no soy de ninguna ideología y me muevo sólo por las ideas. Soy autónomo e independiente. No libre pero sí liberado. Utilizo mi liderazgo para ser más y mejor trabajador y más y mejor estudiante. Sin ningún interés más que demostrar a quienes confían en mí que jamás me voy a vender. Mi honestidad y mi honradez no tienen precio ni nadie me va a comprar jamás. Cumplo porque debo cumplir. De los bancarios aprendo a trabajar, marginado y todo, en medio de los "camisas con corbatas fashion", y demostrarles que puedo ser de los mejores, aprendiendo más del mundo pero con nicky y pantalón vaquero usado. De los estudiantes de "color de rosa fucsia", marginado y todo, aprendo a conocer mejor los saberes del mundo sin tener que ser rojo ni azul sino del color natural de mi piel. Entre los "corbatófilos" y los "rosáceos", a mis 28 años de edad, me da por sonreír muchas veces y otras veces suelto carcajadas cada vez que me piden consejos; porque mis únicos consejos son los del "vive la vida y cuando tengas convida". Y no me importa reconocer que convidaba e invitaba hasta a quienes no se lo merecían. Pero no voy a dar nombres porque, a mis 28 años de edad, he aprendido que "la decepción también es una bella emoción". Cosas de esta extraña y eterna juventud. 28 años de edad me dan mucha personalidad, mucho por vivido y mucho más por vivir. Las lágrimas las seca el viento y hacen más feliz el rostro. Quizás algunas personas me recuerden de esta manera. En resumen, que la creación de un líder consiste en recrear una fantasía quizás a la andaluza tal vez. Lo demás sólo es simple hojarasca, impuros personajes y hasta carencia de vergüenza torera. Quizás. Yo, al menos, estoy aquí, trabajando y estudiando mientras cosntruyo historias para mi ensoñación. Si además contienen mujeres apetitosas mucho mejor. Jejeje. Como siempre mi sonrisa sigue abierta puesto que, posiblemente, Suiza es "Un rincón para vivir". Lo fue. Pero sigo prefiriendo mirar a las estrellas desde las noches de mi propio país y todo eso aunque, a veces, mirar a ciertas ventanas te produzcan ganas de llorar. Y es que soy un extranjero en todas partes menos en mí mismo ya que me conozco a la perfección. A lo mejor ya me recuerda alguien como el líder que nunca sucumbió. A lo mejor. Pero ya no importa. Y es que sabiendo amar también se puede ser feliz; soibre todo cuando la Luna te descubre todavía soñando a los 28 años de edad. Mi Patria y yo somos así, chavalillas. ¿Dónde nacieron y se forjaron tan firmemente estas irrenunciables ideas y esta irrenunciable manera de ser y de conducir a los que confían en mi liderato? En todas aquellas mañanas de colegio donde, ante el abandono de Emilín, yo tenía que guiar a Boni y a Maxi por todo el bulevar de Alcalde Sáinz de Baranda y por toda la calle de Narváez hasta la esquina con Doctor Castelo. Inolvidables momentos de emociones, de alegrías, de canciones hacia la vida, de la felicidad al saber que estaba siendo nominado como futuro líder de soñadores supervivientes que en el futuro debería de conocer. ¿En qué personaje de ficción me fijé yo en aquella larga infancia y en aquella larga adolescencia para cumplir a la perfección con lo que no me correspondía a mí pero acepté sin queja alguna, fuese o no fuese agradecido por ellos en el futuro? ¿Qué tal si les dijese que fue "El soldadito Pepe"? ¿Se reirían ustedes de mí si les afirmo y les conrfirmo que fue "El soldadito Pepe"? Pueden burlarse cuanto quieran porque a un líder sólido, autónomo e independiente nunca le derrumban las burlas de los traidores, ni de los cobardes ni de los que se las dan de mucho siendo menos que nada. Pues sí. Fue "El soldadito Pepe". Sepan ustedes su historia antes de decir nada y quizás sepan algo muy importante: respetar a los que tienen más personalidad propia que ustedes que tienen que fijarse en "super hombres" (como Superman o El Hombre Araña) para tener referencias. Yo no soy así. Yo soy de los que surjieron como líder gracias a "El Soldadito Pepe". "El Soldadito Pepe fue una serie de historietas desarrollada por José Sanchis a partir de 1948, mayormente para la revista "Jaimito" de la Editorial Valenciana, así como su primer personaje fijo. "El Soldadito Pepe" se publicó por primera vez en el calendario del Taco Myrga en 1948 y posteriormente empezó a aparecer en la revista "Jaimito". Fue el propio director de la revista, José Soriano Izquierdo, quien poco después la admitió como serie