En cuanto a mis experiencias laborales y profesionales de mi estadía en la República de Ecuador, hay un dato que muy pocas personas conocen pero que es totalmente real. Yo no comencé a trabajar en Quito en el año 1994 (en la Revista Ambato Internacional) sino que en el año 1986 había pedido un permiso de excedencia por seis meses en el Banco Hispano Americano de Madrid para irme a probar suerte en América. Se me concedió dicho permiso pro mi ejemplar trayectoria como oficial primero de dicho Banco, con la condición de que si, una vez cumplido el plazo, no volvía al Banco Hispano Americano perdía mi trabajo en dicho Banco pero que, si al cumplirse dicho plazo, yo volvía al Banco Hispano Americano recuperaba mi trabajo porque eso etaba estipulado por la Ley española y por el mismo Reglamento del Banco. Así que aquel año partí hacia América y, una vez que llevaba ya dos meses en Quito, después de haber sido rechazado por los españoles de la Agencia Efe (a los que mandé a la Eme de manera definitiva por darme asco ser compatriota de ellos en un país extranjero) fui contratado por el propietario y Director Ejecutivo de una revista quiteña llamada Magazine Internacional porque también se vendía en países extranjeros y no solamente en Ecuador. ¿Saben los chupatintas de la Agencia Efe, incluído el director de dicha Agencia en Quito del que toda la ciudad sabía que era un borracho alcohólico perdido, qué cargo ocupé yo en dicho magazine? Ni más ni menos que el cargo de Director Técnico. Cumplí tan excelente labor que no sólo el Director Ejecutivo me felicitó sino que dejé contentos a toda la plantilla de trabajadores y trabajadoras de aquella revista. Si no seguí trabajando con ellos es porque la línea editorial no me gustaba nada ya que, para mi gusto, una revista internacional debía de ser estructurada de manera mucho más profesional, mucho más comprometida y mucho más culta. El problema fue que el propietario y Director Ejecutivo no lo quiso entender de la manera que yo se lo planteaba y con la cual estaban de acuerdo todos los demás compañeros y compañeras de la plantilla de trabajadores, Así que renuncié a seguir en dicho cargo, se lo conté a mi Princesa, hicimos el equipaje y volvimos a Madrid, Cuando el "carnicero" del Banco Hispano Americano me vio regresar sufrió un telele, le dio un ataque de nervios y le rechinaron todos los dientes, A mí eso me importaba menos que un carajo y, lo mismo que hice con los de la Agencia Efe, al "carnicero" también le mandé a la Eme porque se lo merecía. Y santas pascuas. En mi curriculum laboral completo existe ese dato de que trabajé, con rotundo éxito, como Director Técnico de la revista Magazine Internacional de la ciudad de Quito. Así que espero que ahora ya sí se hayan enterado todos, incluidos los de la Agencia Efe y el "carnicero" del BHA.