Mi amiga Teresita y yo fuimos amigas creo que desde el vientre de nuestras madres, nacimos con 5 días de diferencias, nuestras madres fueron amigas desde siempre y en ambos casos nuestros padres salieron corriendo ante la responsabilidad que no sabían manejar.
Fuimos al colegio juntas nos graduamos en la misma profesión, nunca existió una fotocopia de la otra, pero si mucha afinidad.
Ella siempre callada, mientras yo hablaba por las dos, yo tuve mil novios, a ella solo se le conoció uno que para ser sincera mas parecía su peluquero que su pareja. Nuestras madres nos catalogaban como el ángel y el demonio... y claro como supondrán el demonio era yo.
Juntas hicimos toda clase de travesuras, y digo juntas por que realmente fue así, ella daba la idea y yo la llevaba a cabo, nos burlamos de todas y cada una de las reglas que impusieron nuestras ingenuas, atolondradas y amorosas madres.
Un día antes del grado en la ultima rumba antes de regresar a casa, nos fuimos a un bar con amigos de estudio, creo que nos tomamos toda la reserva de alcohol de Vancouver, muchos se fueron por que ya habían dejado el sitio lleno de vomito, otros por que tenían urgencia de acostarse con la que conocieron y otros por que realmente eran muy responsables, pero Teresita y yo nos quedamos con el impredecible Mauro...
No se en que momento hizo su aparición  la marihuana, solo se que casi mi ahoga al seguir las indicaciones de cómo fumarla de Teresita, podía sentir como mis pies se elevaban del suelo, cuando mis ojos empezaron a cerrase y el sueño se hacia una imperiosa necesidad, solo me marche, sin avisar y creo que si lo hubiera hecho ellos no se habrían enterado estaban allí en el muelle teniendo sexo totalmente desenfrenado.
Yo regrese como pude al apartamento entre a mi habitación y dormí profundamente, hasta  cuando escuche los gritos...
Eran nuestras madres, sobre todo la de Teresita, la mis solo trataba de consolarla y explicarle que yo no estaba allí, que mirara bien.
Siempre le dije a Teresita que darle una copia de la llave del apartamento no era buena idea, pero ella siempre dijo que estaban demasiado lejos y que nunca vendrían sin avisar.
Me levante de la cama completamente desnuda, pues creo que por lo ebria que había llegado solo me desvestí y me metí en la cama, pensé que estaba soñando pues no podía ser mi madre y la de Teresa las que tenían semejante alboroto.
Teresita y sus nuevas amigas completamente desnudas, en el suelo toda clase de juguetes sexuales y la mesita de noche con varias líneas de cocaína.
Mi madre me vio salir de mi habitación cerrada, pero la madre de Teresita y ella nunca nos volvieron a dirigir la palabra... Pues para explicar a la familia la tendencia de la dulce niña... me usaron a mí.