fija, destinándole generalmente la portada posterior. Con los años, Sanchis empezó a desarrollar aventuras de más de una página, como ya hiciera con "Pumby". El humor de la serie se sustenta en los conflictos entre el soldadito Pepe y su Jefe, pero sin la virulencia que podía ser característica de la escuela Bruguera. Todo transcurre además en un mundo de ficción de ambientación decimonónica donde la guerra que su nación mantiene contra los napolandenses se presenta como un juego y es parodiada a la manera de los chistes coetáneos del humorista Miguel Gila. En opinión del investigador Juan Antonio Ramírez, "El Soldadito Pepe" fue, a pesar de las imposiciones industriales, una serie infantil de calidad hasta que los años setenta empezó a sufrir la influencia del violento estilo de Bruguera. Mayor calidad tuvo siempre "Pumby", que permitía a su autor desplegar toda su fantasía. La solidez y firmeza demi futuro liderazgo no se basó ni fundamentó sus raíces en ningún super hombre con poderes sobrenaturales o llegados de otra gaalxia, como sucedió con "Superman" o "El Hombre Araña"; tampoco se forjó en dioses como "Odín" o "Thor", ni tan siquiera en grandes autoridades como "El Capitán América" o "El Capitán Trueno" o en semidioses como "Hércules" ni en tipos hercúleos y elásticos como "Tarzán" y otros "tarzánidas" del estilo "Pantera Negra". El personaje donde se inició mi futuro liderazgo no fue tan inteligente como el detective "Roberto Alcázar" ni tan listo como su ayudante "Pedrín" ni mucho menos todavía, en monstruos como "Hulk" ni en magos como "Mandrake" o el famosísismo "Merlín". También hay que añadir que no fue era ran astuto como 2El Zorro" ni tan ligón como "James Bond" ("El Agente 007"). Por no ser, no era ni tan inteligente como "Sherlock Holmes" o "Hércules Poirot". Y estaba muy lejos de ser tan completo tirador como el cazador "Búfalo Bill" y de ser tan perfecto espadachín como "Athos", "Porthos", "Aramis" y "D'Artagnan". El heroico soldadito en donde basé mi recia personalidad de liderazgo no era de carácter animalado como "Pumby" (gato), "Donald" (pato) o "Mickey" (ratón) sino que era un sencillo ser humano con todas las características de un ser humano sencillo y cumplidor de las tareas que se le encomendaban y que resolvía sin jamás quejarse por ello. La solidez y firmeza de mi futuro liderazgo se afianzó a través de un simple soldadito, un personaje que nunca jamás tuvo un tebeo propio para sus aventuras ni ninguna tira diaria en los periódicos de alcance mundial; porque era un ser tan anònumo como cualquier persona que te puedes enocntrar caminando por las calles ya que era tan colectivo que sus hazañas estaban siempre puestas no al servicio de su propia persona sino al servicio de la sociedad a la que pertenecía. Un valiente soldadito ante el que los mismísimos generales secuadraban y le saludaban por ser un ejemplo de hombre valiente y valeroso; todo corazón hacia los demás sin pedir nada a cambio. Por eso todos admiraban su manera de ser y su forma de actuar. Al igual que "El Soldadito Pepe", convertido en héroe precisamente por ser un antihéroe, yo cumplía mis funciones de canguro de Boni y Maxi con la sonrisa siempre dispuesta para que los tres pasáramos la infancia y la adolescencia lo mejor posible. Y lo mejor posible era reírse hasta de nuestras propias sombras. Tal como aquel famoso soldadito de la época siempre estaba yo sirviendo a los demás para que los demás no tuvieran que servirme a mí. No era necesario. Ser canguro de mis dos hermanos pequeños era la mejor ayuda que tenía yo para poder sentirme importante ante la sociedad de "los demás" pero es que, para mayor abundancia, lo que pensaran d¡o dijeran de mí "los demás" me importaba menos que un comino. Yo hacía mi labor porque me estaba entrenando en esto de desarrollar el liderazgo. Si era desde la posición más humilde de la familia para mí resultaba ser mucho más signficativo y, por lo tanto, mucho más importante al igual que mucho más interesante porque, gracias a ello, podía desarrollar mejor mi imaginación y compartirla con la imaginación que estaban desarrollando Boni y Maxi precisamente por tenerme como canguro en lugar de tener a Emilín que ocultaba su verdadera forma de ser con el nombre de "Gimi". Yo en aquellos años de mi infancia y adolescencia no era todavía "Diesel" pero me estaba llenando de contenidos y materiales de vida suficientes como para serlo algún día. Mientras