La llama llama a la llama (Diario)
Publicado en Feb 21, 2017
Colegio de América Latina en Quito. Calle De los Rosales. Allí está la llama encendiendo las miradas de quienes tienen deseos de apedrearla. Sentada en la línea del guardameta los flashes disparan intentando hacer tino en su anatomía de libertad. La miro. Ella parece transmitir esa idea que late ya dentro de mi interior. Todos y todas dicen que soy un maestro muy recursivo. Pero la llama y yo no soportamos esta ideología que está matando el espíritu de los escolares. Así que la llama llama a la llama y yo llamo al fuego para quemar todas mis notas. No estoy interesado en seguir viendo siempre a la llama encerrada en aquel recinto donde sólo la tienen como trofeo para los visitantes. Yo sé que muy pronto se va a liberar y pienso en lo que gano y en lo que pierdo. Decido ganar. La llama llama a la llama y la llama escapa de todos los flashes. Así que cojo mi equipaje y sigo el camino de la liberación pensando que la llama ya está, lo mismo que yo, viviendo sus aventuras por los Andes. Si soy un maestro muy recursivo es que tengo suficiente capacidad para decir adiós a las ideologías que no me interesan propalar. Sólo son niños y niñas nada más. Con la mirada triste nada más. Con ganas de reír nada más. Así que les explico lecciones de risas, sonrío y me voy camino de los Andes donde la llama llama a la llama y a mí me llama este Dios que me acompaña.
- ¿Cómo te va, "Diesel"? - Tú lo has dicho, María Augusta. Me voy. Y me ha comprendido la colega que sabe que la llama llama a la llama y que yo nunca me quemo por un puñado de billetes que, al final de todo el camino, significa entregar tu voluntad a los caprichos de un inepto jefe de estudios rodeado de topos por todas partes. Así que, junto con la llama, decidí marchar. - Te comprendo, "Diesel". - Sé que me comprendes desde el día que estuvimos en el Yamor. Y pensando en el Yamor me voy hacia otro destino sabiendo que la llama llama a la llama y la llama supo elegir para dejar de ser un objeto y seguir siendo lo que quiso Dios que fuera. Fuera del Colegio respiro mejor.
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