tanto, eso de ser volutnariamente canguro de Boni y Maxi resultaba agradable; pprque sabía que se me estaba desarrollando una personalidad abierta, franca, sincera, amsitosa y, sobre todo, eficaz a la hora de dirigir a los grupos que luego, ya en mi juventud, tendría la ocasión de guiarlos. No me importaba, como jamás me ha importado, que la responsabilidad recayera sobre mi persona cuando Emilín decidió ser individualista, ansioso de poder y de dominio, y hasta despótico a la hora de plantear los juegos familiares. Ese no eera mi camino. Como "El Soldadito Pepe" siempre mantenía una esperanza abierta (es por eso por lo que a la frase "no se puede vivir de ilusiones" yo respondí "pero sí se puede vivir de esperanzas" (algo que en futuro sucedió por la lógica del desarrollo de Emilín y de mi como personas antagónicas; claro que nacíamos de un mismo tronco pero él era una rama situada al extremo del árbol mientras yo me centraba en alcanzar la cima aprendiendo a ser servicial con los demás pero sin dejar que los demás me faltaran al respeto mediante la agresión física (cosa que mantuve siempre con firmeza suficiente para mi tan corta edad) y en cuanto a las agresiones verbales (que las hubo en abundancia) pasaba olímpicamente de todas ellas proque un verdadero líder está precisamente para superar todas las imbecilidades que los demás dicen de él. Y como a la imbecilidad nunca le hice el más mínimo caso, los agresores verbales tuvieron que meterse la lengua en sus traseros mientras yo continuaba educando a mis dos hermanos pequeños en el crisol de la alegría. Quizás fue del soldadito Pepe de quien aprendí a sonreír ante los esfuerzos psicológicos de tener que llevar sobre mi espalda el peso que le hubiese correspondido llevar a Emilín. Y sin embargo disfruté mucho con esa tarea. Un canguro que trabaja sin felicidad es un ser muy desgraciado y yo era un canguro que trabajaba hasta con felicidad excesiva pero, en esto de saber guiar a los demás, es mucho mejor que sobre y no que falte; porque si sobra tienes recargas aseguradas para el futuro. Durante el calendario escolar, jamás dejé de guiar a Boni y Maxi por las calles madrileñas haciéndoles partícipes de una compañía y una protección sin pedirles nada a cambio. Lo único que yo estaba desarrollando eran mis posibilidades reales de ir forjándome a mi manera y con la ayuda de un Dios cristiano que ya estaba dentro de mi futuro. Pasado, presente y futuro, son tres fronteras que para mí no tienen un valor cronológico sino una validez exsitencial sin tener que cronometrar los años. Lo que debería de llegar ya llegaría. Mientras tanto, en las aulas del Lope de Rueda yo soñaba con poder alcanzar mis metas. Y esos sueños jamás me los pudieron quitar los imbéciles que rondaban como "chulos de colegio" (sin personalidad firme por supuesto) a los cuales yo olvidaba porque la tarea de romperles las narices ya las llevaba a cabo Emilín una vez convertido en "Gimi". Yo ni me preocupaba en tenr la molestia de "sobarles" de vez en cuando porque la agresividad no forma parte de un líder con suficiente autonomia y autoestima como para imponer su personalidad sin tener que dar unas cuantas hostias (bien dadas según el pensamiento de "Gimi") porque me bastaba con estar sereno, con estar siempre soñando con un futuro mejor para quienes yo estaba protegiendo como canguro. Tampoco me itneresaba que me lo agradeciesen y nunca les pedí que me lo agradecieran porque lo que estaba sucediendo con aquel "trabajo" era forjar mi propio espíritu personal. Por eso nunca fui gente sino persona y por eso nunca fui masa sino individuo. Gracias a mi labor de canguro soy quien soy y no lo que tantos imbéciles querían que yo fuese. Ni tan siquiera los gestos autoritarios de "Gimi" llegaron a interesarme jamás sino que, ubicado en mi propio yo, abría mi mente a todas las circusntancias y elegía aquella que me seguían sirviendo para llegar a ser "la forja de un ser humano" que es, en realidad, lo que soy. Fue haciendo de canguro en mi época infantil y adolescente la mejor oportunidad que tuve de llevar a cabo y dar forma a mi propio sello personal incluso cuando me encuentro dentro de grandes muchedumbres. Chao. Cierro mi Diario para seguir hacia adelante sin dar ya ningún paso atrás porque mis pasos atrás dejaron la estela de unas huellas imborrables que me sirven para saber cuál es mi Destino.
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